En marzo de 2020, hace ahora justamente tres años, la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, dio su palabra de que el Museo de la Romanización se haría en San Fernando “sí o sí”. De hecho aseguró que sería en el presente mandato… que termina en junio sin que haya habido ni un solo movimiento firme en ese sentido.
“Es que unos días más tarde de esa promesa se desató la pandemia de Covid, y claro, las cosas cambiaron” podrá argumentar un bienintencionado creyente en la palabra de la Alcaldesa, y podría tener razón, si no fuera porque esa crisis sanitaria no impidió que se desarrollasen los proyectos en los que realmente Méndez tenía interés como pueden ser el denostado carril bici, las ridículas bañeras colectivas o la casita de madera sin uso definido por poner tres notorios ejemplos.
Tampoco va a poder cumplir su palabrita del niño Jesús de que culminaría el derribo “de forma inminente” del Garañón, "derribo que, tal y como prometimos, se desarrollará en este mandato". Pues parece que va a ser que no, ya que un banco ha pedido la paralización de dicha medida ante el juzgado y, aunque no lo hiciera, es más que razonable que haya que pedir a Patrimonio el consabido informe porque igual que afectaba a la zona la construcción afecta el derribo, y la norma no diferencia una cosa de la otra.
Del traslado de la Protectora de Animales ya ni hablamos. Ni un dedo han movido. Nada de nada. Una de las instalaciones más vergonzosas de la ciudad de Lugo, sino la que más porque refleja el asco que damos como especie, en que los pobres perros, y quienes los cuidan, siguen sufriendo unas deficiencias criminales que hacen insostenible la permanencia allí, porque para mayor fantasía no se pueden reformar porque aquello no es edificable. Se ha prometido reiteradamente una alternativa, pero tampoco llega mientras los canes mueren hacinados en un lugar que personalmente soy incapaz de visitar porque se me parte el alma.
El programa de gobierno de Lara Méndez para estos meses tiene que estar plagado de inauguraciones e hitos de cara a la campaña electoral. No queda otra, ya que no se gobierna pensando en las necesidades de la gente sino en los golpes de efecto para que lleguemos a mayo cantando las bienaventuranzas de nuestros próceres. Esto funciona así. Pero una cosa es la intención y otra la realidad. Con lo que no contaba la alcaldesa es con que los procesos administrativos en el ayuntamiento van a paso de caracol del río Rato, y que ella misma se ha columpiado con los plazos porque ha comprometido cosas que no tiene capacidad de hacer.
Mientras, en otras el retraso es totalmente intencionado. Por ejemplo no se ha producido la inauguración de las bañeras colectivas, pomposamente llamadas “Caldas” (será porque caldean artificialmente, esto es, contaminando, el agua del grifo que las llenará) ya que de abrirlas en octubre o noviembre ya sabríamos cuánto nos costaba el mantenimiento de semejante disparate… y seguramente ya estarían fuera de uso por alguno de los muchos problemas “técnicos” que siempre surgen en este Lugo nuestro. Si las ponen a funcionar en abril, aunque es obvia e insultante la intención, da igual porque siempre habrá quien pique y como siempre la cosa andará muy justita de votos y cada uno cuenta.
También es probable que, con gran pompa y circunstancia, abran el nuevo auditorio con el tiempo justo para dejarnos a todos boquiabiertos con las nuevas instalaciones pero sin el suficiente plazo para darnos cuenta de que no hay programación para llenarlo. Si lo inauguran en abril, aguas mil, habrá una contradicción muy interesante entre el discurso mantenido hasta ahora (no se puede abrir porque se pondría en peligro a los ciudadanos ya que el edificio se cae en pedazos) y el futuro (es una instalación magnífica gracias a las actuaciones del Ayuntamiento, que todo lo hace bien), y como la ciudadanía demuestra reiteradamente que traga con ruedas de molino, pues puede que lo haga una vez más.
El absurdo edificio de madera vecino de un centro comercial, que se hizo para demostrar que se podía hacer sin otra finalidad ni uso, también se abrirá en breve para que el soniquete de “han metido la pata con su obra más fetiche” no se pueda sostener. Después aparecerán informes que digan que la madera no está certificada y que nos han colado gato por liebre, pero siempre que sea después de las elecciones les importa un pimiento.
En Lugo hemos visto de todo. Una campaña electoral municipal del señor Orozco basada en la llegada del AVE a Lugo, competencia del Ayuntamiento como todos sabemos y un gran éxito en sus fines como podemos comprobar con sólo acercarnos a la estación de tren. Una fábrica de la luz que nos ha costado unos cuatro o cinco millones de euros y sigue estando ruinosa. Un Museo Interactivo que está semiabandonado y sólo sirve para anuncios de coches (muy resultones, por cierto) y exposiciones de juguetes… podríamos seguir pero creo que el mensaje se entiende.
El pueblo ha reaccionado… manteniendo a los gobiernos que cometen esos disparates. Quizá porque en la oposición tampoco estuvieron acertados proponiendo alternativas o porque directamente caen mal, vayan ustedes a saber, pero por lo que sea aquí estamos, de tropelía en tropelía sin castigo alguno. Pero tranquilos, en el próximo mandato todo se arreglará, como siempre.
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