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martes, 17 de diciembre de 2024

La ciudad del caracol

Un mes y dos días llevan para cambiar cuatro losetas rotas. A este ritmo estará más tiempo en reparación que en funcionamiento...

El 14 de noviembre, hace un mes y tres días, se cerró al tráfico la Plaza del Ferrol para acometer las reparaciones necesarias en las losas rotas del nuevo suelo allí instalado. Poco duró, pero sus arreglos están tardando más que lo que estuvo abierta la calle sin problemas.

Vivimos en la ciudad del caracol. Es curioso que se tarde más de un mes en sustituir unas pocas losas rotas, como curioso es que desde el 20 de septiembre se cerrasen las mal llamadas Caldas por la presencia de legionela. Se ve que les está costando matar al bicho.

La otra explicación a ambos comportamientos es que están utilizando como excusa unas situaciones para poder hacer cosas que no tendrían justificación argumental con lo dicho hasta el momento: mantener la plaza del Ferrol peatonal de verdad (cosa que algunos propusimos y que no se hará según los actuales planes) y clausurar las ruinosas, inutilizadas y erróneamente denominadas Caldas do Miño.

El problema de mentir reiteradamente es que cuando quieres hacer las cosas bien y corregir las meteduras de pata que defendiste a capa y espada lo tienes complicado, aunque desde que el Presidente del Gobierno anunció a bombo y platillo que una cosa es “mentir” y otra “cambiar de opinión” se abrió la veda para la incongruencia dialéctica.

Claro que la Unión Europea supongo que algo tendrá que opinar si se “cambia de opinión” sobre proyectos como las Caldas después de gastarse unos cuantos millones comunitarios en semejante bobada, cuyo fracaso era tan evidente como el que tendrá el “museo enogastronómico” de la vieja Fábrica de la Luz, otra chorrada en que te dicen que te vayas de vinos en coche. Ya imagino a la Guardia Civil montando un puesto permanente en la primera rotonda. Lo amortizan a multas en un par de semanas aunque pongan en las paredes mármol de Carrara.

Es lo que tenemos. La improvisación y el proyecto cortoplacista como forma de trabajo de una ciudad tan acostumbrada a la chapuza que hasta nos extraña que las cosas se hagan de otra manera. Quizá por eso no nos sorprende que este viernes se inaugure el nuevo Auditorio Fuxan Os Ventos para que, a partir del lunes, vuelva a coger polvo sin programación alguna.

¡Alegría! Si total, pagamos entre todos…

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