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miércoles, 14 de septiembre de 2022

La vuelta al cole del vandalismo

La vuelta al cole.

La finalización del verano hace que volvamos a las viejas costumbres: los atascos en García Abad, las largas colas en los semáforos, el regreso al cole aparcando en las aceras… lo normal. También regresa el vandalismo, que estaba de vacaciones por lo que se ve, y una de las primeras víctimas ha sido, por no variar, el Carmen.

En esto les diré que no se puede culpar al Ayuntamiento o a la polícía, o al menos no exclusivamente. Vale que todos menos ellos sabemos dónde hay botellón y se causan daños y que parece que miran para otro lado porque “los chicos tienen que divertirse” (esa frase me la dijo un policía hace ya años, siendo alcalde Orozco, cuando hablábamos de las protestas de los vecinos por los ruidos nocturnos en una calle). Si ahora se “divierten” así, pues se ve que no hay gran cosa que hacer.

¿Apostamos por la concienciación? Sí, parece que es lo progre y lo chulo, y sin duda es una de las patas en que se apoyaría una solución para esto, pero por sí misma me da la impresión de que no va a servir de gran cosa. ¿Alguien no sabe que no puede destrozar las cosas o dejar la basura tirada? ¿Tan lerdos somos que necesitamos que alguien nos coja de la manita para explicarnos que los papeles van a las papeleras y las piedras se dejan tranquilas? Pues se ve que sí.

Seguramente la única solución sea la de la vigilancia y la sanción, y aunque es imposible estar en todas partes al mismo tiempo, sí, también es difícil de entender que no se esté en los sitios habituales a las horas habituales en que pasan estas cosas. No parece tan difícil.

En fin, a la vista de la inacción pública, habrá que optar por lo único que nos queda a los ciudadanos de a pie: la protesta y la concienciación. Así que recuerden: tirar basura al suelo está mal. Romper las cosas está mal.

Misión cumplida...

3 comentarios:

  1. Estimado Luís,
    Di vostede que a única solución é a da vixiancia e a sanción e que é imposible estar en todas partes (tamén falaba de cámaras inicialmente pero creo que editou o artigo).
    Iso é certo se pensamos que a misión de vixiar é únicamente da policía, pero non é certo (a de sancionar sí).
    Hai xa máis de 60 anos Jane Jacobs estudou este problema nun libro ("Morte e vida das grandes cidades" / "The Death and Life of Great American Cities") e foi tamén desenrolado (hai 50 anos) por Jan Gehl e a solución permanente non pasa por poñer máis policía, senón por poñer máis xente, máis vida nesas zonas; máis ollos alleos que poidan vixiar ós que alí están e qué fan.
    A nivel cidade apostar por máis vida nas rúas, máis densidade e espazos máis humanos é unha boa inversión, tamén en seguridade.

    No caso concreto do exemplo (O Carme), a solución pasaría por facer que esa zona da cidade tivese máis vida a todas horas, que fose un percorrido cómodo para ir a pasear, para comunicar o centro ca rolda do carme e mesmo o río, ou simplemente para estar. O potencial para todo iso teno, ademais de solucionar ese problema de vandalismo rexeneraríamos e recuperariamos para a cidade unha zona moi interesante, e a inversión non sería esaxerada (e menos nunha cidade que malgasta cartos en tontadas) é poñer unhas farolas, uns bancos (de madeira) e facer que sexa un sitio agradable para estar e pasear... incluso para a policía.

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    1. Amigo Anxo:

      Sí, he editado el artículo porque donde hablaba de cámaras mencionaba un grupo de Whatsapp y me han hecho ver que es un grupo privado y no es correcto meterlos en estas cosas. Creo que pueden tener razón y por si las dudas... tijera.

      En cuanto a sus observaciones, totalmente de acuerdo. La vida en las calles solventa estas cosas, pero es difícil llevar vida a una zona de huertas (me refiero a personas transitando por allí continuamente).

      En lo que sí creo que estamos de acuerdo todos es en que la situación no puede continuar así.

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  2. Cuando era joven no tuve el instinto de rebentar el mobiliario, pero puedo entender su punto de vista. Es normal que la juventud intente destrozar en vez de crear. El mundo que les estamos dejando no es precisamente un paraíso. Nosotros no veíamos ni la mitad de lo que pasaba en las altas esferas. Hoy con toda la información que hay cualquiera con dos dedos de frente pueden ver lo que se cuece. Lo que se cuece no es pan, es una bomba. Si queremos arreglar a la juventud, primero tendríamos que arreglarnos los no jóvenes.

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