lunes, 30 de septiembre de 2013

Gamberros y difuminados

Desde aquella película de cámara oculta de uno de los Summers que se llamaba “tó er mundo é güeno”, el tema de las bromas grabadas ha venido cada vez a menos. A menos de calidad, se entiende, porque lo que es cantidad, nos tienen hartos. Ahora cada vez que ves algo medio raro por la calle buscas al regidor y al del maquillaje, porque aunque la locura abunda uno ya no es tan inocente.

Pero siempre se puede dar una vuelta de tuerca, y hay programa llamado “los mayores gamberros” que hace lo mismo pero los ganchos son hombres y mujeres entraditos en años, vamos, viejecitos de toda la vida, que van escandalizando a los pobres peatones que se quedan ojipláticos cuando escuchan a una venerable anciana contarle a una amiga por teléfono que ha quedado con un amigo de su nieto para un rollete.

Además del propio programa, llaman la atención dos cosas. La primera es que en todas las imágenes en que sale un fumador le difuminan la zona del cigarrillo y el humo como si el tío estuviera en pelota picada y el programa tuviera rombos, como en los ochenta, a principios más bien de los ochenta. Vale que el tabaco es malo, muy malo, ya lo sabemos. Que sí, que vale… pero por dios, sólo les falta tacharle el cigarrillo a Clint Eastwood o a Humprey Bogart.

Podemos ver en la tele asesinatos tanto reales como fingidos, descuartizamientos, guerras, hambre… cualquiera de las bajezas del ser humano salvo echar una calada, no sea que los niños se nos enganchen al cigarrillo porque son aún más idiotas de lo que nos imaginábamos. Eso sí, que se líen a tiros desde un tejado de un colegio no es algo que nos preocupe que se pueda imitar. Si se fijan en la contradicción, en un programa de gamberradas hechas por abuelos, en que se pueden dar a entender muchas cosas, y no todas ellas excesivamente educativas, se fijan sólo en el tabaco. Si es que a veces…

La segunda cosa llamativa es que de la chavalada que suele ser el objetivo de las bromas, suele estar acompañada… e ignorando al acompañante porque todos están con el móvil de rigor dándole a la pantallita. Vamos, que yo creo que en las tomas falsas la mitad de las bromas que se les fastidian es porque el chaval está dándole al Candy Crush de las narices y ni se entera de lo que le cuenta el señor.

Pues nada, que entre los difuminados y los móviles cada vez es más complicado tomar el pelo a la gente. Al menos algunas cosillas son graciosas.

viernes, 27 de septiembre de 2013

La coronación de Besteiro

Seguro que ya les extrañaba que no escribiera nada sobre el futuro de Besteiro. Es que estaba esperando la excusa y la jueza Pilar de Lara me la ha puesto en bandeja al saberse que en próximos días se conocerá la lista de imputados por el tema del Garañón, a un par de días de la "coronación" de Besteiro.

Quizás sea presuntuoso dar por sentada la inclusión de Besteiro en ese listado, pero si les soy sincero me sorprendería muchísimo que no figurase en una relación de pocos nombres implicados (presuntamente, por supuesto) en el desastre de las torres del parque de Rosalía. Él fue el concejal de urbanismo que firmó el convenio con el constructor, convenio que recordemos que se firmó el 31 de diciembre de 2005, un sábado, con las puertas del ayuntamiento cerradas y los funcionarios en sus casas. Suena raro por lo menos. Al día siguiente entraba en vigor la nueva Ley del Suelo que obligaría a reducir la edificación.

Pero no iba hoy por ahí, aunque el tema esté de actualidad, sino por su papel futuro como Secretario General de los socialistas gallegos. ¿Han acertado en el PSdeG eligiendo a Besteiro como líder? Pues como buen gallego les contestaré: depende.

¿Y de qué depende? Oigan, eso ya es mucho decir… Depende sobre todo de cómo encare ahora la reconstrucción de un partido que ha desencantado a su militancia, que ha sufrido importantes bajas de personas, yo conozco a algunas, que tras muchos años de trabajo a pie de calle a cambio de nada han tirado la toalla por una agrupación que no les representa. Eso pasa en todas partes, en todos los partidos, pero no en tan gran número.

De puertas adentro en su propia casa le toca un dificilísimo aunque gratificante papel si lo consigue: unificar a las diferentes corrientes de interés (hablar de corrientes de opinión sería demasiado inocente) dentro de la organización.

De puertas hacia fuera, tiene un grave, gravísimo problema: no tiene ningún foro de debate con el Presidente de la Xunta. Tradicionalmente los líderes de los partidos son elegidos entre sus parlamentarios por una sencillísima razón, necesitan poder enfrentarse al gobierno de tú a tú en un lugar de donde éste no pueda escapar.

Besteiro afronta tres años de legislatura sin poder enfrentarse directamente a Feijoo en ningún sitio. Es el presidente de la Diputación de Lugo, importante cargo (aunque denostado por gran parte de la población por aquello de que no lo elegimos nosotros directamente) que ni una sola vez ha de reunirse con el Presidente de la Xunta por nada legalmente establecido. Como mucho puede que coincidan en el Parlamento cuando los entes provinciales vayan a dar su informe, pero Feijoo no tiene ni que estar allí ni mucho menos que responderle personalmente si le da por decir alguna cosilla.

Por si eso fuera poco, que no lo es, tiene que elegir entre los actuales diputados quién va a ser su valedor, su representante, en la cámara autonómica. Es una tarea poco prometedora ya que la lista de sus actuales señorías (no sé si en los parlamentos regionales también tienen esa distinción, pero pongámonos finos) no la hizo él, sino su antecesor, y quién sabe si hay alguien que pueda ejercer ese papel.

¿Quizás el lucense Santín? Es persona de su confianza estricta y de Lugo, dos puntos a su favor. Por un tema civil sobre una obra que hizo sin licencia y cuya factura quiere pasarme a mí y a los demás vecinos de mi edificio (estamos metidos en el juzgado) les tengo que reconocer que no me simpatiza demasiado, pero reconozco que es una persona que no tiene perfil: ni bueno ni malo. Es neutro y eso es positivo porque ha entrado en el Parlamento de Galicia sin tener que dar la cara (apadrinado, precisamente, por Besteiro), lo que es digno de mención porque con ese barro se pueden hacer buenas figuras… o malas, claro está.

Pues veremos cómo va la cosa: si libra de caer por lo del Garañón, si consigue unificar a sus tropas, y si consigue superar el gran obstáculo de ser el ausente de todos los debates autonómicos. Si consigue todo eso, tiene una posibilidad.

jueves, 26 de septiembre de 2013

La Tarjeta Sanitaria Nacional

Es difícil, dificilísimo, emprender el camino del sentido común cuando llevamos tantos años de casa de locos (por no poner una expresión mucho más gráfica aunque menos elegante). Si no se hace, malo, y si se hace, casi peor.

El Gobierno de la Nación, es decir España (eso dice la Constitución), ha emprendido, con la aprobación de la Tarjeta Sanitaria Nacional, una senda necesaria pero que, además de dura, se revelará como acusadora de los desmanes y absurdos que se han dado durante las últimas décadas en nuestro país. Y lo pagarán caro, porque aquí no nos gusta que nos recuerden lo memos que hemos sido.

El niño del cuento “el traje nuevo del emperador” se reía del mandamás diciéndole que estaba desnudo, y a continuación todo el pueblo se ponía de su lado y el coronado corría a palacio a esconder sus vergüenzas. Es obvio que Andersen era danés, porque si fuera español al niño le harían callar sus padres para no llamar la atención sobre lo que todos veían pero no se podía mencionar y, de no conseguirlo, los vecinos lo echarían del pueblo a patadas. Lo que viene siendo la idiosincrasia española.

17 comunidades autónomas, 17 tarjetas sanitarias, 17 sistemas informáticos diferentes, 17 empresas de amiguetes (supongo) beneficiadas de los jugosos contratos que pagan cifras multimillonarias por trabajos que a una empresa le costarían una fracción de ese dinero. El Corte Inglés, por ejemplo, usa los mismos terminales en todas las tiendas de España, e incluso en los “oulet” son las mismas cajas que te sacan los cuartos en la sección de joyería. Es más barato, más sencillo y más lógico.

Pero El Corte Inglés no tiene que luchar con 17 reinos de taifas que quieren que el pastel engorde para que su porción sea mayor. Un sistema informático central a nivel nacional obviamente sería mucho, muchísimo más barato que 17 “sistemitas”, pero claro, sólo uno se llevaría el gato al agua y eso no gusta.

Lo más grande es que los sistemas son incompatibles entre sí, ya que cada uno lo ha desarrollado como le ha salido de los mismísimos y por ello si uno es gallego y quiere que le receten en Badalona el sistema casi revienta. Cosas de la identidad nacional.


Todas las comunidades, al menos de boquilla, están de acuerdo con la tarjeta única, o al menos eso dijeron en una reunión de 2012 en que, al menos con las cámaras y micrófonos delante, no podían seguir defendiendo la imbecilidad anterior. También influye que el gasto ya estaba hecho y los (supongo) suculentos dividendos repartidos. Esto es otra ocasión de gastar más pasta para “adaptar” el sistema a un criterio de compatibilidad. Más contratos, más dinero para presupuestar, gastar y, quizás, trincar. 

Que el Estado tenga un programa informático único y que todas las comunidades lo usen es más difícil que inventar el teletransporte. No sea que nos metan un virus. Mejor gastarse otra burrada de dinero en coordinar lo que nunca debió de estar descoordinado.

Resumiendo: un gran acierto del Gobierno que esperemos que no le torpedeen, porque no hay ningún argumento para ello. La única crítica: que no lo hagan con más cosas. Quizás esto sea un experimento, pero cuando algo está tan claro a lo mejor es cuestión de tener arrestos (no me digan que hoy no estoy fino, al menos para ser yo) para hacerlo con tantas y tantas cosas...

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Lo de Lugo y lo que no es de Lugo

¿Qué tiene que ver con Lugo y qué no? Es un debate que la Diputación Provincial de Lugo, en boca de su diputado de cultura, abre con su falta de interés en que se conserve el Carnero Alado en nuestro museo por no “tener que ver” con nuestra provincia.

En declaraciones a la prensa nos cuenta el portavoz de la familia de Álvaro Gil que “el interés de la Diputación se centra en 12 elementos. Pero tampoco quieren todo el oro. Por ejemplo, el carnero alado de Ribadeo no les interesa porque no es una pieza que tenga que ver con la provincia de Lugo”.

Tampoco es que ahora tenga muy clara la postura de la familia, que por lo que se ve está negociando no el respeto a la voluntad de su antepasado sino la venta de la colección, con lo que esto se convierte en una mera disputa económica, pero ante la duda, creo que la base es partir de lo que quería Don Álvaro.

El señor Gil dejó dicho en su día que no quería que la colección se separase, que se esparciera por varios museos, ni que quedara escondida en un almacén (uno de los motivos que originó la disputa fue, precisamente, que la colección pictórica no estaba expuesta al público). Como propietario que depositó libre, altruista y desinteresadamente estas piezas para disfrute de los vecinos de esta ciudad, tenía todo el derecho de poner las condiciones que le viniera en gana, y si no se quieren respetar se llevan sus objetos y tan amigos.

Por lo tanto, que la Diputación no quiera respetar este deseo es tanto como decir que están pidiendo a gritos que se lleven las piezas, todas las piezas, tanto las que les gustan como las que son “forasteras” y no merecen estar en nuestras salas de exposición.

El problema de todo este asunto es el extenderlo de forma lógica a lo que implica para nuestro futuro museístico. Las piezas del Museo Provincial, y entiendo que de todas aquellas dotaciones culturales controladas por los nacionalistas y sus socios del PSOE (es lo que tiene el maridarse, que uno se hace responsable de lo que hace su co-gobierno) tendrán que pasar la prueba del ADN cultural patrio para poder reposar en nuestras estanterías.

Esto hace que haya que saquear los museos para sacar de ahí todo lo “usurpador” de la que, para el bloque y sus compinches, es la única cultura válida: Las piezas de la etapa romana de Lugo imagino que serán sustituidas por reproducciones de pallozas celtas. La numismática medieval de los “reyes invasores” se cambiarán por jocosas estatuas reproduciendo tradiciones inventadas como el Apalpador, que tiene de lucense mucho más que el Carneiro Alado porque así lo dice un poema en portugués supuestamente mencionado por una señora del Caurel en 1994 (no es que venga en las Cantigas de Alfonso X, que supongo que también son un ejemplo de literatura invasora). La cerámica de Sargadelos será destruida porque, si bien se coció en Galicia, los diseños eran fruto de los técnicos británicos contratados por la fábrica… y así hasta vaciar las salas, que la contaminación es grande y el fuego purifica.

También habría que derribar la Muralla de Lugo, vergonzoso y constante recordatorio de que los "verdaderamente" gallegos se dejaron invadir, blandos ellos, por los malvados romanos y sus legiones. Aunque claro, eso contradice la defensa del gallego, heredero del latín, como auténticamente patrio. Bueno, es igual, que los que redactan los argumentarios no tienen por qué ser coherentes, ellos a lo suyo.

El sábado pasado estuve en el Pazo de Tor. La señora que lo donó, Dona María de la Paz Taboada de Andrés y Zúñiga, puso como condición que ni se sacara nada del pazo ni se introdujera nada que no estaba. En ese edificio hay de todo: desde recuerdos de viajes recientes a Japón hasta un dormitorio italiano. No sé cómo dejó atado este tema la buena de la donante, pero espero que bien porque si no nos arriesgamos a que el Bloque vaya con su particular Torquemada a señalar con el dedo acusador a todo aquello que no encaje en su idea de la Galicia pura y desespañolizada.

Me recuerda sospechosamente a otros nacionalistas, estos denominados Nacional-socialistas, que también eran muy aficionados a la exaltación extrema de "su" cultura y que hacían unas hermosas hogueras de libros "infecciosos", como si las ideas pudieran matar como las cámaras de gas que acabaron organizando para los "enemigos del Estado".

Lugo, como Galicia, España, Europa… y cualquier otro territorio, es el resultado de una evolución, de un devenir histórico en que, por suerte, no hemos estado aislados del resto del mundo. Entender que sólo se puede defender lo autóctono es tan ridículo como escribir con pluma de ave porque las estilográficas se inventaron en París, concretamente por un rumano llamado Petrache Poenaru. De los ordenadores ya ni hablamos, que son un invento del Gran Satanás. El discurso empieza a recordar a los de los iraníes o los norcoreanos.

Pues miren, esa imbecilidad de argumento se la rebato en medio minuto: El carnero alado está ligado a Lugo porque está aquí, muchos lucenses lo hemos vivido y admirado durante décadas, se encontró en Ribadeo y es parte de nosotros. Y porque la familia del señor que lo tiene en préstamo (durante poco tiempo me temo) quiere que se respete su voluntad y si está ligado al Torques de Burela y otras piezas extraordinarias lo está y punto.

Y si no les gusta, quizás es que no están preparados para gestionar nuestro patrimonio cultural.

martes, 24 de septiembre de 2013

Dándole al pedal

Casi 2000 personas en el día de la bicicleta apoyaron este vehículo como medio de transporte urbano. ¡Bravo a la organización y a los participantes! Nuestros mandamases deben de tener algo de sordera porque sólo escuchan cuando hay mucho ruido, así que ya saben lo que toca.


Foto de La Voz de Galicia


Reconozco que me escuece un poco que la marcha termine en Las Termas, que a uno le caen poco simpáticos los centros comerciales, pero teniendo en cuenta que son paganos de una parte del sarao, se comprende. De hecho en el “bravo” de antes incluyo a los patrocinadores, que al final son los que aflojan la mosca para que estas cosas se puedan desarrollar.


No les voy a dar el coñazo otra vez con el tema de las virtudes de la bicicleta, que desde que cerró “Hijos de Félix Latorre” a mí ni me va ni me viene el asunto desde el punto de vista del interés económico, pero no podía tampoco dejar pasar la oportunidad de apoyar, compartir, difundir y promocionar la iniciativa que varias empresas de esta ciudad y algún organismo han apoyado. Y por supuesto una mención especial al grupo de la Voz de Galicia y Radio Voz, que son los que organizan el tinglado con gran éxito de participación.

Juntar en Lugo a dos mil personas sin invitarlas a comer es muy muy muy complicado. Somos bastante inmovilistas y nos tira mucho el quedarnos en casa. Reconozco que yo no fui a la marcha pero no por pereza, sino porque me coincidía con una excursión a la Ribeira Sacra a la que me apunté hace meses y que llevo años queriendo hacer. Ya les contaré.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Por un plato de churrasco

Hoy es uno de esos días en que probablemente me voy a ganar alguna antipatía con el artículo, así que poniendo la venda antes que la herida les diré que tengo poca información sobre lo que voy a escribir, y hablaré de primeras impresiones con la esperanza, y lo digo sin ironía, de estar equivocado. 

El Palacio de Ferias y Exposiciones, rimbombante nombre que en Lugo hemos dado a un par de gigantescas naves que ora alojan una exposición de tractores, ora una feria de oportunidades, acogió ayer las celebraciones del “día del vecino”. 

Cuando digo “las celebraciones” en realidad me refiero a una cuchipanda, mejor dicho, a la madre de todas las cuchipandas. Cerca de 3.500 personas degustaron la empanada, churrasco y chorizos de rigor por el módico precio de 0 euros por comensal. Corrijo, se pedían 2 euros (creo) para financiar las actividades  de las asociaciones. Bueno, ese precio era el que pagaban los invitados, porque alguien habrá tenido que correr con los gastos, digo yo. Probablemente ustedes y yo, a costa de nuestros impuestos convenientemente recalificados como “subvenciones”. 

Aquí reconozco que es donde entro en el terreno de las suposiciones porque lo que sé es a base de “me dijeron que…”. La comilona estaba organizada por la Federación de Vecinos pero tengo entendido que era la Diputación la que corría con los gastos. Con los de los 3.500 comensales. Invitados todos ellos. A costa de nuestros impuestos. Que no decaiga la fiesta. 

Llama la atención la complicidad de muchos de los invitados, homenajeados y participantes que se pasan 364 días al año diciendo que “los políticos” tiran el dinero en asesores, lujos, comilonas y cosas superfluas mientras nos recortan cosas importantes como la sanidad y la educación (siempre hay la fijación por esas dos cosas como si la justicia, las infraestructuras o la seguridad fueran secundarias). Pero eso son, como decía, 364 días al año porque hay uno en que se nos olvidan los principios y la prudencia y nos lanzamos de lleno a llenar la boca a dos carrillos a cuenta de los presupuestos públicos. 

¿Cuánto ha podido costar la comilona? Calculando el menú a 10 euros la broma sale por 35.000 euritos, más los diversos gastos asociados en publicidad, imprenta, megafonía, orquesta… esas cosas. Digamos ¿40.000? 40.000 euros darían para muchas cosas en el banco de alimentos, por poner un ejemplo. 40.000 euros servirían para aliviar las necesidades de gran cantidad de gente. 40.000 euros es mucho dinero. Y supongo que me he quedado corto conociendo cómo se contratan ciertos saraos. 

Nos quejábamos en su día (bueno, yo) de la contradicción que supone gastar dinero público en cosas como mantener un club de fútbol, cuando eso es obviamente una cuestión que atañe al capital privado. En este caso, la cosa está mucho más clara aún. 

No me malinterpreten. Entiendo que la vida sigue y que no se puede estar todo el día enarbolando la espada flamígera de la justicia social a cualquier precio. No condeno que la gente quiera divertirse a pesar de los problemas que hay, incluso creo que precisamente es bueno hacer cosas que nos permitan olvidar un rato que las cosas están feas. Pero no una comilona con dinero público. Todo el mundo tiene derecho a pasarlo bien, pero gastando sus cuartos, no los de todos, que deben estar destinados a fines más nobles. 

Me encantaría que alguien me corrigiera hoy y me dijera que el dinero de esta comilona ha salido del bolsillo de empresas patrocinadoras, o que cada comensal pagó su plato, aunque lo dudo mucho. Estoy por apostar mucho a que el dinero que ha sufragado esto ha salido del erario público ya sea directamente o a través, como les decía antes, de subvenciones de discutible oportunidad.

Ahí no se promocionaba Lugo, ni la Muralla, ni era una actividad cultural, ni siquiera un acto de recaudación para los más necesitados. Se podrá decir que era en favor del movimiento vecinal y que demuestra su poder de convocatoria. Denme a mí los 40.000 euros (insisto, como mínimo) e invitando a comer les reúno a la multitud que quieran. Así está tirado.

Por un plato de churrasco, que es el sustituto actual de las bíblicas lentejas, se pueden vender muchos principios. Y si no llega el churrasco, una medallita.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Campañas y decisiones

Artículo publicado en "Tribuna" de La Voz de Galicia el 21 de septiembre de 2013.

La semana de la movilidad que se celebra a nivel europeo durante estos días, ha concentrado en Lugo algunas actividades por parte de entidades públicas y privadas en favor del uso del transporte público y de la bicicleta como alternativa al coche.

Estas campañas son positivas, pero totalmente inútiles si no van aparejadas de medidas reales y efectivas que faciliten a la ciudadanía el uso de dichas alternativas. Apostar por un transporte alternativo ecológico, económico y sano no pasa por tolerarlo, sino que hay que llevar a cabo acciones positivas en su favor.

En los últimos años en nuestra ciudad se eliminó el carril bici existente en Ramón Ferreiro y Rodríguez Mourelo, se suspendió “sine die” el sistema de sistema público de préstamo de bicicletas y se aprobó una normativa que, aunque se modificó parcialmente gracias a la presión popular, no refleja una apuesta por la bicicleta como transporte urbano en Lugo.

Instalar aparcamientos para bicicletas en puntos clave de la ciudad, crear itinerarios y carriles-bici, mantener durante todo el año iniciativas que eduquen a nuestros vecinos para un uso racional y respetuoso de la bicicleta y su convivencia con los peatones… son cuestiones irrenunciables que las administraciones tienen que asumir si realmente hay un espíritu en ese sentido que vaya más allá de una mera campaña publicitaria de una semana.

Toda Europa se dirige hacia las dos ruedas también durante las otras 51 semanas del año. No podemos quedarnos atrás, por muchos motivos.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Movilidad

Cuando les digo que sigo manteniendo un pequeño lugar en mi corazón para la más pura inocencia seguramente se lo tomen a coña pero es totalmente en serio.

Me invitaron a participar en una tertulia que tuvo lugar esta mañana (ayer cuando lean esto) en Onda Cero sobre la semana de la movilidad. En esa charla participábamos tres personas, además de Lourdes, la moderadora de la casa.

La inocencia que les mencionaba viene de que yo pensaba que íbamos a hablar de transporte urbano, no de política, pero ya ven, en todo tiene que meterse el rollo de las siglas, haciendo que incluso se digan cosas que, por ser moderado, no se corresponden con la realidad.

En mi primera intervención critiqué la poca coherencia que veo entre que el Ayuntamiento de Lugo se gaste una pasta en hacer actividades defendiendo el uso de la bicicleta cuando en la práctica, en lugar de facilitar su promoción, la torpedea.

Por otra parte también critiqué que se pague una pasta por un Plan de Movilidad, que se aprobó hace nada, que luego no se va a respetar porque está mal hecho (o no se sabía qué se quería hacer cuando se encargó) y no contempla el cierre al tráfico de calles del casco histórico que ahora se harán peatonales.

Parece que una de las contertulias, Sonia Verdes (luego me enteré de que fue diputada del PSOE, lo cual explica muchas cosas) no recibió bien estas críticas y trató de defender la labor de Orozco afirmando que durante los gobiernos socialistas se había peatonalizado Lugo, cosa que luego imitaron otros ayuntamientos de Galicia. Ahí mis ojos se abrieron como si tuviera que echar media garrafa de colirio.

Creo que nadie que viva en esta ciudad desde hace 15 o 20 años dudará que la peatonalización en Lugo tiene un nombre: Joaquín García Díez. Me molesta tener que recordar estas cosas porque es una persona a la que aprecio (la admiración a su labor es anterior a conocerlo en persona) y parece que a veces defiendes a alguien por amistad, pero al César lo que es del César, y es una tomadura de pelo que alguien pretenda decir que “los socialistas” peatonalizaron Lugo.

Miren, yo no mencioné, hasta que me sacaron el tema, ni siglas ni personas porque creo que un debate sobre un tema no es una carrera que busque medallas, pero tampoco se puede consentir que alguien intente arrebatar los méritos a quien los tiene.

Por supuesto del tema de las bicis no se atrevió a hablar, pero ya metidos en el tema de la movilidad, y visto que aquello no era la charla sobre transporte que yo pensaba sino un repaso político, le recordé a la señora Verdes que Joaquín hizo un carril bici en Ramón Ferreiro y Los Tilos que Orozco se encargó de destruir. También que pretendieron prohibir la circulación de bicicletas en zonas peatonales (cosa que la presión popular logró impedir) y que se gastaron una pasta en el famoso Rebicíclate que duró un año y lleva más de dos fuera de servicio… ¿eso es apoyar la bicicleta y las alternativas de transporte?

En Lugo se hacen las cosas así: se gasta una fortuna en publicitar cosas que luego no se mantienen porque realmente no hay convicción sobre ellas, sino únicamente la búsqueda del voto. Da igual que sea el parque de energías renovables del Ceao, que nos ha costado una fortuna y no vale para nada, o el tan cacareado plan estratégico del que nunca más se supo y que sólo decía obviedades. Da igual. Paga Juan Pueblo. Una vergüenza.

jueves, 19 de septiembre de 2013

El programa de San Froilán 2013

No me gusta opinar sobre los conciertos de San Froilán, principalmente porque saca a relucir mi aspecto menos cultivado que es el de la música contemporánea. Les diré que no tenía ni idea de quién era Carlos Jean hasta que el año pasado vivimos el culebrón de “ahora voy, ahora no voy”, lo cual por lo visto marca un hito en mi incultura musical de lo que se lleva en los rollos nocturnos. También influye que no salgo de noche demasiado, supongo.

Pero es que lo de este año es de traca. Con decirles que el único nombre que me suena es el de Charo Reina, además de los resucitados para la ocasión: Obús y Os Resentidos. Tampoco es que para recuperar los 80 hayan traído a Miguel Ríos, que eso sí sería un puntazo.

Achacaba mi desconocimiento a mi reconocida ignorancia sobre los grupos actuales, y una vez informado me cuentan que lo de Obús y Os Resentidos que va a ser que no “peta” pero que Love of lesbian sí está bien. Lo de que tengan nombre inglés mola porque así cubren el hueco de la “actuación internacional” que se había anunciado, aunque el grupo es de Barcelona.

Hay dos cosas que me cuesta entender en San Froilán. La primera es que se prime la cantidad sobre la calidad, llenando el programa de actuaciones a lo loco en lugar de seleccionar un poquito más y traer conciertos que realmente convoquen al público. La primera es la obsesión del “todo gratis”. Los tiempos ya no están para andar quemando la pólvora en salvas, y eso de traer los conciertos a las plazas públicas está muy bien, pero no necesariamente pagando todo de nuestros impuestos.

Cuando vino Sabina a Lugo no quedó una puñetera entrada, y el concierto fue de pago y en el pabellón viejo, como toda la vida. Lo mismo cuando actuó Joan Manuel Serrat. La gente está dispuesta a pagar, pero cuando el concierto merece la pena.

Es sorprendente que una ciudad cuyo gobierno ha decidido cobrar entrada a los museos públicos porque “se ponen en valor” no aplique esa política a las cuchipandas, cuando lo lógico sería que fuera al revés: la gratuidad de la cultura “pata negra” y el cobro de las fiestas. Me parece más constructivo que un ciudadano pague por ver un concierto que para enterarse del pasado de su propia localidad.

Y todo con el agravante de que se han gastado 9.500 euros en contratar a un amiguete para llevar el tema de los conciertos. Cuando digo lo del amiguete es literal, que la persona designada (no tengo el placer de conocerlo pero me han soplado algunas cosas) es un exasesor del PSOE, lo que lo sitúa en las órbitas cercanas al partido, que es donde mejor crece la hierba.

Para ese viaje no nos hacían falta tantas alforjas, señores míos. Porque no sé si lo saben, pero una orquesta decente (no a lo mejor la Panorama o la Olympus, que son de las famosas) puede costar entre 3.000 y 4.000 euros. Si te vas a las de arriba sale en 10.000 o 12.000 euros. Vamos, que con lo que cobra este hombre solucionábamos las orquestas de tres días, que no está mal.

Eso sí, de la propuesta de cobrar una pequeña tasa a los manteros (controlando que no vendan falsificaciones, claro) ni palabra, aunque podría reportar 20.000 euros al presupuesto de las fiestas. Para qué recaudar por ahí, si ya se puede culpar después a los hosteleros de que las cuentas no cuadren. Es el nuevo principio de la política populista: hazlo mal pero culpa a otro.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Los caminos de la democracia

Uno de los más clásicos debates de este país sobre los partidos políticos es el de las listas abiertas y las elecciones primarias, que ha reabierto Esperanza Aguirre (quién si no) y, localmente, puesto sobre el tapete La Voz de Galicia a raíz de un comentario (totalmente inocente) de Luis Lamas sobre el artículo de “la lideresa”.

Parece que las primarias sean la panacea de la democracia y la transparencia y que con conseguir esas dos cosas ya están solucionados los problemas políticos por los siglos de los siglos, amén. Nada más lejos.

A veces confundimos el camino con la meta, y esta es una de esas ocasiones. Que existan elecciones primarias no significa necesariamente que haya más democracia interna en un partido político, ni siquiera que la gente participe más. Eso es otra guerra, la de las actitudes, los miedos, la pereza, el valor y la ambición (tanto en su vertiente de sana como de maligna).

Les voy a poner un ejemplo. No hay elecciones primarias más conocidas que las de los candidatos a presidente de los Estados Unidos. Pues bien, esas elecciones tan transparentes y democráticas no son por voto directo de los afiliados, sino mediante delegados, que en España se llaman “compromisarios”, que no están sujetos a mandato imperativo. Es decir, que un delegado puede haber sido elegido haciendo campaña por un candidato y en el congreso cambiar de idea y votar por otro.

La democracia interna de los partidos en España es más real de lo que la mayoría piensa, aunque menos de lo que debería ser. No es tanto el mecanismo en sí, el tema formal, como el de las actitudes de los propios afiliados, a los que les cuesta mucho trabajo dar un paso adelante y presentarse para cualquier cosa. Quizás sea porque tengan miedo de pisar el callo a “don Fulano” o simplemente porque no se ven con capacidad, pero no lo hacen.

Si mañana los partidos asumieran el sistema de primarias en general, no crean que las cosas iban a cambiar automáticamente porque sí. Es más una cuestión de cultura democrática que otra cosa.

Lo mismo ocurre con el tema de las listas abiertas. En el Senado hay listas abiertas y los resultados son parejos al Congreso. Tampoco son la gran cosa, y menos si seguimos manteniendo la circunscripción provincial. 

Yo soy partidario del sistema británico, con pequeñas circunscripciones unipersonales. Cada zona elige a un candidato para representarla, lo que aumenta muchísimo el control del público sobre su portavoz y le permite a éste la gran baza de la política inglesa: librarse de la disciplina de partido si conviene a los intereses de sus electores.

Normalmente en Gran Bretaña una persona se presenta a una circunscripción por un partido, pero no tiene por qué ser así, y ni siquiera tiene que estar de acuerdo con todo lo que dice ese partido, simplemente es una cuestión de tendencias… y no pasa nada.

Puede parecer a ratos que esto es un canto contra las primarias o las listas abiertas, nada más lejos. Estoy absoluta, clara y radicalmente a favor de que existan, sólo que pienso que no son una solución, sino el camino de una solución, que no es lo mismo.

Mientras los afiliados de los partidos, los socios de las asociaciones, los miembros de la comunidad de vecinos, o cualquier persona que pertenezca a un colectivo, no tenga la libertad de hablar con claridad, la posibilidad real de dar su opinión sin miedo a represalias de ningún tipo, o de presentarse a los cargos que le dé la gana, la democracia es un espejismo, un negocio de grandes números manejado por expertos en marketing.

Eso se tiene que acabar.

martes, 17 de septiembre de 2013

Masificación en las aulas

Por lo que se ve hay términos que alteran su naturaleza pasados determinados años, como el término “masificar”. Cuando iba al instituto recuerdo que un año tenía el número 43 en mi clase, y no era el último (no se cachondeen, que lo del número era por el apellido, no por los resultados… si no tal vez sería el 45).

La “masificación” que se denuncia en los institutos de Lugo, donde “la mayoría de las aulas pasan de 30 alumnos” me parece de chiste. Si eso es masificación nosotros debíamos de ser una cosa entre las ovejas que cruzan la Gran Vía todos los años y las consabidas sardinas de las latas. Y no nos fue mal. Aquí nos tienen, a una generación que sabía en su momento las capitales del mundo en mapa mudo (recuerdo muchas y hasta sé situar los países en el globo razonablemente bien), hacer integrales y derivadas, e incluso con unas nociones más que discretas de la historia de España e incluso del mundo.

Siempre me hace abrir los ojos como platos lo de que la educación “no tiene medios suficientes” en una época en que todos los críos tienen pasta para un móvil (con su correspondiente gasto mensual) que ya querrían para sí muchos de sus papás pero, por lo que se ve, no para comprar un bolígrafo o los libros de texto.

Ya, ya lo sé. Los libros de texto son caros, no sé si se acuerdan de que alguna vez hablamos del tema y les expliqué que no entiendo que no exista un “temario oficial” que el Estado edite en un PDF descargable. Se compra al crío una Tablet de 150 euros y tiene los libros gratis durante años, mientras le dure el chisme, o un portátil baratito (los hay de 300 euros) que le sirve para mucho más.

De todas formas cuando denuncian que la educación está escasa de recursos no se suelen referir a los padres, sino a los colegios. Se aduce falta de profesorado y de dinero para otras cosas para explicar la caída de la educación en este país, que más allá de estadísticas y números se deja ver cuando mantienes una conversación de cinco minutos con un recién graduado en ESO. Siempre que esa charla no hable de fútbol o de cosas que salen en la tele el chaval se queda con cara de no saber de qué le estás hablando porque salen del instituto casi como entraron.

Y yo no creo que sea por los medios o por la masificación. Lo siento pero no cuela. En mis años de instituto iba al llamado femenino (ya tuve que soportar muchas bromitas cuando estudiaba allí, así que seamos serios con el nombre) y éramos sobre 45 personas por aula. El equipamiento del profesor era muy simple: una tiza, conocimientos y autoridad.

En mi opinión lo que falta ahora es lo último, porque si antes la mayor amenaza de un profesor era “que llamo a tus padres” y sabías que eso suponía, en el mejor de los casos, un castigo en casa, ahora se han vuelto los tiros a las escopetas porque muchos papás dan más credibilidad a un mocoso adolescente que al tío de 40 años que intenta meter algún conocimiento en su dura cabezota, y se presentan en el colegio o el instituto y, a la vista de su hijo (que es lo peor) ponen pingando al profesor y lo despojan de cualquier atisbo de autoridad.

Porque somos guays y demócratas, y todos tenemos que ser iguales ante Dios y ante la ley, con lo que un profesor parece que no puede ejercer poder sobre críos que tienen muy claros sus derechos pero ni puñetera idea de sus obligaciones. Así nos luce el pelo.

Una amiga mía que da clases está horrorizada con ciertas cosas. Te cuenta historias de padres que, como castigo porque su hijo suspendió casi todas, se lo lleva de viaje por Europa. Pobrecillo.

Desde luego estoy convencido de que el problema está ahí. En el colegio te dan cultura, pero la educación la recibes en tu casa, y si falla esto último, malamente puedes pretender que un profesor prácticamente indefenso, y despojado de todo mando, pueda controlar una clase de 30 “ciudadanos” contestones y maleducados.

Así que no confundamos. Ya sé que es más fácil echar la culpa a Papá Estado, como siempre, pero más de uno debería hacer examen de conciencia antes de abrir la boca.

lunes, 16 de septiembre de 2013

La vida es esto

Esto es un blog, y como tal se supone que es un diario personal. El viernes no escribí y les voy a explicar ahora por qué. El jueves por la mañana me avisaron de que un amigo había sufrido un infarto y que estaba en la UCI. Aún sigue ingresado con un pronóstico bastante malo.

No hace ni cuatro meses que murió mi abuela, a la que adoraba (aún la adoro) y como es lógico me cuesta no pensar en ella. Fue de repente y nos cogió por sorpresa a pesar de su avanzada edad, ya que todos dábamos por sentado que llegaría a los 100 años. Esto me ha sorprendido más, porque si Emilia tenía 96 años y era de esperar que tarde o temprano pasara algo así, este amigo ronda la cuarentena y nadie podía prever que le sucediera esto.

Estas cosas te hacen pensar. Siempre se dice que la vida es muy corta, que no somos nada, y que en cualquier momento te puede pasar algo, pero en el fondo no lo asumimos, quizás porque no queremos hacerlo. Es muy duro aceptar la propia mortalidad, y más aún la de las personas a las que quieres. Es muy raro que alguien por debajo de los 50 se haya molestado en hacer testamento, no por irresponsabilidad, sino porque siempre damos por sentado que queda tiempo por delante, y ya ven que nunca se sabe.

Creo que hay dos formas de afrontar esto: o llorar y hundirse en una depresión o llorar y salir adelante aprendiendo algo. Me gustaría que me lo pudiera tomar de la segunda manera, aunque eso no se elige y aún no sé por dónde saldré.

Hay que dejar una opción a la esperanza, porque recuerdo que a mi abuela en más de una ocasión la desahuciaron y salió adelante, pero la lección no sólo hay que aprenderla cuando algo acaba mal, sino también cuando la vida te pone una señal de advertencia.

Aunque quienes me conocen saben que siempre he sido de los que intentan no dejar nada para un futuro indeterminado, eso ahora será más intenso aún. La vida es esto, lo que hay ahora, no lo que se fue (aunque hay que aprender de ello) ni lo que vendrá, porque el futuro no está garantizado para nadie. Prever un camino: sí, pero obsesionarse con metas que nunca sabes si podrás alcanzar: no.

Tampoco es cuestión de centrarse únicamente en nuestra propia mortalidad, pero es algo a tener en cuenta igual que cuando cocinas estás pendiente del fuego. No es que te obsesione quemarte, pero haces todo lo posible para no hacerlo.

En fin, espero que mañana las cosas estén menos sombrías, aunque si les soy sincero las sombras también nos enseñan lecciones que son importantes, quizás las más importantes.

La vida es esto

Esto es un blog, y como tal se supone que es un diario personal. El viernes no escribí y les voy a explicar ahora por qué. El jueves por la mañana me avisaron de que un amigo había sufrido un infarto y que estaba en la UCI. Aún sigue ingresado con un pronóstico bastante malo.

No hace ni cuatro meses que murió mi abuela, a la que adoraba (aún la adoro) y como es lógico me cuesta no pensar en ella. Fue de repente y nos cogió por sorpresa a pesar de su avanzada edad, ya que todos dábamos por sentado que llegaría a los 100 años. Esto me ha sorprendido más, porque si Emilia tenía 96 años y era de esperar que tarde o temprano pasara algo así, este amigo ronda la cuarentena y nadie podía prever que le sucediera esto.

Estas cosas te hacen pensar. Siempre se dice que la vida es muy corta, que no somos nada, y que en cualquier momento te puede pasar algo, pero en el fondo no lo asumimos, quizás porque no queremos hacerlo. Es muy duro aceptar la propia mortalidad, y más aún la de las personas a las que quieres. Es muy raro que alguien por debajo de los 50 se haya molestado en hacer testamento, no por irresponsabilidad, sino porque siempre damos por sentado que queda tiempo por delante, y ya ven que nunca se sabe.

Creo que hay dos formas de afrontar esto: o llorar y hundirse en una depresión o llorar y salir adelante aprendiendo algo. Me gustaría que me lo pudiera tomar de la segunda manera, aunque eso no se elige y aún no sé por dónde saldré.

Hay que dejar una opción a la esperanza, porque recuerdo que a mi abuela en más de una ocasión la desahuciaron y salió adelante, pero la lección no sólo hay que aprenderla cuando algo acaba mal, sino también cuando la vida te pone una señal de advertencia.

Aunque quienes me conocen saben que siempre he sido de los que intentan no dejar nada para un futuro indeterminado, eso ahora será más intenso aún. La vida es esto, lo que hay ahora, no lo que se fue (aunque hay que aprender de ello) ni lo que vendrá, porque el futuro no está garantizado para nadie. Prever un camino: sí, pero obsesionarse con metas que nunca sabes si podrás alcanzar: no.

Tampoco es cuestión de centrarse únicamente en nuestra propia mortalidad, pero es algo a tener en cuenta igual que cuando cocinas estás pendiente del fuego. No es que te obsesione quemarte, pero haces todo lo posible para no hacerlo.

En fin, espero que mañana las cosas estén menos sombrías, aunque si les soy sincero las sombras también nos enseñan lecciones que son importantes, quizás las más importantes.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Vota por el Arde Lucus

La prueba más palpable de que la democracia en formato digital (me refiero a la que usa ordenadores, no a los puestos “a dedo”) es más que discutible son las votaciones en Internet. Ahí puedes encontrarte cualquier barbaridad ya que el público al que te diriges es enorme pero nunca vas a llegar a todos.

Recuerdo que cuando empezaba esto de las páginas web (los menores de 25 me considerarán una pieza de museo al decir esto) los comerciales, que te clavaban trescientas mil pesetas por hacer una web estática con un subdominio tipo www.suempresa.telefónica.net, te contaban que era una publicidad impagable porque se veía en todos los ordenadores del mundo. Sonaba como si tu web apareciera en cualquier pantalla del planeta nada más arrancar el ordenador, porque ocultaban que había que saber, y teclear, la dirección para llegar a tu página. Hoy es una obviedad pero no todo el mundo caía en eso de aquella porque tampoco sabíamos de qué hablábamos.

Después llegaron los buscadores, primero con Yahoo y luego ya con el hoy todopoderoso Google, y con ellos la especialización en los contenidos porque cada uno buscaba ya lo que le interesaba.

Por último, el Facebook y demás “redes sociales” (nunca me ha gustado el término) hacen que cada uno comparta las cosas que le interesan y, probablemente, tengan eco entre sus amistades, con lo que las cosas ya son cada vez más concretas.

Pues entre éstas están las votaciones a través de internet. Una encuesta (porque al final son lo que son, encuestas) en que no se elige al público que la contesta como un muestreo sino que se sueltan a la buena de Dios y las responde quien le da la gana, lo que hace es propagarse sólo en determinados ámbitos, y de ahí que los resultados sean totalmente sesgados y parciales.

Una de estas encuestas es la que ha empezado Antena 3 en su página web. Buscan elegir la mejor fiesta de España, y la encabeza la Feria de Albacete, que si les soy sincero no sabía ni que existía.

Encontré por la mañana (ayer por la mañana cuando ustedes lean esto) esta página y me sorprendió ver algunas de las fiestas que estaban en los primeros puestos: el Bando de la Huerta de Murcia, la Chúndara de Peñafiel en Valladolid… y el Arde Lucus, de nuestro querido Lugo.

Como uno es como es, automáticamente me puse a promocionar la votación en diversos canales vinculados a la ciudad, foros y demás, y la respuesta fue muy buena. En unas pocas horas el Arde Lucus subió de poco más de 4.000 votos a cerca de 7.000, superando a (quién lo iba a decir) el San Fermín o la Feria de Málaga.

Obviamente estamos muy lejos del primer puesto, que llega casi a los 47.000 votos, pero sí estamos a un paso de subir al cuarto puesto de la lista, y si nos lo tomamos en serio quizás alcancemos el tercero, que ronda los 14.000 votos. No es fácil, pero sí es posible. Además se puede votar una vez al día (tienen que pasar las 24 horas justas, no vale lunes por la tarde y martes por la mañana).

Insisto en que tiene su guasa que queden mucho más abajo fiestas como las fiestas del Pilar de Zaragoza, el Carnaval de Tenerife o la Semana Grande de Bilbao, pero oigan, hay que aprovechar la ocasión e intentar llamar la atención aunque sea de Antena 3 únicamente. La promoción que el último Arde Lucus recibió de Telecinco no nos vino nada mal y estaría bien que la otra cadena se apuntara, e imaginen si hacen un programa sobre las cinco primeras fiestas, o las tres primeras, y está nuestro Arde Lucus.

Así que les hago un modesto llamamiento no sólo a votar sino a compartir el enlace en sus muros de Facebook, e incluso se lo envíen a sus amigos, porque aunque es una carallada puede ser una carallada importante para Lugo.

Ya que la democracia en Internet es falseable, usemos eso en nuestro provecho. ¡Viva el Arde Lucus! ¡Viva Lucus Augusti!

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Corrupción genética

Incluso para alguien a quien la política le gusta, sobre todo en su vertiente municipal (hay quien afirma que esto no es gustarte la política, porque los ayuntamientos son otra cosa), llega un momento que resulta cansina esa cantinela del “y tú más” o el “habló de putas La Tacones”, que es una expresión más vulgar pero también más gráfica.

Es para desanimar a cualquiera ver al PSOE acusando de corrupción al PP y al PP acusando de corrupción al PSOE, a IU acusando de corrupción a todos, mientras todos acusan de corrupción a IU, a los sindicatos rasgándose las vestiduras mientras se financian fraudulentamente y a la CEOE aplaudiendo porque a lo mejor con tanto barullo cuela alguna barbaridad.

Que el país esté en manos de unos colectivos tan absortos en sus meriendas de negros que pasen olímpicamente del fondo del asunto es para echarse a temblar. ¿Y cuál es el fondo del asunto?, me preguntarán ustedes mientras clavan su pupila azul en su pantalla… ¿Y tú me lo preguntas? El fondo del asunto eres tú, somos todos. El fondo del asunto es que en España la corrupción es un mal transmitido genéticamente como ya hemos dicho en alguna ocasión, y que lo que tenemos que intentar colectivamente es luchar contra esa herencia cultural envenenada, no decir que “lo mío es menos que lo tuyo” porque eso es un reconocimiento implícito de “lo mío”.

Que España sea el país del “¿lo quiere con IVA o sin IVA?” ya no sorprende a nadie, pero lo grave es que ni siquiera parece que se intente ya pelear contra eso. Se aprueban tibias medidas contra los delitos de corrupción, pero no se ataja la corrupción en sí misma, que sólo se puede combatir con transparencia absoluta.

Hace no muchos años no existía la tecnología para hacer cosas que hoy sí podemos llevar a cabo. Es posible que con una simple página web que podría hacer hasta un niño de teta (no vean cómo vienen las nuevas generaciones en lo tecnológico) los ayuntamientos den cuenta de todos los concursos que tienen lugar en su municipio, con la debida publicidad automática e inmediata. Eso permitiría que se acabara con los “procedimientos negociados”, que es una forma de contratación en que la administración llama a tres o cuatro empresas “de reconocido prestigio” para un tema concreto.

También es sencillo acabar con las donaciones anónimas a los partidos. Y lo digo yo, que soy un defensor de las libertades e, incluso, del derecho de una persona a donar anónimamente dinero, pero siempre que lo haga a una ONG o a la comisión de fiestas de su pueblo, no a quienes luego van a dictar las normas que rigen sus destinos. Tan sencillo como que las donaciones sólo sean legales si se hacen por transferencia bancaria, que eso queda registrado.

Lo de los ERE de Andalucía, en euros, es mucho más grave que lo de Bárcenas, pero eso no justifica lo de Bárcenas si es verdad todo lo que cuenta. Aquí no se trata de escalas, ni de baremos, se trata de que la corrupción es un sistema binario: o lo eres o no lo eres. Todo lo demás son figuras retóricas.

Que los dos principales partidos del país estén metidos en basura hasta el cuello (presuntamente, por supuesto) es preocupante, porque representan a muchos millones de españoles que, por eliminación, pueden tomar caminos peligrosos a la hora de ir a las urnas. Les recomiendo leer “El invierno del Mundo” de Ken Follet, la segunda novela de su trilogía sobre el siglo XX. Explica muy bien cómo llegó al poder Hitler.

Quizás no hayamos mejorado demasiado desde esos años, porque el caldo de cultivo de una cosa del estilo está creciendo a pasos agigantados.

martes, 10 de septiembre de 2013

Malas pulgas

Aunque la expresión de “malas pulgas” se suele usar de forma metafórica esta vez es literal. En el edificio donde trabajo se ha declarado una plaga de pulgas, que a estas alturas de siglo parece una cosa muy “vintage”, como decimonónica, pero oigan, es molesto de narices.

A mí por ahora no me ha tocado, pero vayan ustedes a saber. Se cebaron en las piernas de dos compañeros que tenían unas irritaciones que, además de molestas, eran de mala visión, por lo desagradable.

Llama la atención la parafernalia con que se rodean todas estas cosas en estos tiempos. Lo que hace unos años se habría solucionado con un “llama al tío de la desinfección” ahora se califica como “activación del protocolo”, que viene a ser lo mismo pero con una reunión previa entre varios altos cargos y los representantes del personal, como si de la crisis de los misiles de Cuba se tratara. Reuniones en departamentos, llamadas, cruces de Whatsapp y SMS como si en vez de pulgas hubieran visto jinetes vestidos de negro con una guadaña…

Unas cochinas pulgas se tratan como si hubieran llegado unos expedientes cargaditos de Ántrax, y sólo ha faltado desalojar el edificio con las sirenas y las luces de emergencia a todo trapo. Aún estamos a tiempo.

La solución del tema es tan prosaica que suena a simpleza: una caja con un producto que atrae a los bichos y otro que los liquida. Así de sencillo. Si la cosa no llega por lo visto hay un gel (lo que no sé es cómo lo pretenden aplicar) y si no directamente irán a por el gas. Espero que nos desalojen antes de usarlo porque si no puede ser un tema que vaya a mayores.

En fin, que cuando nos digan que en este edificio hay malas pulgas ya no nos podremos cabrear, porque es literal. Cosas que pasan.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Los juegos del hambre

Creo que media España comparte una sensación que no sabemos muy bien cómo denominar pero que va entre el herido orgullo y el alivio. Que no nos hayan elegido como sede de los Juegos Olímpicos del 2020 por tercera vez (parece que el “erre que erre” no va con el COI) no gusta porque suena a desprecio hacia un país como el nuestro, que organizó con acierto la Olimpiada de 1992, siendo la única de las recientes que no dio pérdidas multimillonarias. Pero por otra parte a nadie se le escapa que no estamos como para andar gastando la pólvora en salvas. De ahí lo del alivio.

Hay una saga de estas que ahora proliferan tanto que se llama "los juegos del hambre". No me digan que no es para hacer pensar. No va sobre juegos olímpicos ni nada que se le parezca pero tiene en común que una sociedad en que muchos de sus miembros sobreviven rapiñando lo que pueden incluso entre la basura, dejan todo de lado para ver un evento de talla mundial que derrocha lujo y recursos. A mí me recuerda a algo.

Los españoles somos peculiares la verdad. Mientras el gobierno italiano le prohíbe a Roma presentar su candidatura a los juegos porque consideran que no está el horno para bollos, aquí hacemos al revés, quizás porque en este momento una inyección de moral nos venía de película. Lo malo es que el kilo de moral nos sale muy caro si para que levantemos cabeza tenemos que gastarnos muchos millones que no tenemos en un evento de dudosa rentabilidad económica.

Les hablaba el otro día del legado de las exposiciones de Sevilla, la del 29 y la del 92. Son dos modelos opuestos que en España se dan tan a menudo que si en vez de un país fuera una persona el diagnóstico de bipolaridad sería obvio. Quizás nos hayamos salvado de un problemón nacional como la copa de un pino porque si no hay dinero para tantas y tantas cosas que provocan los consabidos recortes, dudo que ponerse a construir estadios sea una opción muy inteligente.

Pero eso es lo que hacemos. No quizás a nivel olímpico, pero el Real Madrid acaba de fichar a un tal Bale por una fortuna sólo accesible para grandes entes que normalmente no tienen al día sus obligaciones con Hacienda. “Es que genera mucho dinero”, nos dicen, pero no sé yo. La bolsa generaba mucho dinero hasta que se pegó un batacazo de libro el famoso Jueves Negro, llevando a la ruina y el suicidio a más de uno y de dos.

No se trata de que a mí no me vuelva loco el deporte, que tampoco, sino de que si propusieran pagar con nuestro dinero el mandar una nave al espacio por aquello del prestigio internacional y la investigación científica, tampoco creo que fuera el momento.

Pero bueno, ya no tiene arreglo. Tokio 2020 es la cita para dentro de siete años. Esperemos que arreglen sus problemillas no sea que las medallas brillen más de la cuenta.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Música amurallada

Aunque no soy un gran admirador de las teorías políticas que sustentan la ideología del BNG, reconozco que a veces hacen cosas bien, como casi todo hijo de vecino. Creo que ningún grupo, sea pequeño o grande, ni acierta ni se equivoca siempre.


Les hablo del tema de las fiestas de San Froilán y una iniciativa que se llevó a cabo el año pasado en la plaza del Campo Castillo, en la que se montó un escenario al que se invitó a grupos de la ciudad que están empezando para poder darse a conocer. Este año se ha eliminado del programa.

No conozco los motivos de esta decisión. Quizás los vecinos protestaron por el tipo de actuación (yo mismo critiqué a una de “irmandades do falo” porque no me parecía excesivamente oportuna), o no tuvo demasiado éxito de público, o simplemente los grupos aumentaron el caché y no se les podía pagar, aunque lo dudo. Si no se sabe por qué se toma una decisión en teoría no es bueno criticarla, pero tampoco sé por qué se instaló ese escenario inicialmente y aun así me pareció una buena idea.

Las fiestas de San Froilán, con sus barracas, su pulpo y sus orquestas, cuentan con una extraordinaria afluencia de público siempre que no le dé por llover. Es una oportunidad de oro para que, quienes están empezando, puedan salir de la oscuridad del anonimato y tocar en su ciudad para sus amigos, vecinos y quién sabe si algún contacto ocasional que les permita ir trepando por la resbaladiza liana de la fama.

Lugo ha de defender a Lugo, al menos siempre que sea defendible. Si las fiestas son las patronales de nuestra ciudad no parece ninguna tontería que se haga un hueco a grupos que, aunque sean poco conocidos, no tienen por qué ser malos. Supongo que Mecano no se hizo famoso de un día para otro, al igual que Mocedades, los Rolling Stones o El Fari, por cubrir diferentes sensibilidades musicales.

Si uno estaba de viaje en Liverpool en 1960 y se iba a tomar algo a lo que hoy consideraríamos un antro, habría podido ver a un desconocido grupo de melenudos que más tarde serían uno de los mayores fenómenos musicales de la historia moderna: los Beatles. Imaginen que los locales británicos sólo contrataran a gente ya consagrada… Nadie conocería “yesterday”.

Nadie puede garantizar que en Lugo surjan unos nuevos Beatles, pero tampoco lo contrario. Visto el programa de las fiestas, que nos retrotrae a los años 80, o incluso más atrás, a los años dorados de la copla (tiene que haber de todo, así que no pasa nada), tampoco sobraría una aportación a la iniciativa local.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Discriminación deportiva

Parto de mi profunda ignorancia sobre los mundos deportivos, y más aún de los relativos al tenis, donde lo poco que sé es que hay un tal Rafa Nadal que gana muchas cosas, y que al trofeo más popular le llaman “la ensaladera”. Con estos mimbres mal cesto vamos a hacer si me pongo a hablar de tenis pero es que cuando hay temas de Lugo, me lanzo en picado.

Pongo lo anterior como venda antes que la herida, porque quizás lo que les voy a contar hoy es habitual, tiene explicación o simplemente es uso y costumbre, pero llamativo, lo que se dice llamativo, sí es. Vamos al tema.

Se celebra en Lugo el IX torneo nacional de tenis, que termina hoy, organizado en el Club Fluvial. El patrocinio de este torneo cuenta con importantes marcas y la colaboración de entidades entre las que está el ayuntamiento de Lugo como única administración participante. Una cosa fantástica para promocionar la ciudad y esas cosas, salvo por el lío de los premios.

Verán, el cartel anunciador recoge que el primer premio a la categoría masculina es de 1.400 euros y un trofeo, seguido de un segundo premio de 700 € + trofeo, 350 € a los semifinalistas, 175 € a los que lleguen a cuartos de final y 43,75 € a los que lo hagan a octavos. Todo muy bien hasta que ves que la campeona de la categoría femenina recibirá 150 € y trofeo y la finalista 75 € y trofeo. Fin de los premios femeninos. No me he comido ningún cero. Sumando a mí me salen unos 3.000 euros en premios a la categoría masculina y 225 a la femenina. No sé, me parece ligeramente desequilibrado.

Vuelvo a insistir en mi ignorancia sobre el tema, pero les diré que me parece llamativa la forma de repartir los premios. Supongo que habrá más tradición en el tenis masculino, pero con esos usos y costumbres eso seguirá así por los siglos de los siglos.

No nos pongamos tampoco locos contra el fluvial. Hay una liga de fútbol masculina que recibe subvenciones multimillonarias, tanto las directas (las que salen en el BOE) como indirectas (las deudas que les perdonan, los líos con Hacienda que no se persiguen…). La liga femenina es algo tangencial, y me imagino que si hacemos cuentas en general, en casi cualquier categoría el deporte masculino está muchísimo mejor pagado que el femenino. En números globales (que no tengo) apostaría lo que quieran a que la proporción es escandalosa.

Me cuesta mucho trabajo entender por qué los equipos no pueden ser mixtos. Nos rasgamos las vestiduras cuando nos dicen que se subvencionan colegios segregados, pero nos parece normal que los Juegos Olímpicos hagan una carrera para hombres y otra para mujeres.

Lo de que haya dos categorías es un poco insultante. Es como “hala, moninas, os vamos a organizar una carrerita para vosotras que si no no ganáis nada”. Puede que sea cierto, pero también puede que no. Que el campeón del mundo de algo no pueda ser campeona a menos que corra en una categoría exclusiva me recuerda sospechosamente a los deportes organizados en ligas infantiles, y perdonen la comparación, pero es la que me sale. Como si no dieran la talla.

Imaginen que la competición de los 100 metros lisos tuviera una categoría por razas porque los más rápidos “siempre son negros”. A Hitler no se le ocurrió, pero si no seguramente habría hecho un razonamiento parecido para no tener que tragar el sapo de que Jesse Owens ganara a los súper atletas de raza aria.

Owens batió el record del mundo en 1936 haciendo los 100 metros en 10.4 segundos. La mujer más rápida del mundo los hace en 10.75, pero quizás si se permitiera a las mujeres competir en igualdad con los hombres en todas las categorías otro gallo nos cantaría. Les saldrían más patrocinadores, se lo podrían tomar más en serio y quizás nos encontraríamos con que pueden mejorar esas marcas.

La discriminación positiva es discriminación a fin de cuentas, y suena a paternalismo. No me gusta.

martes, 3 de septiembre de 2013

Edificios ¿inteligentes?

A veces las coincidencias son llamativas. Ayer les hablaba de los edificios de la Expo del 92 y de la Exposición Iberoamericana de 1929 como ejemplo de que no siempre el “progreso” es tal… y miren por dónde a las pocas horas un edificio hipermegamoderno de Londres, llamado el “walkie talkie” derritió, literalmente, el capó y varias piezas de un Jaguar aparcado en la calle.


Por lo visto el fenómeno se produjo porque, quién lo iba a imaginar, no es buena idea poner un espejo cóncavo de 36 pisos en una zona donde da el sol. El efecto vino a ser una concentración de los rayos de sol que tostaron el Jaguar como si fuera una hormiga a los pies de un niño dotado de lupa y mala leche. Eso sí, no me negarán que los ingleses tienen un estilazo del copón. Un Jaguar nada menos. Ya de derretir un coche derretir uno que quede “fashion” en los telediarios de todo el mundo.

La pregunta que me asalta es… ¿en qué demonios estaban pensando? Tanta tecnología y tanta leche y resulta que no caen en algo obvio que con un par de espejos y sentido común se le habría ocurrido a cualquiera, o al menos a cualquiera que vaya a gastarse 200 millones de libras en un mastodonte de acero, hormigón y cristal.

Tengo una hermana arquitecto, y nunca nos ponemos de acuerdo con estas cosas. Hay edificios que puede que sean lo más de lo más del diseño, pero si no son acogedores, si no cumplen su función principal, que es alojar personas, a mí no me valen. No hace falta derretir un coche para que un edificio sea una estupidez.

Hay excepciones por supuesto, y el tamaño no tiene por qué ser algo malo. El Empire State Building, sin ir más lejos, es un edificio espectacular, impresionante, y que no crea problemas salvo en las películas donde los gorilas gigantes tienden a la escalada libre, rubia chillona en mano.

Este veterano de los rascacielos fue diseñado en dos semanas y construido en un año y cuatro meses, y sigue ahí, dando testimonio de que el estilo no tiene por qué estar reñido con la altura. Y no ha derretido coche alguno.

Por supuesto todo esto es algo meramente personal, pero la admiración, la emoción que despierta algún edificio concreto no se nota en otros. Las torres Petronas de Kuala Lumpur, por ejemplo, son tan espantosas como altas, y las torres Kio serán muy originales pero ahí se acaba su encanto.

Lo mismo pasa con los coches, o con la ropa. Ves diseños de espectaculares vehículos de los años 50, o de trajes de los años 20 que están a un nivel que hoy no soñamos alcanzar. Evidentemente no les estoy diciendo que nos tengamos que ir al pasado y hacer todo como hace setenta años, pero echo de menos la mezcla. En lugar de ser todo acero y cristal, o que todos los coches, todos, sean casi exactamente iguales, es una lástima que nadie siga fabricando automóviles que, con un corazón fabricado con la más moderna tecnología, le una la estética del pasado. ¿Por qué no se pueden hacer cosas así hoy día? Si hubo un estilo “neoclásico” en arquitectura (espantoso en mi opinión, por hortera, pero eso es otra historia) ¿por qué no podemos hacer lo mismo y recuperar estilos que nos encandilan cada vez que los vemos en una película?

Parece que nos hemos pasado de rosca. Hay que redefinir el progreso de forma que porque podamos hacer una cosa no signifique necesariamente que tengamos que hacerla. Quizás volver la vista atrás sea bueno de vez en cuando, y sobre todo si hablamos de temas de diseño.

Cuando 29 es más que 92

Me acabo de dar cuenta de que no les conté nada de las vacaciones. Ya que estamos en intimidad les diré que nos dio la venada de ir a Torremolinos, en plan setentero, un viaje que realmente te hace valorar muchísimo el mar… que tenemos en Galicia.

Pero no les hablaré hoy de eso en concreto, sino de otro sitio que visité haciendo la Ruta de la Plata. Paramos en Zamora, muy bonita por cierto, en Cáceres, espectacular (creo que es lo que más me gustó del viaje) y en Sevilla de camino a Torremolinos, que está a escasos quilómetros de la ciudad de Málaga. Pues de Sevilla les hablaré hoy.

Plaza de España - Exposición del 29
La capital de Andalucía es uno de los destinos más turísticos de España, y sin duda uno de los lugares más reconocibles de nuestra tierra gracias a las sevillanas, el barrio de Triana y la enorme publicidad que se hace de esta ciudad. Pero también, y es en lo que me voy a centrar hoy, es el ejemplo más claro que conozco de cómo funciona nuestra sociedad ahora y cómo lo hacía cien años.

Verán, en Sevilla se celebraron dos “Expos” famosas, la Exposición Iberoamericana de 1929 y la archiconocida Expo 92. Han pasado más de ochenta años desde la primera, y más de veinte desde la segunda… hablemos de sus herencias.

Plaza de América - Exposición del 29
La Exposición del 29 dejó en Sevilla el monumento más visitado de la ciudad, que no es ni la Torre del Oro, ni la Giralda, ni la Catedral, es la Plaza de España, que se puso más aún de actualidad porque ahí se rodaron algunas escenas de Star Wars. Es un lugar espectacular, una plaza abierta, llena de detalles, de impresionantes mosaicos de azulejos, de encanto y atractivo. Completa los ya anteriormente existentes jardines de María Luisa, portentoso parque que era el jardín del Palacio de San Telmo y que fue donado a la ciudad por la infanta María Luis Fernanda de Borbón, duquesa de Montpensier, de ahí el nombre del parque.

La Exposición del 29 también dotó a la ciudad de una serie de pabellones que hoy día se utilizan para las más diversas actividades. Desde museos, hasta casas particulares, pasando por clínicas, sedes de empresas, bancos… Nada se ha desaprovechado, y cada uno de los antiguos pabellones era una pequeña obra de arte que convirtió un área enorme de la ciudad en un auténtico paseo de las delicias.

Pabellón abandonado - Expo 92
La Expo 92 costó a las arcas públicas un billón de pesetas, con B, de las de hace más de 20 años (las obras duraron lo que duraron). ¿Qué ha dejado a Sevilla? Unas excelentes comunicaciones con Madrid y un montón de pabellones abandonados, llenos de hierbajos y maleza, de monorraíles abandonados, un paisaje desolador que, inexplicablemente, las rutas turísticas incluyen como si la desastrosa gestión post-expo fuera algo digno de enseñar en lugar de un asunto a resolver.

Fui con la ilusión de ver de cerca un Ariane, que uno es fan de esas cosas y le impresionan los cacharros que hemos tenido dando vueltas fuera de la Tierra, y me encontré una chatarra en medio de un solar abandonado.

Vagones del Monorraíl - Expo 92
Después de ver la sede de la NASA en Houston y cómo cuidan allí de su historia (esa de la que nos cachondeamos por reciente pero que deberíamos aprender a valorar porque la soberbia es una cosa muy fea) a uno se le cae el alma a los pies viendo que aquí lo que no tenga 500 años parece no ser digno de protección.

Canal de los Descubrimientos - Expo 92
Pero ya no se trata únicamente de eso, sino del despilfarro, del “ya pasó la Expo ahora ya da igual”. ¿Si nos dan los Juegos Olímpicos de Madrid 2020 haremos lo mismo? ¿O seguiremos el ejemplo de Barcelona, que utilizó la Olimpiada del 92 para poner a punto la ciudad y “recicló” sus edificios? Económicamente la cita en Barcelona fue un éxito, mientras que por ejemplo la de Atenas supuso todo lo contrario. Quizás el secreto está en quién gestiona el tema, y por mucho que digan algunos de los catalanes tenemos mucho, muchísimo, que aprender de ellos.

Supongo que muchas de las personas que visitan Sevilla se llevarán la misma impresión que yo: que parece que ahora se hacen las cosas peor que hace casi un siglo. Será porque de aquella había que aprovechar todo, y porque había otro concepto sobre “el día después de”.

Sevilla ha heredado una gran fortuna cultural y urbanística de la Exposición Iberoamericana del 29. No tanto de la del 92. Es para reflexionar. 29 y 92 son un espejo, una contradicción, pero parece que en este caso 29 es más que 92.