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viernes, 26 de marzo de 2021

Maruchi y Luis de A Tasca se jubilan ¡Felicidades!

Maruchi y Luis en un fin de año (Maruchi te he "robado" la foto del Facebook jejeje)

A todos nos gusta la estabilidad: nos encanta comprar las mismas marcas, ya sean de café, cereales, atún, detergente o champú, somos fieles a las costumbres familiares o sociales tomando las uvas en fin de año o el pulpo en San Froilán… y también recalamos en los bares de siempre a tomar nuestras tapas.

A partir de la semana que viene perderemos (a medias) uno de los de siempre: A Tasca. No es que cierre, que afortunadamente ya hay quien va a seguir con el negocio, pero Luis y Maruchi se jubilan y dejan el testigo a otra gente que lo van a tener muy difícil para mantener el listón a la altura a la que lo han dejado los actuales propietarios. Junto a Manolo, su hermano, Luis lleva en A Tasca medio siglo y Maruchi se unió hace ya cuarenta años a ese trabajo tan duro, tan esclavo, tan desagradecido… y tan bonito.

¿Seguirá disfrazándose el cocinero de cerámica en Arde Lucus, Carnaval y Navidad? ¿Seguirán los pinchos morunos? ¿Seguirán alegrándonos los mandiles de colores en la cocina de A Tasca? Estoy seguro de que sí, de que los nuevos gerentes serán lo bastante espabilados como para mantener lo mejor de este local pero qué quieren que les diga, después de toda la vida de buena vecindad hostelera (ya saben que A Tasca y el Verruga estaban uno frente a otro aunque sólo físicamente porque moralmente estábamos uno junto a otros) no será igual.

Lorena y Patricia, las hijas de Maruchi y Luis han decidido no seguir con el negocio y comprenderán que poca gente les entenderá tanto como yo, que tomé la misma decisión hace ya muchos años. Les pasará como a mí, que les dolerá en el alma ver cómo se cierra la puerta a una vida entera vinculada a la casa, pero también apreciarán más cada minuto libre que de otra forma no tendrían. Es una decisión difícil pero confío en que acertada.

Ahora viene la parte más complicada para nuestros queridos amigos, el adaptarse a la jubilación tras una vida de trabajo intenso y de implicación en todas y cada una de las iniciativas que hubo en la zona. A Tasca no sólo es un local de referencia en hostelería, han sido unos compañeros excepcionales que han sabido impulsar la zona apoyando e impulsando ideas, fiestas, celebraciones, certámenes y cualquier cosa que trajera más movimiento a la Calle de la Cruz y el resto de los vinos.

Estoy seguro de que Maruchi y Luis tienen muchas papeletas para disfrutar ahora de la vida que no pudieron hacer durante décadas y si tienen la fortuna de usar el mismo “sentidiño” que aplicaron mis abuelos primero y mis padres después tendrán una jubilación despreocupada y plena, algo que merecen muchísimo.

El Verruga, el Anda, A Nosa Terra, A Tasca… los locales van cerrando o cambiando de manos, cambiando y adaptándose a los tiempos y eso no es malo, es la vida. Pero quienes vivimos tan intensamente una época que recordamos muy feliz no podemos dejar de echar de menos aquellos días en que por la semana los vinos se tomaban a mediodía y los comedores se llenaban también por las noches. Eran otros tiempos que no volverán, y todo tiene su parte positiva. La mejor de todas, la nueva vida que tendrán nuestros queridos amigos.

¡Feliz jubilación!

jueves, 25 de marzo de 2021

¿Es la Intermodal un pelotazo urbanístico?

Si se fijan en la infografía que se publica de la estación se centran en la parte inferior y dejan esos tres enormes bloques de viviendas como algo secundario... Cuando aquí hablamos de un pelotazo urbanístico en toda regla.

Patrimonio de la Xunta de Galicia ha descartado usar la “puerta trasera” para desproteger el edificio de Correos mediante un “criterio interpretativo” en lugar de una modificación del Plan General que es lo suyo. Lo que se pretendía desde el Ayuntamiento era decir “fue un error y lo protegimos sin querer”, para poder cargarse el edificio de Correos que es parte del conjunto catalogado de la estación de ferrocarril de Lugo.

Resulta chocante que justo cuando se cumplen 25 años del derribo del Gran Teatro, un símbolo de lo que Lugo ha perdido, el propio Ayuntamiento esté intentando por activa y por pasiva descatalogar un edificio para poder “modernizar” la zona. Exactamente el mismo argumento que usaron para llevarse por delante La Eléctrica, el viejo mercado de Quiroga Ballesteros, conventos y otros inmuebles significativos que conformaron durante años la estética de una hermosa capital de provincias como la nuestra. Este tipo de actuaciones siempre se consideró como un “avance” pero el tiempo ha demostrado que fueron graves errores. Y seguimos en las mismas, con ese afán de neopaletismo que desprecia lo que tiene y busca siempre diseños “más modernos” por sí mismos.

Este absurdo criterio es el que hizo que en Santiago, por ejemplo, se construyera una barbaridad de aeropuerto que está vacío (y no por la actual crisis sino que siempre lo estuvo) mientras que el viejo, que prestaba un buen servicio, se pudre allí al lado, abandonado, con esa desidia que sólo el dinero público se puede permitir.

En el tema de la estación, por lo que se nos cuenta, Patrimonio dice que vale, que si quieren descatalogar el edificio que lo hagan, pero que para eso no se puede utilizar el truco que buscaban desde el Ayuntamiento de la “interpretación” de la ficha de protección del edificio. Es decir, que aunque la ficha indica claramente que esa parte también está protegida, pretendían decir que fue “un error”… Pues no ha colado. Si lo quieren desproteger tendrán que hacerlo con todas sus consecuencias, sus trámites, con los oportunos informes y con un plazo de alegaciones y exposición pública en que nos podremos personar quienes consideremos que es un disparate lo que se pretende hacer.

Sí, ya lo sé, la Intermodal es la leche, va a convertir Lugo en una gran metrópoli y vamos a tener trenes, autobuses, aviones y submarinos que nos van a conectar con Nueva York en dos horas y con Pekín en cinco… ¿De verdad seguimos creyendo en estas tonterías? ¿Si van a poner mejores trenes, por qué no lo hacen ya? ¿Alguien se ha parado a pensar que Lugo está perdiendo cada día más conexiones de tren, que jamás llegará el AVE, y que la estación puede no ser otra cosa que un pelotazo urbanístico (otro) en toda regla?

¿Ven esas moles blancas? Son tres edificios de viviendas. ¿El nuevo Garañón? Pues parece.

¿Se han fijado en los tres enormes bloques de viviendas que han colado en el proyecto? Sí, lo que leen, tres edificios como tres soles para viviendas privadas, así como quien no quiere la cosa. Incluso un alto cargo tuvo el cuajo de decirme cuando pregunté por ellas que eran sólo “un adorno que se puso para la infografía” cuando de lo que se trata es de una realidad palmaria. Un nuevo disparate urbanístico disfrazado tras una cortina de humo de servicio público que lo único que va a lograr es destruir un entorno que en cualquier lugar civilizado se restauraría y recuperaría y alejar de un lugar comodísimo a una estación de autobuses que necesita una buena remodelación pero que presta un servicio estupendo donde está.

Tres edificios de viviendas, más grandes que la propia Intermodal. ¿Son "accesorios" o es el verdadero objetivo de todo esto?

Pero a mucha gente le cuela, que es lo importante. Al menos Patrimonio no se ha tragado lo del “criterio interpretativo” y han sido serios con esto. Ojalá sea la señal de que algo puede estar cambiando.

miércoles, 24 de marzo de 2021

Las mesas de la Plaza de Abastos

En un momento como el actual estas mesas son básicas para la supervivencia de algún negocio, y además son muy cómodas para todos. Foto: La Voz de Galicia

En la planta de arriba de la Plaza de Abastos de Lugo había unas mesas muy útiles. Servían como lugar de descanso para tomarse un café y eran utilizadas tanto por clientes como por placeros, teniendo para estos últimos la gran ventaja de no tener que salir del edificio y tener el puesto a la vista, algo importante cuando sólo el titular está despachando.

La crisis sanitaria hizo que se retirasen pero inexplicablemente no se han repuesto, a pesar de que en otros espacios municipales sí siguen instaladas. Esto puede hacer desconfiar de si habrá alguna intención oculta detrás de esta retirada. ¿Se pretende perjudicar a algún puesto en concreto? ¿Se busca el cierre de un industrial cuya supervivencia depende de esas mesas?

Estamos hablando, sí, de que el único puesto que sirve café en la Plaza de Abastos necesita esas mesas para poder seguir trabajando. La barra la tiene anulada por orden de Sanidad y cifra sus esperanzas a la recuperación de esas mesas, que aunque son de todos y para uso común, el público las veía comodísimas para tomarse el café que adquiría en este puesto.

Se retiraron a pesar de que el titular del café se ofreció a realizar la limpieza entre cada uso, lo que choca con otros elementos en idénticas circunstancia que nunca se quitaron o anularon. Sin ir más lejos, los bancos (tanto los de la plaza como los que hay por la calle) se siguen usando con normalidad sin que nadie los desinfecte entre usos, lo que nos hace sospechar que hay una interesada confusión entre motivos e intenciones.

Confiemos en que el Ayuntamiento escuche a los placeros y reponga estas mesas. Interesa a todos, pero particularmente es vital para la supervivencia de algunos, y no dejan de ser sus inquilinos, empresarios de los que la administración se tendría que preocupar particularmente.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 24 de marzo de 2021

martes, 23 de marzo de 2021

Los portazos que no se dan (y a o mejor deberían)


 Ayer hablábamos de la dimisión del concejal Miguel Couto y se decía (bueno, lo decía yo) que se había marchado sin hacer ruido y enfocaba eso como una virtud. Un habitual lector del blog hizo un comentario que me pareció muy interesante y acertado. Me hizo reflexionar sobre cómo a veces nos dejamos influir sobre nuestros prejuicios y sobre si ese silencio es positivo para la ciudad y la sociedad.

Empecemos por definir a qué me refiero con “prejuicio”. Es exactamente eso, literalmente, un juicio de valor previo a la cuestión de que se trate de forma que nos hace enfocar el asunto de una u otra manera. Los más habituales son los negativos (racismo, clasismo, sexismo, etnocentrismo…) pero se puede aplicar a muchísimas más cosas. Sin ir más lejos el nivel salarial de una persona le hace prejuzgar cosas porque le da un valor diferente a una cantidad económica. Por ejemplo, si hablamos de cobrar un euro por medicamento a quienes pidan recetas a la seguridad social seguramente al que cobre 450 euros de pensión le parecerá un disparate y a quien tenga una nómina de 2.000 lo podrá ver con cierta distancia porque no afecta tanto a su estabilidad económica. Incluso la edad influye, porque en ese mismo ejemplo una persona de cierta edad sabe que tiene más papeletas de necesitar medicamentos que una joven.

En mi caso ser politólogo me influye notablemente y tiendo a ver todo desde el punto de vista de la política. Haber militado durante muchos años en un partido también me ha marcado y lógicamente ayuda a que vea todo desde el prisma de “la organización”, algo terrible si lo pensamos con un poco de detenimiento. Hace casi una década que me di de baja y aún me influye.

Tras este pequeño rollo, y si usted ha llegado hasta aquí, se estará preguntando: ¿a qué viene todo esto? Pues es sencillo, es el prólogo que explica que me pasara por alto una pregunta importante que planteaba el lector: ¿Hasta qué punto es bueno que un concejal que se marcha lo haga “en silencio”? Todo dependerá de la causa de su retirada, pero si damos por buena la teoría de que se va porque no ha podido llevar a cabo el trabajo que se había fijado porque le han torpedeado desde dentro (y me refiero tanto a la parte política como a la administrativa) impidiéndole solventar el caos de las áreas de urbanismo, entonces ese silencio no es positivo.

Lugo es una ciudad donde mirar para otro lado es la táctica más habitual para solucionar las cosas, esperando a que se pudran y a ver si así desaparecen por sí solas, a que la persona que por una antipatía personal nos pone la zancadilla en el expediente se jubile, o que simplemente la rueda gire y en lugar de favorecer a “los otros” favorezca a “los míos”. No se afrontan los problemas, se soslayan y se intentan puentear, normalmente con escaso éxito.

Esto, que podría parecer anecdótico, probablemente sea lo que explique en gran parte la parálisis de la ciudad, y no tanto por el miedo al cambio en sí mismo sino por el pánico a hacer públicos problemas que todos conocemos. Miguel Couto es el enésimo concejal que dimite en Lugo, y ninguno de ellos, quizá por ese discutible concepto de “fidelidad al partido”, ha dicho en alto que se va porque ahí no hay quien trabaje si pretendes romper con ciertos usos y costumbres. Y cuidado, lo mismo ocurre con la oposición, donde nadie se va dando un portazo y diciendo que tal grupo es una jaula de grillos (que algunos lo son). Sin embargo este tema me preocupa más en los casos de los concejales del gobierno porque sus responsabilidades nos afectan más a todos.

¿Qué otra opción tenía Miguel Couto? ¿Dar una rueda de prensa diciendo “me voy porque me siento puteado y no tengo necesidad de aguantar esta mierda”? (Quizá con otras palabras, sí) Pues tal vez sería más útil para todos. Tal vez serviría para que alguien se vea obligado a dar un puñetazo en la mesa y así empezar a arreglar el disparatado funcionamiento de muchos servicios municipales. Alguien tendría que obligar a los que quedan a cargo del cotarro a asumir los problemas existentes que son muchos y muy graves.

Quizá mi estimado lector tuviera razón y Couto habría hecho un gran servicio a Lugo montando un Cristo a la hora de irse, pero tal vez sea el que menos lo puede o debe hacer al seguir en la ejecutiva de su partido. Sonaría a estar en misa y repicando.

lunes, 22 de marzo de 2021

Miguel Couto se va a su casa

Miguel Couto se marcha. Lugo pierde un buen concejal que lo ha intentado pero no le han dejado.
Foto: La Voz de Galicia

El concejal de Urbanismo se marcha y desde el Gobierno alegan motivos personales, aunque parece que la realidad es ligeramente diferente y son más bien “motivos de personal”.

Es público y notorio el malestar del señor Couto con lo que ha pasado en las delegaciones que de él dependían y la desautorización pública que sufrió con el nombramiento de algún jefe de servicio (recordemos que no acudió a la toma de posesión de dos responsables de parcelas de su competencia), una lucha en que primaron los intereses personales frente a los de la necesidad de llevar a cabo un cambio en profundidad del área para acabar con los problemas que arrastra desde hace décadas. El “statu quo” ganó esa guerra y el concejal es la víctima colateral que, desde mi punto de vista, no ha querido soportar por más tiempo una situación que dejaba en evidencia día tras día que cualquiera mandaba más que él en su parcela. Es una retirada digna, porque además se va sin querer hacer ruido.

He leído a la oposición criticar duramente a Couto por marcharse sin haber logrado nada en el urbanismo del Ayuntamiento de Lugo, pero estoy convencido de que es al revés y que confunden, seguramente de forma interesada, causa y efecto. No creo que se marche sin haber podido cambiar nada, se marcha, creo yo, porque no le dejan cambiar nada que no es lo mismo. No se ha podido abordar el gravísimo problema de la reforma del PEPRI, no se ha completado el 5% del Plan General que lleva diez años en un cajón, no se han incrementado los tiempos de tramitación de las licencias ni se ha desatascado la tramitación, la planificación de la ciudad (por llamarle de alguna manera) parece más propia de un crío caprichoso o de un nuevo rico ocioso que de una respuesta proporcional a las necesidades de una ciudad… Como para seguir ahí cuando encima te putean públicamente.

Pero más allá del problema puntual para el Gobierno de Lugo, que se sortea tirando de lista electoral y reasignando funciones - levantando una breve polvareda que se asentará en poco tiempo porque esta ciudad es muy desagradecida con quienes han intentado pelear por hacer las cosas bien en ella - el lío interno en la casa socialista es mayor. No podemos olvidar que de las dos alas del PSOE gallego, “la besteirista y la caballerista”, la alcaldesa pertenece a la primera mientras que el Presidente de la Diputación y Couto son de la segunda. Además, el dentro de poco exconcejal (la renuncia se formaliza este jueves) es miembro de la ejecutiva socialista y algo me dice que a ese cargo no va a renunciar, quedando ahí latente. No creo que vaya a buscar venganza, no le pega en lo que sé de él (que no es mucho, también es cierto) pero desde luego tampoco creo que sus simpatías hayan cambiado en estos dos años.

No trato a Miguel Couto. He estado con él dos o tres veces y en esas ocasiones me ha parecido una persona afable, cortés (eso hizo que me cayera bien, la verdad), y por lo poco que me ha tocado lo he visto diligente y preocupado por solventar más problemas de los que pueda crear, que aunque parezca increíble es algo preocupantemente infrecuente en este cochino mundo de la política. También es cierto que estas breves impresiones pueden ser totalmente equivocadas, y de hecho me pasó con otra persona del gobierno con la que empecé con muy buen pie pero que me ha demostrado ser mentirosa, torticera y mala gente. De hecho me ha pasado con dos ahora que lo pienso.

Pero me quiero quedar con lo bueno, en que Couto es lo que parece, una persona con un perfil trabajador que no pudo desarrollar la labor a la que se había comprometido porque le han enviado torpedos a la línea de flotación desde su propia casa. Han querido que haga ladrillos sin paja (si no han visto “los Diez Mandamientos” no sabrán de qué les hablo pero está muy bien traído hablando de urbanismo) y su solución ha sido la única que podía tomar: marcharse.

Una pena. Lugo pierde al que probablemente fuera el concejal más competente y comprometido que teníamos. Supongo que por eso se ve obligado a irse.

Le deseo lo mejor.

jueves, 18 de marzo de 2021

Estupenda restauración de los bancos del Parque Rosalía

Los bancos ya restaurados han recuperado todo su esplendor


Paseando por el parque de Rosalía el martes por la tarde me sorprendió ver que sigue habiendo muchos bancos desmontados. Si van ustedes por allí habrán visto que están restaurando las maderas de todos ellos, que estaban en un estado lamentable, y los están dejando nuevos.

No tengo muy claro de qué concejalía es esta responsabilidad, pero me gustaría tener esa información para poder felicitarles. Van lentos, sí (llevan más de tres meses con eso) pero hay muchos bancos y no sé a cuántas personas tienen en esa tarea. Confiemos que para la primavera, que es cuando comienza la época en que más se usan esas áreas, estén en estado de revista.

Los bancos en restauración se señalizan para evitar accidentes. Un buen detalle.

Esas actuaciones, pequeñas en comparación con los grandes desembolsos que se realizan para otras cosas, y que a veces pasan desapercibidas son precisamente las más importantes. Mantener los bancos en buenas condiciones puede parecer una cuestión menor, pero en mi opinión es todo lo contrario. Esos bancos son el refugio de muchas personas que si están limpios y en buen uso se animarán a acercarse a nuestro principal parque. Yo mismo siento más ganas de acercarme por allí pudiendo sentarme tranquilamente que si no hay esa posibilidad por su anterior mal estado.

Además los han restaurado bien. Han quedado nuevos y no han cometido el error (tan común en Lugo) de retirarlos para poner otros de menor calidad, más feos y más incómodos. Simplemente han restaurado la madera, incluso yo diría que han sustituido la mayoría de las tablas porque estaban bastante deterioradas, pero el trabajo ha quedado excepcionalmente bien.

Me gusta que este jueves previo al puente podamos hablar de algo bueno. Ojalá haya más noticias favorables que hagan que, además de las críticas que hacemos aquellos a los que “nos duele Lugo” podamos también traerles buenas imágenes.

Así que ya sabe, si se quedan estos días en Lugo, cosa que es más que recomendable porque una cosa es que podamos salir y otra que tengamos la obligación de hacerlo, acérquense al Parque Rosalía. Vean el mapa de España que está allí también restaurado, siéntense en los bancos y, aunque sea a través de la maldita mascarilla, respiren aire fresco de nuestro pulmón más verde.

Las mejores cosas de la vida suelen ser sencillas.

miércoles, 17 de marzo de 2021

La de Sofía sí es Monarquía


La Reina Sofía se ha vacunado, y lo ha hecho en el momento que le tocaba, con la vacuna que le tocaba y en el centro de salud que le tocaba. Es evidente que ese gesto de normalidad, de respeto a lo que a todos nos tiene que tocar en la situación que vivimos no es más que un guiño que podríamos considerar publicitario… pero también podría no hacerlo. Ella no tiene nada que demostrar a estas alturas, y valga como muestra la comparación con la situación que vivimos con el Rey emérito, que parece que se ha tomado su “jubilación” como una carta blanca para demostrar que ha amasado una fortuna al margen de la Corona (como si eso fuera poco), a la que está haciendo un daño tremendo.

No soy objetivo (nadie lo es, pero reconocerlo es importante para matizar) y les diré que siempre me ha gustado más la imagen de la monarquía que transmite la Reina Sofía que la de Juan Carlos I “El campechano”. Desde que la recuerdo, ha dado la impresión de mantener una cierta distancia institucional pero no por ello menos humanizada en lo importante. Ha sabido preservar su imagen de escándalos y vaivenes, que no debe ser fácil estando casada con quien está y tragando con lo que ha tragado. Todo por la Corona, todo por la institución, y si bien es algo discutible en lo personal es legítimo que lo haya hecho de esa manera como Reina de España.

Su imagen vacunándose en el centro de salud no ha abierto los telediarios que ni siquiera han recogido el tema hasta donde yo ye visto, y ha sido una simple anécdota que los periódicos han relegado a páginas interiores (muy interiores de hecho), y con cierta lógica porque tendría que ser lo normal… pero esto es España y sabemos que la normalidad la entendemos de otra manera, viendo hasta con cierta simpatía al aprovechado de turno o al que se salta las regla en beneficio propio. Le llamamos “picaresca” pero es simple corrupción generalizada enraizada en nuestro ADN.

Muchos sentimos que Juan Carlos I hizo cosas bien, pero que se le subió la Corona a la cabeza (perdonen el chiste) y que se consideró por encima del bien y del mal, lo que además avala el artículo 56.3 de la Constitución intentando mantener a la monarquía al margen del juego político pero que él entendió como un “haz lo que te venga en gana” difícilmente tolerable en un Estado de Derecho.

Sólo me queda confiar en que Felipe VI haya recibido una educación más “Sofía” que “Juan Carlos” y que entienda la responsabilidad que recae sobre sus hombros a la hora de intentar evitar que la institución naufrague, algo cada vez más complicado gracias a sus propios familiares más cercanos.


martes, 16 de marzo de 2021

Un año de - torpe - normativa sobre los ERTE

Oficina de empleo... Foto: El Progreso

Hoy se cumple un año desde que comenzó la tramitación masiva de los Expedientes de Regulación de Empleo, popularmente conocidos como ERTEs, causados por la pandemia. Cientos de miles de españoles han visto reducida o suspendida su actividad laboral por esta causa, y aunque el golpe ha sido durísimo, habría sido todavía peor, incluso insostenible, de no ser por la tan denostada reforma laboral, esa que el actual gobierno juró derogar en cuanto pisara la Moncloa. Afortunadamente fue una promesa incumplida.

Durante estos doce meses se han publicado nada menos que 5 reales decretos leyes sobre este asunto, a los que hay que sumar otros que les influyeron directa o indirectamente. Un cuerpo legal de difícil seguimiento que ha ido enmarañando la cuestión y volviendo locos a trabajadores y empresarios, pero más aún a gestores, administradores, asesores y funcionarios.

Es sorprendente que la ministra Díaz se cuente entre las más valoradas del Gobierno de España, cuando ha sido la irresponsable que ha liado cada vez más la tramitación haciendo que, doce meses después, estemos menos seguros de cómo se tramita y gestiona un ERTE que cuando empezó todo esto.

Comenzaron con la aprobación del Real Decreto-Ley 8/2020 que, sin dar tiempo a las autonomías a organizar a su personal o adaptar sus formularios, impuso un casi imposible plazo de 5 días para resolver la avalancha de expedientes que se arrojó sobre una desprevenida administración. Fue una locura que en Lugo se superó gracias a un titánico trabajo desarrollado sin más herramienta que el LibreOffice pero con muchísima dedicación por parte de muchos funcionarios que, al margen de sus tareas, arrimaron el hombro sin dudarlo un instante.

La Inspección de Trabajo de Lugo también desarrolló una tarea increíble, ya que originalmente todos los expedientes tenían que venir informados hasta que, como era obvio desde el principio, el Gobierno se vio obligado a modificar esa disposición ya que era absurda e incumplible. Ese fue el problema de las normativas, que se dictaron bajo la improvisación y el nulo criterio, algo muy habitual cuando se redactan sin pensarlas con un poco de detenimiento ni hablar con quienes las tramitan.

Por si todo eso fuera poco, la aprobación de los ERTEs sólo era el primer paso, porque lo gordo le tocó al SEPE. No soy capaz de imaginar lo que tuvieron que pasar los funcionarios de esa administración, que aún hoy día siguen arrastrando una inmerecida culpa por no haber podido tramitar sin errores un volumen imposible de trabajo para el que no les dieron los adecuados refuerzos. Podría entenderse hasta cierto punto que al principio no hubiera previsión, pero un año después siguen sin ellos y eso no es de recibo. Hay herramientas para reforzar el personal en emergencias como ésta y no se usaron convenientemente.

Ha sido un año de terrible confusión, y no sólo por el volumen de expedientes, que eso se puede superar con la colaboración de todos (de hecho, se hizo), sino por lo cambiante de las normativas. Nadie está ahora seguro de nada, y lo que se informaba hace seis meses como verdad inmutable es ahora un vago recuerdo.

Lo malo es que de toda esta confusión salen los incumplimientos, las sanciones, la picaresca y los problemas. Cada uno se agarra a lo que cree que le conviene y vamos a estar años pagando las consecuencias de una diarrea normativa contradictoria, incomprensible, mal redactada y absurdamente enfocada.

Ahora que el tsunami de los ERTEs se va calmando es cuando veremos mejor los daños, como en cualquier inundación se aprecian las ruinas al retirarse las aguas. Y muchos de ellos estarán causados por una terriblemente torpe gestión normativa.

Artículo publicado en El Progreso de Lugo el día 16 de marzo de 2021

lunes, 15 de marzo de 2021

Pues no sabía que había un bar de 'Maricas'' en Lugo. Habrá que ir.

No es la publicidad más elegante, pero ha sido efectiva. Felicidades a los imbéciles del bote de pintura.

Si les digo la verdad creo que los energúmenos que hicieron la pintada de “Maricas” en la fachada del edificio donde está el Hole, un bar gay, han metido la pata hasta el corvejón. No sólo por el acto vandálico en sí mismo, que en una ciudad como Lugo con tanta pintada casi pasa desapercibida (aunque últimamente parece que la cosa va a menos, supongo que el toque de queda ayuda), sino porque han logrado una publicidad para el local que éste no habría soñado.

Yo mismo no tenía ni idea de que existía tal local en nuestra ciudad. Hubo varios establecimientos orientados al público gay, lo que venimos en llamar “de ambiente”, pero normalmente no eran tan explícitos como para anunciarse como tal en el exterior. El Hole sí y paradójicamente es del que no tenía  noticia alguna.

Pues nada, habrá que incluirlo en la ronda de nuestro apoyo a la hostelería, y más siendo un local atacado por querer ser punto de reunión de un colectivo en concreto, lo que lejos de ser un gueto como muchas veces se dice es una característica como otra cualquiera, sea la de un bar country, uno de moteros o uno con billares.

Quiero agradecer a los imbéciles del bote de pintura que nos hayan dado a conocer este local. Seguramente no era su intención pero oigan, si el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones aquí pasará lo mismo pero al revés.

No sé si pretendían amedrentar a alguien, pero estamos en 2021 y las cosas ya no funcionan así, amigos míos. Los que ustedes llaman "maricas" somos personas como el resto y vivimos nuestra vida como nos da la gana. Precisamente creo que es hoy cuando se cumplen años de la entrada en el Gobierno de Zapatero, el Presidente que hizo cosas mal pero también cosas bien, como sacar adelante una ley que nos permite algo tan normal y ordinario como unirnos legalmente, casarnos, con la persona que queremos como pareja.

Así que van ustedes contra corriente, afortunadamente.

viernes, 12 de marzo de 2021

Policía Nacional, dígame... (o no me diga)

Policía Nacional - Foto: La Voz de Galicia


  • -          Policía Nacional, ¿en qué podemos ayudarle?
  • -          ¡Ayuda! ¡Están pegando a una señora!
  • -          Enviamos ahora mismo a una patrulla. ¿Dónde está sucediendo?
  • -          Aquí, al principio de Los Tilos.
  • -          Disculpe, no me figura ninguna calle con ese nombre.
  • -          Sí, bueno, es que es como le llama todo el mundo, pero no sé el nombre de verdad, pero es justo delante del Masculino.
  • -          ¿Cómo que “el masculino”?
  • -          El instituto, ¿Cuál va a ser? El que hace esquina con el Femenino…
  • -          Mire es que no me viene nada con ese nombre…
  • -          A ver, es la avenida que empieza en la Plaza Inútil…
  • -          ¿Me está usted tomando el pelo?
  • -          No hombre, que no sé cómo se llama, todos la llamamos así….
  • -          Pues como no me dé una referencia que pueda encontrar…
  • -          No sé qué decirle, es detrás de donde se pone siempre la caravana de la churrería. Delante de donde se ponen los escenarios de San Froilán.
  • -          ¿Y no me puede decir el nombre de algún comercio en esa calle?
  • -          Es que no hay comercios ni bares por aquí, es una calle que sólo está el instituto masculino y chalets… Mire, déjelo, ya se han cansado de pegar a la señora y se han llevado el bolso. Llamaré a la ambulancia… a ver si ellos conocen Lugo…
  • -          A su servicio. Gracias por contactar con nosotros.

Posible situación tras el traslado de la central telefónica de la Policía Nacional de Lugo a Coruña. ¿Podría pasar esto?...

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 12 de Marzo de 2021

jueves, 11 de marzo de 2021

Un pabellón deportivo abandonado en pleno centro de Lugo

El viejo pabellón de la OJE, en pleno corazón del casco histórico y totalmente abandonado

Esta vez estoy bastante de acuerdo con el proyecto de la alcaldesa, Lara Méndez, de hacer un nuevo pabellón deportivo. Quizá no lo ubicaría allí donde lo pretenden hacer, en una zona tan apartada de la ciudad (lo construirán junto a Las Termas, que parece que ahora es lo que quieren poner de moda) y bastante desconectada de las áreas residenciales de Lugo, pero parece que es acertado incrementar el número de instalaciones deportivas cubiertas de la ciudad.

Como a lo mejor saben, si me leen de vez en cuando, tengo una relación sorprendentemente cercana con el EMEVÉ, algo chocante porque el deporte no me interesa en absoluto, pero lazos de amistad con personas de la directiva me han unido a este meritorio y brillante club. Pues precisamente por eso les pregunté a los que saben y me dicen que sí, que hay una necesidad imperiosa de aumentar las dotaciones porque las que hay no llegan.

Este tema nos trae a muchos a la cabeza la ya vieja reclamación de recuperar el antiguo pabellón de la OJE, un espacio deportivo situado en el corazón del casco histórico y que lleva tantos años (décadas) cerrado que muchos lucenses ni siquiera conocen su existencia. Es curioso que esto sea posible, pero ya ven. Está situado en el callejón del lado derecho de la Diputación Provincial, a escasos metros de la calle San Marcos, un de las principales de la ciudad, y tan oculto como céntrico.

El problema de este pabellón es la propiedad. Actualmente algo menos del 50% del edificio lo “heredó” la Xunta de Galicia, y el resto es de tres propietarios particulares. Obviamente al tratarse de una parcela que está donde está, la tentación de tirar el pabellón para hacer pisos es muy grande y supongo que eso es lo que dificulta a la administración autonómica el intentar echarle la mano. Bueno, eso y la aparente falta de interés.

El viejo pabellón no es enorme y probablemente no sea útil para competiciones de la mayoría de los deportes federados, pero precisamente por eso sería interesante recuperarlo para otros minoritarios que así puedan “dejar libres” los más grandes. Desde esgrima a gimnasia rítmica, su magnífica ubicación podría ayudar a promocionar disciplinas menos populares.

Y por supuesto también serviría como local de usos múltiples. Tener ese espacio cubierto en pleno centro es una ventaja enorme para dinamizar la vida de un barrio, el centro, que está declarado como vulnerable por el Estado, dada la desatención pública que recibe, por mucho que se venda lo contrario.

¿Es un buen momento para esto? Es discutible, imagino, pero a la vista de que aquí seguimos haciendo las cosas como si no hubiera pasado nada, y que se siguen gastando ingentes cantidades de dinero en obras que probablemente no sean prioritarias, tal vez recuperar un espacio para uso público en una zona tan estratégica sí pueda ser una buena opción a día de hoy.


miércoles, 10 de marzo de 2021

Un año con el bicho

Un año girando en torno al coronavirus

Para mí, hoy hace un año que empezó todo.

Ya sé que a esas alturas todo el mundo “sabía perfectamente” lo que iba a pasar, y que las convocatorias del 8M eran un disparate “evidente” pero yo estaba bastante en la inopia. Preocupado, como todos, por las noticias que nos daban a cuentagotas sobre algunos casos que se habían confirmado, pero hasta esa semana de hace un año yo personalmente no sospechaba, o no quería sospechar, la dimensión real de lo que se nos venía encima. Quería creer las palabras tranquilizadoras del Gobierno (“sólo habrá uno o dos casos”) y quería seguir con mi vida normal. Pensaba que lavarnos las manos con frecuencia y vivir en una ciudad pequeña como Lugo nos pondría a salvo a todos… y no.

De hecho, lo que son las cosas, en este mismo blog se ve la evolución de lo que percibía (los blogs no dejan de ser diarios) y hablaba a finales de febrero de la paranoia por el Coronavirus y recomendaba que dejásemos las mascarillas para quienes las necesitaban (sobre todo pacientes oncológicos). El 10 de marzo ya les decía que era mejor optar por ser prudentes y no caer ni en la histeria ni en la irresponsabilidad pero… “que corra el aire”.

Evidentemente los ciudadanos de a pie tenemos la información que nos dan, pero los gobiernos deberían estar un poco más al quite. Y fíjense que hablo en plural, porque es chocante que quienes ahora aseguran que ya sabían lo que iba a pasar estuvieran convocando reuniones y concentraciones en aquel momento. Consultando el calendario veo que el día 9 de marzo de 2020 hubo un “desayuno informativo” con el Presidente de la Xunta de Galicia en un importante hotel de Lugo, con un montonazo de gente… A mí me habían invitado en representación de Lugo Monumental, pero decliné dicha invitación indicándoles que no me parecía lo más prudente con la situación sanitaria que teníamos en ciernes. Ya ven.

Esa semana fue la del duro despertar. El día 10 de marzo envié un correo electrónico a la plataforma en favor del Museo de la Romanización en San Fernando en que les invitaba a reflexionar sobre la imprudencia de mantener un acto multitudinario que estaba programado para el viernes día 13 de marzo. Hubo una reunión (que me parece recordar que fue ese mismo día o al día siguiente) en que no sólo hubo quien no apoyó nuestra llamada la prudencia, sino que nos acusaron de crear psicosis y de alarmismo. Incluso en una primera ronda de intervenciones se veía que los partidarios de suspender el acto íbamos a perder la votación. Afortunadamente el debate sirvió para algo (mencionar la responsabilidad civil siempre ayuda) y se decidió aplazar la actividad, pero aún hoy recuerdo el malestar de algunos que no muy veladamente me acusaron de querer torpedear la propuesta. Estamos hablando a tres días del confinamiento, recuerden.

Ese viernes la Xunta se adelantó al Gobierno de España y decretó una serie de medidas que el día 14 se consolidaron a nivel nacional con el Estado de Alarma en que seguimos hoy día (bueno, es otro, pero nos entendemos).

Tras doce meses y seis mil expedientes de regulación de empleo tramitados, mi vida ha cambiado como la de todos. Afortunadamente a mí no me ha tocado en primera persona, ni a mi marido, ni a nuestros padres. Sí hemos tenido muy cerca amigos y familiares que han pasado el Coronavirus aunque afortunadamente para todos con pocas consecuencias, al menos si lo comparamos con lo que podría haber sido. No les tocó UCI ni intubación, que ya es mucho decir.

Sí conozco quienes han pasado por el hospital e incluso quien se tiró meses en la UCI (el caso de Fernando Allende, por ejemplo, es muy conocido por todos) y a su pesar ayudaron a concienciarnos de lo que suponía realmente “el bicho”. Bueno, no a todos que sigue habiendo mucho cabestro por el mundo que se va de fiesta en manada.

El coronavirus ha acabado con nuestra normalidad. Recientemente me encontré con una señora a la que aprecio enormemente y que es una lúcida escritora de artículos en El Progreso. Me contó que hacía casi un año que no salía de casa y que estaba pagando un alto precio en salud. Y como ese caso, muchos más sobre todo entre nuestros mayores, que no son las víctimas exclusivas del virus, pero sí sus favoritas.

¿Cuánto va a durar esto? ¿Volveremos algún día a respirar con tranquilidad pero sin mascarilla en sitios públicos? ¿La vacuna será tan efectiva como para erradicar esta pandemia? ¿En qué plazo?

Son las preguntas que nos hacemos todos por salud, pero también por economía. Los que han sufrido las consecuencias sobre sus negocios, sus empleos o su bienestar material también son víctimas de unas medidas seguro que necesarias, pero insuficientemente compensadas.

Hoy para mí hace un año que caí del guindo y entré de lleno en la maldita “nueva anormalidad”.

martes, 9 de marzo de 2021

Lugo, la ciudad de los (carísimos) planes que no se cumplen

El Plan de Tráfico que no se sigue... Verán que la llamada "red básica" no lo es tanto porque se la están cargando los mismos que pagaron (con nuestro dinero) este plan.

Lugo es la ciudad de los planes. No se siguen, pero los coleccionamos (y pagamos generosamente con nuestros impuestos). Tenemos un flamante Plan Estratégico, que era una bobada que recogía una serie de obviedades tales como que somos una ciudad al noroeste de la Península Ibérica y mal comunicada (para ese viaje no nos hacían falta tantas alforjas), un Plan de limpieza de barrios, que a la vista del más que deficiente mantenimiento de nuestras calles es una ironía, un Plan de igualdad, que entiendo que contradice la persecución a la que fue sometida la jefa de personal, Marta López, a quien el juzgado ha repuesto en el lugar que le correspondía y del que fue cesada con una ignominiosa rueda de prensa (por cierto, también acaban de reponer en su puesto a Chus, la archivera municipal, removida ilegalmente de su plaza), un Plan Estratégico de Subvenciones, que lleva desde 2016 muerto de risa en un cajón, y mi favorito, el Plan de Tráfico.

Bueno, perdón, no es un plan de tráfico que eso es poco moderno, en realidad se llama “Plan de Movilidad y Espacio Público”, un nombre tan pomposo como inutilizado, porque no han seguido ni una coma del bendito plan.

“Es que no les habrá dado tiempo a aplicarlo” dirá el bienintencionado lector. Puede ser. Si piensa que se aprobó en 2009 y que estos escasos 12 años apenas han dado tiempo a gran cosa… (espero que se entienda la ironía). Fue “actualizado” en 2014, con el mismo resultado que el plan original: coger polvo en un cajón.

Las últimas actuaciones en materia de tráfico del Ayuntamiento de Lugo se han dirigido a volver locos a todos los usuarios, haciéndoles entrar en ratoneras de difícil comprensión (el ejemplo de lo que se ha hecho el la Milagrosa parece más que ilustrativo al respecto sin tener que añadir nada más) y convirtiendo a los indefensos conductores en generadores de toneladas de CO2 mientras dan vueltas y más vueltas intentando comprender las nuevas direcciones del tráfico.

Eso sí, las previsiones del Plan de Movilidad relativas a la peatonalización de las calles interiores de las llamadas “supermanzanas” quedaron en el olvido y es una pena porque probablemente esas nuevas vías peatonales habrían dado vida a zonas actualmente decaídas como pueden ser las calles paralelas a Camiño Real y Avenida de la Coruña.

También venían en el plan cosas como “aumentar hasta 22 los puntos de préstamo” de bicicletas. No sólo no se hizo tal cosa sino que se eliminaron los que había, convirtiendo el famoso RebiClíclate en uno de tantos sonoros fracasos de la política local destinada al cortoplacismo y el titular más que otra cosa. Quedan ahí, cogiendo porquería, los aparcamientos cubiertos que ni siquiera han reciclado poniendo una sencilla barra longitudinal tal y como propusimos desde alguna Asociación, lo que permitiría anclar bicis particulares a cubierto, en una ciudad en la que la lluvia es un problema para estos vehículos.

Tampoco se cumplen las previsiones relativas a los carriles bici. Si alguno pensaba que Lara Méndez exageraba al aprobar un carril de 14 kilómetros, supongo que se echaría las manos a la cabeza si supiera que el magnífico Plan de Movilidad multiplicaba esa cifra hasta los 47,4 kilómetros. Vamos, que habría más espacio para las bicis que para aparcar lo que, dicho sea de paso, es un planteamiento que podría funcionar si esto fuera Ámsterdam. Tal vez sea un objetivo loable, no lo tengo claro (mi opinión sobre los carriles bici ha ido empeorando a lo largo de los años porque creo que hay otras formas mejores de gestionar el tema) pero en nuestra ciudad es en todo caso falaz.

Y ahora toca el turno a la ocurrencia de complicar el tráfico haciendo que para ir desde la Puerta de Santiago hasta la Puerta de San Pedro tengas que dar una vuelta tremenda subiendo por Salvador de Madariaga (más conocida entre los de mi generación por “la calle del BB+”). Ahí, generando más tráfico para mayor gloria de la ecología y sacando tráfico de Ángel López Pérez para beneficiar a los usuarios del colegio privado, se entiende.

Este tipo de ocurrencias contradicen el Plan de Movilidad aprobado por el Ayuntamiento en su momento y que, hasta donde yo sé, sigue vigente. Hasta les diré que no tengo muy claro si eso es legal. En todo caso lo que no es ni de lejos es lógico gastarse chorrocientosmil euros en hacer planes como churros y después contradecirlos.

viernes, 5 de marzo de 2021

Mesa redonda: Destruir para construir

Hoy en vez de blog les pongo el vídeo de la interesante mesa redonda convocada por Adega bajo el título "Destruir para construir".

Confío en que les parezca de interés.



miércoles, 3 de marzo de 2021

Las ¿estúpidas? normas de la Xunta para las terrazas

Dos ejemplos de terrazas que anularon la mitad de sus mesas. La de la izquierda (en Lugo) con lógica, la de la derecha (en otra población) cumpliendo la norma pero sin el menor sentido común.
Fotos: La Voz de Galicia

La reducción de mesas en terraza decretada por la Xunta de Galicia es una bobada. Así, sin paliativos.

No me entiendan mal, es lógico que se tomen medidas para garantizar la seguridad del público y en eso estamos todos de acuerdo, bueno, menos los negacionistas a los que sería interesante contratar como enfermeros de alas COVID de hospitales sin que sea necesario proporcionarles equipos de protección contra algo que, según ellos, no existe. Pero una cosa es buscar esa protección y otra tomar decisiones ilógicas.

Verán, los aforos interiores de los locales están claramente delimitados por las normativas. Tomas la superficie del local destinada a clientela (salvo los aseos, que eso van por separado) y la divides por 1,5. Tiene cierta lógica, aunque si usas únicamente ese criterio es una chorrada porque dos personas que estén pegadas una a la otra cumplen el aforo pero no las medidas de seguridad.

Pero en las terrazas todo cambia. En la mayoría de las ciudades (en Galicia creo que en todas salvo Pontevedra) los permisos municipales se conceden para una superficie expresada en metros cuadrados. Esto hace que no se pueda determinar cuántas mesas tiene una terraza en basándonos en su licencia. Se puede interpretar que son “las que quepan” con una separación mínima de 1,5 metros entre ellas, pero es mucho interpretar porque según eso puedes apretujar mesas pequeñitas para que entren más unidades y aumentas el aforo enormemente.

Sin embargo, el problema no está ahí, sino en la práctica de la norma. Según la orden de la Xunta hay que montar la terraza entera, con las separaciones reglamentarias de 1,5 metros, y después anular con cinta o pegatinas una de cada dos mesas. Lo dice tal cual. No especifica, aunque el sentido común así lo indica, que sea una mesa sí y una no, para aumentar las separaciones, con lo que si yo anulo el 50% de las mesas, aunque las “superviventes” estén pegadas, cumplo la normativa pero no la lógica.

En todo caso no tiene sentido. Se basan en la concesión de espacios “pre ampliación” lo que anula cualquier intento de ayudar a la hostelería por parte de ayuntamientos como el de Lugo, que permitió coger espacios adicionales a quienes tuvieran esa posibilidad por su ubicación. Esto quiere decir que si yo tenía 10 mesas en 40 metros y el ayuntamiento me deja coger 80 no vale de nada, porque sigo teniendo que anular 5 mesas, lo que no tiene el menor sentido.

Sé que es una visión restrictiva de la norma, pero como no está nada clara y cualquiera se arriesga a una sanción…

Por si eso fuera poco la tontería de tener que montar la terraza entera para anular la mitad de las mesas es una ridiculez difícil de entender. Puede tener su lógica en las terrazas estables, las que no se retiran, pero para quien pone y quita todos los días los elementos, es un coñazo tener que cargar con todas sus mesas para poder aprovechar sólo la mitad.

Verán, estoy de acuerdo con la intensa campaña de vigilancia que, por fin, se ha organizado e incluso con las sanciones a quienes no cumplan, pero las normas han de tener sentido y estar pensadas para su sencillo cumplimento. ¿Tan difícil era establecer un espacio generoso entre mesas y ya? Si yo tengo las mesas a tres metros una de otra, ¿qué sentido tiene que tenga que anular la mitad?

Pues así es la normativa. Un absurdo. Bienintencionado si quieren, pero un absurdo.

martes, 2 de marzo de 2021

Lugo no es ecológico


Sacando las zarzas que salen a monte de los solares descuidados y el verdín que hay junto a los contenedores y los edificios públicos y privados abandonados, Lugo tiene de ecológico lo que yo de cura párroco. Y para muestra un botón.

En el año 2017 se inauguró la reurbanización de la calle Soto Freire, que para que nos situemos es la que está entre la estación de autobuses y la cárcel. La reforma, que se diseñó como una durísima calle de piedras y más piedras sin un triste banco en que sentarse un ratito, incluía siete árboles miserables, aunque hay que decir que todos lo son cuando se plantan. El problema es que de los siete sólo queda uno, y verán lo que dura.

Una vez más asistimos a esta estrategia de inauguración a bombo y platillo y olvido al día siguiente. Ni se repone lo que se rompe, ni se replanta lo que desaparece, ni se hacen las cosas con un mínimo sentido común.

Ahora resulta que el Ayuntamiento va a regalar cientos de árboles a quienes se apunten a una revista online que van a publicar (se ve que no le auguran un éxito excesivo y prueban la táctica de los coleccionables de RBA, a ver si así), pero no se les ha pasado por la cabeza utilizar seis de ellos para reponer los de esta calle, que es otro canto a la modernidad mal entendida del urbanismo lucense de las últimas dos décadas.

La antigua Calle San Marcos, que hoy podríamos llamar plaza, O Cantiño, el tramo peatonal de la Ronda entre Aguirre y Campo Castillo, el callejón de Santo Domingo, la nueva plaza de la Milagrosa, la propia calle Soto Freire… todo ello son desiertos de hormigón, duros, inhóspitos, fríos, desangelados… espacios que podrían haber sido rincones encantadores con árboles, pequeños jardines, césped… lo que uno ve cuando viaja un poco y se sorprende doblando una esquina de París y encontrándose con un pequeño jardín particular pero abierto al público, o un pequeño espacio de Florencia habilitado para que te puedas sentar a la sombra de un árbol y beber de una fuente. No hace falta siquiera complicarse tanto, son cosas sencillas, pedestres.

Pero parece que ese neopaletismo que impera en Lugo hace que se huya de todo lo natural, lo verde y se pirren por espacios hormigonados. Se nos vende una imagen de ecología, construyendo un barrio innecesario a espaldas de una ciudad en la que se escapa de cualquier rastro de naturaleza, cosa chocante donde las haya.

Y así seguimos, pasmados, viendo cómo ese único y triste árbol superviviente de la calle Soto Freire se ve acompañado por la única naturaleza del verdín que va trepando por los muros de la cárcel, ya que la falta de mantenimiento también afecta a eso.

Eso sí, damos conferencias por el mundo de lo ecológicos que somos. En fin…

lunes, 1 de marzo de 2021

La moralidad de los ensayos clínicos con niños

Ensayos clínicos con niños, un debate interesante.
Imagen de eldiario.es

Ayer Héctor Castiñeira (personalidad secreta de la superheroína Enfermera Saturada) puso un comentario en Facebook enlazando un artículo que escribió en El Mundo sobre las vacunas infantiles contra el COVID19. Por si lo quieren leer, cosa que les recomiendo, tienen aquí también el enlace: artículo en El Mundo de Héctor Castiñeira - Enfermera Saturada.

Como todo lector que se precie, sobre todo si es español, me quedé con un detalle que me llamó la atención: ¿cómo se puede considerar “voluntario” a un niño de 3 años? Porque claro, las vacunas hay que probarlas, y las dosis infantiles hay que testarlas con niños pequeños… el debate está servido.

Evidentemente no estoy contra las vacunas ni nada parecido no me entiendan mal, sólo que me parece un debate interesante el de hasta qué punto unos padres pueden hacer ejercer de voluntario a su hijo de tres años.

Como es natural, los ensayos clínicos no suelen entrañar grandes riesgos. Para que un medicamento llegue a esa fase se hacen una serie de desarrollos previos, pero también es de sentido común que sí tienen más peligros que la versión final del producto, ya que precisamente para eso se hace el ensayo clínico, para ver si funciona realmente y si hay efectos secundarios adversos.

Esto hace que se prueben con voluntarios, al menos en el occidente civilizado, y justo ahí es donde está el matiz. Si hay que hacer pruebas en niños pequeños y éstos no tienen ni uso de razón ni libertad de elección, ¿tiene lógica hablar de “voluntarios”? Si sus padres los ofrecen para el estudio, cosa más que razonable, ¿es éticamente lícito?

Puse un comentario sobre esto y me respondieron varias personas que relataban cómo las vacunas habían salvado la vida de sus hijos o de cómo habían ayudado a que hicieran una vida lo más normalizada posible a pesar de graves dolencias. Todos esos magníficos avances fueron fruto de quien previamente había dejado testar las vacunas y medicamentos en sus propios hijos, y por lo tanto agradecían a esa gente su gesto. No es para menos.

Pero a pesar de la bondad de la medicina y de los resultados, el debate, en mi opinión, sigue manteniéndose: ¿es moral que unos padres arriesguen la salud de su hijo para probar medicamentos sin que éste pueda opinar sobre eso? Globalmente claro que lo es, pero caso por caso no lo tengo tan claro.

Es uno de esos temas en que no queremos pensar demasiado pero cuyo planteamiento creo que nos hacen mejorar como grupo.

He estado buscando algo de información y veo que tampoco es tan sencillo como que los padres firmen un papel y hala, a inyectar al crío cualquier cosa. Hay una importante cantidad de normativas (el Reglamento Pediátrico europeo por ejemplo) y si ya los ensayos clínicos “normales” están muy tasados, cuando hay menores de por medio todas las cuestiones éticas se miran con lupa.

Aun así, a pesar de que la lógica me dice que está todo correctamente enfocado, hay algo que me chirría y que me cuesta mucho digerir en la imagen de un niño usado como cobaya, matizando por supuesto esto porque, como decía, los ensayos ya son una fase muy avanzada y no hablamos de experimentos a lo loco.

A veces uno sólo puede plantear los temas, sin darles solución… porque tal vez no la tengan.