Magnífica foto de Jesús Burgo de uno de los árboles de luces instalados en Lugo por Navidad. ¿Qué pasará este año? |
Es raro que escriba sobre algo sobre lo que no tengo una opinión firme, y más cuando se trata de un tema tan crítico como el del alumbrado festivo de nuestra ciudad, tanto en San Froilán como en Navidad. En estas fiestas patronales (o “no fiestas”) no se ha instalado luz alguna y no me veo con ánimos de criticar una decisión que ha debido de ser difícil.
Por una parte me parece que es una pena no ponerlas porque
aunque no tengamos fiestas comprendo que hay quien desea tener una iluminación
a modo de recordatorio, y por otro me parece un despilfarro y una invitación a
la imprudencia que no debemos hacer. En todos estos temas el mensaje es
contradictorio y la estrategia confusa. ¿Podemos hacer conciertos? ¿Ponemos
luces? ¿Vamos de pulpada a los locales? Quizá la clave no sea si podemos hacer
todas esas cosas sino cómo las hacemos.
Lo que tenemos que evitar a toda costa es la masa, el
gentío, la aglomeración… La lógica parece indicar que se pueden hacer pequeñas
actividades en grupos razonablemente controlables… hasta que recordamos que las
reuniones familiares son uno de los focos que más preocupan a los expertos,
probablemente porque dentro de la intimidad del hogar se violan todas las
precauciones habidas y por haber. Pero en el día a día, en la actividad cultural,
comercial y hostelera, en el momento de buscar el sustento de las familias, ¿qué
opciones tenemos? Pues parece, con toda la precaución, que hay que hacer las
cosas en grupos pequeños y aun así no bajar la guardia: mascarillas, geles,
distancias…
¿Volveremos a confinarnos y acabaremos definitivamente con toda
posibilidad de supervivencia económica? Pues por lo que se ve esa solución se
va a restringir a los lugares donde haya más incidencia, donde el riesgo sea
más grande, y el resto iremos tirando como buenamente podamos, cifrando nuestro
futuro a la prudencia que cada cual tenga. Es una situación sin solución, o al
menos sin una sencilla.
Entonces, y volviendo al principio, con este panorama ¿luces
festivas sí o no? Pues en mi opinión el Ayuntamiento ha acertado no poniéndolas
en San Froilán, ya que ese alumbrado sólo tiene lógica en un escenario de
fiestas patronales “normales”.
La Navidad, sin embargo es diferente. El alumbrado de esas
fechas ayuda a vencer la oscuridad natural de un horario de invierno más
cerrado, en que a las seis de la tarde ya no hay luz natural, y además anima
las compras en el comercio de las calles lucenses. Si en San Froilán tiene
lógica olvidarse de las luces porque son sólo “decoración” sin más, en Navidad
su objetivo se complementa con el comercial, y tal y como están las cosas
cualquier ayuda es poca.
Habrá que valorar, eso sí, la situación económica del Ayuntamiento,
las necesidades que hay de ayudar a quienes van a verse más perjudicados por
esta situación y hacer una previsión a medio plazo, porque esto no se va a
terminar en dos meses ni en tres. El dinero del alumbrado tal vez pueda necesitarse
para otras cosas, pero también es posible que puestos a priorizar haya partidas
de las que sacar esa financiación sin tocar unas luces que benefician a los
pequeños negocios de Lugo.
Termino como empecé, sin una postura firme porque no lo
tengo muy claro. En este momento es muy difícil tomar esa decisión y le deseo buen
criterio a nuestro Gobierno Local. Nos hace falta a todos que acierten.
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