Colocar las terrazas como a cada uno le de la gana impidiendo, por ejemplo, el paso de vehículos de emergencia hace que sea necesaria una ordennza. |
Hoy publica El Progreso un artículo en que explica lo recogido en el borrador de la ordenanza de terrazas del Ayuntamiento de Lugo, un documento que andaba ayer circulando por Lugo y que, aunque no es definitivo, sí nos indica por dónde van los tiros.
A falta de una revisión en profundidad y de limar ciertos aspectos que chirrían, creo que todos estamos de acuerdo en que es una ordenanza necesaria y demandada por todas las partes implicadas. Tanto vecinos como los propios hosteleros quieren acabar con la arbitrariedad que había hasta el momento en este asunto, y que se basaba en la "barra libre" matizada, porque lo que a unos les dejaban hacer "por ser vos quien sois" a otros se lo impedían.
Con la pandemia el tema de las terrazas se les fue de las manos claramente. Toda la ciudad se vio invadida de lo que parecían casi campamentos de refugiados hechos con plásticos de cualquier manera. Hubo quien se lo curró e hizo cosas dignas, pero lo que pusieron otros locales es cierto que parecía cualquier cosa menos un área de atención de un establecimiento público.
La conclusión a la que todos llegamos es obvia: sí hace falta una regulación, tanto estética como de ocupación, que diga claramente dónde se puede poner una terraza y dónde no, y en qué condiciones ha de estar el montaje para que sea algo razonable.
También se trata el tema de los horarios, algo más que necesario, y según he entendido se limitan por tiempo y no por actividad. Es algo que hasta ahora no había porque por ejemplo un pub no podía tener terraza, algo totalmente absurdo porque la actividad del local es irrelevante, lo que cuenta es el horario en que está. ¿Por qué puedo tomar una copa en la terraza de un bar y a esa misma hora no puedo hacerlo en la de un pub? No tiene la menor lógica y confío en que eso se supere con esta nueva normativa.
El borrador con que se trabaja está basado, hasta donde yo entiendo, en la ordenanza de Santiago de Compostela, un documento muy trabajado y estudiado con hosteleros y vecinos y que tiene mucho sentido. Repito que salvo algún detalle que chirría un poco, sí es razonable que se establezca un paso franco para los peatones y que se limiten los materiales utilizados, no sólo en el casco histórico sino en la ciudad en su conjunto.
Ahora falta ver con detalle cada artículo y hacer una revisión de lo que implica, pero como punto de partida es muy bueno.
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