Enlaces

miércoles, 20 de febrero de 2019

El fracaso de la gestión pública en la Tinería

Uno de los locales ofertados. Deberían estar funcionando el día 17 de diciembre de 2018...
Hay veces en que no me gusta tener razón, y más cuando están jugando con nuestro dinero y las propiedades comunes de todos. Es el caso del anunciado fracaso del concurso para adjudicar los locales de la Tinería. A los hechos me remito: solo tres de los nueve bajos ofertados por el Ayuntamiento están funcionando (de aquella manera), lo que reduce el supuesto éxito de la iniciativa a un tercio de lo que se presuponía.

Para mayor fantasía, según la base novena del pliego de condiciones, a los dos meses de la entrega de llaves (plazo que el domingo ya se duplicó porque esa entrega se produjo el 17 de octubre) tenía que haber actividad en los bajos con lo que, con las bases en la mano, hay que retirar esas concesiones porque cinco de los locales adjudicados (uno quedó desierto) siguen acumulando telarañas.

Cada día que pasa con esos bajos muertos de risa es un día perdido tanto para quienes los querían explotar como para la zona. Lo que se vendió como una primavera para la Tinería es realmente un invierno nuclear de difícil salida.

Las administraciones son responsables de este desaguisado. La Xunta por encabezar un proceso absurdo de compra y rehabilitación que ha dado como resultado un montón de propiedades públicas de la que ahora no saben cómo librarse, y el Ayuntamiento por entrar al trapo y dárselas de gran gestor inmobiliario cuando tienen de dinámicos lo que un caracol reumático.

Lugo sigue sufriendo políticas absurdas, librando batallas estériles e inmerso en debates eternos sobre las mismas cuestiones, impidiéndonos avanzar, y la Tinería es una muestra evidente de ello, del constante fracaso de la gestión pública independientemente del color político.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 20 de febrero de 2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Derecho a réplica:

Se admiten comentarios, sugerencias y críticas. Sólo se pide cierta dosis de ''sentidiño'' y cortesía.