La familia del Dot+ en la celebración. A por otros 30 años... ¡y los que vengan! |
El domingo el Dot+ cumplió tres décadas, que se dice pronto. Javi me pidió que dijese unas palabras sobre sus padres, pero llegado el momento como el ambiente era muy festivo no me pareció muy oportuno soltar un rollo largo y reduje la cosa a unas frases en homenaje a Tomás, Olga y el propio Javi... pero como me quedé con muchas cosas en el tintero se las pongo aquí hoy en homenaje a los amigos del Dot+
¡Feliz cumpleaños!:
Tomás Serén ha sido durante décadas un hostelero de raza. Después de adquirir experiencia y profesión en Barcelona, trabajó en los mejores establecimientos de Lugo, como O Muíño, Ferreirós, Hotel Miño, La Palloza, Torre de Núñez… y por supuesto en el Verruga, en la época de la transición de Cándido y Emilia a Luis y Miluca, la época de Suso Cendán, José Luis Puga y tantos otros compañeros que marcaron la historia local del sector.
Es testigo de la evolución de la hostelería, que ha cambiado tanto, para bien y para mal, como la sociedad en que vivimos. Para mal porque se han quedado por el camino muchas de las viejas y buenas costumbres que sobrevivieron hasta no hace muchas décadas: la sana competencia, el compañerismo y la nobleza del día a día no se han perdido pero tampoco son comparables a las que todavía recordamos muchos. No todo es malo. Se han ganado derechos y descansos, el sector se va ordenando lentamente y se da al cliente una mayor garantía legal, que antes solo se respaldaba con la buena fe de ambas partes, y hay mucha más diversidad tanto en gustos como en oferta.
Hoy hace 30 años que Tomás, junto a Olga, su mujer, dieron el paso y abrieron el que ahora es el Dot+, uno de los locales de referencia no solo de la Piringalla sino de todo Lugo. Probablemente el único sitio donde nadie se extraña de que cualquiera pida un “pollazo”.
Don Tomás es fiel a los mejores principios de la hostelería de siempre y ha transmitido a Javi, el continuador de la saga, los valores fundamentales de la vieja escuela y eso se nota. Aunque trabajar con la familia no siempre es fácil el respeto y el cariño entre ellos es evidente. Hace ya años le pregunté a Javi por qué el Dot+ se llama así y me explicó que era en homenaje a su padre, Don Tomás. No había caído, la verdad. Se me quedó grabado, no tanto lo que me dijo sino el cómo lo dijo, con admiración.
Como hijo de hosteleros sé lo que es este mundillo. Muy bonito pero muy duro. Las renuncias familiares que supone, los festivos en que se trabaja, el tiempo que se invierte, las eternas quejas de algunos que piensan que te forras vendiendo unas cañas… Javi no solo lo ha sufrido sino que ha sido más valiente de lo que yo me atreví y ha cogido el timón para orgullo de sus padres.
Estoy convencido de que el homenaje que hoy hacemos a Tomás y a Olga de la mano de su hijo es una satisfacción para él, pero que estará orgulloso todos y cada uno de los días que el Dot+ siga aquí, que será por muchos, muchos años.
Que maravilla esa forma de entender el servicio en sala y en la barra, la profesionalidad, sencillo, educado y atento hasta la extnuación, ese es y será "Don Tomás"
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