Vaya, vaya... aquí no hay playa... ni la habrá en una larga temporada |
El coronavirus se va a llevar las muchas culpas que tiene… y otras muchas que no tiene. Es la coartada perfecta para cualquier retraso, paralización o incumplimiento en los próximos meses, hasta puede que un político hábil lo pueda estirar algunos años para decir por qué no ha cumplido su palabra. Y habrá quien se lo crea.
Para empezar ya lo han utilizado como comodín para explicar por qué no habrá playa fluvial tampoco este año. Ya saben, porque el estado de alarma congeló los plazos y esas cosas… ya teníamos todo a punto y se nos ha torcido justo ahora. Vaya por dios qué mala suerte tenemos. Como cuando San Fernando se quedó sin albergar el auditorio cuando ya arrancaban las máquinas. Si es que nos ha mirado un tuerto.
El problema es que la excusa es, como poco, endeble. La paralización de los plazos administrativos se hizo para no perjudicar a los ciudadanos que encerrados en casa tenían difícil ir a una ventanilla o hacer una vida normal, pero no para ser la disculpa de la negligencia y la pereza administrativa, otra pandemia que lleva asolando Lugo desde hace un par de décadas. La administración ha seguido funcionando para lo que les ha interesado (¿A que les han cobrado las tasas de basura este trimestre?). Además, los funcionarios de la Confederación han estado teletrabajando y han resuelto otros expedientes así que no se explica por qué el de la playa fluvial, que es tan importante para la ciudad, no se ha podido o no se ha querido tramitar.
De la pobre argumentación dada la única que podría colar es la de que puede haber otras prioridades ahora, pero tampoco parece muy acertada. Si, como es probable, muchos lucenses nos vamos a quedar en ciudad este verano por la causa que sea (destacando las económicas), tal vez el camino a seguir sea justamente el contrario: crear alternativas de ocio que no supongan tener que pagar una cuota mensual. Una playa fluvial pública parece la más obvia y quizá la más necesaria de todas.
Para empezar ya lo han utilizado como comodín para explicar por qué no habrá playa fluvial tampoco este año. Ya saben, porque el estado de alarma congeló los plazos y esas cosas… ya teníamos todo a punto y se nos ha torcido justo ahora. Vaya por dios qué mala suerte tenemos. Como cuando San Fernando se quedó sin albergar el auditorio cuando ya arrancaban las máquinas. Si es que nos ha mirado un tuerto.
El problema es que la excusa es, como poco, endeble. La paralización de los plazos administrativos se hizo para no perjudicar a los ciudadanos que encerrados en casa tenían difícil ir a una ventanilla o hacer una vida normal, pero no para ser la disculpa de la negligencia y la pereza administrativa, otra pandemia que lleva asolando Lugo desde hace un par de décadas. La administración ha seguido funcionando para lo que les ha interesado (¿A que les han cobrado las tasas de basura este trimestre?). Además, los funcionarios de la Confederación han estado teletrabajando y han resuelto otros expedientes así que no se explica por qué el de la playa fluvial, que es tan importante para la ciudad, no se ha podido o no se ha querido tramitar.
De la pobre argumentación dada la única que podría colar es la de que puede haber otras prioridades ahora, pero tampoco parece muy acertada. Si, como es probable, muchos lucenses nos vamos a quedar en ciudad este verano por la causa que sea (destacando las económicas), tal vez el camino a seguir sea justamente el contrario: crear alternativas de ocio que no supongan tener que pagar una cuota mensual. Una playa fluvial pública parece la más obvia y quizá la más necesaria de todas.
Artículo publicado en La Voz de Galicia del 20 de Mayo de 2020
Mira que meterse con el Club Fluvial... con los buenos contactos que este tiene, y el poco interés que también tiene en que se haga esa playa.
ResponderEliminarAnimalico.