Las piscinas infantiles tendrán que ser suprimidas. Foto: La Voz de Galicia |
El Club Fluvial se ha dado un nuevo encontronazo con la dura realidad. No sé si recuerdan aquellas grandilocuentes declaraciones del señor Tito Valledor, presidente de esa Sociedad, en que venía a decirnos que la justicia pondría a cada uno en su sitio. Pues bien, tenía razón, la justicia lo ha puesto en su sitio y le ha vuelto a decir que no tiene razón. Y para mayor fantasía el Fluvial tiene que pagar las costas del juicio, porque su demanda no hay por dónde cogerla.
La sentencia condenatoria es del pasado 17 de noviembre, y ya han pasado los 20 días para poder recurrirla en casación al Supremo, algo que la Sociedad anunció que no haría porque quiere abrir una nueva etapa de diálogo, lo que viene a ser una bajada de orejas parcial, porque de los socios que expulsaron injustamente sólo han readmitido al que recurrió, y eso porque les obligó el juzgado que si no tampoco. Deberían llamar a los demás y, tras una disculpa, pedirles que vuelvan.
Vamos a analizar la situación por partes, que tiene su enjundia.
1.- ¿Cuál era la situación de partida?
El Club Fluvial tenía una serie de concesiones administrativas para el aprovechamiento de las aguas del río Miño. La última se concedió el 6 de octubre de 1998 por un plazo de 20 años que, como es lógico, venció en el año 2018. Aquella autorización incluía el desvío de agua para llenar dos piscinas, legalización de ciertas instalaciones y autorización de vertidos de acuerdo al reglamento oportuno. Se incluía explícitamente que la duración de las ocupaciones de terrenos de dominio público necesarios para las obras vencerían en el mismo plazo de 20 años.
El Fluvial siempre ha vendido que lo que pretendía era una “renovación” de la concesión, lo que ya nos indica la poca idea que tienen de lo que están hablando, lo que no tiene importancia en una conversación de bar pero mucha si eres el gestor del chiringuito. Una concesión no se puede “renovar”, una vez que finaliza se saca a concurso desde cero y de hecho el haber estado antes no puede puntuar para seguir estando. Si tenemos claro eso vemos que la historia del Club Fluvial es irrelevante a los efectos que nos ocupan. Podremos estar de acuerdo o no, pero es lo que dice la ley.
2.- ¿Dónde está el problema que impide dar una nueva concesión?
En la propia solicitud del Fluvial, que pide cosas que son ilegales. La ley ha cambiado. Los usos que antes se permitían en los márgenes de los ríos ya no son autorizables y por lo tanto no se puede dar esa concesión. Concretamente, dice la sentencia, lo que se quiere instalar es contrario a lo dispuesto en el artículo 49.2 del PHMS, que no admite tales usos, con lo que poco más se puede añadir.
3.- ¿Y qué pasará ahora? ¿Supone esto el fin del Fluvial?
No, para nada. Según el propio señor Valledor en declaraciones a El Progreso, al perder esta demanda “tendríamos que hacer una especie de cierre a lo largo de los terrenos que son propiedad de los socios, dejando los cinco metros de servidumbre, en donde habría alguna puerta para que los socios pudiesen acceder al río”. Si eso supone que la gente se dé de baja o no de la Sociedad es otro cantar, lo iremos viendo, pero ya ven que ellos mismos reconocen que han de modificar todo el margen del río (tras pedir autorizaciones, que no procedan como en otras ocasiones en que han hecho barbaridades).
4.- ¿Con esto terminan los problemas legales del Fluvial?
No. Todavía estamos pendientes de saber qué pasa con la obra ilegal del aparcamiento que hicieron y que, hasta donde yo entiendo, han de reponer a su estado anterior, pagando además las correspondientes (y abultadas) sanciones que saldrán de las arcas del Fluvial, cuya deuda sigue siendo considerablemente alta.
Conclusión:
Lo que está más que claro es que no sólo han presentado mal el proyecto sino que han actuado poniéndose en contra a una parte importante de la ciudadanía, a la que no nos gustan las amenazas ni la arrogancia con que se ha gestado todo esto, intentando imponer la voluntad de una entidad privada a la legalidad, presionando a la Alcaldesa con supuestas manifestaciones y expulsando a socios por la simple osadía de discrepar de lo que se estaba haciendo y que, como el tiempo ha demostrado, no sólo era inoportuno sino ilegal.
No han pedido disculpas, por supuesto, sino que han seguido desafiando con arrogancia y chulería a todo el que se les ha puesto por delante, incluido un servidor.
En manos de los socios está el futuro del Fluvial. No veo que nadie mueva un dedo para cesar a quien ha demostrado reiteradamente no estar a la altura del cargo, a quien ha confundido la presidencia con la propiedad del Club, a quien lo ha usado como su cortijo particular, pero oigan, allá ellos. A sus cuotas irán las multas, sanciones y perjuicios causados por esa forma de proceder y si se hunde el Club, la culpa será de todos y cada uno de los socios, unos por acción y otros por omisión.
Decir que si el Fluvial se hunde será culpa de TODOS LOS SOCIOS es como poco inexacto, señor Latorre. La prueba la comenta usted mismo, hay un grupo por desgracia no demasiado nutrido que nos hemos enfrentado al Presidente y por alcance a su Junta Directiva, lo que ha conllevado la expulsión de varios de ellos, pero los socios de número no podemos hacer más que esperar a que haya nuevas elecciones, que se presente otra candidatura, e intentar echar al señor Valledor, adláteres, y renovar a los que supuestamente nos representan, que son los socios compromisarios (los únicos que tienen voz, voto, y no sé si la capacidad para presentar una moción de censura) a través de las urnas, entretanto no nos queda más recurso que el pataleo.
ResponderEliminarSi a usted se le ocurren otras medidas a tomar le agradecería que nos asesorase, le estaríamos muy agradecidos, la mayor parte de los que conformamos la sociedad somos legos en este tipo de materias.
Gracias por detallar la situación y felicidades por el artículo.
Un saludo.
Buenos días
EliminarNo he leído los estatutos pero sería sorprendente que no haya un mecanismo de referéndum consultivo a los socios promovido por x número de ellos.
Por otro lado, entiendo que para elegir a los socios representantes hay elecciones... si nadie se molesta es difícil que se complete un cambio...
Hasta donde yo sé según los estatutos es un sistema presidencialista donde, valga la redundancia, el presidente escoge a su Junta Directiva y compromisarios (200), y la situación sólo se puede revertir mediante una moción de censura (que tienen que proponer los compromisarios), o esperar a las nuevas elecciones, los socios de número tenemos voz, pero no voto.
EliminarDicho esto, sin conocer los estatutos quizás usted no debería opinar tan alegremente.
Yo le recomendaría que se los leyese y si ve que hay alguna otra forma para cambiar la situación ya le da para exponerlo en otro artículo, le estaríamos muy agradecidos por su aportación.
Un saludo de nuevo.
Estimado Luís,
ResponderEliminarNon se preocupe, cando se eliminen esas piscinas, os nenos poderán usar a praia fluvial de Lugo... Ou se cadra o ano seguinte, como sempre. (Levamos máis dunha década na que se nos promete esa praia para o ano próximo)
La prepotencia tiene un precio.
ResponderEliminarEl fin del Club Fluvial?. Muy probable. Pero no es culpa única del presidente. Ahí está la junta directiva y los 200 socios compromisarios. Los que fueron a las asambleas dijeron amén. Otros ni fueron...
Los que discrepamos en su día, nos expulsaron. Pues ahí estamos...
Si lo dice por mí, difícilmente voy a ser candidato cuando ni siquiera soy socio.
ResponderEliminarParece que hay una guerra abierta para acabar con una sociedad histórica de la ciudad que funciona bien o regular, pero funciona. Sin disponer de una alternativa viable similar a este club. Más bien parece que se ha llevado a un tema político o personal que podría afectar negativamente a todos los lucenses.
ResponderEliminarEspero una pronta solución al conflicto para que podamos seguir disfrutando de este maravilloso club.
Una lectura de la hemeroteca le permitirá comprobar que ese "conflicto" no es una persecución sino que es una situación derivada del proceder de la Directiva y el Presidente del Fluvial.
EliminarAhora bien, si usted opina que hay que hacer como lo que vemos últimamente en que se despenalizan los delitos por intereses políticos... pues es una opinión... la mía no, por supuesto.
Guerra abierta?. De quién?. El presidente y su actitud arrogante enfrentándose e incumpliendo la legalidad, y quien se lo permitió, es quien tendrá que dar explicacipnes...
EliminarEsta situación en la que se encuentra el Club Fluvial, posiblemente, se pudo haber evitado.
ResponderEliminarEn este grupo de críticos nos cansamos de avisar (denunciar) que la gestión de la Junta Directiva no era la correcta. Ya no solo por la gestión en sí, que deja mucho, todo que desear, sino por la ACTITUD que caracterizó al Sr. Valledor, que en todo momento mostró un comportamiento arrogante, no solo con las instituciones públicas, con las que tenía todas las de perder, sino, lo peor, con los socios, que en definitiva son los dueños del Club, y, lejos de escucharlos, hizo oidos sordos, atreviéndose a expulsarnos con la connivencia de los socios compromisarios; si esos socios, cuyo principio elemental es defender los intereses de la masa social... Quien lo diría!!!
Ahora la sentencia está dictada y ya no vale lamentarse.
Muy posiblemente tendremos que ver a nuestro querido club con unas transformaciones que no recordaran a las que actualmente disfrutamos.
Aquellos que estén de acuerdo con las decisiones de gestión de la Junta Directiva, denle las gracias al Sr. Valledor.