La Tinería sigue siendo la zona cero de la prostitución sin que aparentemente nadie mueva un dedo salvo para hacer "la foto". Foto: La Voz de Galicia |
Estaban por allí las prostitutas habituales, que entablaron
conversación conmigo preguntándome amablemente si necesitaba algo. Inicialmente
pensé que me estaban ofreciendo sus servicios pero no, sabían perfectamente qué
hacía allí. Incluso alguna me conocía por el nombre, cosa que reconozco que me chocó
un poco al principio, pero, como llevan en la zona toda la vida ejerciendo su
profesión, tiene la misma lógica que se fijen en alguien que sale a veces en la
prensa hablando del casco histórico que la que veríamos en que se fijase el que
tiene un bar o un comercio. No dejan de ser personas interesadas en la
evolución del recinto amurallado.
Estuve un rato hablando con ellas y aunque no es la primera
vez, sí reconozco que en esas charlas es cuando recuerdas realmente que tras
cada persona hay una situación diferente. Desde la que no pudo evitar que se le
saltasen las lágrimas porque se vio obligada a volver a ejercer tras haber
abandonado ese mundo, hasta la que sin rubor alguno defiende que es una
profesión como cualquier otra y que la prefiere a fregar suelos. Cada persona
es un mundo, y cada cual enfoca la vida como le parece oportuno.
Les diré que las denuncias en que todas estaban de acuerdo
eran comunes: que la reforma de la Tinería es una tomadura de pelo, que las
viviendas en que se han gastado muchos millones de nuestros euros tienen unos
problemas terribles que hacen que mucha gente las abandone (por ejemplo, que algunas
“sudan” cuando llueve, por las grandes filtraciones de agua que hay), que la
zona está descuidada por parte de todas las administraciones … y que ningún responsable
político les ha ayudado. Sólo van por allí cuando se acercan las elecciones a
prometer cosas.
Me llamó la atención la profunda decepción que transmitían
en dos partidos políticos en concreto: el BNG y el PP (incluso personalizaron
en Arroxo y Ameijide). Si me despertó curiosidad es porque la mayoría de las
personas tendemos a culpar de todo a la cabeza del municipio, es decir, a la
Alcaldesa en este caso, pero el análisis que me hicieron sobre la situación fue
mucho más profundo, una revisión sobre expectativas generadas por esas dos
agrupaciones y hoy en día incumplidas.
Sus sueños son los mismos que los de cualquiera: cuidar de
sus familias (de un marido con cáncer, de unos nietos cuyos padres trabajan en
profesiones que ni les genera el salario mínimo, montar un bar o tener un
pequeño local para salir de la calle…). Llevados a otro escenario, pero los que
tiene cualquier persona: mejorar.
Me hablaron como una heroína de una compañera que dejó la
calle porque se casó con un funcionario, pero que siguió vinculada al barrio
visitando a sus otrora compañeras y cuidando de una colonia de gatos que, a su
muerte, se vieron en peligro porque algún avispado tapió una casa con ellos
dentro. Tuvieron que ir con la protectora a sacarlos.
Historias inconexas resumidas aquí. Algunas con final feliz,
otras no tanto, pero todas de personas como las demás, que se buscan la vida
sin recurrir al robo ni a más ilegalidad o supuesta inmoralidad que la de
traficar con su propio cuerpo.
Lucenses como todos nosotros, aunque siempre olvidadas y dejadas de lado por una sociedad hipócrita que pretende decidir por ellas su propio futuro.
Pues me parece muy bien el escuchar a estas chicas que son personas como otros, y lo que piden o les gustaría.
ResponderEliminarEl problema, creo yo, es que cuando alguien va a escucharlas es con un deje paternalista, pensando en "sacarlas de esa vida" o en cosas por el estilo. Hay de todo. A quien quiera salir hay que ayudarle, y a quien quiera permanecer no se le puede condenar...
EliminarLa prostitución debería ser legal.
ResponderEliminarEs que técnicamente NO es ilegal. Simplemente no está regulada, pero tampoco ilegalizada.
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