¿Por qué dependemos de cámaras privadas para resolver delitos?

La deficiente calidad de la grabación es porque se captó accidentalmente en un local de lavado automático que está frente a la administración y en que se ve parcialmente la calle.

Ayer por la mañana atracaron a punta de pistola una administración de loterías. La policía está buscando cámaras de locales del entorno que capten imágenes de la calle (lo cual es ilegal) para intentar atrapar a los ladrones ya que el Ayuntamiento sigue emperrado en que no son necesarias cámaras porque Lugo es una ciudad segura. Supongo que eso mismo pensarán los delincuentes de ayer o los de la banda de asaltantes organizados que robó en pisos del entorno del nuevo auditorio durante las fiestas navideñas, que esta ciudad es segura… para ellos.

La resistencia municipal a poner cámaras salvo para multar a los conductores que cometan infracciones, que ahí todas las excusas vuelan como por arte de magia, es difícil de entender. ¿Pereza para tramitar los permisos? No se preocupen que seguro que si lo piden alguien se ofrece a llevarles el asunto sin coste para poder lograr tener una herramienta necesaria para proteger a la población.

Como siempre que hablo de este tema he de recordarme a mí mismo que las cámaras no me gustan. Soy liberal, así que eso de que estén controlándome mientras ando por la calle no me hace la menor gracia. Sin embargo, todo en esta vida es cuestión de ponderación.

Tenemos que poner en la balanza las ventajas de tener circuitos cerrados de cámaras, a los que sólo se pueda acceder cuando pase algo como lo de estos días, frente a la presunta incomodidad de que nos puedan grabar metiéndonos el dedo en la nariz o entrando en un hotel con alguien que no es nuestra pareja oficial. Pues miren, si como les digo las grabaciones sólo se ven si hace falta, no veo mayor inconveniente, que aquí nadie habla de poner a unos señores a mirar una pantalla 24 horas al día.

El Ayuntamiento alega dificultades legales pero, como mencionábamos antes, esos impedimentos desaparecen como por ensalmo para instalar decenas de cámaras para poder multar. Se han gastado cientos de miles de euros en un sistema que le compraron a El Corte Inglés (me resisto a hacer un chiste con la imagen del paleto de Lugo que va a La Coruña a meterse en el centro comercial) y que nunca ha entrado en funcionamiento porque una vez instalado cambiaron de opinión sobre la peatonalización. Pero no hubo problema legal alguno.

Tampoco lo hay para las cámaras que vemos habitualmente en la Rúanova (frente a la escalera de acceso al adarve), en Amor Meilán (justo tras el cuartel de San Fernando), o en la Ronda (hay varias, siendo la más tristemente famosa la que está frente a San Pedro).

Lo que nos hace pensar todo esto es que la motivación alegada es simplemente una excusa porque por razones que no se atreven a poner sobre la mesa en público renuncian a protegernos con un sistema que se usa en medio planeta.

Respecto a la violación de la intimidad… no me hagan reír. Que la Policía pueda acceder a unas grabaciones siempre que haya una orden judicial porque ha pasado algo viola nuestros derechos, pero llevar en el bolsillo un ordenador espía que nos pone anuncios de cosas que simplemente mencionamos hablando con los amigos es totalmente normal…

Lugo es una ciudad razonablemente segura, no lo niego, pero podría serlo más. Quizá si tuviéramos más cámaras sabríamos quién atropelló mortalmente a un anciano en el día de reyes del año 2015, un suceso que quedó en nada. Quizá también sabríamos más sobre otros crímenes y delitos, pero por motivos que no explican no quieren usar esa herramienta.

Pues nada, sigamos amparándonos en las estadísticas que dicen que esto no es Ciudad de México, y dependiendo de cámaras privadas enfocadas ilegalmente a la calle para aclarar delitos.