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lunes, 8 de septiembre de 2025

Elecciones en la Protectora - Entrevista a Alberto Losada

Alberto Losada, Presidente de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Lugo
Foto: La Voz de Galicia

Alberto Losada es el actual presidente de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Lugo, que este jueves celebra su asamblea anual con dos candidaturas que optan a dirigir la entidad.

Quedo con él para esta entrevista frente a un establecimiento comercial donde, cada primer sábado de mes, acuden miembros de esta organización para recaudar pienso para los animales que están en las instalaciones de la entidad.

La primera pregunta que a uno se le viene a la cabeza en la situación actual es si en una ciudad como Lugo, donde normalmente las asociaciones repiten directivas porque no suele haber interés por llevar estas entidades, ¿no es una anomalía significativa que se haya presentado otra candidatura? ¿Traslada esto un malestar por la situación actual de la Protectora?

No creo que haya un malestar en la mayor parte de los socios de la Protectora, aunque por supuesto en cualquier colectivo de este tamaño no todo el mundo comparte cómo se hacen las cosas. Sin embargo, creo que las personas que presentaron la otra candidatura, a las que respeto enormemente porque son voluntarios de la Protectora (como somos todos), piensan que si algo no se lleva a cabo es por desconocimiento o por desinterés, y no es así.

Hay problemas importantes que no se han podido resolver, como la situación de los caniles de cuarentena, que están en una situación dramática y que son intolerables algo que nadie discute. El problema es que para arreglar esos caniles se necesita una licencia y la situación urbanística de la Protectora a día de hoy impide tramitar cualquier permiso para nada que suponga una obra. Por eso es tan importante el nuevo proyecto, porque soluciona por fin todas esas deficiencias.

Tenemos el dinero para hacer unos caniles de cuarentena dignos. La Diputación y el Ayuntamiento han comprometido 28.000 euros cada uno (un total de 56.000 euros) para afrontar ese gasto, pero por mucho que tengamos el dinero al alcance de la mano, mientras no se nos dé licencia no podemos hacer nada. Es una contradicción, pero es la norma. No tengan la menor duda que nuestra primera actuación en cuanto tengamos la licencia es empezar por ese punto, que es el que peor está, pero si mañana hacemos ese arreglo sin permiso lo que conseguiremos es que se sancione a la Protectora con una multa e incluso podemos poner en peligro la reforma integral de las instalaciones.


Se le acusa directamente de personalismo y de impedir que la otra candidatura envíe un correo explicativo a los asociados de sus propuestas.

Lo primero puede que sea cierto, porque es verdad que me implico muchísimo y que incluso cuando alguien llama al teléfono de la Protectora y no se responde me llaman a mí, a cualquier hora de cualquier día. También es verdad que hago un seguimiento personal de la mayoría de los casos de abandonos o de problemas graves, como un caso que hubo de una persona mayor que ingresó en un centro y al que fui a buscar para rescatar a varios perros, gatos e incluso ovejas a los que pudimos salvar. Por otra parte, el Presidente de una asociación suele ser la cabeza visible, a quien llaman los medios de comunicación y quien representa a la entidad incluso en los juicios a los que tenemos que ir y todo ello puede ser interpretado como personalismo, pero también como dedicación.

La otra parte también es una cuestión de interpretación. Se nos pidió el listado de socios, pero la gestora de protección de datos de la Protectora nos comunicó que eso no se podía hacer sin un permiso expreso de cada uno de los socios. Se envió el formulario y de los aproximadamente 600 socios de la protectora llegaron 15 o 16 permisos para compartir datos, por lo que se descartó. No porque no queramos, sino porque legalmente no es posible.


¿En qué situación está ahora mismo la Protectora?

La situación es mala. Si no fuera por los voluntarios, la dedicación de las personas implicadas y el legado que recibimos de una casa que pudimos vender, sería inviable el futuro de la Protectora desde el punto de vista económico y eso tiene que cambiar.

Las subvenciones no llegan. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Lugo nos mantiene la misma subvención desde 2020, y aunque puede parecer mucho dinero (200.000 euros) si tenemos en cuenta que los productos zoosanitarios (vacunas, medicinas…) han subido a más del doble y que el pienso casi triplica su precio, es evidente que las cuentas no salen.

Si las administraciones, que además por Ley son las competentes en este tema, no cubren los gastos, el futuro no es bueno y el legado recibido ha servido para cubrir el déficit de estos dos últimos años, pero el dinero se acaba y si no se aumentan las aportaciones la Protectora no es viable.

Desde el punto de vista personal hay que decir que vivir la Protectora quema mucho. No hay más que ver que muchas personas que estuvieron en directivas anteriores se han desvinculado de la organización y eso es un síntoma. La presión es enorme, y ver a los animales sufrir sin poder hacer nada porque unas normativas urbanísticas no permiten hacer arreglos mínimos o porque las ayudas no cubren las subidas de costes es muy difícil de asumir.


Si es reelegido como Presidente, ¿qué línea de acción tendrá?

Mi prioridad y la de la gente que me acompaña en la directiva es lograr la licencia para el proyecto presentado, que estoy seguro que nos concederán porque los problemas que salieron en prensa recientemente ya están solucionados. Y aumentar los recursos.

El proyecto es fundamental porque, aunque se haga por fases es lo que nos permite legalizar por fin las instalaciones e iniciar los arreglos más urgentes, como el que hablábamos los de los caniles de cuarentena, sin arriesgarnos a una sanción. El resto del proyecto se irá ejecutando cuando vayan llegando los fondos, pero sin una licencia no se puede hacer absolutamente nada.

El aumento de recursos también es totalmente necesario, y habrá que plantear al Ayuntamiento, que es el competente de este asunto por ley, el futuro de la Protectora. Si, por ejemplo, las administraciones nos contratasen el servicio de lacería al margen de la subvención (como pasa en la mayoría de los ayuntamientos) el problema estaría resuelto.

Ambas cuestiones están relacionadas, pero son muy complicadas. Para aumentar las ayudas de administraciones como la Diputación se nos exigiría firmar más convenios con otros ayuntamientos para dar más servicio, pero nuestra capacidad está sobrepasada y sin aumentar las instalaciones sería inviable. Además, habría que contemplar también un aumento de gastos en personal, alimentación, zoosanitarios… porque si ya no podemos atender correctamente a los animales que tenemos, ¿cómo vamos a incrementarlos? En todo caso, aunque el proyecto aumenta la capacidad no es para meter más animales, se trata de que estén mejor, de no volver al hacinamiento.

Esto no es una empresa, es una sociedad sin ánimo de lucro y no se trata de buscar beneficios sino de mantener lo que hay y cumplir nuestra función. Lo de firmar más convenios estaría más en función de los niveles de bienestar que podamos dar con los medios de los que dispongamos.

A día de hoy, en ayuntamientos muy cercanos sólo podemos intervenir cuando hay casos gravísimos (recuerdo uno de unos perros que tuvimos que acoger porque los pobres tenían hasta gusanos) que no podemos obviar. Somos una Protectora de animales. Evidentemente esos casos se han afrontado y facturado al ayuntamiento en cuestión, pero hay que regularizar esas situaciones.

En todo caso, pase lo que pase en la Asamblea yo seguiré colaborando con la Protectora, ya sea como Presidente o como socio, pero esto es vocacional y no pienso dejarlo.

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