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jueves, 17 de octubre de 2019

El PEPRI hay que cumplirlo

No, no se pueden poner paneles informativos luminosos en el centro.
Anuncia el Gobierno local que quiere unificar paneles informativos y anuncios. Buena idea, lástima que no puedan hacerlo.

La letra b del artículo 52.6 del PEPRI prohíbe expresamente “la fijación de soportes exteriores o bastidores exentos o luminosos” en toda la zona afectada, que viene a ser el casco histórico y la ronda de la Muralla, salvo unas sospechosas “islas” que quedan fuera por unos caprichosos quiebros del límite y que salvan a los edificios administrativos de la Xunta y del Seminario de cumplir esta restrictiva ordenanza.

Esto hace que los planes de poner letreros luminosos, paneles informativos y modernas señales de paradas de autobús sea factible en toda la ciudad… menos donde más les interesa a los anunciantes, en el centro.

Ya sabemos que la administración hace lo que le viene en gana, y que se salta sus propias normas cuando le apetece porque como dijo el anterior alcalde en un inolvidable pleno “no nos vamos a sancionar a nosotros mismos”, una inversión inaceptable de aquel “¿quién vigila a los vigilantes?” de Juvenal. Es muy habitual ver carteles con el logotipo municipal puestos en cualquier superficie violando el PEPRI, al igual que se toman por el pito del sereno las obligaciones de retirar los cableados de fachadas, se hacen pintadas “oficiales” en la Tinería, o no usan la dotación de 200 millones de pesetas - de los de aquella - para hacer excavaciones arqueológicas. Incumplen por activa y por pasiva.

Personalmente echo muchísimo de menos los termómetros que había (anteriores al PEPRI) y me parece fantástico que se quieran poner pantallas, pero mientras no acometan la reforma del PEPRI, necesaria para corregir ciertas, cosas han de cumplirlo. Como todos. De lo contrario se nos viene a la cabeza una palabra terrible que asusta a todo servidor público: prevaricación.

Los "quiebros" del PEPRI, de los que ya hablamos la semana pasada, dejan fuera de la ordenanza a varios lugares de la Ronda.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 17 de Octubre de 2019

1 comentario:

  1. Efectivamente Luis.
    Los particulares nos tenemos que defender del abuso de las administraciones públicas ante ocasionales durezas en el cumplimiento de sus propias e infinitas legislaciones. Pero las vemos eludirlas o ignorarlas, en lo que a sí mismas afecta, porque es (en ese momento) cuando se les hacen evidentes las grandes dificultades que existen para su cumplimiento.
    A mi entender hay dos ausencias notables. La primera es la mesura, coordinación, coherencia y contraste con la realidad a la hora de redactar normativas. Y la segunda es rigor, trabajo y ecuanimidad a la hora de velar por su cumplimiento. Legislamos con las máximas expectativas y controlamos su cumplimiento con las mínimas.
    El resultado es la discrecionalidad en el cumplimiento, con lo que solo (y menos mal) nos queda acudir a la separación de los poderes públicos para que sea un juez el que compense ese desequilibrio.
    Hay una ilustración del autor vasco Mauro Entrialgo (titulada “ilegalidad mayoritaria deliberada”) que representa esta situación con mucha lucidez, en este caso a propósito de las licencias de apertura de actividades.
    Saludo

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