lunes, 30 de noviembre de 2015

15 años de Patrimonio, unos cuantos menos de sentidiño

Quince años hace ya que la Muralla fue declarada Patrimonio de la Humanidad tras un arduo trabajo realizado por muchas instituciones y encabezado por el entonces alcalde Joaquín García Díez.

Una de las anécdotas que cuenta Joaquín (nota, una anécdota es un hecho curioso, y aunque habitualmente todo el mundo se espera que sea graciosa no necesariamente ha de serlo, como en este caso) es que una persona que tenía un importante cargo le preguntó “¿Y para qué tanta historia con lo de declarar la Muralla Patrimonio de la Humanidad si eso no da dinero, que no hay subvenciones ni nada?”. Ya ven.

Pues a lo que iba, hoy se celebra nuestro 15º cumpleaños como bien mundial, y a la lista encima podemos añadir más recientemente el Camino Primitivo de Santiago y la Catedral de Lugo. Pocas ciudades cuentan con tres bienes en ese prestigioso listado y a veces parece que no somos conscientes de la importancia que esto tiene, o puede tener.

Por ejemplo, es una tristeza que tras dos años y pico intentándolo, sigamos sin una señal en la autovía A6 que indique que en Lugo existe una Muralla Romana Patrimonio de la Humanidad. El desinterés municipal, que ni siquiera se molestó en solicitarlo, y la lentitud burocrática de las administraciones autonómica y estatal, hacen que podamos informarnos puntualmente de que hay un monasterio en Sobrado dos Monxes pero pasemos de largo la ciudad de la muralla romana porque nadie nos dice que aquí hay lo que hay.

Imaginen la de turismo “puntual” que se pierde porque atraviesa la autovía alegremente, buscando dónde parar para hacer un alto, sin desviarse a Lugo porque “no hay nada interesante, que si no lo pondrían”. Desde que logramos que entren aquí, les garantizo que repiten porque Lugo suele gustar mucho.

Son cosas que esta ciudad debería dar por sentadas. La señalización, el cuidado de los monumentos, unos horarios razonables en las oficinas destinadas a dar la bienvenida a los turistas, campañas que den a conocer nuestros encantos fuera de la ciudad y no dentro de ella como es habitual… ¡Hay tantas cosas que son lógicas y que no se hacen!

La declaración de la Muralla sirvió como revulsivo de una conciencia colectiva que ya estaba más espabilada tras la peatonalización del casco histórico, pero fue como cuando un perro que oye un ruido mientras duerme levanta la cabeza rápidamente. Luego la vuelve a bajar si no hay nada que lo mantenga despierto.

Necesitamos un liderazgo en la ciudad que no tenemos. Desde hace tres lustros Lugo está descabezado, y tirando dinero en chorradas que no sirven absolutamente para nada.

Eso sí, felicito a los que pensaron en lo de los farolillos en la Muralla porque fue precioso. La foto es fantástica. El problema es que de una foto no se vive, es necesario mucho más.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Talibanismo gastronómico, pues vale

Aunque aún quedan unas semanas para el cierre del Verruga, que será lo que me permita soltar definitivamente la lengua sobre lo que pienso de temas de hostelería sin que nadie pueda achacar interés alguno, me cuesta callarme ante las tonterías que leo, puestas en boca de cocineros de campanillas que se creen más listos que nadie.

A esto en un restaurante normal le llaman "pincho"
 No sé si leyeron en La Voz de Galicia la entrevista a David Muñoz, uno de estos personajes que venden más su imagen de estrella de rock y sus supuestos sabores “extraordinarios” para paladares “educados” que comida de verdad.

Nos dice el supuesto genio, que colecciona estrellas Michelín como si fueran cromos, que en Galicia “tenéis una despensa brutal, pero sois un poco talibanes con el producto”. Quizás alguien debería explicarle que lo de defender la pureza de los sabores de un producto extraordinario es una postura bastante más digna que convertir una cocina en un laboratorio para sacar platos cuyo mayor mérito es que te tengan que explicar qué demonios estás comiendo.

La alta cocina es una tomadura de pelo. Que en una despensa tengas que tener nitrógeno y oro en láminas como si fabricaras baterías de coche es algo tan sumamente ridículo que solo se puede explicar bajo el prisma de una serie de afectados que se creen que hay que “transgredir” y “superar” la perfección.

No me entiendan mal, estoy totalmente a favor de que quien quiera comer esas cosas las coma, y que incluso puedan cobrarles auténticas fortunas por una estafa mal disimulada, allá cada cual, pero ya me tienen bastante harto de esa supuesta superioridad moral y técnica en la que te vienen a decir que para saber cocer bien un percebe hay que estudiar cinco años de hostelería, con un desprecio hacia las recetas “de toda la vida” que suena a trauma mal superado.

Lo que cuenta al final parece ser la fama. Que este señor se dedique a decir ese tipo de cosas responde más a la búsqueda de una notoriedad más o menos facilona que a otra cosa. Si es por eso algo ha conseguido porque por ejemplo aquí estamos dedicándole un tiempo que no merece.

Galicia cuenta con un producto inigualable, un mar excepcional, una carne envidiable y una huerta rica y variada. Si ser talibán es defender que las recetas han de buscar variar sabores pero sin cargarse la esencia de lo que estás comiendo porque entre otras cosas nos podemos permitir el lujo de elegir entre varias carnes y pescados porque tenemos para coleccionar, pues habrá que pensarse seriamente abrazar esa religión.

No tengo noticia de si las estrellas Michelín se dan a restaurantes “normales”. Me da a mí que es una especie de versión gastronómica de ARCO, donde la gente normal va a cachondearse y los que les sobra el dinero a comprar cosas tan interesantes como un vaso de agua en un estante, obra de 20.000 euros que, encima, compraron.

Pues nada, lo dicho, esto es un avance. Cuando pueda hablar… ¡ay cuando pueda hablar!...

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Y decían que la Diputación era aburrida...

A ver cómo se apañan los del gobierno nacional-socialista de la Diputación para decir que un acuerdo plenario en que se decide que las competencias pasen del equipo de gobierno al propio pleno es un ataque a la democracia.

En la pista número uno: la Diputación de Lugo...
Los del PSOE lo tienen algo más fácil, porque ya estamos acostumbrados a sus piruetas dialécticas, como la de la alcaldesa de Lugo diciendo que es una sucia mentira del PP que van a prorrogar el contrato de la grúa porque “solo lo van a prorrogar tres meses”. Vamos, la vieja cantinela de “la puntita nada más”.

Pero el BNG, que va de coherente por la vida y dice creer en el movimiento asambleario y las decisiones tomadas en comunidad, se verá en figuritas para explicar por qué es malo que decida 25 en vez de 2.

Tampoco es que las matemáticas les ayuden, porque tras pasarse décadas insistiendo en que 11+2 es más que 12, lo cual nadie discute desde el punto de vista aritmético, no pueden tampoco razonar que 10+2 es más que 12+1 ya que ni los antecedentes ni el ábaco les apoyan en semejante tesis. Cosas que pasan.

Ayer Manuel Martínez hizo lo que tenía que hacer, proseguir con su venganza contra el BNG, que los pone moderadamente en su sitio, aunque realmente éste era la oposición. Tengo que confesar que me estoy riendo mucho con todo esto (aunque no tiene maldita la gracia) y que conmigo oigo carcajearse a toda la oposición, pero también a una gran parte del PSOE, incluyendo alguna risotada desde Bruselas, e incluso un sector importante del nacionalismo que está del BNG, la UPG y sus acólitos hasta las narices.

Evidentemente el PP vive horas bajas, aunque día a día parece ir levantando cabeza a medida que lo hace el país. Del verdadero alcance de esa resurrección podremos hablar con firmeza el día 21 de diciembre, cuando sepamos si nos referimos a Lázaro o a un mero zombi que va dando tumbos apoyándose en una muleta más o menos estable.

Pero en Lugo al menos los demás no es que estén para tirar cohetes precisamente. El PSOE, acorralado en el ayuntamiento de la capital por una manada de especies variopintas que no me atrevo a calificar porque me pueden tirar piedras, y aislado en la diputación por uno de sus propios colegas, vive unos momentos de incertidumbre y crisis interna que deja en ropa interior (qué fino me ha salido) a los contrincantes populares. Ver cómo Orozco levanta la voz a la alcaldesa en un foro público o semipúblico como es una reunión de militantes tampoco ayuda a la fe en la estabilidad ni la paz interior, que además de un mantra tibetano es un requisito bastante importante para afrontar una campaña electoral.

Por su parte los nacionalistas, rotos una vez más en los mil pedazos que en su día se unieron en un Bloque y que ahora vuelven a demostrar que no hay una ideología sino un montón de personalismos (lo cual los hace mucho más españoles que la tortilla de patatas, mal que les pese), lo que, en el remoto caso de que puedan movilizar a “sus” votantes les pasará la factura de la Ley D’Hont que es una auténtica faena.

Darío tomando posesión con cara de saber lo que le venía
Foto: La Voz de Galicia

Las carcajadas pueden tornarse en llantos cuando veamos que para todo este circo pagamos una entrada muy cara, en forma de presupuestos provinciales, muy abultados y que sirven para pagar muchos, muchísimos favores y de ahí esa obsesión por una moción de censura que no censuró nada (caso que pasará a los anales de la historia) y que, encima, ni siquiera ha dado como resultado la formación de un gobierno, sino de esa cosa rara que tienen montada y que a los únicos a los que de verdad satisface es a los periodistas, que antes iban a rastras al coñazo que suponen los plenos provinciales y ahora se dan de bofetadas por cubrirlos, porque están más espabilados que con cinco litros de café en vena.

martes, 24 de noviembre de 2015

Lugo Monumental cambiará de presidencia

Ayer repartí la carta por la que convocaba la asamblea anual de Lugo Monumental, y como punto principal del orden del día la elección de una nueva presidencia, ya que al jubilarse mi madre y cerrar el Verruga entiendo que mi vinculación con el empresariado del casco histórico desaparece con lo que no tendría sentido continuar.

Hubo hasta una amiga muy bienintencionada que me ofreció una participación en una empresa para que me pudiera quedar, pero si les soy sincero sería algo tan sumamente artificial que no le vería sentido ni yo mismo. De hecho hay antecedentes en esta ciudad de personas que hicieron algo parecido para presidir durante años asociaciones y siempre lo critiqué porque me parecía ridículo y no voy a hacer lo mismo. También tenemos otros casos ridículos pero si sus socios no dan un paso adelante para evitar esas cosas no seré yo el que tire la piedra, allá ellos y sus intereses. Yo hago lo que creo que he de hacer pero no me considero quién para dar lecciones de nada.

La vida tiene estas cosas, está llena de cambios y de etapas que se abren y se cierran. Además, Lugo Monumental también superó la marcha de Cesar Navia, el mejor presidente que tuvo (muchísimo mejor que yo, a años luz).

Evidentemente echaré de menos muchísimo una asociación a la que he dedicado tres años y pico con bastante intensidad y que me ha dado algunos quebraderos de cabeza y muchas alegrías. Las segundas compensaron con creces los primeros.

Nuestra asociación funcionó durante todo este tiempo sin recibir ni un euro público. Tuvimos alguna colaboración material (cosas que organizábamos conjuntamente con alguna administración), pero nos negamos desde el primer momento a pedir la más mínima subvención, con el convencimiento de que tal y como funciona el tema a día de hoy lo único que producen es una descarada dependencia de los poderes públicos, y siempre he pensado que el movimiento asociativo debe ser una representación de la sociedad civil y servir de contrapeso a quienes consideran que por ganar unas elecciones son omnipotentes.

Sí, estoy de acuerdo en que los legítimos representantes del pueblo son los miembros de un pleno, ya sea municipal, autonómico o nacional, y también soy consciente de que la inmensa mayoría de las asociaciones son entes dictatoriales en que el mismo presidente está ahí desde hace veinte o treinta años utilizando, en muchos casos, la asociación para su propio lucro personal o sentirse importante. Pero eso no quiere decir que las asociaciones no sean importantes. Les pasa un poco como a los sindicatos, que tienen una filosofía y un fin noble pero están prostituidos por intereses espurios.
Por ahí lo tienen muy claro...

El concepto de Sociedad Civil, que en la cultura anglosajona está muy enraizado (ya podíamos copiar esto y no las gorras ladeadas y el “Halloween”), aquí nos resulta ajeno, ya que de hecho surgen asociaciones como hongos cuyo único fin es chupar recursos públicos, lo que debería ser ilegal además de vergonzoso.

Evidentemente el tener poco dinero da muchísimo trabajo, porque no tienes una oficina, ni personal que te haga el trabajo más duro, pero también tiene sus recompensas. Durante estos años la directiva ha hecho labores de cartero, montador, instalador, camarero y hasta electricista y aunque ha dado chollo ha sido muy satisfactorio. Nos hemos divertido.

Aún queda un mes para el adiós final, ya que hasta el 30 de diciembre no es la Asamblea, pero como hoy la prensa recoge unas líneas sobre el asunto no quería dejar de compartir mi punto de vista con mis amigos del blog. Que sea para bien.

lunes, 23 de noviembre de 2015

La campaña que nos viene

He estado en un par de campañas electorales metido hasta el cuello y son intensas, agotadoras y dan mucho que hacer. Pero eran locales. También participé en otras con menos implicación ya que las autonómicas o las generales dan menos trabajo “de campo” porque se deciden más en el telediario que en absurdos mítines a los que solo van los propios a aplaudir y la prensa a hacer un par de fotos que no interesan a casi nadie.

Siempre se dan una serie de mensajes repetitivos, independientemente del partido y de la cita electoral de la que se trate: “estas son unas elecciones decisivas”, “nos jugamos mucho”, “es el momento del cambio” (si es la oposición la que habla) o “hay que seguir por este camino” (si se defiende al gobierno).

Son mensajes reiterados porque suelen ser ciertos, al menos desde la lógica propia de cada partido. El pasado está ahí, de forma inamovible, y el futuro es lo que está por escribir, por eso cada elección es “crítica” y cada momento parece más importante que el pretérito. Las elecciones que dieron lugar al gobierno de Suárez fueron una de las claves de la actual democracia, pero parece que eso es agua pasada y que ahora lo importante es si seguimos por donde vamos o cambiamos el rumbo.

Los años moderan la importancia de las cosas y en los libros de historia es más fácil que figure Zapatero por haber aprobado el matrimonio gay que Rajoy por salvar la economía del país. Es uno de los grandes errores del PP, estar tan preocupado por el bienestar económico de la población que olvidan que “no solo de pan vive el hombre”. El del PSOE es pensar que de buenas intenciones se come y va a ser que no. Por supuesto hay cosas que solo empeoran con el paso del tiempo y si bien algunos pensábamos que Zapatero hacía el ridículo con aquello de la “alianza de las civilizaciones” hoy vemos que la cosa es mucho más grave.

En las próximas elecciones generales del 20 de diciembre las cosas son las que son: el país ya no vive al borde de la quiebra como estábamos hace cuatro años, la economía parece que va repuntando con un ritmo más que razonable y los datos de paro siguen en verde en lugar de en rojo. Sin embargo Rajoy tiene grandes lagunas en su gestión como el no haber puesto freno a los desmanes de las autonomías y los ayuntamientos, en aras a una independencia económica que nos ha metido de lleno en el pozo del que ahora nos arrastramos por salir, aunque incluso podemos decir que ya andamos en cuclillas.

Los nuevos actores en escena van haciendo su papel. Podemos, que ya ha renunciado a otro de sus pilares básicos, la apertura de un “proceso constituyente”, cae en picado y se les nota cierto grado de desesperación, incluso histeria. Más tranquilo aparenta estar su rival como partido emergente, Ciudadanos, que con tranquilidad y un mensaje tan relajado como aceptable va subiendo peldaño a peldaño en las encuestas.

En Lugo, sin embargo, entiendo que no se comerán una rosca. Sacar un diputado en nuestra provincia, al igual que en las provincias “pequeñas”, es dificilísimo y lo más normal es que de los cuatro diputados que tenemos (3 del PP y 1 del PSOE) la cosa quede como está. No por mérito del PP, aunque mantener a Joaquín de cabeza de lista haya sido una maniobra inteligente, sino porque los demás están tirándose tartas a la cabeza dentro de casa y eso no ayuda a movilizar el voto.

Por mi parte tengo amigos en al menos tres listas. Obviamente Joaquín a la cabeza del PP al Congreso, Margarita en el mismo puesto pero en las filas del PSOE y Ana Argiz como candidata de UPyD al Senado. Tres personas a las que quiero (“apreciar” es un verbo que creo que se utiliza porque el otro asusta un poco) y a las que deseo lo mejor.

Será una campaña dura, pero la gran ventaja es que a nivel local no habrá sangre. Los bofetones se dejan para los telediarios y serán a alto nivel. Los debates que seguirá el gran público serán los de Rajoy, Rivera, Sánchez y poco más.

Eso sí, luego nos preguntaremos qué propone cada uno para nuestra provincia pero no lo sabremos porque estaremos demasiado ocupados viendo “Sálvame de Luxe”, que lo pondrán a la misma hora que el debate de los candidatos locales.

País…

viernes, 20 de noviembre de 2015

La (in)comprensión de la justicia

La casa derribada - Foto del gran Pepe Álvez
De la justicia se suele decir que si es lenta no es justicia. También podemos decir que a veces no se percibe como tal porque tiene velocidades desiguales según sea la categoría social o el poderío económico del interesado. No ayuda demasiado tampoco la percepción de que en el juicio te irá según puedas pagarte un abogado corriente o uno de esos de campanillas que van con trajes de Armani y les tratan de Usted en los sitios caros.

Por ejemplo, ayer se procedió al derribo de la casa de unos pobres desgraciados (en el sentido literal, porque que te tiren tu casa es un concepto de desgracia como otra cualquiera) que seguro que lo hicieron mal cuando la construyeron donde no debían o siguiendo un procedimiento que no podían seguir, pero no tan mal como, por ejemplo, la construcción del Garañón, que sigue en pie a mayor gloria del constructor, la administración, y el concejal firmante de la licencia que creo recordar que fue el señor Besteiro, hoy día camarada Secretario General de los socialistas gallegos.
Torres del Garañón - Foto de La Voz de Galicia

No se comprende que la justicia parezca tan rápida para las cosas pequeñas y tan lenta para las grandes, porque a mí, personalmente, me molesta más la mole que Orozco autorizó en el parque que la casita de estos señores en un terreno que la mayoría ni podríamos situar en el mapa, aunque nos digan la dirección y el código postal.

Es como que sancionen a los particulares por tener puertas de madera en el casco histórico de la ciudad de Lugo, cosa que aunque parezca increíble está prohibida por el PEPRI, y la multa nos llegue desde el Ayuntamiento de la ciudad, cuya puerta es… ¿lo adivinan? ¡Sí, han acertado, de madera! Así se escriben las normas.

Los españoles hemos perdido casi toda la fe que teníamos en los gobiernos de cualquier escala y color, y por supuesto en los parlamentos. La Corona, gracias al amigo Urdangarín y sus trapicheos, y a la querida del anterior Rey tampoco vive sus mejores momentos, a pesar de que parece que Felipe VI va recuperando terreno perdido. Nos quedaba el prestigio de la justicia pero también se diluye como un azucarillo en un vaso de agua caliente: vertiginosamente.

No es nada bueno. Todos necesitamos poder tener fe en algo: un partido, un Estado, unas normas, unas leyes… en algo que ponga “orden” en el caos que supone la sociedad anárquica, que se confunde demasiado habitualmente con la liberal. Nada que ver.

No me puedo solidarizar con los señores a los que les tiraron la casa porque no estoy seguro de que no tuvieran la culpa. Pero sí me uno a las voces que reclaman igualdad de trato para todos. Posiblemente esa casa tuviera que caer, pero no antes que el Garañón ni de que la administración cumpla su parte del trato: aplícate las normas a ti mismo y luego ya me lo exiges a mí.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Las terrazas más caras del mundo

O yo soy muy tonto o es que nos están tomando el pelo. Creo que más bien lo segundo.

Hace un par de meses, como asociación (la de Lugo Monumental, que tengo el orgullo de presidir) nos reunimos con la Alcaldesa de Lugo en un ambiente casi festivo, ya que la cosa fue rodada y la verdad es que nos cayó muy bien. Salimos encantados y pensamos “qué maja”, ya no solo en voz alta, sino públicamente a través de nota de prensa.

Tras la reunión la propia alcaldesa, en nota de prensa también que está colgada (al menos por ahora) en la web del Ayuntamiento de Lugo, anunció que se revisarían las tasas de terrazas, un tema en el que fuimos bastante insistentes porque no parece muy normal que en nuestra ciudad se paguen las tasas más altas de las siete ciudades de Galicia. En este tema, recordarán que ya les comenté las difíciles matemáticas aplicadas por la exconcejala Sonia Méndez, para quien en un metro cuadrado caben una mesa y cuatro sillas, como en el chiste de los elefantes en el seiscientos.

Pues bien, quizás pecamos de cándidos al pensar que cuando hablaba de “revisar” nos atrevimos a dar por sentado que era una revisión a la baja, porque resulta que la tasa pasa de 59,64 € a 145,54 € por metro cuadrado al año. Esto supone pagar el 244% de la tasa del año 2015. ¡Alegría!

Para mayor fantasía, este espectacular aumento solo se aplica a las calles de primera categoría, es decir, al casco histórico, ya que en TODAS las demás categorías se reduce la tasa, y pasarán a pagar entre un 56% y un 82% de lo que pagan actualmente. En calles de 5ª, por ejemplo, pagarán 17,5 euros por metro cuadrado al año.

Se nota cada día que mucha gente de la que rige nuestros destinos no ha tenido un negocio en su vida, y que en su casa no han visto lo difícil que es pagar todas las facturas a final de mes. Este tipo de cosas no ayudan, ya que por poner un ejemplo real de una cafetería del centro de Lugo, la tasa pasa de 8.349,60 euros (que ya era una pasta, porque por ejemplo en Vigo pagarían algo más de 700 euros al año) a 20.375,60 euros. Es decir, 12.026 euros más. Solo ha faltado poner al final un “¡que se jodan!”.

El incremento que puede suponer para algunos empresarios pasar de pagar las tasas anteriores a las nuevas supone una cifra tan alta que solo se podrá compensar reduciendo las terrazas, incrementando los precios o prescindiendo de parte del personal, lo que obviamente va contra los intereses del público y del empleo, pero parece que eso les trae sin cuidado. El hostelero es malo, malo, malo y ese mensaje cala muy bien, sobre todo si gracias a las tasas vamos a acabar teniendo las terrazas más caras del mundo, que quizás piensan que puede ser un gran reclamo turístico, como el del turrón 1880.

Por cierto, no deja de ser llamativa la despreocupación del gobierno local por el empleo en la hostelería cuando muestran tanta sensibilidad con los puestos de trabajo que Véndex mantenía en el sistema O.R.A.

Ya sé por dónde saldrán: “Es que hay una bonificación del 60% así que al final pagan menos que el año pasado”. Es cierto, en el ejemplo que les puse la tasa final sería unos 200 euros más barata que en 2015 pero tiene varios trucos. El primero es que una bonificación es un “favor” que tarde o temprano se retirará, porque será en un año o en dos o en tres, pero tarde o temprano dirán que “bonificar a los del centro es crear desigualdad” y se quedarán tan anchos, con lo que el precio base se aumenta espectacularmente y quedas a la merced de su “generosidad”.

El segundo es que la tasa se utiliza para calcular otras cosas, con lo que el incremento se podrá repercutir tanto en las multas como en los seguros a pagar.

Y el tercero es que va contra el sentido común que se monte todo este circo para seguir siendo la ciudad de Galicia con las tasas más altas de terrazas. Además, eso de subirlas para luego rebajarlas no sé ustedes, pero a mí me suena raro.

Falta que lo apruebe el Pleno, a ver qué dicen los demás grupos políticos.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Soy Ciudadano Europeo

Llevo dos días sin escribir el blog porque he estado fuera, y se agradecen las llamadas para preguntar si todo está bien. Sí, lo está. Bueno, lo está en lo que se refiere a mi persona. No tanto la situación que hay en el mundo desde el viernes. Hablo por supuesto de París.

La Historia está plagada de hitos, y a la prensa le encanta forjar nuevos “antes y después”. Es probable que el mundo haya cambiado con momentos puntuales que impresionaron tanto a la humanidad que modificaron el rumbo de la Historia: la invención de la imprenta, la revolución francesa, la batalla de Waterloo, la electricidad, el comunismo, las guerras mundiales, el atentado contra las Torres Gemelas…
París, capital del mundo estos días

Evidentemente es un poco presuntuoso pensar que está en manos de unos pocos modificar el futuro de la humanidad pero es totalmente cierto. Si Fleming no hubiera descubierto la penicilina el mundo habría sido muy distinto y quizás Hitler no habría sobrevivido cuando fue herido en la I Guerra Mundial. Quizás también habría sucumbido Churchill a alguna enfermedad así que nunca sabremos qué pasaría en esos escenarios de historia-ficción.

París ha sido atacado y durante estos días he tenido poco tiempo de andar por el Facebook leyendo opiniones y tonterías, que de todo hay. Entre las segundas está un artículo bastante compartido de por qué es una barbaridad poner en tu foto de perfil un filtro que te convierte en una bandera francesa con patas. La tesis viene a decir que solidarizarse con Francia cuando no lo hicimos con otros países (la primera persona es porque yo sí he aplicado el filtro) es una barbaridad porque igual vale un muerto que otro.

Estoy de acuerdo con lo último. Claro que las vidas son vidas estén donde estén, pero lo que hay que entender es que nuestra identificación con Francia es la misma que hacemos cuando el Telediario nos dice que hay tres víctimas españolas, la que te hace pensar que todos somos carne de cañón en esta guerra en que en lugar de trincheras los muertos están en las terrazas, las discotecas, los conciertos o los trenes.

Esa reacción de poner en duda que nos estén atacando como civilización es muy española. Mientras los franceses salen cantando La Marsellesa cuando los desalojan de un estadio por amenaza terrorista, en España estaríamos criticando al Gobierno por su falta de previsión. Aquí ya ha pasado. Lo que en otras tierras forja una unidad monolítica y convierte a los pueblos en una nación casi invencible en España se transforma en una pérdida inútil de tiempo y en una competición para arañar unos votos. Es nuestra idiosincrasia.

El respeto absoluto que me merece François Hollande, que sin esconderse ha pegado un puñetazo en la mesa y ha dicho “hasta aquí”, desatando la ira de su pueblo en forma de ataque militar, se echa de menos en España donde las medias tintas y los traumas mal disimulados nos hacen entender mal la democracia y la fuerza, como si fueran incompatibles.

Soy ciudadano romano
En la antigua Roma un ciudadano del imperio podía ir tranquilamente por el mundo conocido sin más protección que la frase “Civis romanus sum”; “Soy ciudadano romano”. Esa protección se entendía como que poner una mano sobre esa persona desataría una venganza tan atroz, desproporcionada y virulenta del Imperio que nadie osaba tentar a la suerte.

París ha reaccionado igual. Supongo que los ataques de Francia han matado mujeres y niños, inocentes, ancianos… La guerra es lo que tiene, y me sorprende que las víctimas del bando contrario sean más lloradas por algunos en nuestra tierra que las propias. Sería como recordar a los inocentes que murieron en el asalto contra el Berlín de Hitler, una cuestión que, siendo totalmente cierta, es algo inevitable.

Los pueblos comparten cierta vergonzosa responsabilidad con sus líderes, ya que son ellos los que de una forma u otra los aúpan al poder. Nadie gobierna un Estado sin un mínimo apoyo, porque si se basa en el ejército al menos el ejército le apuntala.Y también hay que conocer la diferencia entre el pacifismo y el borreguismo. No somos corderos en la cola del matadero para que nos vayan liquidando según les vaya apeteciendo, somos seres humanos que como escribió Shakesperare "¿Si nos envenenáis no morimos? ¿Si nos hacéis daño, no nos vengaremos?"

Esto es muy duro. Asumir que estamos en guerra y que durante un conflicto bélico las cosas cambian y los valores se trastocan es difícil de interiorizar. Sacrificar una parte de la libertad que disfrutamos a cambio de la seguridad es peligroso porque en eso se basaron prácticamente todos los dictadores de la Historia, pero vivir con miedo a que un desgraciado creyendo actuar en nombre de un Dios terrible te ponga una bomba o se lleve por delante a tu hermana que vive en Madrid, justifica cosas que no imaginaríamos, entre ellas que se tomen las medidas necesarias para garantizarnos una seguridad que dábamos por sentada.

El mundo está cambiando y quizás no en la buena dirección. "Soy Ciudadano Europeo" debería ser sinónimo de civilización, respeto, democracia, tolerancia... pero quizás también nos veremos obligados a que sea una sutil y velada amenaza. Si no nos quieren al menos que nos teman. Nunca pensé que escribiría algo así.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Clubes de lectura, ¿existen aún?

Recogía ayer el muy recomendable blog de Paco Rivera que “en la Biblioteca Provincial han tenido que cerrar el Club de Lectura en Gallego por falta de participantes. El curso pasado habían tenido tres; para el presente no se anotó ninguno”.
Web de la Biblioteca Nodal (la de Ramón Ferreiro)

Ignoro si en Lugo quedan algunos de los clubes de lectura que antes eran tan habituales, y a los que se apuntaba mucha más gente de la que nos podríamos imaginar. En principio son grupos de personas a las que les gusta esa actividad y que se reúnen para proponerse unos a otros diferentes libros y comentarlos una vez leídos.

No es una mala actividad pero las nuevas generaciones probablemente tengan difícil compartirlas por dos motivos. El primero es que no leen, lo que explica en gran medida las barbaridades que escriben y que hacen que cuando te paras a mirar los comentarios en Facebook casi te den ganas de arrancarte los ojos. El segundo es que de comentar lo comentarían en un foro de internet, que es algo más higiénico y no supone molestias como salir de casa y relacionarse con otros seres humanos.

Algo se está perdiendo. Mi generación es la última que ha vivido muchas cosas. La última que disfrutó de una adolescencia sin móvil; la última que jugó de niños en la calle con libertad; la última que tuvo largos, larguísimos veranos de tres meses que hacían que volvieras al colegio casi hasta con ganas; la última que vivió un mundo analógico de dos cadenas de televisión y ajeno a las pantallas planas que hoy dominan nuestras vidas desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

Con esos mimbres, ya me dirán ustedes qué club de lectura vas a hacer. Si fuera uno de “gamming”, que es una de esas estúpidas palabras en inglés que usamos para hablar de algo que también se hace aquí pero que suena más guay si lo dices como en las pelis, habría bofetadas para entrar, y coronarían al que más bichos desagradables ha liquidado o al que consiguió que los sesos del zombi saltaran más alto. Pero no, lo de las letras juntas formando palabras parece que no gusta tanto y eso explica también el éxito de plataformas sociales como Twitter, de la que me declaro total analfabeto porque soy incapaz de expresar casi nada en 140 caracteres. A veces creo que no me dan ni para el título del artículo del blog.

Que el club de lectura fuera convocado en gallego probablemente no ayude tampoco a su éxito, porque aunque las administraciones nos intenten hacer tragar sus logros en la promoción del gallego lo único que han logrado en los últimos años unos y otros es polarizar las cosas cada vez más y convertir en rivales a los que antes eran personas que convivían pacíficamente, cada uno usando el idioma que le da la gana. Vamos, lo mismo que ahora pero más cargado de bombo.

Galicia no era Cataluña ni el País Vasco. Por suerte todavía tampoco lo es, aunque me empieza a recordar a la Cataluña que conocí de pequeño, aquella en que te miraban mal por pedir un helado en castellano. Aquí no había un conflicto, solo unos cuantos gilipollas que despreciaban al que hablaba gallego y lo tachaban de paleto.

Pero la sobrerreacción, la que hace que ahora se pueda despreciar al que elige hablar castellano, es un problema igual que el de origen, y probablemente haya sido una cuestión de impaciencia. De no dejar que nuestra generación, la de la EGB, la que está razonablemente equilibrada, llegara a imponer su educación. Una educación que no solo es bastante bilingüe (totalmente creo que es imposible) sino que respeta a quien habla lo que le apetece y de hecho a veces ni nos damos cuenta de en qué nos están hablando.

Pero eso hoy ya es pedir demasiado. La normalidad que se alcanzó se queda ahora en agua de borrajas y probablemente nos vamos a un proceso de “balcanización” que trae como resultado final un conflicto que no lleva a ningún lado como el que están montando nuestros paisanos más orientales, u otro todavía peor que consiste en poner bombas.

jueves, 12 de noviembre de 2015

La accesibilidad como cosa de todos

Ayer compartí con Auxilia Lugo y la Asociación de Empresarios de Hostelería una mesa redonda sobre la accesibilidad desde el punto de vista del turismo, a invitación de los primeros. Tuvo lugar a las ocho de la tarde en el Uxío Novoneyra.

La primera conclusión que se puede sacar es que Lugo ha mejorado enormemente en cuanto a accesibilidad. Los rebajes de las aceras, que parecen una cosa muy obvia pero que en otras ciudades no ves como aquí, y otras medidas como la de cuidar el acceso a los locales en Lugo se están imponiendo imparablemente.

Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de accesibilidad no estamos atendiendo las necesidades de unas pocas personas que sufren una discapacidad, sino que estamos preparando el terreno para algo que todos podemos necesitar en algún momento. Aunque solo sea por egoísmo deberíamos reflexionar sobre la fundamental importancia de este asunto.

Personalmente tuve durante años una experiencia que me enseñó muchísimo. Tuve el placer de empujar una silla de ruedas, la de mi abuela, que me demostró que cosas en que ni nos fijamos realmente son importantísimas, y les pongo como ejemplo algo tan tonto como el adoquín. Seguramente si les pregunto qué calles del centro tienen adoquín y cuales losas de granito no tendrán demasiada idea, y eso es porque no van en silla de ruedas, donde el adoquín es una auténtica tortura.

El adoquinado como dificultad. Foto del Faro de Vigo
Lo irregular del suelo adoquinado, como el que por ejemplo hay en la zona de la plaza Pío XII (la plaza que está entre la fachada de la Catedral y la Muralla, en su nombre indio) es casi impracticable para una silla de ruedas, y si atraviesa es al coste de sufrir un “baile” que en muchos casos es doloroso, literalmente hablando. Quizás pedir la retirada de todo el adoquinado sea exagerado, pero debe ser el fin al que hemos de llegar con el tiempo. Por ahora como mínimo lo suyo sería hacer “pasos accesibles”, caminos lisos de un solado más regular que permita atravesar la zona sin ese molestísimo pavimento.

Pero aun reconociendo que falta camino por andar, la parte pública ha hecho razonablemente bien su trabajo. La iniciativa privada se ve más limitada para hacer lo propio por dos motivos: el primero es que no cuenta con los ilimitados recursos de la administración, a la que encima el dinero le duele poquito porque en realidad no lo siente como suyo (al menos hasta que alguno se lo mete en el bolsillo). La segunda es que a veces las propias normativas no ayudan a hacer lo que el sentido común indica.

Les voy a poner un ejemplo cercano para que no me digan que hablo mal de terceros. En el restaurante familiar (al menos hasta el día 11 de diciembre, después ya no lo será) hay dos baños. No son excesivamente grandes, más bien al revés. Pero si te planteas adaptarlos las normativas te exigen una serie de medidas que es imposible cumplir en ese espacio. Una posibilidad sería fusionar los dos baños y hacer un único aseo mixto, pero también está prohibido.

Hoy día hay innumerables normas de todos los rangos, colores y sabores que hacen que cada vez que mueves una piedra tengas una única seguridad: que te pueden sancionar unos u otros. Si no es sanidad será urbanismo y si no cualquier otro negociado que aplique una norma de hace doscientos años y que nadie recuerda hasta el momento en que se puede usar para sacarte el dinero. Con esos mimbres ya me dirán ustedes qué cesto podemos hacer.

Eso sí, lo público que como les decía en Lugo funciona razonablemente bien, también tiene sus vergüenzas: ¿Por qué los baños públicos accesibles de Lugo llevan cerrados un año? No será porque no se les ha avisado reiteradamente, pero a veces el gran problema de fondo es que la accesibilidad no es tanto un fin como una medida de publicidad y propaganda para hacerse la foto y olvidarse al día siguiente.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

La Caja de Pandora


En esta vida es importante tener principios, y normalmente éstos se demuestran cuando es más incómodo, porque cuando defendemos una idea con el viento a favor su credibilidad se ve en entredicho.

El nacionalismo gallego, ese guirigay en que no se ponen de acuerdo ni para ir a las elecciones de la mano, sí se une para decir que son la honradez y la transparencia personificadas, y que no aceptan que un imputado como Manuel Martínez presida la Diputación de Lugo porque lo han condenado preventivamente ya que así lo dicen supuestamente sus principios morales.

Esta idea podría ser respetable por algunos, aunque no por mí, que defiendo la presunción de inocencia a toda costa y que hasta una sentencia judicial no hay condena ni consecuencia posible (salvo confesión propia, claro). Pero aun dando por sentado que pueda ser un principio moral aceptable lo de cargarse a alguien de un puesto porque le han acusado de algo, el mismo BNG que relegó a Martínez al papel de malo de la película ha aupado al gobierno provincial a otros imputados, que por lo que se ve son una cosa tipo El Jocker, que es malo malísimo pero al menos hace que sus víctimas mueran con una sonrisa. No lo hicieron por altura moral, sino a cambio de un plato de lentejas que se ha quedado más escaso de lo que pensaban.
Un cariñoso Beiras apoyando a los condenados
Foto de La Opinión de La Coruña

Esa contradicción se torna todavía más grave cuando vemos que tras la condena a 15 meses de tres estudiantes que agredieron a la policía en un acto de Feijóo, condena que aceptaron aunque al salir del juzgado negaron los hechos, los culpables (ahora sí, no acusados sino culpables) de la agresión fueron defendidos a capa y espada por Beiras y Bieito Lobeira, que ahí sí están de acuerdo.

Tradicionalmente el nacionalismo suele recurrir a los palos cuando no les dan la razón, y no hay más que ver ejemplos extremos como Mussolini, Hitler o Franco, nacionalistas exacerbados que tiraron de pistola cuando no les daban la razón. Los cachorros del nacionalismo también heredan esa “calidad” democrática, la que se traduce en “no dejes que los demás hablen, no sea que convenzan” y, cuando se les intentan parar los pies porque el Estado de Derecho es otra cosa, se lían a hostias (con perdón) y luego dicen que el “estado represor los persigue”.

Según Bieito Lobeira los pobres estudiantes fueron “represaliados injustamente” porque estamos en “una época en la que las personas que defienden los derechos democráticos son acusadas y detenidas”. Aunque es obvio que ya lo sabe porque nadie puede ser tan lerdo, alguien debería explicarle a este señor que la condena no dice una palabra de sus manifestaciones y sus ideas, que por ridículas que puedan ser tienen la libertad de sostener gracias a este Estado que ellos aseguran no reconocer. La condena es por los palos, no por las pancartas. 
 
Titular en El Progreso de hoy
Me recuerda a casos como aquellos sindicalistas que también se liaron a bofetadas con la policía y fueron condenados por eso y por coaccionar a los trabajadores para obligarlos a ir a la huelga. Por supuesto se armó la que se armó y hablaban de “condena al movimiento sindical”.

Si fuera al revés, y unos mendrugos de cabeza rapada y esvástica en el brazo hubieran protagonizado el altercado en un mitin de Beiras, por poner un ejemplo, estarían hablando de otra manera. Y tendrían razón, pero ahora no.

Otro momento de la protesta por la condena. Foto de El País
El lenguaje es muy útil para engañar si se quiere utilizar de forma manipuladora, pero tiene sus peligros. Si creas una conciencia colectiva que justifica la violencia, o que aplica esa curiosa ley del embudo en que la “mayoría social” en Lugo dice que dos representantes merecen media Diputación pero que en Santiago asegura que no se puede rebajar el IBI aunque el Pleno vote lo contrario, lo que te encontrarás es con un monstruo que ya no podrás controlar cuando lo quieras intentar.

La Historia está plagada de ejemplos de movimientos que no eran “antisistema” sino “antilosqueestán” y que lo que pretendían es sacar al de arriba para sustituir su culo por el propio… y se les fue de las manos. De las mayores atrocidades de nuestro pasado se explican con una estrategia equivocada que se desbocó y luego fue tarde para cerrar la Caja de Pandora.

Cuidado, señores Beiras y Bietio Lobeira, porque según ustedes justifican que se agreda a la policía alguien podría justificar que les ataquen a ustedes. Yo no, desde luego, porque tampoco justifico lo que han hecho estos agresores, condenados tras un juicio justo en que se han reconocido culpables.

martes, 10 de noviembre de 2015

Hoy abre la Plaza de Abastos provisional

Hoy por fin se abre la plaza de abastos provisional que se ha instalado en la Plaza de la Soledad. Una carpa que durante 33 días, si todo va bien, albergará 14 puestos de diferentes tipos que han tenido que desalojar la plaza para hacer las obras de modernización que se pagarán con fondos del plan URBAN.

La carpa antes de instalar los puestos
La nueva ubicación es realmente buena, y o muy equivocado estoy o los placeros que están allí temporalmente van a echarla de menos. Están a pie de calle, en una zona de mucho paso, y encima el montaje ha quedado muy bien, gracias a que la empresa instaladora se ha dejado los cuernos y que ellos llevan desde el sábado montando como locos los puestos que les han asignado. 
Hasta aquí todo muy bien. Pero hay una historia detrás bastante menos agradable. La de unos días de histeria tras meses de incertidumbre.

Como la asociación que presido tiene varios socios en la plaza afectados por el traslado, me llamaron para ver si les podía echar una mano y entre todos racionalizar la situación, que era la siguiente: el viernes de la semana pasada, día 6 de noviembre, aún no sabían ni cómo iba a ser el traslado, ni las instalaciones que tendrían, ni las fechas, ni si podrían acceder o no a sus puestos durante la obra… ni siquiera si lo del día 10 era seguro, ya que cuando se pidió confirmación les contestaron con un lacónico “ya iremos viendo”, y eso no me lo contó nadie que estaba yo delante. Por supuesto ni una palabra por escrito. Salvo honrosas excepciones, los representantes del Ayuntamiento han tratado a esta gente a patadas.

¿Cuál es el fondo del asunto? Sencillo: se interpreta que como les han puesto la carpa para trasladarse y no se les cobrará la mensualidad de noviembre por los perjuicios causados (es obvio que estos días de trasiego han perdido y perderán mucha venta) no pueden abrir la boca y quejarse, vamos, que la idea es “¿pero qué más quieren?”. Sencillo: que les dejen trabajar y les informen de cómo lo podrán hacer.

Ayer mismo por la tarde tuve una discusión amable (mi contraparte es un amigo con el que sé que me entiendo bien aunque no pensamos ni parecido) con alguien cuya opinión se resume en “es que estos placeros que están ocupando un suelo público encima se creen que les van a arreglar la vida”.

Queda muy feo contestar ese argumento en público sin derecho a réplica por su parte (bueno, la sección de comentarios está abierta, ya lo saben) pero como me parece que es una visión bastante extendida, quizás porque hay interesados en difundirla, creo que es importante explicar que las cosas no son tan sencillas.

Los placeros tienen puestos en la plaza porque les han sido adjudicados en un proceso público, con lo que digamos que es una especie de “oposición” que les asigna una concesión temporal de ese espacio. Desde ese instante son arrendatarios de un espacio en que el Ayuntamiento es su casero. Si en vez de ser el Ayuntamiento quien les trató como lo hizo fuera un centro comercial o una gran empresa no habría dudas sobre de parte de quién está la razón, pero ahí, incomprensiblemente, una parte de la población se pone de parte del grande y no del pequeño empresario, a quien ese nombre incluso le queda ancho porque hablamos de tenderos en el buen sentido de la palabra: autónomos con un empleado o ninguno, gente que lucha día a día por sacar su pequeño puesto adelante.

Nadie le ha pedido al Ayuntamiento ningún privilegio. Solo se les pidió que durante el cierre se les indemnizase por el parón (como haría cualquier casero en caso de forzar a su inquilino a cerrar) o les dieran otra alternativa. Se optó por esto último con gran satisfacción de los placeros porque lo que quieren es trabajar y atender a su público, ya que cualquiera que tenga un negocio sabe que es muy peligroso cerrar un mes y pico (las obras se sabe cuándo empiezan pero ya veremos cuándo acaban) y dejar que la gente se acostumbre a comprar en otro sitio.

La actitud de “que se cojan vacaciones”, que también la escuché por parte de portavoces municipales es de una miopía rayana en lo delictivo. ¿De verdad creen que estas personas pueden cerrar 33 días por vacaciones? Muchos no han cogido más que días sueltos en diez o quince años, y no porque sean unos avaros que quieren ganar un céntimo más sino porque sus modestos negocios no les permiten esos lujos que otros damos por sentados.

Hoy abre la carpa pero alguno de los negocios no puede trabajar con normalidad porque las instalaciones que les han proporcionado no funcionan bien o, directamente, les faltan elementos básicos como un asador de pollos para quien se dedica a asar pollos.

La improvisación, el parche de última hora, los nervios y la descoordinación han sido la tónica general durante estos últimos días de infarto, y no me vale lo de que “es que faltaba poco tiempo” porque sabían que esta obra se haría desde hace dos o tres años. Han puesto histérico a todo el mundo sin necesidad, porque si hace cuatro meses se sientan a planificar un traslado ordenado habría mucho, mucho, mucho tiempo para solventar las cuestiones que pudieran ir surgiendo.

Volviendo al principio de la cuestión, lo único bueno de todo esto es que la ubicación temporal es magnífica, y no descarto que hasta pidan quedarse durante la campaña de navidad, porque el sitio va a funcionar de maravilla. No hay nada para una actividad económica como estar en una calle céntrica y en zona de paso, y eso se nota, ya lo verán.

Acérquense por la Plaza de la Soledad desde hoy y disfruten de una Plaza de Abastos callejera, y quienes no suelen ir por Santo Domingo comparen los productos y los precios con lo que compran en las grandes superficies. Se llevarán una sorpresa y quizás se habitúen a recuperar una tradición tan hermosa como saludable (en lo económico y lo vital) como es la de ir a “hacer la compra” sin un carrito de esos que se van contra las estanterías.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Caballero sin espada

Ayer Joaquín García Díez confirmó en redes sociales que será nuevamente cabeza de lista por el PP al Congreso de los Diputados. Para mí supone una buena noticia tanto para el PP como para Lugo el que hayan tenido el sentido común de mantener en el primer puesto a un buen hombre, apreciado por todos los que lo conocemos y que siempre ha demostrado que para él la política tiene unos límites infranqueables, que van tanto desde el honor hasta el buen gusto, algo muy poco habitual en un mundo de navajeros.

En la tribuna del Congreso de los Diputados
Vale que no soy objetivo, admiro profundamente su corta pero intensa labor como alcalde y años después tuve la suerte de trabajar para él (“no, Luis, conmigo”, como siempre tiene la elegancia de matizarme). De aquella etapa surgió una amistad que perdura y que nunca se ha visto truncada ni desgastada por las diferencias que hayamos podido tener tras mi salida del PP, hace aproximadamente un año. Aún les digo más, Joaquín fue la principal razón por la que esa decisión se demoró bastante tiempo.

Dejó escrito San Ignacio de Loyola “en tiempos de tribulación no hacer mudanza”. Esto choca con la sacrosanta “renovación”, ese mantra que va contra el sentido común argumental si las cosas son como nos dicen que son. Me explico: Se supone que el gobierno está satisfecho con su labor y con cómo han hecho las cosas. Tienen motivos de orgullo en lo económico, ya que como bien dice Joaquín, han salvado al país de la quiebra a un alto precio pagado por todos. Si esto es así y están encantados de haberse conocido no tiene mucha lógica hacer de la novedad su buque insignia, sino más bien lo contrario, la estabilidad debería ser la consigna.

Cosa diferente es cargarse de las listas a quienes hayan sido manchados por el pecado mortal de la corrupción, algo que el PP no ha sabido valorar durante estos cuatro años ya que le han quitado importancia. La idea que subyace parece ser “mientras el país mejor da igual lo que hagan los nuestros”, lo que puede ser práctico para evitar líos internos pero que el electorado no va a entender ni a perdonar. Ha faltado mucha autocrítica y mucha limpieza, que es lo que muchos hemos echado de menos.

Una de las honrosas excepciones es Joaquín, que tiene la sana costumbre de coger el toro por los cuernos. En su mensaje de Facebook en que anunciaba su repetición como cabeza de la lista al Congreso dice textualmente que junto a sus compañeros intentará “recuperar el mayor número de votantes que pudieron desencantarse en algún momento por las medidas impopulares que nuestro gobierno tuvo que adoptar para salvar de una quiebra asegurada a nuestro país”. Yo, que me incluyo entre esos desencantados, aprecio ese mensaje en lo que vale, porque sé que está escrito con total y absoluta sinceridad.

También te diré, amigo mío, que parte del desencanto no es por lo que se ha hecho sino por lo que se ha dejado de hacer, como la reforma de la administración que estamos pidiendo a gritos o el control del gasto público en chiringuitos y otras hierbas, incomprensibles para todo el que ha sufrido los efectos de la crisis, que somos prácticamente todos.

Evidentemente el 20 de diciembre tendremos que optar, y el hecho de tener a Joaquín de número uno en Lugo hace que se diluya en gran parte el cabreo que sigo teniendo con el PP. No sé cómo lo hacen que al final a pesar de todo lo que hay acabo votándoles igual, porque en las municipales no me quedó más remedio, que ya es triste visto lo visto. Las alternativas eran terroríficas, como se está demostrando.

James Stewart
en "Caballero sin Espada"
Joaquín, te deseo la mayor de las suertes. Obviamente tu entrada en el Congreso está garantizada, pero no me refiero a eso, sino a que te hagan mucho más caso. Probablemente si lo hubieran hecho en mayor grado en estos cuatro años las cosas serían diferentes, y muchos seguiríamos ahí.

Llevas muchos años demostrando que eres un "caballero sin espada" y que la política puede ser un arte noble, y confío en que “contagies” esas virtudes a los demás. Al menos han tenido la decencia de volver a confiar en ti y eso querrá decir algo, digo yo.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Empiezan las encuestas... y nos vamos a hartar

Creo en las encuestas cuando están de acuerdo con lo que yo pienso. Lo mismo nos pasa a todos pero quizás la mayoría es más prudente a la hora de reconocerlo. Sin embargo veremos que en un reconocimiento tácito de esta verdad universal (resumida en “vemos lo que queremos ver”), los mismos que hace unos meses se subían en los números del CIS para cacarear a los cuatro vientos que iban a gobernar (tic, tac, tic, tac…) ahora nos contarán la malvada manipulación de las cifras por parte de quienes tienen la sartén por el mango, la casta, la vieja política y bla bla bla.

En Podemos no están nerviosos, es que nunca han estado tranquilos. Empezaron con la euforia del crecimiento desaforado apoyado en los cinco eurodiputados con los que no contaban ni por apuesta, y todo fue bien hasta que en las andaluzas se encontraron con que un magnífico resultado se vio públicamente puesto en entredicho por la crueldad de las expectativas.

Mientras que Podemos sacó los mismos diputados que Anguita en su día (lo cual es muy comprensible porque el nicho de voto es el mismo, con algún aderezo más pero totalmente circunstancial), como en las encuestas les daban más pareció un fracaso. Mientras tanto, los de Naranjito (referencia que les ha venido al pelo) con seis parlamentarios menos salieron como si hubieran acariciado la mayoría absoluta.

Cataluña fue la continuación de esta tendencia. Un alza de Ciudadanos, a costa principalmente de los demás partidos nacionales (los ocho que perdió el PP más los cuatro del PSOE explican parcialmente los 16 incrementados a Ciudadanos) consolidó su protagonismo en esa Comunidad, tras varios años de papel secundario. También fue un clavo más en el ataúd de Podemos, que está viendo que es más fácil hacer campaña en las tertulias de la Sexta que en el mundo real, donde los juegos de intereses, incluso de sus propios correligionarios, lo ponen más complicado.

Hace ya tiempo que escribí que Pablo Iglesias había calculado mal los tiempos. Me reafirmo. Salió demasiado pronto y quien se está aprovechando de su trabajo es Albert Rivera, quien con mucha más inteligencia o suerte ha aparecido en el momento oportuno para erigirse en un centro extraño, ya que no se sitúa solamente entre izquierda y derecha, sino entre los “viejos partidos corruptos” y los “chalados de Podemos”. Ha aparecido como una figura mesurada y con una capacidad de comunicación mucho más plural que Pablo Iglesias, y le está ganando en su propio terreno, el de la tele, donde ni PP ni PSOE se atreven a poner el pie porque los machacan sin piedad.

Sin embargo parece que Ciudadanos está frenando, y tiene sentido. Han entrado en parlamentos autonómicos y en ayuntamientos. Están viendo, al igual que le pasó a Podemos en Europa, que es más fácil hablar que dar trigo y que criticar es positivo si se hace civilizadamente pero también que desde la barrera todos somos Manolete.

Gobernar desgasta. Estar en la oposición también si no se hace bien. Y el problema para estos grupos es que hay un efecto boomerang que se les puede volver en contra el 20 de diciembre.

Las patochadas de los nuevos gobernantes, similares a las patochadas de los anteriores, vienen a confirmar que el “todos son iguales” los incluye a ellos también y que nadie está libre de error, en contra de lo que nos venían vendiendo como un mantra machacón. No es tan fácil hablar en un pleno y mantener una coherencia cuando en miles de ayuntamientos hay miles de situaciones diferentes e incluso opuestas, y puestos a elegir, las encuestas parece que dicen que la mayoría de los ciudadanos tenderá a seguir eligiendo a los de siempre, como un mal menor.

Falta mes y medio para las elecciones y ahora toca escuchar los cantos de sirenas de unos y otros. La oposición sacará a Bárcenas y la corrupción, con toda la razón porque saben que es el punto débil de un PP que no supo o, lo que es peor, no quiso enfrentar ese problema con seriedad y profundidad. El gobierno, por su parte, venderá que hace cuatro años estábamos todos acojonados preparándonos para un rescate y un corralito que gracias a ellos no llegó.

En la balanza pesará más la situación personal de cada cual, y ahí es donde se verá cuán profunda es realmente la recuperación. Es el verdadero barómetro.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Alí Babá estaría orgulloso

Martínez votando "en conciencia". Foto de La Voz de Galicia
Hay que reconocer que la Diputación de Lugo no había sido foco de atención como ahora desde hace muchos años. Y lo que nos reímos. Y lo que lloramos.

Gracias a Martínez nos enteramos de que la supuesta “teima” del BNG de adelgazar las diputaciones probablemente se refiere a retirarles cuantiosos recursos públicos para metérselos en el bolsillo, con lo que más que de una dieta podemos hablar del principio de las cuentas comunicantes: lo que sale de una (la de todos) corre a la otra (la de unos pocos).

Esto, evidentemente, es un mal general, ya que el botín a repartir entre los tres grupos en el saqueo de las arcas públicas supone más de un millón de euros, a pesar del recorte al que ha obligado el diputado díscolo, que reduce casi 200.000 euros de gasto. En el bipartito de 2011 la cuenta era de casi un millón cuatrocientos mil euros, con pocas variaciones en cuanto al montante total durante la breve etapa de Elena Candia. Ahora suma 1.129.380 euros, que no está mal, incluyendo una reducción del grupo del PP pedida por ellos mismos, lo cual resulta sorprendente.

Lo grande de la cuestión es que gracias a esto nos enteramos también de que Martínez ha apoyado una reducción que afecta principalmente al BNG en la que le retira siete asesores de los nueve que pretendían. ¡Nueve asesores! ¡Para dos diputados! El PSOE se queda con diez, para un total de 11 diputados, y el PP, grupo mayoritario con 12 representantes, se reduce a tres ayudantes.

Es decir, que el reparto no puede ser más surrealista, incluso con el cambio introducido por la enmienda del PP apoyada por Martínez, que lleva las cosas un poco más a su cauce. Según la iniciativa original nos encontrábamos con que el BNG, con sus dos representantes, tenía el triple de asesores que el PP con 12 diputados. Ahí es nada.

Pero lo más grave del asunto no es eso, sino que si Martínez no hubiera dado el aldabonazo no nos habríamos enterado jamás, y veríamos cómo los nacionalistas usaban las nutridas cuentas provinciales para mantener con la sopa boba a nueve personas a cargo de todos nosotros.

Aquí no pretendo ser demagogo ni contradecir mis propios actos así que para quien aún no lo sepa, les diré que el cargo de “asesor”, tal como lo viví yo, no deja de ser una especie de ayudante o “chico para todo”. Yo estuve en un puesto de ese tipo durante dos años y pico en el Ayuntamiento de Lugo, que supuso mi etapa profesional más divertida (lo pasaba en grande, era un trabajo que me apasionaba) y que dejé cuando Joaquín García Díez renunció a la portavocía del grupo. Me fui para mi casa por mi propio pie, lo cual parece ser que es una rareza tan grande que alguno aún está pensando que soy idiota. Y puede que tenga razón.

Pero a lo que iba, no seré yo quien critique la existencia de puestos de “asesor” a pesar de que el nombre no ayuda a que el público lo reciba bien, pero dentro de un orden. Cuando estaba en el Ayuntamiento para 9 concejales había tres ayudantes: un secretario, una periodista y un “cajón de sastre” que era yo. Y era en el Ayuntamiento, insisto, donde la política es mucho más dinámica como bien saben ahora nuestros queridos gobernantes provenientes de la Diputación.

Lo que no entiendo es que dos personas necesiten nueve asesores. Eso huele a dos o tres currantes y el resto sueldos para mantener gente de partido que “luche por los intereses del pueblo” instalado cómodamente en la sede de la formación. Que nos vamos conociendo.

Martínez está haciendo cosas buenas por los motivos equivocados. Su ataque de cuernos no hace más que evidenciar que hace cuatro años tragó carros y carretas porque él era parte de la banda que saqueaba la Diputación, y si ahora hubieran colmado sus expectativas no estaríamos hablando de esto.

Parece que la traición con traición se paga, pero no nos confundamos, todos están jugando a lo mismo, y si expedientan a Manuel Martínez y lo echan del PSOE le harán un favor, porque durante cuatro años tendrá grupo mixto, es decir grupo propio, y gestionará un jugoso presupuesto con varios ayudantes solo para él.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Conducir no es para siempre

Desde que supera la adolescencia, que es cuando quieres que el tiempo se acelere para poder tener carnet de conducir y sentirte mayor, a nadie le gusta cumplir años. Al menos no le gusta hacerse viejo, y es muy complicado asumir que las estaciones van pasando cuando llega un punto en que el cuerpo empieza a hacerte la pascua.

Hoy viene en La Voz de Galicia la historia de un hombre que recientemente se metió por la autovía A6 en dirección contraria, y desde la entrada de O Ceao fue en de kamikaze durante unos 10 kilómetros.

El perfil del señor no puede ser menos propenso a hacer tal cosa, porque es una persona mayor pero fue policía nacional durante muchos años en ciudades como Madrid o Bilbao, con lo que no estamos hablando de un paisano que sólo ha conducido un chimpín, que, con todo el respeto, es el que se nos viene a la cabeza a la mayoría cuando vemos una noticia de este tipo.

Tampoco ayuda el hecho de que los psicotécnicos son una máquina de hacer dinero donde ni te miran a la hora de ir a renovar el carnet. A mí, por ejemplo, no me pusieron que tengo que llevar gafas “porque te resulta incómodo y así si te paran y no las llevas no te multan”. El problema es que si no llevo las gafas o me ponen delante un autobús blindado de esos con las ventanas tapadas o no me consiguen parar porque no veo como para coger un coche.

Hay casos más sangrantes, de personas de avanzada edad con problemas médicos que deberían inhabilitarlos para conducir, pero a los que, tras el cobro de la oportuna tarifa, les renuevan alegremente el carnet con una indolencia que choca frontalmente con las campañas de tráfico para que seamos prudentes.

Para empezar, no entiendo que el médico de cabecera no pueda retirarte el carnet. Si una persona tiene un problema médico que le inhabilita para llevar una máquina de matar como es un coche en una vía pública, el primero que lo va a saber es su médico. Quizás sea excesivo darles ese poder, pero que al menos pudieran suspender temporalmente el permiso de conducir y enviar al paciente a realizar una prueba más profunda de reflejos y capacidades sería razonable.

Desde luego, cualquier cosa antes que la tomadura de pelo que supone el pasarte por la oficina del psicotécnico en cuestión, pagar las tasas y marcharte a tu casa como buenamente puedas, que es lo que están haciendo ahora.

Las familias de las personas a las que contra toda lógica les renuevan el carnet de conducir se ven impotentes. ¿Qué haces en una situación así? ¿Denuncias a tu propio abuelo, padre, madre o hermana? ¿Le dices que no está en condiciones para que te conteste que pasó el psicotécnico sin problema alguno y que eres un exagerado? Hasta que pase algo, claro. Entonces vendrán los lamentos.

Tráfico nos dice que no bebamos, que descansemos y que estemos en perfectas condiciones para conducir, y tienen razón. Pero luego nos dejan seguir al volante cuando nuestro cuerpo no responde, y eso es una temeridad.

Tiene que ser muy duro llegar a ese punto en que la edad te impide hacer ciertas cosas, pero también les diré que, como decía mi abuela, al menos llegas hasta ahí mientras que otros se han quedado por el camino, y saber cumplir años es una forma de sabiduría al alcance de unos pocos. Ella supo hacerlo siempre y con sus 96 años era toda una señora que no tenía reparo alguno en saber hasta dónde podía llegar. Debería cundir el ejemplo.

martes, 3 de noviembre de 2015

Día de difuntos

Quitarle hierro a la muerte puede ser más o menos sano, cachondearse de los difuntos es otro asunto. Evidentemente es un tema puramente cultural, ya que en algunos países los funerales no se diferencian de una fiesta y, desde nuestro punto de vista de raíz católica, es algo casi ofensivo, como si se alegraran de la desaparición del difunto.

Aquí de toda la vida ha habido tradiciones relacionadas con el 1 de noviembre, que consisten en la peregrinación al cementerio para limpiar las tumbas y nichos, aportar algunas flores y recordar a los que no están, como si necesitáramos que el calendario nos hiciera pensar en esas personas a las que todavía queremos a pesar de que hayan fallecido hace años. Pero es una cuestión de esas que no son explicables con lógica pero que sienta bien hacer.

Como en Lugo nuestro ayuntamiento es más moderno que nadie le ha dado por dar conciertos en el cementerio el día de difuntos. Hasta ahí nada que objetar si se trata de cuestiones razonables y de músicas apropiadas. No es una cuestión de conservadurismo, imagino que a nadie se le pasaría por la cabeza llevar a “los chicos del maíz” a hacer el imbécil donde reposan nuestros familiares.

Lo que me gusta bastante menos es la payasada de ir por la noche a montar una especie de fiesta macabra entre las tumbas. Con cirios, que parecen más una burla de las tradicionales procesiones que otra cosa, y música de gaita en plan alboradas (que como todos ustedes sabrán es una música festiva, para bailar). No habrá a quien le guste esta tontería, no se lo voy a negar, pero qué quieren que les diga a mí me parece una falta de respeto porque estoy convencido de que se hace con “animus iocandi”, es decir, para cachondearse del respeto y la tradición.

La estructura premiada en nuestro cementerio
Tampoco me acaban de convencer, como ya he escrito alguna vez, esas patochadas de visitas turísticas a las que tan aficionados son nuestros munícipes. Resulta que en Lugo no hay nada más interesante a donde llevar turistas que al cementerio, y como han ganado un premio de esculturas funerarias (que, si les soy sincero, me cuesta trabajo entender porque nuestro cementerio es más bien corriente) se creen legitimados para seguir con estas políticas de pandereta.

Si les soy sincero siempre pensé que estas cosas eran ocurrencias de la concejala de cultura, avaladas por un Orozco muy propenso al titular fácil, pero veo que Lara Méndez no pone freno a estos temas y esto se une a la larga serie de decepciones que me está causando la nueva alcaldesa. Tras su “teima” por meter sí o sí una empresa a controlar cómo aparcamos a pesar de que se le ha demostrado que hay sistemas más razonables (y baratos para todos, incluido el ayuntamiento), o después de ver las notas de prensa tan batasunas que han enviado a los medios, parece que tampoco quiere o puede controlar a su equipo de gobierno, que sigue haciendo de las suyas.

Al final tampoco es que sean culpables de otra cosa que dejarse llevar por las modas que nos vienen impuestas por el cine y la tele. Halloween, personalmente, me parece una fiesta divertida y curiosa para ver desde lejos. Una de mis películas favoritas es “Pesadilla antes de Navidad” y me suelen gustar las de Tim Burton, pero con la distancia que da saber que son cosas de los americanos y que tienen su gracia, pero no para imitarlas aquí necesariamente.

Celebrando el Samaín, supuesta tradicion milenaria
Sin embargo, a pesar de ser tan ridículo hacer aquí el indio vestido de cosas que vemos en las películas, tiene un gran éxito “porque les gusta a los niños”. Y si al niño le pone usted un disfraz en Semana Santa seguro que también lo pasa pipa. En cualquier caso es un curioso razonamiento porque hasta donde yo sé a los críos también les encanta la Navidad y parece que hay un acuerdo cada vez más nutrido para cargársela, probablemente por los traumas políticos de algunos, que son muy respetuosos con los turbantes (lo cual me parece fantástico) pero que siguen empeñados en negar lo bueno que tenemos en casa (esto me gusta menos).

En fin, que después no nos quejemos si desaparecen los callos con garbanzos y nos ponen un MacMenú en los restaurantes. Nos lo estamos buscando a pulso.