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viernes, 12 de enero de 2024

Miguel será alcalde si quiere, según la ley

Rubén Arroxo (foto: COPE) y Miguel Fernández (foto: Cadena SER), ambos con la alcaldía a un paso pero seguramente sin posibilidades... aunque vayan ustedes a saber.
 

Cuando lean esto el Alcalde de Lugo en funciones será Rubén Arroxo. Mientras el PSOE deshoja su particular margarita, con consecuencias para toda la ciudadanía, sus socios nacionalistas se mantienen al margen, indicando ambas partes que es un tema interno de los socialistas y que no afecta a la coalición. Me pregunto si alguien de los que dicen eso saben lo que es una coalición.

Los gobiernos son únicos, solidarios y corresponsables de todas las decisiones. Que una parte del gobierno local de Lugo se declare ajeno a la elección de la nueva persona que va a liderar el ayuntamiento durante casi tres años y medio es para hacérselo mirar.

Que digan que “no afecta al pacto” en realidad lo que viene a traducirse es en “como somos dos sectores estancos totalmente ajenos el uno al otro, es decir, dos gobiernos, lo que hagan “los otros” nos tira de un pie porque mientras no nos toquen nuestros sueldos, personal y parcelas de poder, nos importa un carajo lo que hagan”. Curiosa visión de un gobierno cohesionado y de coalición, en que las decisiones supuestamente son conjuntas.

Lo que más me llama la atención de todo lo que está pasando es que las decisiones parece que se están tomando entre un grupito de colegas entre los que ni siquiera se puede contar al grupo municipal del PSOE al completo. Es más, según se dice, Miguel Fernández está dolido porque no sólo se enteró a última hora de la huida de Lara a pastos más verdes (lo de ser parlamentario es muchísimo más cómodo que ser alcalde, y más cuando la ciudad que gobiernas te importa un bledo) sino aparentemente lo mantienen al margen de las decisiones sobre la sucesión.

Eso es una torpeza por muchos motivos. El primero y más importante de todos (aunque no el más decisivo) es que Miguel ha demostrado una lealtad y un respaldo sin fisuras a su alcaldesa incluso cuando no estaba de acuerdo con ella, que no fueron pocas las ocasiones. Le premian esa lealtad informándole tarde, mal y a rastras de su propio futuro, algo inaudito. El segundo es que Miguel goza de muchas simpatías entre los lucenses y no sé hasta qué punto es buena idea disgustar a toda esa gente tratándolo a patadas. Y el tercero, y este sí es el más decisivo, es que la decisión última sobre la renuncia de Miguel a ser alcalde… sólo es de Miguel.

La ley es muy clara. Cuando renuncia un alcalde la elección del nuevo regidor ha de ser entre los cabezas de lista de las formaciones, aunque pueden renunciar a la candidatura. Repito: “pueden” renunciar a la candidatura, pero ni todas las rosas rojas del mundo pueden obligar a Miguel a dar un paso atrás.

Su partido se vería entonces en una tesitura difícil: hacerlo alcalde o que entre Elena Candia, ya que si el candidato no gana por mayoría absoluta entra la lista más votada.

También es cierto que en ese caso podrían hacer una moción de censura y elegir, ahí ya sí que libremente y sin respetar el orden de la lista, al nuevo candidato… pero para eso necesitan de nuevo mayoría absoluta y el voto de Miguel.

Así que creo que es una torpeza, una temeridad y un desafío que no viene a nada ningunear a una persona que además cuenta con un gran apoyo y cariño de los lucenses.

¿Le harán como a Orozco y le obligarán a sacrificarse por el "bien del partido"? Suponiendo que no sea el bien de un sector concreto, que no es lo mismo.


2 comentarios:

  1. Estimado Luís,

    Eu de analista político non teño experiencia, pero aplicando a lóxica as opcións que vexo se no PSOE non se lle quere de alcalde son:
    - Sacrifícase polo ben do partido, da cidade, da súa familia, xubilación,... (calquera excusa vale). Vaise á súa casa a desfrutar da xubilación (ou á Xunta se remata habendo un goberno BNG+PSOE) poñen a outra persoa na alcaldía, desfanse en louvanzas á súa decisión e todos tan felices.
    - Decide dar batalla, onde tódalas opcións son malas. Se se enroca en que ten que ser el o alcalde e o partido en que non... a opción é que entre o PP e saian todos; e se con ese órdago queda ca alcaldía, tería a todos "os seus" en contra durante tres anos e medio e os máis perxudicados seriamos os cidadáns.

    Así que a reflexión máis certera é a que fixo o BNG: non importan os nomes senón o proxecto (en caso de habelo, claro). Se é por ben do proxecto terá que quedar como alcalde ou ir para a casa en función do que digan "os seus". Porque o contrario serían personalismos (e rematan "regular" como o caso Martínez).

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  2. Se cumple una vez más aquello de que las peores puñaladas te las dan tus propios compañeros de partido...

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