martes, 7 de abril de 2015

Todo es del color del cristal (político) con que se mira

Negar la realidad es síntoma de mala política. De hecho es una de las manías que tienen los gobiernos, sean del color que sean, que más rechazo provocan entre la ciudadanía, porque a nadie le gusta que le digan amarillo cuando está viendo claramente morado. Salvo con el tema del famoso vestido azul y negro, que alguna gente veía blanco y dorado (yo mismo en una ocasión), las cosas suelen estar bastante claras y sólo los puntos de vista hacen que varíe la percepción… o eso o el intento descarado de tomarnos el pelo.

Ejemplos de esto los tenemos por docenas. Desde los “brotes verdes” de Zapatero, que nos trajeron unos años más de recesión y crisis, hasta los “hilillos de plastilina” de Rajoy en la catástrofe del Prestige, vemos que se confunde el intentar dar una visión positiva de las cosas con una directa y absoluta tomadura de pelo colectiva, que encima en ocasiones cuela.

Hay veces que los datos son buenos y no es necesario maquillarlos, y con esto hablo de los datos de paro del mes de marzo. Aun así, he de decir que me sorprendió ver a Rajoy sacar pecho, porque suele ser un tipo prudente con estas cosas. Hasta ahora se le escuchaba decir cosas razonables como que es un buen dato aunque hay todavía mucho parado y hay que seguir trabajando para continuar en el buen camino, pero ayer se le veía exultante y no creo que sea buena idea cuando tienes más de cuatro millones y medio de personas en el paro.

Pero cuidado, no sólo son los gobiernos los que hacen esto, sino todos los interesados en las campañas políticas, que son casi todos los que salen en el telediario. Y también funciona a la inversa: intentando vender como negativo lo que es claramente positivo, aunque sea insuficiente.

Los datos del paro son positivos, no suficientes, pero positivos
Decir que son “una catástrofe” es una barbaridad. Asegurar que el mejor mes de marzo en 13 años para el empleo es algo negativo es tomar por memos a los que leen o escuchan cosa semejante, y si bien es lógico hacer matices sobre la temporalidad de los trabajos y la pobreza de los salarios, problema que todos detectamos, para pasar una buena noticia a una mala hace falta algo más que eso.

Los sindicatos que aplaudían con las orejas a Zapatero cuando este país se encaminaba al trote borriquero hacia el abismo ahora aseguran que el descenso del paro no es tal o que es una noticia mala por los matices que antes apuntaba. Tendrían más credibilidad si no supiéramos que la permeabilidad entre sindicatos y ciertos partidos es total, y que el acceso a los gobiernos de PSOE, BNG o IU supone para muchos de ellos cargos en la administración que jamás tendrían si gobiernan otros partidos o si el baremo fuera el mérito o la capacidad.

Es curioso que cuando subía el paro en Galicia más que en otras comunidades se apresuraban a echar la culpa a Feijoo. Ahora que Galicia es una de las comunidades que más empleo crea sorprendentemente nadie le da la enhorabuena. ¿De verdad no les parece cutre ese tipo de discurso oportunista y tan sumamente obvio?

Así que una vez más, y siento ser cansino, les diría que tomen con prudencia no sólo lo que dicen los gobiernos, que eso más o menos ya lo hacemos todos, sino también lo que dicen quienes critican a los gobiernos, porque si son “los otros” tienen la misma óptica deformada, la del interés político, la del desgaste a toda costa… la de la mala política.

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