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jueves, 1 de febrero de 2024

Y yo que pensaba que los bancos eran para sentarse

Los antiguos bancos de Plaza del Ferrol, los del Parque de Rosalía... y los nuevos que han puesto pero que ya se han retirado.

Poco han durado, pero ya han causado daños. Los bancos instalados en la Plaza del Ferrol para la reforma de esa zona estuvieron apenas unas semanas y ante las protestas, entre ellas las de la Asociación de Vecinos del Centro y del Partido Popular, se retiraron para poner otros iguales pero con un respaldo más razonable, ya que los que se pusieron serían muy monos, pero prácticos más bien poco.

Uno se pregunta en qué están pensando el diseñador, el fabricante, el instalador y, sobre todo, el responsable que decidió poner unos asientos en que el respaldo no coincide con el asiento. Mucho diseño, mucha modernidad… pero poca comodidad. Si partimos de la base, que muchos creíamos obvia, de que la función de un banco es sentarse y a poder ser cómodamente, este diseño no tiene el menor sentido y por eso, ante las protestas generadas, se van a cambiar.

Pero la retirada de los bancos ha destapado un segundo problema: manchan. Están hechos con el famoso acero autopatinable, conocido como acero Corten, un material que a algunos les encanta. A mí me parece una trapallada, qué quieren que les diga. Eso de que chorree óxido no lo acabo de ver práctico y si bien en una fachada de un edificio puede quedar bien (para gustos) en un mobiliario urbano no tiene lógica alguna. 

Se supone que este acero mancha sólo temporalmente, pero mancha. No sé qué le ven de malo a otros materiales que además, en un casco histórico, no parece que desentonen junto a una Muralla Patrimonio de la Humanidad.

En unas pocas semanas los bancos ya han manchado el suelo. Imaginen lo que podrán hacer durante años.

En Lugo ya lo sufrimos en la Plaza de Abastos, donde la absurda reforma que se hizo incluyó ese material como elemento decorativo en la zona del sótano hacia Santo Domingo y lo único que ha servido es para manchar de óxido el suelo, en un local en que la limpieza tiene que ser el primer mandamiento.

El famoso acero en la Plaza de Abastos...

No sé si recordarán el cristo que montó el ayuntamiento en la prensa cuando, justo recién renovados los pavimentos de la Ronda de la Muralla frente a la Mosquera, hubo unas manchas de grasas en el suelo. Parecía que hubieran tirado pintura a la Gioconda. Ahora en cambio no pasa nada por unas manchas de óxido en una zona que ni siquiera está inaugurada.

Quizá ya no estaremos a tiempo de cambiar el tipo de bancos pero oigan, después de ver el fracaso de los puestos en Quiroga Ballesteros, esos de piedra dura y sin respaldo, o de los que hay junto a San Pedro, tal vez no sería mala idea poner bancos de madera con respaldo, como en los viejos tiempos. Serán más “vintage” o menos de diseño, pero son estupendos para sentarse y ya ven, algunos pensamos que los bancos son para eso.

1 comentario:

  1. Estimado Luís,

    E unha vez máis isto sabíase dende antes de comezar as obras; nas primeiras reunións da Asociación de Vecinos del Centro (daquela aínda "Plataforma") xa se advertira do tema e incluso Esther Arias fixera un excepcional traballo buscando información sobre os bancos proxectados e expoñendo os seus problemas. Información que tamén se lle transladara ó Concello.

    O que nos leva á pregunta de; sabendo que eran mala opción... Por que chegaron a poñerse? (para ter que quitalos).
    Gostaría saber que interese hai en poñer bancos problemáticos, incómodos e que ademais manchan... en vez de bancos bos para sentarse, conversar e ter vida nos espazos públicos.

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