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martes, 28 de julio de 2020

Comienzan los arreglos de las ventanas arqueológicas

Eso rojo no es un mosaico, es un vulgar cubo de plástico para recoger el agua, algo que era habitual y que espero que desaparezca.

Las ventanas arqueológicas de Lugo son una chapuza. Ninguna cumple adecuadamente su función. La de Santa María está siempre sucísima (y normalmente tiene algunos de los cristales de su perímetro rotos), la del acueducto de San Marcos tampoco se ve, la de la Ruanova lleva rota desde hace meses, y la de Doctor Castro tenía tales filtraciones que en vez de mosaicos normalmente veíamos plásticos negros y cubos de colores para recoger el agua. Vamos, todo un muestrario de lo que no deben ser los elementos que se instalaron, supuestamente, para enseñar orgullosos nuestro pasado.

Llama la atención que incluso cuando se avisa a las autoridades que se van a hacer grabaciones para promocionar la ciudad en esas ventanas la indiferencia sea la norma de la casa, y que ni se les ocurra algo tan sencillo como pasarles una fregona el día del rodaje, por aquello de que no den el asco que habitualmente dan.

La ventana de Ruanova lleva meses rota. Menos mal que debajo no hay nada que se estropee... demasiado

La de Doctor Castro jamás se ha visto bien. El cristal utilizado tiene que valer para poder andar por encima sin matarse, ya que es una zona de mucho tránsito peatonal, y eso es difícilmente compatible con la transparencia absoluta. Se optó por un cristal rugoso que siempre estaba o empañado o borroso así que sólo se veían las cosas (de aquella manera) por la noche y cuando encendían las luces, cosa poco habitual. Confiemos en que ahora se corrija.

La concejalía dirigida por Miguel Couto (y me atrevo a decir que bien dirigida), está cambiando los cristales de esas ventanas, las de la llamada popularmente calle de Las Dulcerías, aunque ya solo queda la confitería Ramón (donde compro yo las tartas de trufa de mis cumpleaños desde hace lustros). Confiemos en que las nuevas ventanas cumplan con su función y que se les haga un correcto mantenimiento. No quiero adelantar acontecimientos pero tengo el convencimiento de que los nuevos sí darán buen resultado porque Couto es una persona seria y rigurosa y me sorprendería que metiera la pata en algo tan notorio.

Le deseo que acierte, y confiemos también en que pronto se arregle la ventana de Ruanova, la que lleva rota desde el año pasado, y que se vayan corrigiendo estas cosas, importantes porque son imagen de la ciudad. Tal vez se tendría que haber afrontado esto antes del verano, que es cuando más visitantes tenemos pero bueno, este año es tan raro que es un pecado venial.

La ventana de Santa María está rota habitualmente. Quizá podría protegerse mejor...

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