El mayor cambio entre las fiestas de este año y las de hace casi 20 son los conciertos y que hay menos casetas para el pulpo |
Valorar el San Froilán es harto difícil porque, en este caso
literalmente, todo el mundo habla de la feria según le va en ella. Como siempre
el clima es la mejor razón que explica la afluencia de gente y si bien el Domingo
das Mozas la afluencia fue bajísima, el último fin de semana el buen tiempo
llenó la ciudad de gente.
A mí las fiestas de Lugo siempre me han parecido muy
peculiares. Son las fiestas de pueblo más grandes del mundo y eso, que antes
era un poco vergonzoso para algunos, es hoy un encanto que es difícil igualar con
otro formato. De ahí que año tras año sigan viniendo las mismas atracciones y
que el comentario generalizado sea que no traen la montaña rusa o la noria, que
como todos pueden comprender no son precisamente última tecnología.
Las tómbolas, las carreras de camellos, los puestos (sobre
eso ya hablaremos en otro momento que ahí sí hay mucho que rascar) y las
casetas del pulpo son los grandes atractivos de unas fiestas que destacan por
no destacar en lo musical.
En la generosa entrevista concedida al asesor del BNG que se encarga de organizarlas éste decía que es una tradición criticar las fiestas patronales en Lugo y que él también lo hacía. Supongo que entonces no le molestará que sigamos con tan bella tradición y que le digamos que reírse de los que opinan diferente probablemente no sea el mejor camino hacia el entendimiento y la superación de los defectos que tiene un evento, aunque se ve que la opinión ajena les importa un bledo porque deciden "para los suyos".
Dice el asesor mandamás de las fiestas que un grupo “famoso”
cobra tres veces lo que uno “normal”, y se hace la pregunta de si es mejor
traer 18 “normales” o 3 “famosos”. Hay que empezar por decir que de matemáticas
andamos regular, porque si la proporción del coste es 1 a 3, por lo que cuestan
18 “normales” pueden venir 6 “famosos”, lo que ya empieza a asemejarse a un
programa de unas fiestas patronales de una capital de provincia.
Lo que me cuesta mucho trabajo entender es esa alergia a
poner conciertos de pago, como toda la vida. Es un modelo equilibrado que funciona
muy bien y que trae a artistas que, sin cobrar entrada, no vienen pagues lo que
les pagues por que es política de la casa no abrir las puertas a lo loco.
Los más talluditos recordarán los conciertos que se hacían
en el pabellón viejo y que, dependiendo de quién viniera, llenaban hasta la
bandera cobrando entrada. Si traes actuaciones de cierto tipo se consigue e
incluso sí son un atractivo quizá más poderoso que el “todo gratis”, que no deja
de ser un sistema difícil de sostener con nombres importantes. Coque Malla será
muy buen músico, no se lo discuto (aunque el concierto por lo visto no fue muy
memorable) pero como cabeza de cartel… qué quieren que les diga.
Incluso aunque no nos remontemos mucho en el tiempo y nos
vayamos al modelo “de gratis”, ver programas de hace unos años puede ser una
buena comparativa.
En 2008, por ejemplo, vinieron Julieta Venegas, Dover, Luar
na Lubre, Los Suaves, Bimba Bosé, Diego El Cigala, Pedro Guerra, El Canto del
Loco, los Violadores del Verso, Def con Dos y Melendi. Creo que la variedad y el
nivel es ligeramente diferente de lo de este año.
En 2009 vinieron Albert Plá, Jarabe de Palo, Arrythmia, Michele McCain Blues Band, Lucía Pérez, The Wailers, Fuxan os ventos, Mamá Cabra, Peret, Revólver, El Kiki, Amaral, María del Mar Bonet o Los Planetas.
Juzguen ustedes.
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