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viernes, 19 de abril de 2024

Con lo que cuesta la Intermodal podríamos tener 15 años un tren de cercanías gratis

Que Lugo vaya a quedar sin alta velocidad, ni AVE, ni AVRIL ni nada de nada ya lo sabíamos, pero que con lo que cuesta la Intermodal podríamos tener un tren cada hora entre Sarria y Begonte durante 15 años... eso seguramente ustedes no lo sabían.

Que Lugo ha quedado fuera de todo trazado de Alta Velocidad es un hecho ya tan incontestable que sorprende que nuestros representantes políticos tengan la osadía de tomarnos el pelo diciendo que "ya llegará". Para mayor fantasía nos vamos a gastar 50 millones de euros (presupuesto inicial, vayan ustedes a saber en cuánto queda al final) en una absurda estación intermodal pensada para unir los servicios de autobús a unas inexistentes conexiones ferroviarias.

Lugo puede que no necesite estar a tres horas de Madrid, si les soy sincero no es lo que más me preocupa. Lo que llama la atención es que alguien que viva en Rábade no pueda usar un tren de cercanías para venir a la capital de la Provincia a hacer alguna gestión tan normal como ir al médico, de compras o a trabajar diariamente. Estamos tan acostumbrados a la falta de servicios que vemos completamente normal esa carencia, y eso es una auténtica tristeza. Nos parece que es razonable que alguien que viva en Sarria no pueda acudir a Lugo si no es en unos horarios limitadísimos o usando su coche, mientras que hay gente que vive en Coruña y trabaja en Santiago (o viceversa) y puede ir y venir todos los días sin problema alguno disponiendo de un gran abanico de trenes.

El arquitecto Anxo Sánchez González escribió un breve estudio en que plantea una propuesta que puede parecer revolucionaria pero que es puro sentido común: el establecimiento de una línea de cercanías en torno a Lugo. Toma como límites, para tener unas variables razonables, una línea que vaya desde Sarria hasta Begonte, lo que además de complementaría con los existentes convoyes de media y larga distancia y que podrían compartir viajeros en diversas estaciones.

La propuesta de Anxo parte de una línea con las siguientes paradas:

  • Begonte
  • Polígono de Rábade
  • Rábade
  • Polígono de Outeiro de Rei
  • Lugo (estación de mercancías)
  • Lugo
  • Laxosa
  • Pobra de San Xiao (lo que llamábamos Puebla de San Julián)
  • Pedredo/Céltigos
  • Polígono de Sarria
  • Sarria

En casi todos los casos hay ya estaciones y donde no sería tan sencillo como hacer unos mínimos apeaderos o restaurar los que siempre hubo. El único caso raro es el de Pobra (Puebla) donde se trasladó la parada a donde Cristo perdió la sandalia. Cosas de no tener fe en el futuro del tren en la zona.

El mayor gasto de una línea ferroviaria es la propia estructura, pero en este caso ya está hecha con lo que ahí no se gastaría ni un céntimo, y se está renovando entre Lugo y Monforte con lo que tampoco habría que invertir nada. También está prevista la renovación de la línea Lugo-Betanzos con lo que tampoco habría problema en ese sentido.

¿De qué costes hablamos entonces? Pues de las paradas, el personal, los trenes en sí mismos y el mantenimiento. Vamos por partes:

Los apeaderos no son estaciones, si no estructuras de poco coste. Suelen costar entre los 300.000 y los 800.000 euros dependiendo de sus características, por lo que en total hablaríamos de unos 4 millones para todas las incluidas en esta propuesta. Su mantenimiento andaría por los 50.000 euros anuales.

En cuanto a los trenes, los de cercanías cuestan entre cuatro y siete millones si se incluye el mantenimiento para 15 años. Vamos a ser generosos y tirar por lo alto y compremos dos trenes, lo que supondría 14 millones.

El personal para manejar esos trenes sería el de maquinistas (Anxo calcula siete para tener un servicio de doce horas diarias con sus correspondientes vacaciones, que está en todo), personal de limpieza y supervisores ocasionales aunque apuesta por una solución tecnológica que hoy día es lo normal. El cálculo se lleva otros 5,5 millones de euros en 15 años.

Añadamos a los 24 millones que llevamos en la cuenta el canon de Adif para usar las vías y las estaciones (un 36% del coste total), la energía (un 7% aproximadamente) y amortizaciones y otros gastos (un 10%). Sumándolo todo la factura final es de aproximadamente 50 millones de euros para tener una línea de cercanías durante quince años.

Tengan en cuenta que esos 50 millones que vamos a despilfarrar en una estación que no va a suponer ninguna mejora en las comunicaciones lucenses podrían hacer que nos salga gratis tener un cercanías que una cada hora Sarria y Begonte, pasando por Lugo. Un auténtico tren de cercanías que sí beneficie la movilidad, la repoblación del entorno de la ciudad y las poblaciones intermedias.

A veces sólo necesitamos que alguien nos explique cuánto son 50 millones y para qué se podrían utilizar para darnos cuenta de la barbaridad que se está haciendo, con el inconsciente apoyo de quienes no van a usar el tren en su vida pero que son admiradores de las obras faraónicas inútiles como el MIHL, las Caldas o el edificio de madera sin uso alguno.

Es una batalla perdida. La Intermodal ya está en obras y no tiene vuelta atrás. Hay quien la apoya "para dar vida al barrio", pero qué quieren que les diga, seguro que le daba más vida tener trenes cada poco tiempo y que volviera a ser lo que fue: un verdadero nudo de comunicaciones, y no una futura estructura fantasma.

Quiero agradecer a Anxo su deferencia al enviarme su estudio, del que están extraídos todos los datos de este artículo.

1 comentario:

  1. Estimado Luís,
    Grazas por esta sorpresa ó facer público a análise que fixen.
    Ogalla sirva para abrir debate sobre como gastamos en Lugo os cartos de todos e o que recibimos a cambio.

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