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jueves, 30 de septiembre de 2021

La peatonalización del centro sí o sí

La calle de la Reina con coches. Una imagen que no puede volver

Cuando leemos en un titular que “todo” el casco histórico será peatonal en 2024 algunos veo que se echan las manos a la cabeza. No se han dado cuenta, supongo, de que lo que falta por convertir en peatonal son, literalmente hablando, 5 calles: Montevideo y su extensión, Bolaño Ribadeneira, un tramo pequeño de Amor Meilán, otro de Quiroga Ballesteros y San Fernando.

La calle del Teatro ya es prácticamente peatonal, porque sólo entran ya quienes van a los aparcamientos subterráneos o a sus viviendas, aunque si quieren la añadimos a la lista porque sí es cierto que se cerraría el paso al carga y descarga de Santo Domingo, que ya se está usando incorrectamente.

Hay cosas que algunos llevamos proponiendo durante años, como convertir San Fernando en una vía de doble sentido para el acceso al aparcamiento desde Avenida de la Coruña y desde la Ronda sin dar toda la vuelta por Montevideo, y que ahora doy por sentado que se va a afrontar. Esto permitiría la peatonalización no traumática de esa última calle.

La peatonalización no ahuyenta al público, todo lo contrario. Lo que sí hace que la gente se sienta intranquila es “despeatonalizar”, como se ha hecho en San Marcos, donde no pasaba ni un solo coche y ahora entran y salen de un nuevo garaje que hay allí, un asunto que hay que confiar en que se solvente con esta nueva iniciativa.

Llama la atención la fecha elegida: 2024, un año más tarde de las elecciones municipales que tendrán lugar en 2023 con lo que esto, unido a la imposición del criterio de la alcaldesa en el tema de las barracas, nos hace ver que ya hemos entrado en el largo, larguísimo periodo “preelectoral”. Lo bueno de ese punto de vista es que se hacen cosas, así que no hay nada que objetar sobre todo si se está de acuerdo con ellas como es mi caso en estos dos temas.

La peatonalización de Lugo tuvo su punto álgido durante el mandato de Joaquín García Díez, que convirtió una ciudad abarrotada de coches en una zona amable para el ciudadano, algo que levantó polémica pero que se demostró un acierto. ¡Qué digo acierto!, ¡una necesidad! Nadie contemplaría hoy los coches en Reina o Plaza de España o el aparcamiento que había en Campo Castillo.

Todos los cambios con difíciles, sí, pero si se hacen con cierto “sentidiño” no tienen por qué ser malos. Eso sí, es necesario afrontar antes la cuestión de las alternativas: aparcamientos decentes (para lo que es básica una medida como la ampliación de las plazas de Santo Domingo, algo que nos han anunciado como siete u ocho veces sin que se haya producido), un autobús que funcione (ahora lo hay, al menos con el centro, pero está mal publicitado porque no quieren reconocer que la solución es promocionar Moovit, quizá por ser una APP hebrea, yo qué sé), el movimiento de mercancías (estamos ahora con cambios en eso que han hecho de espaldas a los transportistas y los empresarios del centro, sorprendentemente) y la promoción de la cultura peatonal.

El futuro del casco histórico es la peatonalización absoluta, es indiscutible. Lara acierta y sólo falta ver cómo afrontarán los problemas derivados de esa necesaria medida.


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