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martes, 1 de julio de 2025

Pronto se inaugura la fantástica e incomparable playa fluvial de Lugo (o algo así)

La rampa de 2024, instalada tras 14 años de tramitación para acceder al río los habitantes de una ciudad de 100.000 personas...

Vamos a ser positivos, venga. Hoy vamos a hacer de NO-DO en Lugo.

En breves fechas la ciudad amurallada vivirá un hito histórico: la inauguración (otra vez) de una lujosa y exuberante rampa para bajar al río Miño. La estructura, compuesta de unos portentosos tablones y completada por una fastuosa alfombra de césped artificial que se estima que incluso puede llegar a alcanzar un metro cuadrado completo, dará acceso público al río a los 100.000 lucenses que, con esta dotación, romperán por fin con el aislamiento de nuestra principal fuente de esparcimiento veraniego.

A la inauguración se presume que acudirán, como el pasado año, algunos concejales del gobierno (los de la sección socialista, aunque no todos) y probablemente habrá una simpática recreación, a la lucense, del baño de Palomares de don Manuel Fraga Iribarne.

La extraordinaria diligencia municipal en la tramitación de asuntos que atañen al bienestar de los lucenses ha permitido que, tan sólo unas semanas después de comenzar a hacer calor en Lugo, los vecinos puedan, en próximas fechas, aliviarse de las altas temperaturas en un refrescante baño que, mejorando la experiencia del año anterior, durará más de los 13 días que estuvo instalada en 2024. ¡Prodigioso logro de nuestros gobernantes!

La conspiración xuntero-fachosa, que se alió en su momento con los mejillones de río para evitar esta incomparable dotación para la ciudad, está retrasando su apertura con argumentos tan absurdos como la ecología, el bienestar de una zona reconocida como Reserva de la Biosfera, o la tardía tramitación del expediente por parte del Ayuntamiento. ¡Fango!

A pesar de todo esto, pronto Lugo podrá accede al Miño en riguroso orden de llegada y los miles de lucenses que quieran acceder al río podrán hacerlo a través de esta estructura, envidia de ayuntamientos limítrofes que han caído en la tonta tendencia de hacer playas fluviales con amplios accesos al río, perdiendo toda exclusividad.

Fin del NO-DO de hoy.

Nota: creo que volveré a mi estilo habitual. Esto no acaba de convencerme.