A la izquierda el PP en la Tinería. A la derecha el BNG en la Tinería. En el centro, la Tinería... Fotos de Diario de Lemos, El Progreso y La Voz de Galicia de izquierda a derecha. |
La política tiene estas cosas: es el único foro donde la gente se pelea por asumir la paternidad de un sonoro fracaso como es la “rehabilitación” de la Tinería.
El BNG, supongo que escocido por la crítica que le hace el
PP por no querer abrir el nuevo Auditorio desde hace 8 meses (después de haber
estado mareando el Ayuntamiento la perdiz para no recibirlo), saca a la
palestra la “inacción” de la Xunta en la Tinería. La respuesta de la administración
autonómica no se hizo esperar, y sacó pecho por los muchos millones de euros
invertidos (más de 25, según aseguran) y el “gran trabajo” hecho rehabilitando 24
edificios con 57 viviendas entre todos ellos.
¿Soy el único que ve las matemáticas del asunto? ¿Se dan
cuenta de que cada edificio sale en más de un millón de euros y cada vivienda nos
cuesta más de 400.000 euros? ¿Se puede vender eso como un éxito?
“Es que no cuentas los bajos”, podrá decir el lector
avispado. Y tiene razón, no los cuento porque salvo el de Recados Lugo, Una de Romanos y Sara
Lage (diseñadora de trajes de novia), el resto están vacíos y no los consiguen colocar
a nadie ni regalados, casi literalmente. El Breogán, por ejemplo, se hizo con
la joya de la corona en la “subasta” del Ayuntamiento y obtuvo un impresionante
local que está exactamente igual que cuando se adjudicó porque no tuvieron en cuenta
que la obra para ponerlo a funcionar cuesta un congo y que sólo lo podrían
disfrutar cuatro años, a pesar de que el Ayuntamiento mintió consciente y
reiteradamente (aún lo hace de vez en cuando) diciendo que se podría “prorrogar”,
algo totalmente ilegal.
Pero a lo que íbamos. La pelea es tan absurda que refleja el
universo alternativo en el que viven nuestros mandatarios. Esa extraña dimensión
paralela en que 25 millones de inversión para conseguir que una ruina total sea
una ruina parcial les parece un gasto no sólo aceptable sino digno de liarse a
bofetadas en la prensa para colgarse la supuesta medalla. Y así todo.
La estrategia con la Tinería fue errónea desde el minuto
cero. La aparente buena idea de comprar las casas con dinero público y luego rehabilitarlas
con más dinero público se contrarresta con la dura realidad: ¿y después qué?
¿Hacemos viviendas sociales para “rehabilitar el barrio”? ¿Las vendemos? Ese es
el problema, señores, que la Xunta ni puede ni debe meterse a inmobiliaria o a
fondo de inversiones porque sus motivaciones son diferentes a las del mundo
real.
Si querían rehabilitar la Tinería les sobraban cuatro
quintas partes del presupuesto que han dilapidado para (casi) nada. Si hubieran
aprobado un plan de ayudas directas a los propietarios para rehabilitar las
casas, con subvenciones a fondo perdido por un total de esos 5 millones de que
les hablo habría cuchilladas para presentar las solicitudes en el registro y
tendríamos el barrio rehabilitado y funcionando, porque los particulares sí
saben cómo hacer las cosas para que su inversión no sea ruinosa. Venga, seamos
generosos, pongamos otros cinco millones. Me siguen sobrando quince.
Es el drama de este país. Mientras el emprendedor cuenta en
céntimos la administración habla en millones de euros porque el dinero “no es
suyo” y le tira de un pie gastar ocho u ochenta. Paga Juan Pueblo, pagamos
todos, así que da igual.
Eso explica tantas y tantas cosas… Y nosotros, el pueblo, mirando para otro lado y aplaudiendo con las orejas cuando se dan codazos para salir en una foto de la que por pura lógica deberían huir despavoridos. La foto del fracaso de la Tinería.
* NOTA: He añadido a los locales en uso el de Recados Lugo, que no había puesto inicialmente porque no me coincidió nunca ver gente allí pero me dicen que sí está en uso. Lo mismo sucede, supongo, con una oficina en que está una guía de turismo, que jamás me ha coincidido ver en ese lugar. En todo caso, al César lo que es del César.
Enhorabuena Luis. Como de costumbre haces, no se puede explicar mejor. Supongo que es consecuencia del hecho de que nuestra clase política, antes de gestionar el dinero público, no lo ha hecho ni con un puesto de pipas. De la universidad (en el mejor de los casos) a calentar la silla (o el sillón). Se buscan gestos magníficos (a mayor gloria del ideador) sin saber evaluar sus consecuencias (y sigue ocurriendo, para ejemplo el barrio de marras). Y una vez que se evidencia la metedura de pata, el/la responsable ya está en su casa viendo la tele y mirando a otro lado. En este caso, permíteme añadir lo anecdótico de haber propiciado ese nefasto fenómeno (del que todos se acusan mutuamente) de haber generado una burbuja especulativa en la zona, al haber elevado artificialmente el valor de la propiedad (paga el primo de zumosol) y dificultando con ello la iniciativa del pequeño propietario, que no puede rentabilizar su inversión compitiendo con los estándares fijados por la administración (ni puedo comprar ni alquilar por el precio que tu pones). No solo no ayudan, sino que destrozan lo que tocan.
ResponderEliminarEstimado Ramón,
EliminarEngadiría a maiores uns aspectos que se conxugan para empeorar a situación provocada pola incompetencia política.
A falla de iniciativa (privada) que se refuxia nesa ilusión de que a ruína que ten vale máis que arriscarse a facer algo con ela; porque pode vir a Xunta e facela realidade.
Pero ollo! Como sabes eu vivo nunha zona do centro que noutra cidade parecería "o Km 0 da xentrificación" (un restaurante de vangarda, unha tenda ecolóxica, un despacho de arquitecto, un local cultural, un hostel), pero non o é porque falla presión inversora, que é un problema global da cidade e singularmente de boa parte do centro; porque fallan cartos, sobra sitio e as trabas e atrancos da administración desaniman ata ó máis motivado.
Na Tinería houbo iniciativas privadas moi salientables (A Casa da Auga, O Sangro, etc.) que quedaron coma anécdotas porque outros (A Xunta e o Concello) non continuaron nin favoreceron intelixentemente ese camiño senón que o dinamitaron... Gastando un feixe de millóns, iso si.