Empezar el mandato a puñetazos no parece lo más sano para un ambiente constructivo... |
Llamar malas personas a quienes no piensan como uno es algo difícil de encajar en una mentalidad democrática. Argumentar esa calificación sobre Elena Candia porque llevó a fiscalía unos documentos que le llegaron anónimamente y que contenían presuntos delitos es un poco absurdo, ya que si no lo hubiera hecho la delincuente sería ella por un tema de encubrimiento. En todo caso, no es la reacción sosegada, generosa y pausada que uno se esperaría de quien está llamada a ser alcaldesa de todos los lucenses, no sólo de los que le gustan.
¿Qué nos podemos esperar del próximo mandato? Pues a la vista de las primeras reacciones, más de lo mismo. Perder en todas y cada una de las mesas parece que no manda ningún mensaje a los partidos que gobernarán por los pelos, y se ve que la única cura de humildad que entienden es que los manden a su casa. Es curioso. Se conoce a la gente por su buen perder, pero más aún por su buen ganar… y más aún cuando esa “victoria” es relativa (aunque para un político es absoluta porque sólo hay dos posibilidades, si bien alguien debería apuntarle a la alcaldesa que ha sacado menos de un 28% de los votos y Jácome, en Orense, más de un 33%...) y se está poniendo verde a quien ha recibido casi el doble de apoyos que quien lanza las críticas... y por extensión a sus muchos miles de votantes. No es muy razonable, no.
Quizás influya que no acabamos una campaña y ya estamos metidos en la siguiente, y el chip institucional no se ha activado porque toca volver a ponerse a cara de perro para enfrentarse en las urnas en un par de meses, pero eso suena a poca altura de miras.
Doy por sentado que quienes hemos tenido la osadía de apostar públicamente por Elena Candia sufriremos las consecuencias de lo que se está revelando en sus primeros días como un mandato revanchista (algo llamativo, porque llevan gobernando los mismos desde el siglo pasado), así que imagino la que me caerá a mí, que tuve la audacia de ir un paso más allá y denunciar la chocolatada ilegal que iban a hacer en la jornada de reflexión.
Si les soy sincero me preocupa más bien poco. Sólo me inquietan las consecuencias que pueda haber para Lugo Monumental, la asociación que tengo el honor de presidir, ya que cuando la ira y el rencor ciegan a alguien no distingue la persona de la entidad. De hecho, al día siguiente de las elecciones puse la presidencia a disposición de los socios por si consideraban que podría darse esa circunstancia y la reacción fue justo la contraria: unanimidad para que siga porque ellos sí ven claras las dos esferas de actuación.
Hoy es jueves, así que mañana termina la semana y mi intención es, a partir del lunes, dejar de dar vueltas al tema de las elecciones y recuperar la tónica habitual del blog: ser crítico, fundamentar las opiniones y mantener una línea argumental que creo lógica.
Así que, sí, aquí seguiremos.
Según esa "señora", más de 21.000 lucenses somos malas personas. Es de lo más asqueroso que he leído nunca en materia política. Se ha retratado.
ResponderEliminarLa política es asquerosa....
ResponderEliminarFelicitar a las dos listas más votadas según los lucenses y que gobernarán los próximos años, ayudaría a tener un perfil más democrático.Los que somos de izquierdas también reconocemos al contrincante
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