La encuesta de "medio mandato"

Los cuatro cabezas de lista con representación a día de hoy. Foto: La Voz de Galicia

El fin de semana pasado publicaba La Voz de Galicia una encuesta de Sondaxe que dejó a todos descontentos… aunque a unos más que a otros, como es lógico. Yo resumiría la encuesta diciendo que la gente no sabe muy bien a quién votar, y no me extraña.

Hace ya años que en Lugo se vota por descarte: “a este no, a este tampoco…” lo que hace que gente que tiene ideologías liberales acabe cogiendo la papeleta del BNG y otros que se consideran de izquierdas hayan votado al PP buscando una alternancia que no se produce en Lugo desde el siglo pasado.

A mí la encuesta me produce mucha tristeza. Nadie aprueba, lo que significa que a los muchos dieces de los afines hay más ceros todavía de los detractores, en una espiral destructiva que refleja esa política absurda del “morir matando” en que estamos instalados. Ya no se trata de dialogar y buscar puntos en común, sino de implementar unilateralmente políticas monolíticas que se aplican si la mayoría da para eso. Y si no da, se fabrica.

Los lucenses vemos cómo se dilapidan enormes recursos en chorradas (una pasarela que nace en una isleta de una carretera nacional, unas “caldas” que son piscinas colectivas con agua calentada con una caldera, peatonalizaciones que cuestan fortunas pero que no prevén cosas tan obvias como quitar los cables de las fachadas, una serie de cambios en el tráfico que contradicen el Plan de Movilidad del Ayuntamiento…) mientras se monta en cólera cuando alguien tiene la osadía de señalar que faltan papeleras o que hay baches. No es que los árboles no nos dejen ver el bosque, es que te aporrean con la rama más grande que encuentran cuando avisas de que está ardiendo.

La contradicción de ver que los principales problemas de los lucenses son los que gestiona el partido del gobierno que sube un concejal (el BNG) es llamativo. Parece que, por razones que se me ocultan, los votantes no relacionan los problemas de tráfico con quien tiene la responsabilidad de evitarlos, y eso que aún no hemos empezado con las “reformas” profundas, que nos va a dar un mal (espero equivocarme). Los del BNG van de tipos simpáticos y funcionó en 2019, pero desde que gobiernan con puño de hierro en sus áreas se ve que esto no es realmente cierto, y si no me creen pregunten en la Plaza de Abastos y verán… A ver lo que tarda en darse cuenta el electorado que, con comprensible ilusión, les apoyó hace un par de años.

Por su parte Lara Méndez sobrevive en la encuesta, manteniéndose a flote como principal partido… del gobierno. No es que sea gran cosa, pero es algo y si eso le supone mantenerse en el cargo cuatro años más supongo que firmaría ahora mismo esos números. Las siglas pesan, el Gobierno de España entiendo que también (si es que cuando lleguen las municipales sigue ahí) pero corre el riesgo de que si las tendencias continúan por este camino se vea votando a un alcalde nacionalista y pasando a ser segunda entre los segundos. 

Saber esto hará que en breve el bipartito se tensione (aún más, quiero decir), sobre todo cuando se le pueda echar en cara a Arroxo, por ejemplo, que vote a favor de cosas que antes denunciaba como disparates (como la mencionada pasarela sobre la Nacional VI) o a Lara consentir desmanes como la persecución a placeros dentro del mercado municipal.

Instalados en ridícula e inaceptable política de la foto del momento, la inauguración y el nulo mantenimiento quien más debería preocuparse es la oposición. Con la que está cayendo, con lo mal que se está haciendo prácticamente todo en el Ayuntamiento y la política del disparate continuo del Gobierno… si a pesar de todo esto las encuestas dan la desaparición de uno de los grupos (Ciudadanos) y la pírrica victoria del otro (el PP, que se quedaría a dos concejales de poder gobernar, con lo que la situación sería la misma) es que algo están haciendo extraordinariamente mal. No logran ser alternativa, ni lo conseguirán si siguen por ahí.

El PP sigue sin encontrar un candidato que conecte con los lucenses, lo que es fácilmente explicable porque llevan años con cabezas de lista que parece que en lugar de afrontar la tarea con ilusión y con ganas “nos hacen un favor” a todos presentándose a un puesto que no quieren, y eso se les nota. Tampoco es que las alternativas que se barajan dentro de los “posibles” sean para tirar bombas. El PP sacrificó a sus mejores valores, dejando “caer” a gente que podría ser una magnífica opción. Pienso concretamente en dos personas que espero que me disculpen por mencionarles pero que serían extraordinarios candidatos: Luis Lamas y Eugenio Corral. Creo que ni uno ni otro se meterían a encabezar una lista, y que ni hartos de vino se sumergiría ahora en ese lodazal, lo que es comprensible pero una pena.

Por su parte Ciudadanos sigue equivocando la estrategia. Pensaron que con trabajar duramente, preparar los temas y dar replica a todo en el pleno lograrían algo, y no. Además de haber cometido errores manifiestos (llevar a pleno una denuncia sabiendo que no era justa es su pecado más grave en mi opinión) fallan miserablemente en su comunicación, cifrando todo a unos plenos que no siguen ni siquiera todos los concejales. Ya no digamos los votantes o la prensa. Tampoco ayuda que la marca C’s esté en caída libre, siguiendo los pasos de UPyD, otra agrupación que no encontraba su espacio ni con ayuda de una linterna. Pues van por el mismo camino aunque aún están a tiempo de reaccionar dejando los pesos muertos y apostando por un enfoque puramente local.

Las encuestas son una foto fija de un momento, es cierto, pero la nula evolución de esa foto también es una trayectoria. Quedan dos años para ver si se altera el rumbo.