Restos calcinados en el Ceao - Foto: La Región |
Pero más allá de esta visión positiva en la desgracia hay
preguntas que hay que responder y que supongo que, como les apuntaba ayer, las
compañías de seguros pondrán sobre la mesa con razonable seguridad: si tenemos
en cuenta que los camiones de Leche Río pudieron cargar el agua en la planta de
esa fábrica, ¿por qué no se pudo hacer eso mismo en las bocas de incendios que
hay en el polígono industrial?
Dice el nuevo concejal de Urbanismo, Álvaro Santos, que el
caudal de agua estaba garantizado, algo que nadie duda. El problema no es ese
sino la presión. De hecho los bomberos no pudieron utilizar el cañón de agua
porque no tenían suficiente fuerza para hacerlo.
El problema ahora viene de las pólizas y las
investigaciones. ¿Qué pasará si se demuestra que un deficiente equipamiento de
la zona del Ceao fue crítica para no poder extinguir el incendio antes de que
se extendiese? ¿Quién pagará los daños? Porque las pólizas de responsabilidad
civil a terceros son limitadas y les puedo garantizar que si algo caracteriza a
las compañías de seguros es el apego que tienen a sus millones.
Vista la mala pata judicial que caracteriza a Lugo (a las
diversas y variopintas sentencias me remito, mencionando de pasada las del Garañón,
la fábrica de la luz o la montaña de juicios perdidos contra el propio personal
de la casa) me veo venir una importante batalla legal en que podremos palmar
unos cuantos millones de nuestros euros.
Si se demuestra esa deficiencia de los medios en el Ceao, ¿podemos
culpar a Lara Méndez de esta situación? A pesar de que soy muy crítico con la
gestión del gobierno local, no me atrevo a llegar hasta ahí. Tampoco a
exculparlos, porque hay una responsabilidad (que no necesariamente es lo mismo
que una culpa).
Una vez más es una situación heredada. El polígono es
viejísimo y las medidas de seguridad que eran obligatorias cuando se construyó
están más que superadas por las normativas vigentes a las que, por cierto,
normalmente todo el mundo se resiste porque son caras y no les ven utilidad
hasta que pasan estas cosas. También es cierto que si se destinasen los
esfuerzos (y los millones) que se invierten en proyectos de discutible
necesidad en poner al día lo que ya tenemos otro gallo nos cantaba.
Lugo es una ciudad de 2.000 años pero que en los últimos 20
está envejeciendo a una velocidad pasmosa. Quizá sea el momento de hacer una
auditoría de la ciudad. Una buena inspección objetiva, profesional y que revise la eficiencia de los servicios que se prestan, el mantenimiento de las
estructuras, el uso que se les da… Aunque es casi imposible que eso se haga de
forma separada de la política que todo lo emponzoña.
También es verdad que si mañana anunciasen esa iniciativa reconozco que yo mismo la vería con desconfianza, porque ya hemos pagado muchos “planes” que sólo han sido de cara a la galería: el estratégico, el de subvenciones, el de igualdad, el de movilidad… papel mojado, carísimo papel mojado que no ha servido para nada.
Quizá Lugo necesite parar (sí, aún más), tomar aire y reflexionar sobre lo que queremos hacer con nuestra ciudad. Tal vez sea el momento de una auditoría que nos diga en qué estado real estamos para saber a dónde queremos ir.
Estimado Luís,
ResponderEliminarTémome que o estado real no que estamos podemos sabelo/temérnolo todos; e posiblemente as medidas necesarias xa non so para chegar a donde queiramos ir, senón a onde non teñamos máis remedio ou opcións, non as quere tomar ningún político.
En calquera caso, é necesario facelo público.
Esa auditoría debería incluir a las empresas de O Ceao? Menos del 30% de las mismas cumplen las diferentes normativas (urbanísticas y otras de cada sector) y, además, es imposible que puedan adaptarse a ellas en las ubicaciones actuales. Debería instar a su cierre el Ayuntamiento? Menos echar la lengua a pacer sin saber de lo que se habla, porque por intentar tirar una pedrada al Ayuntamiento, se puede desmoronar un Polígono entero, donde trabajamos muchos lucenses
ResponderEliminarSi lee el artículo antes de comentar verá que quien echa la lengua a pacer es usted, porque yo hablo de servicios públicos.
EliminarDe nada.