La vacunación ha sido la salvación de la gran mayoría |
Bueno, pues ya lo dejo hecho. He pasado el Covid de las narices y he tenido la suerte, basada principalmente en estar vacunado, de no haber sufrido más que leves síntomas. En concreto algo más de mi tos habitual.
Siete días metido en casa, relativamente porque al perro había que sacarlo igualmente, me han servido para hacer esas cosas para las que nunca se tiene tiempo: aficiones, escanear negativos de fotos viejas… ha sido un pequeño aislamiento sin mayor preocupación que la de teletrabajar los días no festivos desde un ordenador de casa, que para qué les voy a engañar, es más cómodo que ir al a oficina.
Me siento enormemente afortunado. Veo que sigue habiendo ingresos en los hospitales, en las UCIs e incluso fallecimientos por Covid, lo que me temo que será la tónica habitual de las próximas semanas dada la extraordinaria expansión del virus en estas semanas. Cerca de 300.000 contagios desde el viernes pasado es una barbaridad, que menos mal que nos pilla a la mayoría inmunizados porque de lo contrario sería una masacre.
En cuanto a la gestión en sí del tema ha sido razonable aunque algo más floja de lo que cabría desear. Cuando hice el test (que me dio un compañero de trabajo porque parecía que mi habitual tos iba en aumento) y me dio positivo me marché directamente a casa e intenté contactar con el teléfono de seguimiento del Covid, el 881 540045.
Tuve que hacer cuatro llamadas, con una espera de media hora larga en cada una de ellas, para que en la última mi paciencia superase a la avalancha que debían tener en las centralitas lo que, vistos los números publicados recientemente, era mayor aún de lo que esperábamos todos.
Cuando conseguí hablar con el Sergas un amabilísimo operador me explicó que no debía acudir al centro de salud salvo que mis síntomas fueran a más y utilizar el sentido común. También me dijo que me llamarían en 48 horas y aún estoy esperando esa llamada.
La sensación de que cuando pasan los 7 días puedas salir a la calle sin más es rara. Realmente es una estupidez extrañarse, porque con la gripe haces exactamente eso sin que nadie te dé un alta, pero como en esto todos somos novatos estamos algo despistados. Personalmente para quedarme más tranquilo la mañana del día de mi “liberación” hice un test de antígenos que me dio negativo y que me hizo afrontar la salida con más garantías.
Nos dicen ahora que el Gobierno plantea afrontar el Covid como una gripe. Parece tener todo el sentido del mundo, pero la confianza en la administración en este país es más bien baja como se demostró en aquella ocasión en que recomendaban una vacuna y las colas para ponerse la otra suponían el 99% de la población. Que hace un año el Presidente del Gobierno saliera a recomendar hacer vida normal y anunciase el fin de la pandemia tampoco ayuda a creer en los mensajes oficiales.
Menos mal que tenemos gente como Héctor Castiñeira (cuyo alter ego es Enfermera Saturada) que nos ha ayudado a sobrellevar esto haciendo de faro, de guía en que apoyarnos informando puntual, detallada y comprensiblemente de las cuestiones más importantes.
En resumen: precaución, sentidiño y respeto, pero no ese terrible miedo que mucha gente todavía siente por el Covid. ¿Es posible todavía enfermar de gravedad o incluso morir por este virus? Sí, sin duda. También lo es con la gripe y no veo esa psicosis colectiva pero es totalmente comprensible.
Muchos ánimos a todos y, si aún no lo están, vacúnense… No se dejen llevar por los conspiranoicos y recuerden que la ciencia es la que ha hecho que la esperanza de vida del ser humano se haya multiplicado en relativamente pocos años. No es una cuestión de fe, es puro sentido común.
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