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martes, 7 de enero de 2020

Hoy habrá gobierno (salvo sorpresas, claro)


Hoy toca debate de investidura con la probable elección de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno si no hay sorpresas de última hora. Pero no deja de ser llamativo que está siendo un tema muy revelador y que confirma que cuestiones como la palabra dada, el honor o la coherencia no tienen nada que ver con la España de hoy día, y que los argumentos se retuercen hasta límites insospechados para justificar lo injustificable, con la bobalicona complicidad de los afiliados, simpatizantes, votantes y demás fauna que puebla el país. Encima, por desgracia, hay para todos.

Vemos que gente que en su vida ha reprochado nada a los diputados elegidos por Lugo bajo las siglas del PP o del PSOE, tiene la osadía de “exigir” al único diputado del BNG que obligue a Pedro Sánchez a solucionar lo de Alcoa o las desastrosas comunicaciones y ferrocarriles gallegos, como si de repente tuvieran una varita mágica para arreglar lo que nuestros supuestos representantes no han arreglado. A ver, alma de cántaro, si tu discurso es que tan gallego es el diputado lucense del partido estatal como el del bloque, ¿no te parece un poquito contradictorio levantarte a gritarle a uno al que ni te has planteado votar que te resuelva el problema? ¿No eres consciente de que estás dando la razón precisamente a las tesis nacionalistas que lo único que tienen en cuenta es “lo mío”?

Vemos que diputados que en honor a las víctimas de la dictadura aprobaron una Ley de Memoria Histórica para reparar los daños morales y eliminar los vestigios del franquismo, dejan sin respuesta un discurso que descalifica al Jefe del Estado y al modelo constitucional del 78 que, con fallos, nos permite vivir en democracia, un discurso que encima  proviene de los herederos de quienes pegaron los tiros en las nucas de sus compañeros. El que calla otorga, y otorgan porque necesitan sus votos, olvidando los asesinatos de hace unos pocos años pero no los de hace muchos. ¿Qué les parece si no olvidamos ninguno? Una cosa es superar el trauma y otra muy diferente hacer como si no hubiera pasado nada.

Vemos que la derecha, que podría evitar todos esos pactos que dicen tan terribles para el futuro de España, se resiste a ofrecerle al PSOE lo único que los evitaría: sus votos. Unos votos que podrían entregar sin nada a cambio, evitando tener miembros de Podemos en el Gobierno o que haya que doblegarse a las exigencias de los separatistas. Lograrían así que quien ganó las elecciones sea elegido Presidente sin tener que hacer concesiones de Estado a quien quiere destruir el Estado. Si quieren demostrar que es cierto que están dispuestos a “sacrificarse por España”, que lo hagan, y que no cifren sus esperanzas a que las cosas vayan tan mal que nos tengan que venir a "salvar".

Vemos que un Presidente que decía que no dormiría tranquilo con miembros de Podemos en el Gobierno (“como el 95% de los españoles”, añadió) les ofrece una vicepresidencia y cuatro ministerios, que quien dijo que “nunca es nunca” para negarse a pactar con los independentistas pacta con los independentistas… bueno, aquí no me extiendo que hay demasiado que contar.

Vemos que, con los nervios a flor de piel, algunos diputados denuncian que están recibiendo presiones para votar contra la investidura de Sánchez mientras que sus partidos amenazan a Revilla con cargarse el gobierno de Cantabria si no cambia de postura y apoya la investidura de Sánchez.

Vemos que, en definitiva, vivimos en un país cada vez más polarizado, más contradictorio, más ridículo, más crédulo, más centrado en el odio por el contrincante que en la defensa de las ideas propias, más dependiente de las consignas y menos de los argumentos...

Pase lo que pase hoy no creo que pase nada. Si Sánchez logra la Presidencia y mete a Podemos en el Gobierno lo único que va a suceder es que la Unión Europea cortará los proyectos más aberrantes, que el Constitucional frenará las decisiones más peligrosas y que los más radicales perderán votos a mansalva porque son partidos que se basan en el victimismo y en “los malos son los otros, pero si yo gobernara…” pues gobierne, y a ver cómo va la cosa.

Salvo un tamallazo de última hora, que algunos esperan con esa ilusión infantil de cuando echas una primitiva, hoy habrá gobierno. Pues que sea para bien, oigan. Al final no nos queda otra que aguantar, porque el deporte nacional es criticar en los bares pero no mover un dedo.

1 comentario:

  1. A mí lo que más me pone en este nuevo gobierno es un comunista como ministro de Consumo...Nunca ví una paradoja semejante

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