La imagen es perfecta para ilustrar lo que somos. Lo malo es que la cuerda cualquier día se rompe. |
Somos contradictorios, no hay duda. Y me incluyo, oigan, que aquí no hay nadie libre de pecado. Supongo que habrá algo en el agua, o un problema generacional que se va agravando con cada nueva hornada, porque las tensiones entre lo que queremos y lo que decimos querer se van incrementando año tras año y el minifundismo mental va a más. ¿A qué viene tan pesimista afirmacion? Pues a que últimamente las señales de que las cosas se hacen al revés vienen a paladas, y ya no es posible ignorarlas. Vamos con cinco ejemplos:
Hace una semana nos concentramos cientos de personas (hay un vídeo por ahí en el que se pueden deducir unos 1.500 manifestantes) contra el maltrato animal, un tema que hiere sensibilidades porque para muchos es un reflejo de nuestra sociedad. Sin embargo el sábado, en una concentración por la salvación de Alcoa había, tirando por lo alto, un tercio de aquella cifra. Si descontamos las personas que estaban allí por razones políticas se quedan en la mitad.
Hoy a las 12 de la mañana, como todos los lunes, salen los pensionistas a defender no solo la estabilidad de sus ingresos, sino de los que serán los nuestros. ¿Apoyos? Ninguno. Nadie se molesta en acercarse por allí a echar una mano en lo que tendría que ser una reivindicación global porque, si hay suerte, todos seremos pensionistas y cuando queramos ver las orejas al lobo ya será desde su propio estómago. Eso sí, pedimos que se construyan más geriátricos y ni siquiera lo hacemos pensando en nuestro bienestar el día de mañana, sino en librarnos de nuestros mayores hoy.
Acaba la cumbre del clima, en la que nos anuncian el apocalípsis al mismo tiempo que se niegan a firmar ningún documento que les comprometa a hacer absolutamente nada. Bueno, sí, han de “incrementar la ambición” de reducir las emisiones, que es tanto como ir a la Catedral a poner una velita a Santa Tomasa a ver si así… Pero aplaudimos con las orejas, recogemos los tapones de las botellas reciclamos, en un continente que genera el 0,8 % de los plásticos mundiales mientras que el 99,2 % restante fabrica a lo loco contaminando los océanos que compartimos, y lo hacen porque nosotros mismos les compramos sus productos porque nos ahorramos unos céntimos en cada euro.
De forma más local, y sin salir del tema medioambiental, planificamos en Lugo un “barrio verde” porque estamos supermegaconcienciados, mientras al mismo tiempo nos hace ilusión contruir una bañera colectiva al aire libre en sustitución de las pozas de agua termal que no pueden hacerse. La alternativa que se nos da es llenarlas con agua del grifo y calentarla con una caldera. Ecológico, ecológico, no viene siendo. De hacer 1.200 viviendas nuevas en una ciudad con 12.000 vacías ya mejor ni hablamos.
También en Lugo nos desayunamos hoy con el terrible y acertado artículo de Carmen Uz en El Progreso en que nos cuenta que los trenes que circulan por nuestras vetustas líneas salen a incidencia diaria, pero como nos van a hacer una estación intermodal blanca y luminosa ya nos damos con un canto en los dientes y seguiremos llegando tarde, mal y a rastras a Lugo, pero oye, ¡lo chula que va a quedar la absurda estación!
Podríamos seguir. Son cinco ejemplos de todo tipo y pelaje que van desde los absurdos personales a los globales, de las responsabilidades colectivas a las individuales, de lo ecológico a lo económico y lo urbanístico… Da igual. Somos así.
No hará falta meteorito, ya nos encargaremos nosotros solitos de acabar con todo. El problema es que encima nos vamos a llevar con nosotros a medio planeta.
Estimado Luis,
ResponderEliminarPola parte que me afecta profesionalmente quería facer un par de reflexións adicionais sobre os dous últimos exemplos que sinalas.
O "Barrio Verde" que se proxecta, co edificio de estrutura de madeira, chorrocentas vivendas, etc. formúlase ademais dende unha óptica totalmente allea ó Urbanismo de Baixa Enerxía, xa que se proxecta creando unha nova zona urbana, afastada do resto da cidade, cunha comunicación que obrigará a utilizar o (contaminante) coche para relacionarse co resto da cidade, etc. E todo iso habendo case 20000 vivendas (en tódolos estados de conservación) valeiras, milleiros de metros de edificabilidade urbana consoliidada sen utilizar, e baleiros na trama urbana moito máis próximos ó centro que non obrigarían a crear un novo barrio a carón das Gándaras.
A falla de miras (e sospeito que os intereses por favorecer a determinados establecementos comerciais da periferia) provocan que unha iniciativa que podería ser moi interesante integrada na trama existente, se coloque nunha posición errónea. Iso si, seguindo a tradición urbanística en Lugo, que foi ir crecendo mentres se deixan abandonados os crecementos previos (Así se abandonou o Barrio Feijoo porque se fixo toda A Milagrosa, para esquecela ó facer Fontiñas, que se deixou á súa sorte para desenrolar Acea, na que non se tocou nada porque xa tíñamos Augas Ferreas e Catasol, que se abandoará por San Fiz e o "Barrio Verde", etc.)
Respecto da estación intermodal e do tren en Lugo. Contémplase un gasto de trinta millóns de euros (¡30 millóns!) nun edificio, que se non se melloran os servizos usarían 5 trens diarios por sentido e unhas ducia de autobuses; cando por eses cartos (fixen o cálculo) poderían mercarse (non alugar, mercar) dous trens novos de cercanías e poñelos a circular con 14 frecuencias diarias (un tren cada media hora aproximadamente) facendo unha rede de cercanías que unise dende Begonte a Sarria, pasando por tódolos polígonos industriais da zona (que son 7), ¡totalmente gratis durante tres anos! (que digo eu que por venda de billetes e transporte de paquetes entre os polígonos algo se podería sacar) iso si que axudaría ó ferrocarril en Lugo máis que un edificio baleiro.
Por non falar de outras cousas que se poderían facer con 30 millóns de euros (O Museo da Romanización en San Fernando + o Parador no Fogar de Santa María + o Colexio na UI5 + etc.)
En fin, o de sempre en Lugo, foguetes de artificio ca pólvora do Rey... Pero esa pólvora a pagamos nos e non sacamos beneficio.