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viernes, 4 de octubre de 2024

Cumulum: la perfecta metáfora de lo que somos

Cumulum y Comilonum. Es curioso que de iniciativas tan populares no haya imágenes de calidad en Internet... (al menos no las he encontrado)
Foto: La Voz de Galicia

Cumulum fue una iniciativa de la pregonera de este año del San Froilán, Luz Darriba, que logró atraer la atención de medios de comunicación nacionales e ilusionó a los lucenses porque podían participar en una forma directa de reivindicar la Muralla como Patrimonio de la Humanidad, algo que se logró gracias a muchísimas personas e instituciones, con el alcalde que tramitó todo el expediente, Joaquín García Díez, a la cabeza y la intervención decidida de Manuel Fraga y de la Casa Real, que apostaron y se implicaron en alcanzar dicho reconocimiento.

Cumulum es una de esas cosas que está mal visto criticar, porque a todos los que pusimos libros, los embolsamos o pusimos aquellos ganchitos de alambre en la cerca de metal que rodeaba el monumento nos parece un insulto poner en duda el éxito de la iniciativa. El resultado está ahí: fotos que se vieron por todas partes y el reconocimiento de la Muralla como patrimonio.

Sin embargo, también es la metáfora perfecta de cómo funciona Lugo, y tal vez no sólo nuestra ciudad sino, cada día más, nuestra sociedad: el triunfo de la forma sobre el fondo, de la foto sobre el contenido, del relato sobre la realidad.

La mayoría de los lucenses de cierta edad recordamos los libros rodeando la Muralla, y quienes no lo vivieron tienen ahí las fotos para atestiguarlo. Lo que ya tengo mis dudas es que recuerden cómo muchos de los libros “buenos” fueron robados, cómo se rellenaron los huecos con libros de esos que nadie lee (“informe anual sobre la cuenta de resultados del Ayuntamiento de Matalascañas” o similar), y cómo los que quedaban se recogieron a un contenedor y se destruyeron una vez terminado el “sarao” porque la lluvia los estropeó todos. Las bolsas de plástico estaban agujereadas con los enganches y les entraba agua.

Sacrificar 700.000 libros en que se cifró la recopilación de ejemplares, para hacer unas fotos y después convertirlos en basura es una alegoría de nuestra sociedad. Si se hubieran quemado las protestas del mundo de la cultura se elevarían al infinito por el simbolismo de su combustión, pero fue todo mucho más discreto: no hubo hoguera con esvásticas, hubo contenedores de basura, que son mucho menos llamativos y fotogénicos.

Se suponía que, una vez terminada la iniciativa, los libros se destinarían a ayudar a alfabetizar a la población desfavorecida del mundo, pero no fue así. Acabaron sus días en casa de los amigos de lo ajeno o destruidos. Incluso se dice (no sé si es cierto) que algunos de ellos se usaron para hacer una esfera de libros que había en la entrada de la “Ciudad de la Cultura” de Santiago (el famoso Gaiás), algo que me parece un auténtico disparate porque si hay algo anticultural es destruir un libro, no digamos centenares o miles.

Libros destruidos en la entrada de la Ciudad de la Cultura... en fin...

Es lo que somos ahora: la foto. Da igual el fondo, sólo importa la imagen, el qué dirán, el relato de éxito… independientemente de lo que haya detrás.

Los lucenses recordamos el Cumulum como algo magnífico, y realmente lo fue en cuanto a imagen, pero al mismo tiempo no puedo evitar la tristeza de sacrificar la ilusión y el esfuerzo de tanta gente en destruir cultura porque eso fue lo que se hizo.


jueves, 3 de octubre de 2024

¿Por qué Sergio Dalma no actuará en enero en el nuevo auditorio?

Si se inaugura el auditorio el 21 de diciembre, ¿por qué Sergio Dalma va al Palacio de Ferias el 10 de enero? ¿Falta de coordinación o de espacio?

Sé que escribir sobre cultura hace que las visitas al blog bajen notablemente, pero qué quieren que les diga, como no vivo de esto y suelo escribir sobre lo que pienso, me preocupa bastante poco el contador. Poco, pero tampoco nada, que siempre hace ilusión que te lean.

Vuelvo a darle vueltas al tema de la inauguración del nuevo auditorio y cuanto más lo pienso más atropellado e improvisado me parece todo.

Sobre el concierto inaugural de la 9ª de Beethoven ya escribí ayer, aunque no entré a valorar lo surrealista que me parece que se prevean dos pases: el primero es el pijo para la gente VIP, algo que a este gobierno le priva, por muy de izquierdas que se diga, ya que incluso en el Caudal Fest hay zona para los importantes, separados del común de los mortales. Ese pase, por definición, será la verdadera inauguración del Auditorio. Después habrá un segundo pase para el vulgo, los donnadies, los que no tenemos cargo público ni estamos en “la agenda”. Me resulta ofensivo, qué quieren que les diga.

Pero además de lo insultante de dividir a lucenses de primera y de segunda categoría en el estreno del auditorio, el hacer dos pases revela algo más preocupante: el reconocimiento de que es pequeño para grandes eventos.

Si el Gustavo Freire tenía 850 butacas y nos gastamos veinte millones de euros (que yo hay días que no los gano) lo suyo sería hacer algo un poco más amplio, ¿no les parece? Hemos ganado 50 butacas, con lo que el incremento nos sale a 400.000 euros por asiento. No está mal. Tampoco se trata de hacer un Bernabeu, claro está, pero tal vez un aforo de 1.500 o 2.000 personas sería lo razonable para eventos de cierta envergadura, salvo que el plan sea dejarnos fuera de los circuitos como hasta ahora.

También es significativa la improvisación del estreno del Auditorio, que algo me dice que se abrirá para cerrarse al día siguiente. La prueba de ello es que, por ejemplo, se ha anunciado un concierto de Sergio Dalma en Lugo para el día 10 de enero… en el Palacio de Ferias y Congresos. ¿No sería lógico que, si tenemos un auditorio nuevecito del trinque, los conciertos vayan allí? ¿No será que nadie sabía que se iba a abrir en diciembre? ¿De verdad les parece serio que no abramos con una programación? Iba a poner una “programación adecuada” pero es pedir peras al olmo.

Esto es, una vez más, algo para “la foto”. Se busca la apertura de cara a la galería, pero sin ejecutar una programación ni meterlo en los circuitos, y no me dirán que no tuvieron tiempo de pensar en ello en los cuatro años que llevan las llaves en el Ayuntamiento. Ahora hacen una inauguración “para que no se diga” el día 21 de diciembre y cerrojazo el 22, y si no al tiempo.

Por supuesto nada de una actuación llamativa, que haga que los vecinos de Ponferrada, Foz, Coruña, Samos, Monforte, Ribadeo y otras poblaciones en el radio de una hora de coche se planteen venir. El truco de la inauguración es hacerlo en plan “popular” para llenar el auditorio con familiares y amigos de los intérpretes, y además con la garantía de que nadie se atreverá a decir que el concierto “fue corrientito” porque sería “poñer en dúbida o talento dos veciños e veciñas da cidade en lugar de apostar polo noso”. Hasta creo que ya podrían tener los borradores de las notas de prensa preparados.

Esto es Lugo, amigos.

miércoles, 2 de octubre de 2024

El estreno del Auditorio y un significado quizás algo oculto

El Ayuntamiento ha elegido la 9ª Sinfonía de Beethoven para inaugurar el auditorio.
 

La Voz de Galicia de hoy abre con la noticia de que la 9ª Sinfonía de Beethoven será la obra que inaugure el nuevo Auditorio de Lugo, el día 21 de diciembre. Es una apuesta muy arriesgada por parte de la alcaldesa, Paula Alvarellos, aunque si sale bien puede haber acertado.

Ha huido de lo nos podíamos esperar. Ni una figura puntera del panorama musical (algo harto difícil de traer a un auditorio de 900 butacas), ni una “peza da terriña” con un claro guiño a separarse del habitual repertorio del área de Cultura dirigida por el BNG. Quizá no sea lo que la mayoría de la población se esperase cuando dijo que sería algo “nunca visto en Lugo”, pero todo dependerá de cómo se lleve a cabo el concierto.

Según apunta La Voz, se están buscando músicos hasta debajo de las piedras, ya que es una partitura no sólo difícil sino muy popular, por lo que es imposible evitar que todos los que escuchamos música clásica habitualmente comparemos con las versiones más conocidas, empezando por las de Herbert von Karajan, probablemente el más conocido director de las más escuchadas versiones de las Sinfonías de Beethoven. A ver quién es el guapo que se atreve a resistir esa, no niego que injusta, comparación.

Quizá todavía podamos conseguir que Noemi Mazoy participe en la obra, ya que en el último movimiento hay un coro y, entre otros, una soprano solista… Veremos qué pasa.

El 7 mayo se cumplieron 200 años del estreno de la 9ª Sinfonía de Beethoven, que incluye en su cuarto movimiento la conocida como “oda a la alegría”. Esta pieza se hizo tan popular que fue versionada en múltiples ocasiones, y a nuestra generación seguramente se le viene a la cabeza la interpretación de Miguel Ríos. La Unión Europea eligió como himno una parte, también versionada, y incluso Michael Jackson, en su “Will You Be There” (la canción de la película Liberad a Willy”, comenzaba con un fragmento de esta sinfonía.

Beethoven fue uno de los primeros compositores profesionales independientes, algo que inauguró Mozart, quien fue el pionero en mandar a paseo a sus mecenas y vender su obra directamente, con lo que logró una independencia que nadie había tenido jamás.

Llevando el tema a lo local, hay una cuestión de fondo que no sé si a la Alcaldesa se le ha pasado por la cabeza (si es que conoce este dato) o simplemente es casualidad. La 9ª Sinfonía se estrenó cuando Beethoven estaba ya prácticamente sordo, y de hecho, aunque en el teatro estaba él como director, en realidad fue Louis Duport quien llevó la batuta.

En un gobierno bipartito es curioso que se elija para un acto tan importante una pieza con un significado peculiar: quien lleva la batuta no es quien todos pensamos…

martes, 1 de octubre de 2024

¿Qué dice de los lucenses el olvido a la protectora?

Para ellos no es una cuestión de "actualidad" sino de supervivencia.
Foto: La Voz de Galicia

Cada cierto tiempo el drama de la Protectora de Animales de Lugo se pone de actualidad ya sea porque sus voluntarios colman su aparentemente infinito vaso de paciencia y protestan, o porque pasa algo que trae a la palestra el asunto. En mi caso me acuerdo del tema cada vez que veo una de las muchas fotografías que tenemos en casa de Ducki, nuestro anterior y muy querido labrador, que se salvó de ir a una perrera porque lo cogimos antes de que su destino quedara sellado para siempre en tan triste lugar, sólo animado por la constancia, la entereza y el amor que los responsables y voluntarios que echan una mano en las instalaciones lleva algo de luz a aquella oscuridad. Ducki nos lo compensó con creces con su cariño y su mirada serena, pero en los perros de la Protectora sólo he visto tristeza en las pocas ocasiones en que he sido capaz de ir. La última fue para anotarme como voluntario pero no tuve el valor suficiente como para comprometerme, porque soy incapaz de ir allí sin echarme a llorar, literalmente.

Pero para la administración responsable de la recogida y cuidado de animales, que es el Ayuntamiento, este tema es uno más de los muchos frentes que tiene abiertos. Les da igual que sea la Protectora o las Caldas, son asuntos que pesan lo mismo (si no más lo segundo porque "mola más"). Ya llevaba tiempo Orozco prometiendo mejoras en las instalaciones, una promesa que como la de la playa fluvial o tantas otras recogió Lara Méndez y ahora hereda Paula Alvarellos, por el momento con idéntico resultado: nada.

Las instalaciones necesitan una revisión, por no decir otra cosa.
Foto: La Voz de Galicia

Se gastan, eso sí, una generosa suma de dinero (150.000 euros, me parece recordar, y ahora me da pereza buscar el dato) en un cementerio de mascotas, pero lo de cuidarlos como se debe en vida parece que no acaba de arrancar. Es como esos hijos, o hijas, que en vida desprecian a su madre, la ignoran, se van de viaje dejándola tirada en un hospital o la ven simplemente como un cajero automático del que sacar rédito, y cuando fallece se rasgan las vestiduras en público y montan el numerito, aunque pensando más en la lectura del testamento que en la persona a la que pierden. Tal vez la cosa sea atender a las personas, o a los animales, en vida y no esperar a que fallezcan para vender a terceros la supuesta sentida preocupación.

La Protectora necesita una actualización de sus instalaciones y van pasando los días, las semanas, los meses y los años sin que se mueva ni una piedra, y por aquellas tristes dependencias van pasando y muriendo las mascotas que fueron ilusionantes cachorros y después inaceptables cargas para desalmados. Ahora viene el invierno y ya sabemos que, un año más, el frío, la humedad, las heladas y la penuria volverán a ser los desafíos a los que se enfrentarán los pobres perros allí hacinados.

Creo que siempre que escribo sobre este tema pongo lo mismo, pero es que es lo que se me viene a la cabeza: como especie damos asco. Puedo aceptar que en la naturaleza se mate para comer, pero domesticar a una especie para después dejarla tirada es algo que creo que sólo hacemos los seres humanos y que refleja lo malos bichos que podemos llegar a ser. Amar a los perros no es sinónimo de ser buena gente (el ejemplo de Hitler es tan significativo que no hace falta argumentar mucho más) pero maltratarlos sí es sinónimo de no tener alma.

Y en Lugo los maltratamos colectivamente. La ecuación no es difícil de resolver.