Pongo una foto de una obra de hace años para no aludir a nadie directamente, pero la situación es preocupante. |
Muchas veces tendemos a simplificar, o a ver las cosas desde nuestro punto de vista particular sin entender que los asuntos públicos son complejos. La inacción de la Policía Local, por ejemplo, o los gravísimos problemas que tiene la alcaldesa para lograr nombrar un responsable del cuerpo parece que se traducen simplemente en que nos multarán menos y, por lo tanto, los incívicos pueden hacer lo que les venga en gana con el coche sin miedo a una sanción aumentando el ya de por sí inexplicablemente caótico tráfico de la ciudad.
Pero más allá de lo obvio hay enormes problemas que se causan directa o indirectamente a terceros en este tipo de asuntos, y una de las consecuencias que se está produciendo en Lugo es la paralización de las obras en toda la ciudad. No hay quien firme las autorizaciones para la instalación de elementos de seguridad y la situación se agrava en el casco histórico porque hay que añadir que es necesario un permiso para que los vehículos puedan acceder a la zona peatonal. Por ahora se va tirando con las autorizaciones que ya estaban rubricadas, pero a medida que esas finalizan y tienen que ejecutarse nuevas obras se produce un tapón administrativo y se paraliza todo.
Esto supone que nadie puede montar cumplir las normativas que exigen aislar una obra con vallados para garantizar la seguridad de los ciudadanos, pero tampoco montar una grúa, instalar un andamio o entrar con un furgón o un camión a recoger escombro o a trasladar cemento, ladrillos o vigas que son evidentemente necesarios para construir un edificio o hacer la reforma de un local, y, de nuevo refiriéndonos al casco histórico, no está la zona como para permitirse estos lujos, ya que la tozudez en mantener sin reforma el PEPRI, un documento que tuvo una gran función pero que está obsoleto, dificulta enormemente la actividad de la edificación dentro de las Murallas.
La guerra entre el Gobierno y la Policía Local está tomando como rehenes a los ciudadanos, que ven que poco a poco una ciudad que ya no destacaba por su dinamismo se va paralizando cada vez más y que cuestiones que debería solventarse en cuestión de días, o incluso de horas, se eternizan meses y años. Por si fuera poco, se pueden acarrear nefastas consecuencias en caso de que, por ejemplo, se declare un “Área de Rehabilitación Integral” en el casco histórico de Lugo y no se pueda ejecutar por algo tan prosaico como que no hay quien autorice la entrada de los necesarios vehículos en el centro.
Tal vez sea el momento de que quien tiene la obligación de llevar las riendas de la ciudad reconduzca la situación. ¿Cómo?… ellos sabrán, para eso les pagamos, pero que busquen el camino porque esto es insostenible.
Artículo publicado en El Progreso del 30 de Enero de 2019
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