La cafetería de la vieja cárcel disfruta de unas vistas envidiables. Pero con eso no llega. |
Publicaba recientemente La Voz de Galicia que “fuentes municipales” veían incomprensible que nadie se quiera hacer cargo de la cafetería de la vieja cárcel porque consideran una “bicoca” la licitación. Muy poco sabe esta gente de hostelería, porque reducen todo a que el precio es un supuesto chollo.
2.000 euros mensuales de alquiler es lo que tendrá que pagar el adjudicatario, y siendo sinceros es posible que fuera un importe asumible (no un chollo, pero razonable) teniendo en cuenta que se supone que la luz y el gas corren por cuenta de la administración, aunque curiosamente no el agua, que ha de dar de alta y mantener el adjudicatario, cosa que no se comprende muy bien visto lo anterior.
El problema no es solo el tema del precio sino las condiciones del local. Los jerifaltes políticos, que no ven mucho más allá de sus narices y tienen la empatía de un ladrillo, consideran que como es bonito y tiene buenas vistas ya está todo dicho, así que consideran normal poner en alquiler un local que, por ejemplo, no tiene almacén ni posibilidad de tenerlo. Eso es no saber de qué se habla, sinceramente. Tampoco te permiten traer productos elaborados de fuera, con lo que no vale preparar platos en otro sitio y llevarlos.
Con este espacio y sin almacén ya me dirán dónde se mete la mercancía. |
También hay problemas con los horarios. Por ejemplo, se establece la obligación de abrir todos los días del año de 8:00 a 24:00 horas. Teniendo en cuenta que, por ejemplo, el horario de la vieja cárcel el lunes es de 11:00 a 14:00 y que los días que abre por la tarde lo hace a las 17:30, cerrando varios de ellos a las 20:30, ya me dirán qué pinta ahí el de la cafetería con el centro cerrado. La diferencia de horarios se entiende teniendo en cuenta que el personal del centro lo paga el Ayuntamiento y el de la cafetería el hostelero, así que les tira de un pie implantar esas horas, insisto, TODOS los días del año, incluyendo festivos y fiestas de guardar, con lo que el día de Nochebuena o el que sea allí tienen que estar los trabajadores porque lo decreta el Ayuntamiento de Lugo.
No son esos únicamente los problemas de gestión. Obligan a tener menús hechos con productos de “agricultura ecológica”, productos de comercio justo y menús para celiacos. Esto último me parece más que razonable, pero lo otro no. Que uno considere conveniente ofrecer esos platos es una opción pero que se quiera hacer campaña de “mira cómo molamos” a costa del adjudicatario no es razonable. Quizá se podría haber incluido como un elemento a baremar o a puntuar, pero jamás como obligación absoluta.
Otras cuestiones difíciles de asumir es que el que coja la cafetería asume el mantenimiento del ascensor. Es curioso porque se entiende que el edificio debe tener sus propios servicios técnicos y si bien es lógico que se imponga una serie de obligaciones relativas al uso de los elementos comunes (como en cualquier comunidad de propietarios y usuarios), de ahí a encasquetar esa obligación al inquilino media un abismo. De hecho tengo mis serias dudas de que sea legal porque normalmente los mantenimientos de ese tipo de elementos corren a cargo del propietario.
Por último, aunque no menor, el local no cuenta con instalación de fibra ni posibilidad de instalar antena, con lo que uno de los atractivos más de moda en los bares desaparece del escenario: el fútbol. Ya sé que no es un local que tenga mucha pinta de albergar a fans del deporte, pero oigan, eso será cosa del que lo explote y no una necesidad impuesta. Además hay más cosas que fútbol y sin posibilidad de enganchar nada no se pueden ver partidos pero tampoco óperas o canales de pago que puedan atraer a clientes.
Las condiciones impuestas al adjudicatario no son asumibles, y la prueba está en que solo tuvo un candidato, que fue rechazado por los servicios jurídicos municipales, y no se ha vuelto a saber nada del asunto.
Quizás alguna de esas cabezas pensantes que diseñaron estas condiciones y las consideran una “bicoca” podría montar una empresa y explotar la cafetería. No sería la primera vez que alguien muy cercano a un equipo de gobierno de Lugo crea una empresa para conseguir licitaciones públicas, así que en eso tienen experiencia. Y si la consiguen verán que de chollo nada.
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