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martes, 20 de abril de 2021

La norma gallega sobre las cenas es clasista

Desafío visual: ¿en cuál de estas terrazas podemos cenar y en cuál no? Porque son idénticas sólo que unas tienen licencia de cafetería y otras de restaurante. Ridículo. Foto: La Voz de Galicia

Desde el pasado viernes los gallegos podemos salir a cenar hasta las 11 de la noche… pero sólo en restaurantes. Bares y cafeterías mantienen el cierre a las 9, cosa que no cabe en cabeza humana sobre todo si tenemos en cuenta que la Ley de Turismo de Galicia faculta expresamente a bares y cafeterías para servir menús y raciones, con lo que es arbitrario e injusto discriminar a unos tipos de locales frente a otros.

Los artículos 77 a 80 de la vigente Ley 7/2011, de 27 de octubre, del turismo de Galicia, recogen la clasificación de las empresas de restauración en restaurantes, cafeterías y bares.

·         La definición de las cafeterías dada por el artículo 79 las describe como “aquellos establecimientos que ofrezcan, en una misma unidad espacial, servicio de barra y mesas con el fin de dispensar todo tipo de bebidas, que pueden acompañar de una oferta de restauración sencilla y de ordinario a la plancha, para lo que, en su caso, deberá contar con un servicio de cocina adecuado”.

·         En cuanto a los bares, dice que son “aquellos establecimientos que, además de la barra, cuentan, en la misma unidad espacial, con servicio de mesas, en las que podrá facilitarse a la usuaria o usuario turístico el mismo servicio que en la barra, así como con un servicio de restauración consistente, como máximo, en un menú único ofrecido por un precio global. Para la oferta de tapas y raciones y del menú, el establecimiento deberá contar con cocina acorde con los servicios que prestase”.

Se puede argumentar que la diferencia con los restaurantes es que éstos tienen que tener comedor separado de la barra, pero esa diferencia es irrelevante en este momento, ya que sigue vedado el servicio de barra en todos los locales por lo que no se sostiene ningún argumento que justifique esta medida. Tampoco parece sostenible, por ejemplo, poder cenar en la terraza de un restaurante y no en la de un bar o una cafetería.

Este criterio es arbitrario, injusto y discrimina a unos establecimientos a los que la legislación faculta para servir comidas y cenas a la ciudadanía. Parece partir de una visión clasista en que unos son “más” que otros, cuando no es el caso.

La explicación realista parece ser que “si dejamos abrir los bares la gente se irá de vinos y se emborrachará”, pero eso es una bobada por dos motivos: porque también se pueden emborrachar en restaurantes y porque se evita vedando las consumiciones que no sean cenas, a pesar de lo difícil que es definir qué es una cena. ¿Cuenta salir a tomar unas raciones como cena?

Es surrealista que si vemos una terraza tengamos que preguntar si tienen licencia de restaurante para saber si podemos cenar. ¿Acaso ese permiso diferencia los posibles contagios con el COVID-19?

Lo llamativo es que los primeros en quejarse de este tema fueron los propios restaurantes, porque aunque aparentemente se benefician, se han solidarizado con sus compañeros de bares y cafeterías entendiendo que en este momento hay que unirse.

Otra bobada de la normativa es el registro de clientes. Es una buena iniciativa, pero cae por su base al tener que hacerlo únicamente desde las 21:00 horas. No tiene ningún sentido. Sin entrar al debate sobre la protección de datos, dadas las circunstancias, lo que es completamente absurdo es que únicamente se haya de tomar nota de los datos de los que acudan a partir de las nueve de la noche.

Si la intención de esta medida es poder localizar con facilidad a las personas que acudan a un establecimiento si hay un brote, ¿no tendría lógica que fuera una medida global independientemente del horario?

La Xunta debería recapacitar sobre estas dos cuestiones porque la segunda es ridícula, pero la primera es aún peor porque hace la puñeta a una serie de locales de forma totalmente injusta.

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