Llega la Navidad. En Lugo algo menos, pero también llega. Nos volvemos locos con los regalos y esa vorágine consumista que tanto asquea a algunos que protestan contra la cochina sociedad occidental que hizo posible el Facebook en que vierten su odio, y contra la explotación de los trabajadores chinos que fabricaron sus iPhone X y sus Samsung Galaxy Note 9 contaminando sin reparo.
También llega el momento en que muchas familias caen en la tentación de “comprar un cachorrito al niño, que lleva pidiéndolo mucho tiempo”. Mal negocio si ese es el motivo de traer un miembro más a la familia… y sí, lo son, miembros de la familia de pleno derecho, a veces más que algunos de los que tienen capacidad de hablar.
Tener perro es un coñazo. Sacarlo a pasear por la mañana cuando hace frío y hay que madrugar más todavía que lo que requiere el horario laboral, por la tarde perder un par de horas dándole otro paseo, cuesta una fortuna entre piensos, vacunas, veterinario, juguetes, accesorios y demás, es un quebradero de cabeza pensar en hacer un viaje con el perro, y también buscar dónde dejarlo si pretendes moverte sin él… Presenta muchos inconvenientes de los que deberían ser conscientes quienes se plantean tener perro, en lo malo. Para que sepan a qué se enfrentan y las desventajas, los problemas y las incomodidades.
En cuanto a las ventajas… ¡qué les voy a decir yo! Tenemos en casa al perro perfecto, nuestro Ducki, un labrador de 10 años (lo adoptamos definitivamente cuando tenía 8, tras un año sin él que reflejé en un artículo quizás alguno recuerde) bueno, hermoso, cariñoso, juguetón y sin embargo tranquilo. Te pone de buen humor por malo que sea el día, o al menos mitiga (no saben cuánto) los momentos duros de la vida.
En cuanto a la manía de “que sea un cachorrito”, vale que son muy graciosos, pero te muerden los muebles, mean la alfombra y hay que educarlos. Les recomiendo echar un vistazo y plantearse coger un perro adulto.
Si su grado de compromiso es dudoso, podrían plantearse la acogida, una posibilidad temporal con opción a hacerla definitiva. En la Protectora de Lugo tienen un montón de perros, y hay de todo: cachorros, adultos, palleiros, de raza… acabo de mirar y tienen un pastor alemán impresionante, con una mirada de tristeza que te parte el alma pero que si lo tienes en casa se convierte en cariño incondicional.
Plantéenselo con cuidado, porque no es tampoco lo más acertado regalar un animal, de hecho es cruel. Su dueño es su mundo y cambiar de manos es confuso para el perro. El abandono ni me lo planteo porque me parece de monstruos que confío no me lean, porque si les digo lo que pienso de ellos me condenarían por un “delito de odio” de esos que están tan de moda.
Entiéndanme bien, no tengo nada contra la venta de perros. Hay criadores maravillosos que se perocupan por el bienestar de sus animales y que ayudan a que la gente tenga el perro que quiere, no es un alegato contra la venta de perros sino contra considerarlos un regalo, que es otra cosa. Entiendo que el título puede ser confuso pero me refiero a que hacerse cargo de un animal no es como comprarse una figurita de porcelana, es una decisión que hay que tomar por uno mismo y no ponerle un lacito como si fuera un objeto de decoración.
Aquí les propongo algo muy diferente, salvarlo de una vida triste en una jaula de la que, por muy buena voluntad que le ponen los trabajadores y los voluntarios de la Protectora, sale lo que sale porque son demasiados perros para sacarlos a todos mucho tiempo. Miren en la web de la Protectora y quizás encuentren lo que buscan. Se ahorrarán un buen dinero que les hará falta para el chip, las vacunas y todas esas cosas y, lo más importante de todo, enseñarán a sus hijos una valiosísima lección: no todo se puede comprar, y salvar una vida no hay dinero que lo pague.
Aquí les propongo algo muy diferente, salvarlo de una vida triste en una jaula de la que, por muy buena voluntad que le ponen los trabajadores y los voluntarios de la Protectora, sale lo que sale porque son demasiados perros para sacarlos a todos mucho tiempo. Miren en la web de la Protectora y quizás encuentren lo que buscan. Se ahorrarán un buen dinero que les hará falta para el chip, las vacunas y todas esas cosas y, lo más importante de todo, enseñarán a sus hijos una valiosísima lección: no todo se puede comprar, y salvar una vida no hay dinero que lo pague.
No sé, yo estoy convencido de que nuestro perro sabe que lo
salvamos de acabar sabe Dios dónde y por eso cada vez es más mimoso y más
agradecido. Y nosotros también.
No lo duden, visiten la web: http://www.protectoralugo.org
En la Protectora también tienen cachorros... Echen un vistazo |
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