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jueves, 25 de mayo de 2023

¡Yo acuso!

El milagro de la conversión de chocolate en votos, la última esperanza del gobierno de Lara Méndez

Ayer la Junta Electoral notificó al gobierno de Lara Méndez que se les prohibían la actividades programadas para este sábado, jornada de reflexión, a raíz de una queja impuesta por un ciudadano. Ese ciudadano fui yo, y no sólo no tengo nada que esconder sino que estoy orgulloso de haber colaborado en evitar una maniobra electoralista pagada con mi dinero, nuestro dinero, el de nuestros impuestos.

La queja la puse a título exclusivamente personal, sin implicar a ninguna de las asociaciones u organizaciones a las que pertenezco. Soy Presidente de Lugo Monumental, socio de la Sociedad Protectora de Animales, el EMEVÉ, la Asociación Española Contra el Cáncer, el Senatus Lucus Agusti, accionista del CD. Lugo (tengo una o dos acciones, no se crean)… ninguna de estas entidades ha tenido nada que ver con este tema.

Si me decidí a poner una queja ante la Junta Electoral fue porque, como les decía, me parece insultante que se utilicen mis impuestos para una fiesta descaradamente destinada a captar votos en plena jornada de reflexión. No sé si estaba prevista la asistencia del presidente de la Federación de Vecinos para pedir el voto para la Lara Méndez, como hizo en aquella famosa cena con regalitos municipales incluidos, pero tampoco me sorprendería nada verles repartiendo las camisetas que supuestamente tenían preparadas.

Verán, estamos instalados en una especie de campaña electoral continua y ese es el único día en que podemos escapar de ella. Tenían 364 días para hacer estas cosas, todos menos uno, y han forzado la máquina y les ha salido mal. La jornada de reflexión es sagrada, y si no lo cumplen por las buenas, que lo hagan por las malas.

A veces por la boca muere el pez. Dice la señora Méndez, candidata del PSOE, que esos actos estaban englobados en una iniciativa que no es únicamente ese día sino que comenzaron “el día 12 y terminaban el día 27”. ¿No se dan cuenta de lo que eso quiere decir? El día 12 de mayo fue la pegada de carteles, el inicio de la campaña electoral, y el 27 es la jornada de reflexión. ¿No podrían haber disimulado un poco y poner actos durante todo el mes para que no fuera una asquerosa y evidente maniobra electoral? ¿De qué van?

Hoy la prensa recoge que la señora Méndez, en una pirueta dialéctica de difícil superación, montó ese sarao para ayudar a la recuperación de un barrio degradado, con ocupaciones, problemas de convivencia… justo lo que pretende prohibir a los demás decir porque se está denostando al barrio. De hecho hoy la concejala socialista Ana Abelleira abroncó a los medios de comunicación por publicitar los problemas de La Milagrosa. Lo siguiente será la censura.

La única censura aceptable es la autocensura. Por ejemplo, yo no le di ningún tipo de publicidad a la denuncia ya que entendía que es la Junta Electoral, sin presiones, la que se tenía que pronunciar para decir si tenía o no razón, y me la ha dado. Sobre esto, tengo que decir que me preocupa muchísimo la reacción del gobierno de Lara Méndez cada vez que tienen un problema legal: culpan a quien pone la queja o la denuncia el lugar de asumir que quienes están incumpliendo las normas son ellos. Si todo estuviera correcto, por muchas denuncias que se pongan éstas se habrían rechazado y la jornada se celebraría, pero no es el caso. Se han saltado las normas y se les ha paralizado por eso.

Pero incluso en el caso de que no tuviera razón, denunciar una situación que considero irregular no sólo es un derecho, sino también una obligación. Me choca mucho ver al PSOE en pleno acusando a Elena Candia de comportarse mal por llevar a Fiscalía los anónimos que recibió (anónimos con nombres y apellidos y hechos concretos). Pues hizo bien. De hecho era su obligación, porque de lo contrario cometería otro delito: el de encubrimiento. Tras su denuncia intervino un fiscal, que apreció indicios de delitos, y una jueza, que también los consideró. Que la cosa acabase en nada no quiere decir que Candia lo hiciera mal, simplemente es como funciona la justicia.

En todo caso, al margen de filias y fobias, quiero insistir en que yo no he anulado la chocolatada, la ha anulado la Junta Electoral que, hasta donde yo sé, no está bajo mi control. Si todo fuera legal y estuviera bien hecho, no habrían dado ese paso, pero lo han dado. Quien incumplió las normas electorales fue el gobierno de Lara Méndez, yo sólo lo he denunciado y la Junta ha evitado que se cometiera esa irragularidad.

Si se ven en una de estas situaciones les animo a protestar donde hay que hacerlo. La democracia supone desconfiar del poder, e incluso enfrentarse a él cuando se cree que hay que hacerlo, usando para ello las herramientas que nos da el Estado de Derecho. Ya ven que a veces funciona.

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