viernes, 29 de noviembre de 2019

El Black Friday refleja un negro futuro

Black Friday y cierre de locales. Dos caras de la misma moneda
La trampa es perfecta porque es a tan largo plazo y se mete con tanta sutileza que nadie la ve, como los mejores trucos de películas como El Golpe, el Sexto Sentido o La Huella.

El Black Friday, como todas las orgías de consumo, es imparable porque los consumidores somos egoístas por naturaleza y nos amparamos en el principio básico de “si lo puedo comprar en 70 para qué voy a pagar 80”, una lógica implacable y que arrasa con todo.

El problema es que esos 10 son la diferencia entre la supervivencia y el cierre de muchos negocios, y ya no se trata de su cantidad, sino de su calidad. Por supuesto que para cualquiera es irrelevante en apariencia comprar en una gran cadena o en un pequeño comercio de toda la vida, hasta el día en que pretenda buscar un empleo o quiera iniciar su propia actividad. Ahí es cuando se dan cuenta de que las cosas no son tan sencillas, y hay sectores enteros de población (por ejemplo el funcionariado) que jamás verán eso porque no lo sufrirán en primera persona.

¿Cómo casar ambas cuestiones? ¿Cómo dar rienda suelta a la libertad de cualquiera, incluida la gran cadena, de hacer los descuentos que le venga en gana y proteger al mismo tiempo a la pequeña iniciativa de una práctica que le aboca a la desaparición? Es muy difícil, la verdad, y probablemente la clave podría estar en la concienciación, algo muy complejo cuando la cartera entra en juego y no seré tan hipócrita como para no reconocer que yo mismo caigo, sí, claro que sí.

Como consumidor es muy complicado que si te ofrecen exactamente el mismo producto en un precio inferior al que ves en la tienda no lo compres. Es la política de las grandes marcas, en que la única excepción es el producto único, exclusivo, de calidad, y no hablo solo de ropa. Aquello de “yo no soy tonto” de MediaMarkt es muy gráfico, aunque ahora Internet, con Amazon a la cabeza, está amenazando a esas cadenas con devolverles el “favor” con sus propias armas, ya que ahí ni siquiera tienen que tener locales ni personal que atiendan a la gente.

Como negocio tienes dos opciones: o no entrar en el juego y dejar las “mid seasons”, los “black friday” y los descuentos en la época de mayor actividad para los gigantes y arriesgarte a que no te compre ni un alma porque cuando nos ponen un porcentaje de rebaja se nos van los ojos, o intentar entrar y competir reduciendo todavía más tus ya de por sí pírricos márgenes de beneficio, que son los que permiten que la tienda siga abierta. Es un dilema terrible, sobre todo cuando no te puedes permitir aplicar los descuentos que sí hacen las cadenas demostrando que el resto del año no estafan. Si pueden hacer un 50% es que el margen no es del miserable 15 o 20 que puede tener un comercoi tradicional.

Una cadena que tiene sus plantas de fabricación en Marruecos, la India o China evidentemente juega con ventaja. Trabaja con unos números que son inasumibles para el pequeño comerciante, que al final no deja de ser un intermediario entre los productores y los consumidores. Encima un intermediario puteado, porque no sería la primera vez que veo descuentos en las páginas web de algunas marcas que rebajan el precio que le hacen al comercio que vende sus productos, algo realmente vergonzoso.

Pero explíquele usted todo esto al consumidor, que solo se preocupa (solo nos preocupamos), como es lógico, de llegar a final de mes de la mejor manera posible. Dígale que en conciencia es mejor pagar 80 que 70 porque es lo apropiado en conjunto. Se va a reír en su cara.

Ya sé que hoy les estoy exponiendo el problema y no la solución, pero es que yo no la tengo. Quizá la cosa vaya por cerrar las importaciones de países que utilizan mano de obra extremadamente barata y que contaminan a lo grande los mares que todos compartimos (sí, hablo de China, pero no solo de China). No lo tengo nada claro. Lo que sí veo es que de descuentos no vive nadie.

jueves, 28 de noviembre de 2019

¿Miedo a recepcionar el auditorio?

El nuevo auditorio, que como sigamos así se va a pudrir sin que lo estrenemos. Foto: COPE.es
Ayer las luces del nuevo Auditorio estaban encendidas. No, todavía no está en funcionamiento, simplemente se trataba de unas pruebas que siguen haciendo y de la preparación de los técnicos que, un año de estos, se encargarán de que funcione adecuadamente.

El sainete del Auditorio es digno de una película de Berlanga: ayer en el debate de El Progreso Orozco culpó a “ya saben ustedes quién” (se refería al Bloque, por si no saben ustedes quién) de que San Fernando no albergue esa dotación cultural. Se olvidó de mencionar que él nunca quiso que el Auditorio estuviera en San Fernando, que él retrasó durante años el proyecto que había dejado preparado su antecesor, Joaquín García Díez, que su gobierno modificó el diseño haciendo un nuevo concurso que convirtió una obra que afectaba algo al viejo cuartel en otra que destrozaba totalmente su imagen y que duplicaba el volumen previsto por el PEPRI, que al aplazar su construcción entró la declaración de la Muralla como Patrimonio de la Humanidad en juego, y que eso fue lo que dio al traste con el proyecto. Cosillas, la culpa siempre es de otros. Él solo pasaba por allí.

El Colegio de Arquitectos de Lugo publicó este esquema de las variaciones que Orozco hizo al proyecto.
Su nueva "idea" violaba el PEPRI y suponía una espantosa alteración del diseño original.
Pero una vez abandonada la idea del auditorio en el viejo Cuartel, hemos tenido que esperar más de una década para ver la idea cuajada en esa tremenda mole que a ver cómo rellenan. Si les digo la verdad estoy de acuerdo con quienes desconfían de los motivos del Ayuntamiento para resistirse tan descaradamente a recepcionar la obra. Balseiro, el delegado de la Xunta en Lugo, decía hace poco que probablemente no lo quieren recibir porque no tienen ni idea de qué van a hacer con él, y a la vista de que el proyecto de presupuestos para 2020 del Ayuntamiento no tiene una dotación específica para el Auditorio, la lógica indica que tiene razón. Supongo que después de la “carta abierta” que publiqué el otro día nadie en su sano juicio pensará que se la doy por deporte, ya que creo haber demostrado mi independencia en reiteradadas ocasiones.

Yo creo que además hay otro motivo de peso: los plazos. Se supone que las elecciones autonómicas serán en septiembre, es decir, dentro de 10 meses más o menos. Es poco tiempo para conceder esa foto a Feijoo, una imagen que los Populares, por supuesto, utilizarán en campaña para intentar contrarrestar esa idea de que “la Xunta no hace nada en Lugo”, pero mucho para que si no se hace nada en ese edificio pueda colar que “no nos ha dado tiempo”.

Estamos a 28 de noviembre, queda más de un mes para finalizar el año y, aunque quizá nuestros despistados próceres municipales no se han dado cuenta, el Auditorio está listo para empezar a funcionar, así que quizá sería lógico que los presupuestos contemplasen una partida específica etiquetada bajo la leyenda “programación del Auditorio”. A estas alturas ya tenían que estar buscando actuaciones para que todos los fines de semana, por lo menos, haya actividad en el enorme paraninfo de ese gran recipiente de cultura. Y, por supuesto, todos los días deberán contar con algún contenido en las variadas salas auxiliares que hay en el edificio. Y en la vieja cárcel. Y en el MIHL. Y en el anterior auditorio…

¿Puede ser que haya miedo a recepcionar el auditorio y quedar en evidencia en los próximos diez meses? ¿Es posible que tras tanto pedir esa gran dotación ahora no sepan muy bien qué van a hacer con ella? Llevamos hablando de este tema desde que lo planteó García Díez en los 90. Tiempo han tenido para hacer una programación en condiciones, así que no hay excusa.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

El carril bici del Rato: ¿necesidad o exageración?

El carril en obras. Si se fijan en las huellas verán que el ancho es suficiente como para meter grandes máquinas de obra...
La foto la hice el día 11 de este mes, así que supongo que estará la cosa más avanzada.
Publicaba ayer una persona en el dinámico grupo “Eres de Lugo si...” de Facebook una pregunta sobre si a los usuarios no les parecía una barbaridad el carril bici que están haciendo en el paseo del Rato. Me ha animado a plasmar mi opinión, pero fíjense que cosas que aunque me parece un tema interesantísimo no tengo una opinión sólida sobre el asunto.

Verán, por una parte creo que la situación era insostenible. Las veces que he ido a pasear por allí con Ducki me han parecido intolerable tener que ir apartándose cada dos minutos porque venía algún mendrugo que creía que eso era una prueba de velocidad de la Vuelta Ciclista a España. También hay gente que va con “sentidiño” en bici, y esa no solo no molesta sino que permite una convivencia amable e incluso como los ves tan civilizados te sale de dentro echarte a un lado… pero tampoco es una solución a largo plazo.

Fui con la bici una vez. No he vuelto porque me he dado cuenta de lo molesto que resultaba para los demás y me sentía violento. Pensaba que era cosa de ir con cuidado pero no, el paseo peatonal que va junto al Rato es tan estrecho que no deja margen para la convivencia de viandantes y bicicletas.

En definitiva, creo que había que actuar y que buscar una solución a una zona que realmente es un paseo magnífico, que para ser perfecto solo necesita una conexión decente con el paseo del Miño y solventar este pequeño problema de convivencia de tráfico peatonal y ciclista.

Pero lo que no me convence es cómo han afrontado la cuestión. Han metido una autopista para bicis (supongo que pensarían que ya de hacerlo, hacerlo a lo grande) en que parece que en vez del típico carril en que caben una en cada sentido están pensando en un circuito de quads o algo así. No me convence ese tamaño, porque me parece que esta es una de esas obras que hay que hacer "sin que se note", y que el resultado ha de estar lo más integrado que se pueda en el paisaje. Quizá sea que como está en obras me parece más ancho de lo que luego será, pero a primera vista me resulta una barbaridad en lo que era un entorno tan natural.

Tampoco comparto la ubicación. Se han llevado por delante una zona verde enorme, larguísima, para meter el carril, y no solo eso sino que han tenido que nivelar el terreno con piedras y desmontes, y meter tuberías de desagüe por debajo, una obra que francamente no sé si era la más adecuada para solventar un problema relativamente sencillo.

Hubo una persona que opinaba que había que hacer el carril de bicis del otro lado del río, y ahí no estoy de acuerdo. El margen opuesto hay que mantenerlo lo más virgen que podamos, porque de lo contrario perderemos más zonas verdes.

Yo me habría planteado ensanchar un poco la carretera que sigue el Paseo en toda su extensión para que quepa un carril bici e incluso lo separaría con tocones de madera o una cerca adecuada al paisaje. Supongo que sería más económico que lo que han hecho y desde luego muchísimo menos agresivo con el entorno.

Este parque que hizo la Diputación, si mal no recuerdo, en época de Cacharro (sí, también hizo muchas cosas muy buenas) es una de las joyas paisajísticas de Lugo. Cuanto menos le toquen mejor, sobre todo por el demostrado mal gusto que nuestros próceres han demostrado en Lugo.

martes, 26 de noviembre de 2019

Descuidar el patrimonio no es la forma de pedir un museo

¿Cubos romanos para recoger el agua? ¿O simple pasotismo de nuestros queridos administradores?
Lugo es una ciudad peculiar. Supongo que todo el mundo piensa lo mismo de la suya, pero es que en nuestro caso parece que tenemos una apabullante carpeta de pruebas para demostrarlo.

La última es el tema del Museo de la Romanización. Resulta que estamos pidiendo a gritos que se reforme el viejo Cuartel de San Fernando para que sea un “centro de referencia” de las huellas del mundo antiguo en nuestra ciudad y en Galicia, reivindicación que apoyo (una vez descartada la posibilidad de hacer un Colegio, que es lo que más me gustaría para la zona) como los lectores de este blog saben… y tenemos los mosaicos de la calle Doctor Castro con cubos para recoger el agua de las goteras.

Ya sé que estos días llovió mucho, claro que sí, pero oigan, imagino que quien instaló ahí esos cristales sabría que en esta ciudad cae agua de cuando en vez. Hacer un mantenimiento razonable de las juntas, las gomas o los aislantes que tenga la ventana arqueológica parece que es lo adecuado, diría yo. Por cierto, esto ya pasó hace más de un mes y veo que no han hecho nada...

De todas formas lo de las ventanas es una tomadura de pelo. Vemos que la de Rúanova está opaca cuando llueve porque la condensación hace que tenga agua por dentro y no se vea nada… y cuando hace sol tampoco porque el cristal se vuelve traslúcido y no deja que observemos las piedras.

Son un fracaso rotundo. Están mal diseñadas y lo único que sirven es para que la gente se lleve una decepción cuando se acerca a ellas.

¿Y con estos mimbres los que tienen que cuidar esas cosas tienen el cuajo de andar pidiendo inversiones multimillonarias? Lo podremos pedir los ciudadanos de a pie, porque las administraciones que no cumplen sus funciones están totalmente incapacitadas para exigir nada a nadie.

La ventana de Ruanova en Abril
No se ve nada...

lunes, 25 de noviembre de 2019

Una acertada apuesta por el turismo de calidad

El edificio de la Cámara de Comercio, abandonado hace años y que ahora ha comprado Amancio López
Foto: La Voz de Galicia
A pesar de que este verano es indiscutible que se notó un incremento de turistas (a pesar de las nulas campañas institucionales para atraer gente), Lugo es una ciudad poco conocida.

Como casi todo en esta vida, eso tiene sus inconvenientes y sus ventajas. Los primeros son obvios y el más grave es quedarnos fuera del retorno económico que supone la visita de turistas. Las segundas son menos evidentes a primera vista pero igualmente importantes: por un lado nos libramos de las “mareas” de gente que inundan lugares como la Playa de las Catedrales o ciudades como Santiago de Compostela y que causan muchos problemas, tanto en la gestión de cosas tan elementales como los residuos como con cuestiones vitales como la vivienda. La proliferación de apartamentos turísticos en detrimento de hoteles y hostales tradicionales tiene como consecuencia que en muchas áreas estratégicas los propios vecinos tengan muy difícil vivir, si bien eso ya pasa en Lugo por otros motivos, ya que por ejemplo es imposible acceder a una vivienda de las rehabilitadas en la Tinería si no eres de un colectivo considerado vulnerable.

La segunda ventaja, en la que me quiero centrar hoy, es que podemos elegir el turismo al que enfocamos nuestros esfuerzos. No me entiendan mal, aquí puede venir todo el mundo, claro está, pero seríamos idiotas si no nos centrásemos en atraer al turismo de mayor poder adquisitivo por muchísimas razones, siendo de nuevo la más obvia que son los que pueden potenciar el comercio local de calidad.

Un artesano que dedique horas al estudio y elaboración de sus piezas las tiene que poner a un precio que le cubra y le deje alguna ganancia, porque no trabaja solo por amor al arte, y si la pieza cuesta veinte veces más que la alternativa de plástico del bazar chino es obvio que es más probable que un público más selecto y con mayor poder adquisitivo lo pueda apreciar y comprar. Sí, pueden llamarlo “clasismo” pero es simple y puro sentido común. Si abres una marisquería intentas atraer a un público diferente que si regentas un McDonald’s, por mucho que en ocasiones alguien pueda ir a los dos.

Amancio López, el propietario de la cadena HOTUSA, ha dado un paso en la dirección correcta comprando la antigua sede de la Cámara de Comercio, un edificio que dedicará a la organización de congresos. Ese es precisamente el camino, ya que ese tipo de eventos son los que hacen que una ciudad reciba un público que le resulta interesante desde el punto de vista del bolsillo.

Congresos, turismo cultural, cruceristas que desembarcan por enésima vez en Coruña y que están hartos de coger un autobús para ver Santiago… tenemos muchos nichos de mercado sin explotar, donde meter la nariz y lograr atraer a Lugo a turistas que se alejan del perfil de la alpargata y la croqueta y si bien éstos también serán (insisto) recibidos con los brazos abiertos, por interesar nos interesa atraer a los otros.

Podrá parecer contradictorio todo esto con la potenciación de Lugo como punto de inicio del Camino Primitivo, algo en que he insistido durante años, pero es que el Camino es el Santo Grial del turismo gallego y no solo te atrae peregrinos, que por cierto encajan en el perfil cultural del que hablábamos, sino que te pone en el mapa. Ese es su gran valor.

Hay que felicitar a Amancio López y agradecerle que apueste por Lugo, porque tenía muy fácil hacer eso mismo en cualquier otro lugar. Probablemente ahora la mayoría de la gente no será consciente de lo importantísimo que es esto para nuestra ciudad, pero lo es, vaya si lo es.

viernes, 22 de noviembre de 2019

El museo más caro del mundo: nos cuesta 220 euros por visitante


Les juro que no comprendo a veces a los dirigentes de Lugo. Resulta que sale el Delegado de la Xunta a decir, entiendo que con retranca, que al MIHL van “200 personas” y el Gobierno Local, por boca de su concejala de Cultura Maite Ferreiro, le responde toda llena de razón que no, que en 2018 fueron 4539 personas. Como si fuera un logro.

Si tenemos en cuenta que el coste del mantenimiento de la Pirámide de Orozco se cifra en un millón de euros al año (datos que no son reales, ya que el Ayuntamiento se ha negado siempre a hacer públicas sus cuentas en detalle, cosa que escama), una sencilla regla de tres como la que aplicamos el otro día a las visitas de San Fernando nos dicen que nos cuesta a los lucenses más de 220 euros cada visita. Sí, han leído bien. Para ser exactos 220,31 €. Esto deja lo convierte sin lugar a dudas en el museo más caro del mundo.

Por si eso fuera poco, según las cifras “oficiales” del Ayuntamiento las visitas han bajado desde hace unos años. En 2016 Carmen Basadre anunciaba, toda contenta, que habían ido a pasear por allí 5590 personas, es decir, mil más que la cifra de dos años después. Bien es cierto que de las cifras que daba Basadre hay que fiarse lo justo, porque era la que aseguraba que al Arde Lucus vinieron 600.000 personas. Por decir que no quede.

El disparate del MIHL era visto desde el minuto 0, pero el tiempo creo que ha superado incluso las expectativas más negativas sobre ese absurdo proyecto. En un sitio totalmente inadeuado, soterrado en una zona con agua (así le va), sin actividad alguna y sin la promoción que le daban cuando era el “juguete nuevo” de los próceres del Ayuntamiento, que, como niños caprichosos abandonaron el recinto una vez pusieron su mirada en la nueva vieja cárcel. 

Que nos cueste más de 220 euros cada uno de los visitantes que ponen un pie en ese error no solo es una cafrada de gestión, sino que debería ser considerado un delito. Han tirado diez millones de euros en ese edificio, que podrían haber servido, por ejemplo, para hacer el tan ansiado Museo de la Romanización en San Fernando y dar una lección a la Xunta de cómo se gestionan las cosas.

El problema es que lo que están haciendo es darles argumentos para no cumplir con su palabra. Si resulta que tenemos muerto del asco el que supuestamente es el buque insignia de la cultura local, si tenemos la vieja cárcel exponiendo aire y cuatro paneles sobre la supuesta cárcel franquista (sí, claro que lo fue, igual que cárcel republicana o monárquica, así que no digamos tonterías), y si tenemos el auditorio sin recibir porque no tenemos ni idea de qué vamos a programar en él, damos en bandeja la argumentación de “para qué coño quieren ustedes otro mamotreto si no saben qué hacer con ellos”.

Todo es política, de la mala. El MIHL fue un espejismo, caro de narices, que se vendió como una pantalla más de la época Orozco. Como el Plan Estratégico, el Plan de Movilidad, el centro de nuevas energías y tantas otras cosas que solo sirvieron para despilfarrar dinero y ganar votos ilusionados, pero incautos. Tampoco es que la oposición haya estado muy brillante en su gestión de estas cosas.

Ahora le toca a San Fernando, y vemos las declaraciones maximalistas y falsas del Ayuntamiento que habla de “éxito arrollador” de las visitas, cuando realmente hubo la gente que hubo y, de hecho, ayer estaba aquello más vacío que el MIHL, que ya es decir.

Lugo no merece esto. Bueno, puede que sí lo merezcamos los lucenses, nos lo estamos ganando a pulso con tanto pasotismo.

jueves, 21 de noviembre de 2019

Carta abierta al Delegado de la Xunta en Lugo

El proyecto de Museo de la Romanización presentado en 2010 y cuyas obras se prometió que empezarían en 2011.
Estimado señor Balseiro:

Me dirijo a usted a raíz de sus declaraciones sobre el Cuartel de San Fernando y su propuesta para que el edificio se destine a Parador turístico.

En primer lugar, he de decirle que resulta chocante que esgrima como argumento que “no hay unanimidad” para hacer el Museo de la Romanización en el viejo cuartel, ya que tampoco la hay para trasladar la estación de autobuses y en ese tema siguen trabajando a toda máquina. Hemos entregado en la Xunta de Galicia más de 2.000 firmas para solicitar que no se destruya la actual estación y es evidente que hay un obvio debate a pie de calle sobre este tema, y ni siquiera así nos han querido recibir el Presidente de la Xunta o la Conselleira competente para, al menos, hablar del tema. Esto demuestra que la unanimidad no es algo que les quite el sueño cuando tienen interés en llevar adelante una actuación, por equivocada que sea.

También es sorprendente que contradiga al exconselleiro de Cultura de su propio gobierno, Roberto Varela, que en la presentación del proyecto ganador para el Museo de la Romanización en 2010 calificaba su puesta en marcha en San Fernando como “una necesidad para hacer más completo y profundo el conocimiento y divulgación del patrimonio propio”. Me podrá matizar que usted no dice que no se haga el museo, sino que se traslade al MIHL, idea que comprenderá que había que haber planteado antes de gastar una fortuna en hacer el proyecto y de comprometerse con un presupuesto para San Fernando que nunca llegaron a ejecutar.

La propuesta de dedicar el viejo cuartel a Parador no es mala y ya la llevó al Pleno Municipal Joaquín García Díez en 2009. Sin embargo sabe usted igual que todos que a día de hoy es complicado que Paradores destine recursos a rehabilitar este edificio para ese fin, y suena a un intento de endilgar el muerto a otro (que además es de diferente pelaje político, lo que siempre ayuda). Pero hay una alternativa más sencilla: ¿por qué no recepcionan desde la Xunta de Galicia el edificio que insistentemente les ha ofrecido el Ayuntamiento y hacen allí una Pousada, como la de Portomarín? Ahí no necesitan la intervención del Gobierno de España, ya que esa red depende exclusivamente de la administración autonómica. Hasta pueden incluír en el convenio la cesión de las piezas arqueológicas necesarias para convertir el MIHL en un Museo de la Romanización y matar dos pájaros de un tiro.

El problema es que si ahora dan ese paso, conociendo los tiempos administrativos es de suponer que habría que hacer la valoración actual del edificio que el Ayuntamiento, irresponsablemente, dejó que se deteriorase, llevar a cabo la transferencia, convocar el concurso de ideas, el del proyecto y la licitación de la obra, y por mucho que cuando quieren corran como liebres, seguramente no llegarían a tiempo para las elecciones autonómicas del año que viene. Si no hay obras en marcha va a ser muy difícil que les creamos porque aunque presenten otra vez planos y maquetas tenemos muy claro el recuerdo de que hasta ahí ya habían llegado para el Museo de la Romanización y, casi diez años después, no existe. Han perdido credibilidad y ya no nos fiamos de infografías, montajes de ordenador... ni siquiera de presupuestos aprobados porque luego no se ejecutan.

Solo hay una manera de que recuperen parte del crédito perdido ante la ciudadanía: rehabiliten San Fernando para hacer allí el Museo de la Romanización. Tienen el proyecto, tienen la mayoría en el Parlamento de Galicia para modificar el presupuesto y contar con el dinero, tienen el edificio cuando quieran… solo hay que licitar las obras y empezar a trabajar. Solo hay que querer hacerlo.

Carta publicada en El Progreso del 21 de Noviembre de 2019

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Visita a San Fernando

El interior presenta un estado lamentable. No por el suelo del patio, que eso se arregla en un periquete, sino por las
ventanas rotas y otros signos de deterioro más relevantes, sobre todo por sus consecuencias.

Queridos lectores:

Lo prometido es deuda, y aquí tienen un breve artículo sobre la visita del lunes a San Fernando. Verán que además de hablar de ese tema menciono de pasada cosas que ya he puesto estos días en el blog, pero no es por repetirme sino porque el artículo de hoy se publica también en La Voz de Galicia y hay que condensar ideas porque el espacio es limitado.

Gracias por su comprensión.


Visita a San Fernando

El lunes acudí a una de las visitas organizadas por el Ayuntamiento de Lugo para ver el antiguo Cuartel de San Fernando y tengo que decir que no fue el panfleto político que me esperaba. Contaba con una soflama contra la Xunta de Galicia por no hacer el Museo de la Romanización y en cambio me encontré con una interesantísima explicación histórica y técnica de la mano del arquitecto Benigno Jáuregui, que hizo que se evaporase la media hora que duró el corto recorrido y que me quedase con ganas de saber más.

A todos los visitantes nos decepcionó que solo pudiéramos acceder al patio y que no nos dejasen visitar ninguna estancia por motivos de seguridad, lo que nos hace imaginar el avanzado estado de deterioro del edificio, aunque curiosamente las autoridades sí pasearon por el inmueble.

La visita en sí es un acto peculiar, ya que el deber de conservación de un Bien de Interés Cultural es indiscutiblemente, según el artículo 32 de la Ley de Patrimonio de Galicia, una responsabilidad del propietario, que en este caso es el Ayuntamiento de Lugo. Que abran las puertas para enseñarnos que no han cumplido con su obligación legal es realmente chocante, y algo de lo que deberían dar cuenta los culpables del deterioro de San Fernando.

Pero miremos al futuro. Una vez descartado por imposibilidad técnica el centro educativo que Lugo Monumental proponía coincidiendo con grupos tan dispares como Izquierda Unida o Ciudadanos, no hay duda alguna: San Fernando tiene que albergar el Museo de la Romanización.

La Xunta de Galicia ha de cumplir con su palabra. En 2010 vinieron a Lugo a enseñarnos el proyecto ganador de Pedro Colón de Carvajal Solís y Raquel Buj García, a prometernos que había dinero y a jurarnos que las obras comenzarían en 2011. Ocho años después seguimos esperando y eso no es aceptable.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 20 de Noviembre de 2019

martes, 19 de noviembre de 2019

La ley deja claro quién es el responsable de mantener San Fernando

El patio de San Fernando da pena, pero no es lo que está en peor estado, ni mucho menos.
Foto: La Voz de Galicia
Aunque últimamente intento no enzarzarme en esas larguísimas y absurdas discusiones de redes sociales, en que llega un momento en que en lugar de aportar información o hacer un interesante intercambio de opiniones la cosa deriva en una pelea de gallos insufrible, a veces no consigo evitarlo, porque habitualmente la cosa empieza con cierta normalidad y va degenerando poco a poco. Sin embargo, incluso en esos momentos hay un cierto grado de utilidad, ya que sirve para entender que hay gente que tiene muy poco claros ciertos conceptos y que, una vez metida la pata, es muy difícil que admitan su error por mucho que le saques normativas y textos legales, o incluso sus propias frases anteriores.

Tenemos la fea costumbre de opinar sobre algo sin información y después intentar justificar nuestro parecer por absurdo o erróneo que esta sea, y cuidado, no digo que sea equivocado opinar algo, sino hacerlo basándose en cosas falsas. Todos nos podemos equivocar, es la reacción lo que nos define.

Ayer publiqué un artículo sobre lo carísimas que nos salen a todos los lucenses las entradas de las visitas a San Fernando organizadas por el Ayuntamiento, que superan el coste de subir a la Torre Eiffel o entrar a los Museos Vaticanos. También les diré que fui uno de los que acudió a la cita, pero de eso hablaré mañana porque tengo el artículo comprometido y no me quiero adelantar, aunque ya les avanzo que quizá no sea lo que esperan.

Hoy me voy a centrar en la responsabilidad del mantenimiento de San Fernando, que curiosamente no tiene nada que ver con los culpables de que el Museo de la Romanización no esté construido en ese lugar, tal y como llevan lustros prometiéndonos, aunque puede que algunas personas compartan ambos pecados.

La Ley de Patrimonio de Galicia no deja lugar a la menor duda: el Ayuntamiento, propietario del Cuartel de San Fernando, es el único y exclusivo responsable de su conservación, mantenimiento y custodia para “evitar su pérdida, destrucción o deterioro”. No hay matices ni excusas, no hay “peros” que valgan.

Al Ayuntamiento se le entregó hace más de diez años un edificio que, aunque no estaba para tirar bombas, estaba en uso y por lo tanto su estado no tenía nada que ver con la lamentable conservación actual, en que las palomas y el agua han deteriorado mucho el conjunto y no se puede entrar en muchas estancias. De hecho en la visita no nos permitieron acceder más que al patio por motivos de seguridad, cosa que cuando el Ejército abandonó el edificio no ocurría.

Eso no quiere decir que la Xunta esté libre de culpa. Prometió un Museo de la Romanización en ese edificio, nos enseñó los planos, comprometió presupuestos y plazos y dejó morir el proyecto porque no les dio la gana de hacerlo, sin más. Pero no podemos confundir las cosas. Si usted tiene un coche y apalabra su venta con un tercero, por mucho que pueda demostrar tal compromiso si lo sigue teniendo usted en su poder y tiene un accidente quien paga no es el que se lo va a comprar, sino usted. No hay discusión posible.

El Ayuntamiento tiene el deber de salvaguardar el edificio, de impedir su deterioro, cosa que no hizo desde que le dieron las llaves, y ahí no hay duda alguna sobre su responsabilidad. La excusa de “es que para qué íbamos a hacer arreglos si total se iba a reformar para Museo” no cuela, porque aquí nadie está diciendo que tuvieran los suelos pulidos y los radiadores encendidos, sino que simplemente tenían que mantenerlo de forma que no se deteriore, y como fue patente ayer han fracasado miserablemente en ese cometido al que están obligados por ley. Que después le pidieran a la Xunta una compensación por el retraso y los gastos de mantenimiento sería una opción a estudiar (aunque sería algo político o moral, porque legalmente no hay nada que hacer por esa vía), pero no se puede permitir el deterioro extremo de un BIC porque “vamos a hacer algo con él”.

La Xunta de Alberto Núñez Feijoo es culpable a día de hoy de que no tengamos Museo de la Romanización, por supuesto que sí, pero los Ayuntamientos de Orozco y de Lara Méndez lo son de que el edificio esté como está, a un paso de la ruina. No confundamos, porque por mucho que se intente liar la cosa, no es lo mismo. Cada palo que aguante su vela.

lunes, 18 de noviembre de 2019

San Fernando, la entrada más cara del mundo (y la pagamos todos)

San Fernando, o la táctica de sacar pecho cuando habría que agachar la cabeza.
Foto: La Voz de Galicia
¿Pagaría usted 44 euros por visitar un edificio abandonado y en estado ruinoso? Tómese un momento y piénselo bien. Ese dinero le daría para ir al cine, salir a cenar y, si no se pasa con el menú, incluso tomar una copa…

Analicemos lo que cuesta subir a la Torre Eiffel de París cuya entrada más cara, hasta la cumbre en ascensor, es de 25,50 euros. Llegar hasta la corona de la Estatua de la Libertad incluyendo el viaje en ferry desde Nueva York cuesta 28,50 dólares (menos de 26 euros). El pase para admirar los frescos de la Capilla Sixtina y los museos Vaticanos sin esperar colas es de 28 euros. La entrada combinada al Coliseo, el Foro Romano y Monte Palatino son 22 euros… Ningún monumento de los mencionados, todos ellos referencias mundiales, cuesta la barbaridad que nos cuesta a los lucenses traspasar las puertas de San Fernando.

Nuestro Ayuntamiento ha decidido gastarse 6.171 euros en las visitas al viejo Cuartel (a los que hay que sumar las dos páginas completas en los periódicos del sábado y la publicidad de pago en Facebook) que hoy podrán hacer 140 ciudadanos. Cualquier matemático, por mediocre que sea, les dirá que, por lo tanto, la “entrada” sale a 44,08 euros (insisto, sin contar la publicidad, que ahí podríamos llegar cómodamente a los 70 euros por persona), que pagaremos entre todos los lucenses. A la vista de los precios de los monumentos antes mencionados parece un coste exagerado, y eso siendo prudentes.

Es curioso que el Ayuntamiento de Lugo, propietario del Cuartel, destine ese presupuesto, no a hacer tareas de conservación, sino a mostrar cómo incumple flagrantemente la Ley del Patrimonio Cultural de Galicia, que dice claramente en su artículo 32 que el deber de conservar un Bien de Interés Cultural (San Fernando es BIC desde 2009) es de su dueño. Le echará la culpa a la Xunta, por supuesto, y razón en parte porque el gobierno de Feijoo no cumple los reiterados anuncios y sus propios compromisos de hacer el Museo de la Romanización en el viejo cuartel… pero mientras la administración autonómica no asuma el edificio, sin duda alguna el deber legal de conservarlo es del Ayuntamiento.

Todos los lucenses debemos luchar unidos para que San Fernando sea el prometido Museo de la Romanización, e incluso quienes en su día aportamos otras propuestas estamos dispuestos a reclamar como una piña que se hagan esas obras, pero siempre y cuando se descarte de una vez la descarada politización a la que estamos acostumbrados, vinculada al color del partido que gobierne en la administración de turno.

Si quieren hacer campañas electorales háganlas… en los quince días que marca la ley. Y, si son tan amables, sin usar el dinero de los lucenses.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Nuevos autobuses para líneas insufribles

Esto está desde 2016. "Muy ponto"...

El miércoles se presentaron dos nuevos autobuses para la flota de urbanos de Lugo, que lucen el color rojo corporativo (me refiero al de la ciudad, no al del PSOE, aunque coincidan sin que ello sorprenda a nadie) tras más de tres años desde que se decidió en el Pleno aplicar esa imagen a propuesta del extinto grupo municipal de Lugonovo.

Me coincidió ver uno por la calle ayer mismo y la verdad es que tienen buena pinta… pero sin subirme en ellos ni probar sus maravillosas conexiones USB, completadas por sistemas de seguridad que seguro que son una maravilla, les veo dos problemas: el primero es que me siguen pareciendo mastodónticos, y salvo la línea que cubre el HULA y poco más los ves pasar semivacíos, aunque confío en que los datos de uso hagan que en esto el Ayuntamiento tenga razón y sea necesario ese mamotreto. El segundo es que seguimos con las absurdas y mal diseñadas líneas y frecuencias que llevamos sufriendo muchos años.

No nos sirve de nada tener vehículos modernísimos y cómodos si seguimos esperando cuarenta y cinco minutos o una hora a que pase un autobús y vemos cómo de repente aparecen cinco que van haciendo el trenecito por la Avenida de la Coruña y la Ronda de la Muralla. Llevamos desde 2016 esperando por la reforma de las líneas, e incluso la web oficial hecha por Monbús, la empresa concesionaria (urbanoslugo.com) anunciaba desde ese año que “muy pronto” (no “pronto” sino “muy pronto) se podrían ver las ubicaciones de los urbanos en tiempo real. Seguimos igual. Incluso hicieron una cuenta atrás que se agotó hace la tira y que, muy significativamente, contiene interrogantes en lugar de números. Ni ellos saben cuándo va a funcionar esto, si es que llega a hacerlo.

Se montó un circo publicitario con consultas a la ciudadanía, visitas a barrios y demás parafernalia que no sirvió más que para pasearse por las diferentes zonas comprobando que es un tema que interesa… pero que parece ser que da pereza arreglar.

Cuando el BNG era oposición hizo una experiencia de “geolocalización” con unos móviles y un portátil. Estaba tirado, según ellos, pero se ve que no es lo mismo hablar que dar trigo, porque tampoco vemos avances en este tema desde que entraron en el gobierno, y si bien comparto que no se puede pedir que en cuatro meses se solvente lo que lleva mal décadas, también hay que recordar que en los últimos 20 años han participado en el gobierno de Lugo en al menos dos ocasiones sin contar la actual, así que excusas las justas, que algo de responsabilidad también tendrán.

Seguiremos esperando, como siempre.

Muy bonitos. Ahora solo falta que las líneas tengan sentido.

jueves, 14 de noviembre de 2019

Aberración publicitaria

La publicidad en Lugo está desmadrada, aunque muchas veces porque no se hace cumplir la ordenanza sobre medioambiente
Foto: La Voz de Galicia
Lugo no tiene ordenanza de publicidad, y si tenemos en mente el borrador que presentaron en 2014 casi mejor que no la tenga. En aquel documento se decía que regularía toda actividad publicitaria “susceptible de atraer la atención de cuantas personas se encuentren en espacios abiertos, transiten por la vía pública, utilicen medios privados o colectivos de transporte y en general, permanezcan o discurran en lugares o ámbitos de utilización común”. Relean y piensen en las consecuencias de ese extensísimo ámbito.

Podrían sancionar a un restaurante por exponer su carta de precios (obligatorio según la normativa turística), a quien coloque una decoración exterior con cualquier publicidad o incluso vehículos de empresa rotulados. Tampoco escapa el ciudadano particular, ya que nada impediría al Ayuntamiento sancionar a un lucense por tener un cartel publicitario en su casa si es visible desde la calle (imaginen uno de esos carteles antiguos de conocidas casas comerciales) o, por qué no, prendas de vestir que contengan publicidad.

Sí, claro que me estoy yendo a ejemplos extremos, pero en una ciudad en que se tramitó una denuncia contra la cabalgata de los Reyes Magos por no tener bien matriculados los coches, nos podemos esperar cualquier cosa.

Aquel borrador, que afortunadamente no prosperó porque era un disparate de tal calibre que no fue posible su tramitación, puede revivir ahora ante la legítima necesidad de regular ciertas cuestiones, aunque mucho nos tenemos que como siempre haya a quien se le hace cumplir y a quien no. Fíjense, por ejemplo, en los letreros luminosos que algunas cadenas tienen en el casco histórico, algo totalmente prohibido por el PEPRI pero que se tolera a grandes corporaciones mientras que al pequeño empresario se le veda, con una desigualdad inasumible.


Nadie pide esto para Lugo, pero tampoco que nos puedan multar por llevar una camiseta con publicidad.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 14 de noviembre de 2019

miércoles, 13 de noviembre de 2019

La Línea Verde de Lugo funciona muy bien

Esta es la web de la Línea Verde. Ya ven que se puede notificar una incidencia con facilidad. Lo recomiendo mucho.
Siempre nos quejamos, yo el primero, de las cosas que funcionan mal, y les diré que es sano que la población sea reivindicativa, sobre todo cuando propone alternativas o diagnostica certeramente problemas reales cuya solución en ocasiones es menos sencilla de lo que aparenta.

Lo malo es que muchas veces protestamos donde no es. El Facebook, que es la versión digital del bar de toda la vida, es el vertedero en que echamos toda nuestra porquería, y tenemos que recordar que eso no sirve de gran cosa salvo que acudamos a los perfiles digitales de nuestros gobernantes, para que el tipo que las gestiona le diga al responsable de turno que le están llamando la atención sobre algo. Y eso no suele tener consecuencia alguna más allá de la terapia de grupo que pueda suponer. Pero en Lugo hay una alternativa, y funciona razonablemente bien: la línea verde.

He puesto en los últimos tiempos varias quejas en la línea verde y todas se han solventado, incluso una por la que critiqué hace unas semanas al Ayuntamiento y que tengo que decir que fue error mío porque donde pensé que retiraban una papelera simplemente la estaban arreglando. También es posible que la repusieran por la queja, pero ante la duda ya edité el artículo añadiendo un pie reconociendo mi equívoco (in dubio pro reo).

A lo que iba, subí a la línea verde la rotura de una tapa de registro de la calle de la Cruz (que llevaba así al menos desde 2015) y se arregló en cosa de un par de semanas o menos; lo de la papelera de la Rúanova que arreglaron en pocos días; una plancha de metal que llevaba años en la calle Noreas y que retiraron en 48 horas… una respuesta rápida, efectiva y muy cómoda de usar, así que les recomiendo que la utilicen.

Pueden bajarse la aplicación al móvil y cuando vean algo que creen que está mal le hacen una foto y la suben a la Línea Verde. Si esperan en el sitio mejor, porque les va a pedir geolocalización del problema (aunque también se puede poner a mano, es menos cómodo). También hay la opción de entrar en la página web. En ambos casos te contestan diciendo que redirigen el problema al área competente y cuando se solventa cierran la incidencia.

Había probado a hacer lo mismo con el 010 pero no funciona igual de bien. Supongo que influye que mientras en un caso la cosa es de palabra en el otro queda por escrito y eso siempre presiona más, pero sea por lo que sea funciona, y eso es mucho decir en este Lugo nuestro.

Así que ya saben, prueben a denunciar en la línea verde todas aquellas cuestiones que vean en Lugo y a ver si entre todos podemos hacer que se pongan las pilas, que buena falta nos hace.

En lo que al gobierno de Lara Méndez se refiere, felicidades por este servicio. Así da gusto.

martes, 12 de noviembre de 2019

Toca ceder pensando en el país y no en el partido

El pacto que no se repitió le costó a Ciudadanos una caída épica. A ver qué hacen ahora Sánchez y Casado
Lo de Albert Rivera es algo digno de estudio: ha dimitido, un verbo que en este país la inmensa mayoría solo sabe conjugar en tercera persona. Ha sido coherente, otra palabra poco habitual, incluso en él mismo últimamente.

Rivera llevó a Ciudadanos a hacer un papel necesario en este país, ocupando un espacio político liberal que el PP abandonó hace ya mucho tiempo y que ahora seguramente intentará ocupar, aunque de aquella manera porque nota el aliento de Vox en el pescuezo y también querrá cubrir ese flanco. Difícil elección, que deberá resolverse aplicando principios en lugar de cálculos políticos, ya que los primeros duran bastante más que los segundos.

El desplome del partido naranja se debe, en mi modesta opinión, a su cerrazón traducida en hacer un “cinturón sanitario” nada menos que al PSOE, insultando no solo a los socialistas, sino a los votos “prestados” que tuvo de ese partido y a los muchos españoles (entre los que me incluyo) que consideramos que, pese a sus errores, este país le debe mucho al PSOE. Se echaron al monte, y para eso la gente prefiere opciones más extremas, porque Ciudadanos tenía otra función que no cumplió y de ahí el castigo.

Precisamente el discurso original de Rivera, aquel en que hablaba del respeto que hay que tener a PP y PSOE por lo que han hecho de bueno por España fue el que le aupó, porque sonaba bien, incluso porque no nos hacía cómplices a todos de los desmanes que ambas agrupaciones protagonizaron. Haber votado al PP o al PSOE no significa avalar la corrupción que ambas formaciones han protagonizado, y los electores solo tenemos un puñado de opciones entre las que últimamente tenemos que elegir a la que menos asco nos dé, que ya es triste.

Si Albert se hubiera tragado su orgullo y hubiera seguido sus propias doctrinas (las del principio), en abril se habría sentado con Sánchez para un gobierno de coalición, reeditando aquel pacto que firmaron en su día y que habría sido la puerta para demostrar si Ciudadanos tenía la madera de gestor de la que siempre presume. Les faltó sentido de Estado.

Ahora la puerta se les ha cerrado en las narices y los dos partidos mayoritarios están en una encrucijada parecida, aunque aún más polarizada. ¿Puede el PP votar a favor de un gobierno de Pedro Sánchez? Lo dudo, tanto como que el PSOE acepte esa alianza. Por mucho que hablemos de una situación excepcional, si dan la menor señal de estar pensando siquiera en eso, los que votan “contra” Sánchez se irán a Vox como último recurso para parar a “los que rompen España”, y los que votan “contra” Casado virarán a Podemos como forma de luchar contra el PP.

Asumámoslo, hace ya tiempo que aquí no se vota por alguien sino contra alguien. Los dos extremos del arco parlamentario, Podemos y Vox, surgieron como reacción, como hartazgo y como forma de demostrar que la gente está harta de chorradas. El PSOE está lejos, lejísimos de aquel partido que Felipe González encabezaba y que cometió grandes errores, pero que también demostró pensar en el país por encima de las encuestas. El PP, por su parte, también está entregado a una estrategia cortoplacista, huérfano de dirigentes que vean más allá de sus narices y de la próxima elección.

Con este panorama ninguno de los dos es capaz de cerrar un pacto de Estado que garantice cierta tranquilidad durante cuatro años. Comparto con ellos que probablemente a corto plazo darían alas a sus propias versiones extremas, pero tal y como están las cosas quizás es el momento de olvidarse de estrategias y pensar con un poco más de altura.

La España moderada, la que mayoritariamente ha votado a ambos partidos, pide con silenciosos gritos que se entiendan porque de lo contrario esto acabará mal. Yo por mi parte ya estoy reflexionando sobre mi voto para marzo.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Los cuatro culpables de que San Fernando sea una ruina

Así estaba San Fernando en 2014. Luego se le hicieron unas obras, pero a saber cómo estará ahora. Foto: La Voz de Galicia
La alcaldesa nos propone una visita al viejo cuartel de San Fernando para que veamos la ruina en que está convertido. No es frecuente que un dirigente político exponga sus propias vergüenzas con tal generosidad, pero es que la intención no es esa, sino echar la culpa de todo a la Xunta, como es tradicional en estos casos. Y tiene razón, al menos en gran parte.

El lamentable deterioro de San Fernando tiene cuatro culpables claramente identificados (bueno, uno de ellos no tan claramente) desde que en 1.998 el exalcalde Joaquín García Díez planificó cuidadosamente su futuro como Auditorio de la ciudad, para intentar compensar que no fue capaz de frenar el derribo del Gran Teatro principalmente porque era un edificio privado y sus propietarios decidieron venderlo para hacer pisos. También es cierto que sus intentos de lograr que se mantuviera mediante la compra del inmueble por la administración no fructificaron en gran parte por la tozudez y el capricho de los dirigentes provinciales de su propio partido, lo que les costó muy caro a corto plazo.

Pero a lo que íbamos, San Fernando tenía un brillante porvenir como referencia cultural de la ciudad, pero hubo cambio de sillones y entró Orozco, nuestro primer culpable, quien siguió con este tema la misma táctica que con muchos otros: retrasar su ejecución y modificarla notablemente para así no tragar el sapo de ser un mero “heredero” de los proyectos anteriores. Si hubiera continuado con lo planificado hoy tendríamos ahí un maravilloso auditorio, en pleno centro, pero no… Así que se convocó un nuevo concurso que retrasó todo.

Cuando por fin parecía que la cosa iba a cuajar, aparece en escena nuestro segundo culpable, más difícil de identificar. Hay quien afirma que fue el BNG (incluso concretan en una persona específica, aunque como no sé si es cierto no quiero extender el bulo si lo es) quien “pidió” aquel famoso informe de ICOMOS (que realmente no era tal, hasta donde yo sé, sino una mera opinión) en que se decía que el proyecto afectaba a la Muralla. Y entonces se descartó el auditorio en San Fernando y el Cuartel quedó ahí, muerto del asco.

El bipartito PSOE/BNG, que era quien gobernaba (es un decir) la Xunta en ese momento se sacó de la manga un proyecto alternativo: el Museo de la Romanización. Una idea muy bonita que completaba el mapa de centros de investigación y exposición autonómicos trayendo a Lugo de nuevo la capitalidad de la Gallaecia que tuvo en la época de Roma. Fantástico proyecto…

Pero otro cambio de gobierno, esta vez en la Xunta, hizo que la idea, más de una década después, siga siendo eso, una quimera. Feijoo, el tercer culpable de nuestra ruina en medio de Lugo, asumió el gobierno y no movió un dedo para hacer cristalizar la idea, salvo en lo que a despilfarrar dinero en proyectos que no pensaba hacer se refiere. Antes de las municipales de 2011 el entonces Conselleiro de Cultura vino a Lugo a presentar los planos del nuevo Museo y a comprometer la financiación para el año siguiente… pero hizo el doble que sus predecesores: si estos no habían hecho nada, él nada de nada.

La Ley de Patrimonio Cultural de Galicia no deja lugar a dudas: el propietario es quien mantiene el BIC

Y así llegamos a nuestros días. 2019, veinte años después de que García Díez comenzase esta andadura, no hemos llegado a ninguna parte. El cuarto culpable es la propia Lara Méndez, la titular del Ayuntamiento, propietario del Cuartel. Tiene toda la razón en exigir a la Xunta que cumpla con sus compromisos, y estoy seguro de que al oportunismo político le une una convicción sincera, pero no podemos olvidar que San Fernando es un Bien de Interés Cultural (BIC) y que como tal la propiedad tiene la obligación legal de mantenerlo en buenas condiciones y, repito, el Cuartel es del Ayuntamiento, no de la Xunta.

Cuatro culpables. Orozco, ICOMOS (impulsado presuntamente por el BNG), Feijoo y Lara Méndez. Una víctima: Lugo.

viernes, 8 de noviembre de 2019

¿Se quedarán inversores mexicanos con terrenos municipales en San Fiz?

Los terrenos que supuestamente iba a ceder el Ayuntamiento al CD Lugo pueden acabar en manos de un fondo mexicano
Aunque este domingo son las elecciones generales ya ven que yo sigo a lo mío, hablando de Lugo. La semana que viene ya hablaremos de cómo queda el mapa político general y empezaremos a pensar en el voto que nos tocará depositar en marzo o abril con las quintas elecciones que estoy seguro de que convocarán ante el nuevo “bloqueo”. Vamos a votar hasta hartarnos.

Hoy les quiero hablar de otra cosa. Últimamente he estado organizando archivos y por eso les traigo tantos artículos de “revisión de...”. El de hoy es sobre la cesión de 1,5 hectáreas de terreno en San Fiz que el Ayuntamiento anunció que haría al Club Deportivo Lugo.

Lo primero que tengo que decir es que no sé si se llegó a firmar el tema, porque no lo he encontrado en ningún sitio. Solo he visto dos noticias, una en la web municipal de marzo de 2018 en que se afirmaba que pretendían tener funcionando el nuevo campo en septiembre u octubre de aquel año. La segunda es de la cadena SER en que el presidente del Lugo, Tino Saqués, afirmaba que la cesión iba “más lenta de lo esperado”… y tan lenta por lo que se ve.

No me convence para nada la idea de ceder terreno público a una entidad privada, si bien tengo que reconocer que aquí caigo en una contradicción, porque aplaudí (y aplaudo) la que se hizo del Hospital San José a ASPNAIS. Bueno, contradicción a medias porque no lo considero igual, ya que el CD Lugo es una empresa y ASPNAIS una entidad sin ánimo de lucro y, además, con una finalidad que en mi leal saber y entender dista mucho en intenciones y beneficios de la del CD Lugo, por mucho que el deporte sea maravilloso y magnífico para la sociedad.

Pero más allá de esta idea de principio, de que es raro que durante 50 años un terreno público esté gesionado por una empresa, me preocupa otra cosa. ¿Qué pasa si se vende el CD Lugo?

En Abril ya había rumores sobre la posibilidad de que Tino Saqués vendiera el club de fútbol local, aunque los desmintió rotundamente diciendo que eran solo habladurías “para intoxicar”. Hace pocos días Radio Galega decía que estaría próximo a vender el club a un grupo mexicano por 12 millones de euros y que se firmaría en enero de 2020. ¿Qué pasará entonces con esos terrenos? ¿Seguirían siendo del club, pasando en la práctica al grupo mexicano o habría una reversión de la concesión si el pliego está bien hecho (cosa que dudo)?

Por cierto, yo, que soy accionista del CD Lugo (muy modesto, sí, pero accionista) no he recibido ni una sola carta, email o señal de humo del club diciendo nada sobre todas estas cosas. No me entiendan mal, evidentemente mis acciones no son gran cosa (creo que tengo una o dos, que compré en un rapto de orgullo patrio para intentar aportar mi granito de arena cuando las cosas pintaban bastos), pero tampoco creo que les costara tanto trabajo mandarnos un correo electrónico de vez en cuando informando de ciertas cuestiones, que los emails son gratuitos.

Confío en que nuevamente se trate de rumores “para intoxicar” y que Lugo no pierda a su principal equipo de fútbol. No porque me apasione ese deporte (la verdad es que no me hace gracia ninguno, a pesar de mis tonteos con el voleibol gracias al EMEVÉ) pero como lucense me molestaría mucho que lo que fue una sociedad local se convierta en una mera inversión de un grupo extranjero. Y si por delante se lleva terrenos municipales, ni les cuento.


jueves, 7 de noviembre de 2019

El futuro de Lugo... ¿Más edificios? ¿De verdad?

A la izquierda el "barrio verde" que nos quieren vender ahora.
A la derecha el casi abandonado Barrio Feijoo (Foto de El Progreso)...
¿De verdad? ¿Eso es planificar?
Estos días hablamos mucho de disparates pasados, presentes e incluso futuros de nuestra ciudad, pero hay un trasfondo latente en todo esto que sigo sin ver claramente plasmado en casi ningún sitio, y es la incongruencia de seguir planificando la construcción de bloques y más bloques de viviendas en una ciudad con 12.000 pisos vacíos.

El martes estuve en una reunión con la Conselleira de Vivienda, que nos hablaba de la ley de rehabilitación aprobada recientemente por el Parlamento de Galicia, una herramienta que creo que va por el camino acertado aunque tiene algunas carencias en lo relativo a los cascos históricos, pero eso se puede solucionar por otras vías. Pero Lugo, como entidad global, no solo es su casco histórico (aunque creo que es una zona imprescindible en cualquier planteamiento) y tenemos barrios enteros que se caen en pedazos como pueden ser el de la Milagrosa o el Barrio Feijoo.

En el Barrio Feijoo los edificios cerrados, abandonados y cayendo son la norma. Foto: La Voz de Galicia

La pregunta es, ¿qué modelo de urbanismo queremos? ¿Estamos tan locos que apoyamos el suicidio colectivo que supone seguir metiendo hormigón y cemento en zonas que podrían ser verdes y magníficas mientras dejamos que se hundan otras que pueden ser recuperables? ¿Es tirar y edificar como enajenados la única solución?

Ahora tenemos sobre la mesa varias edificaciones nuevas. La urbanización que están construyendo junto al Miño en donde estaba el viejo camping, el enorme área de San Fiz llena de calles urbanizadas para conectar los toxos entre ellos, otro tanto en la zona norte junto a la avenida Paulo Fabio Máximo y algún edificio suelto en Augas Férreas. Pues por si eso no es suficiente los únicos planes que escuchamos al Ayuntamiento pasan por meter más viviendas en el solar que está junto al nuevo (y cerrado) Auditorio y construir un barrio de 1.200 pisos más entre el Ceao y las Gándaras. ¿Para quién es toda esa vivienda?

Todo el lateral de la avenida Paulo Fabio Máximo está esperando por sus edificios, y las calles ya están hechas...
Foto: La Voz de Galicia

Las calles ya urbanizadas también en San Fiz...
Foto: La Voz de Galicia

Se habla de pisos de protección pública de nueva construcción. Fantástico, pero ¿y si mejor rehabilitamos los edificios de Camiño Real, Yáñez Rebolo, Milagrosa, Fejioo…? ¿Y si reutilizamos lo que tenemos, los aislamos bien, ponemos ascensores, dedicamos algunos bajos a garaje y los convertimos en lugares dignos donde vivir? Hablamos de pisos amplios, que se pueden permitir el lujo de perder unos metros cuadrados para mejorar el aislamiento e incluso parte de una habitación para poner ascensor.

¿Y el coste? Siempre se dice que rehabilitar es más caro que construir de nuevo (lo que, por cierto, deberían plantearse algunos constructores porque quizá transformarse en “rehabilitadores” sea mejor opción que ir siempre a obra nueva), y puede que sea cierto si solo miramos los euros. Pero el coste medioambiental, urbanístico, social y de ciudad que supone dejar morir zonas enteras para construir otras nuevas es infinitamente superior al de rehabilitar y recuperar, eso sí es ecología, eso sí son barrios verdes.

En caso contrario, ¿qué plan tienen para estas zonas degradadas? ¿Tirar con todo? ¿Esperar a que los edificios se caigan y queden los solares vallados como ya ocurre en algunos de Camiño Real? ¿Ese es el futuro de alguno de los barrios que hace no tanto eran los más populares y mejores para vivir de Lugo? ¿Han cuantificado el coste que tendrá eso en no demasiados años? Porque ese dinero también hay que meterlo en la comparativa cuando se dice que es mejor tirar con todo y hacer de nuevo…

Locales vacíos, pisos sin habitantes como estos de Camiño Real...
Es el futuro que nos espera si seguimos edificando como locos.
Foto: El Progreso
En la reunión que les contaba escuché auténticas barbaridades. Una persona acusaba al Ayuntamiento de haber diseñado un Plan General en que la edificabilidad en altura se reservaba para el sur de la ciudad (Aceña de Olga concretamente) y se “condenaba” a la Milagrosa a quedarse con tres o cuatro alturas… Pues claro, señor mío… ¿Acaso pretende usted tirar los edificios que hay en toda la zona y construir rascacielos como el del chalado de Orense? ¿Qué clase de barrio quiere usted?

Yo pienso en calles con aceras anchas, incluso peatonales, con edificios de tres o cuatro alturas como máximo, con viviendas grandes, cómodas, rehabilitadas, con servicios… Un sitio donde vivir realmente “a la lucense”, con esa calma y esa tranquilidad que hacen de nuestro pequeño rincón un paraíso amenazado por la presión de la especulación y de la construcción sin rumbo.

La parcela junto al nuevo Auditorio sería un lugar excepcional para una zona verde, con parque infantil y servicios públicos.
Foto: El Progreso

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Las cagadas que nunca reconocerán (y que seguiremos pagando nosotros)

La fábrica de la luz sigue abandonada... Foto: La Voz de Galicia
Viene hoy en La Voz de Galicia que para poner a funcionar el parque de nuevas energías del Ceao hay que cambiar todas las placas que tiene y meter todavía más dinero en una obra que lleva desde el año 2007 dando tumbos y que no solo no ha producido energía sino que la ha consumido como hablábamos recientemente en este blog.

Las placas que nos han costado dinero... y energía sorprendentemente. Foto: La Voz de Galicia

Supongo que lo harán. La política es el arte de no decir nunca “he metido la pata” y, por supuesto, evitar asumir alguna responsabilidad como si del fuego se tratara. Los herederos de Orozco achacarán ese disparate económico y ecológico a “otros equipos” y se quedarán tan anchos, pero tampoco harán sangre porque es de los suyos y hay que taparse las vergüenzas unos a otros, no sea que caigan todos por el mismo precipicio.

El centro ese solo tiene un destino razonable: el desmantelamiento. Echar el candado a una barbaridad construida en lo que se suponía que era una zona verde y poner a funcionar otras alternativas como la Fábrica de la Luz, otro agujero negro de dinero en que llevamos metidos una salvajada de euros (algún día habrá que hacer las cuentas) y que ahí está, a la orilla del Río Miño sin generar ni un vatio a pesar del gran poder que mueve nuestro principal cauce.

Lugo tendría que dinamitar unas cuantas cosas para ser sincero consigo mismo, y no hablamos solo del Garañón, que también. Es necesario asumir errores como el MIHL, un fracaso anunciado desde el minuto cero, que tan solo contando el consumo energético de las bombas que tiene para sacar el agua hace que la entrada de los escasísimos visitantes que pican y caen por allí para ver cuatro chorradas nos cueste un congo. 

La imagen del MIHL vacío es la habitual.
No quieren reconocer la metedura de pata que tuvieron con el pedregal que han montado tras San Fernando, en lo que sin duda sería un perfecto jardín urbano e incluso podría albergar unos columpios y una canasta, y ahí sigue, criando hierbajos ante la pasividad de todo el mundo. Tampoco acaban de reconocer que el leiraparking es un desastre sin paliativos, y quienes desde la oposición veían “tirado” arreglar el problema con dos camiones de grava se están dando cuenta, una vez en el gobierno, de que una cosa es hablar y otra dar trigo.

El leiraparking tras su "arreglo" vuelve a estar como está... Foto: El Progreso

Por si eso fuera poco, se preparan nuevos disparates: eliminar la estación de autobuses del centro para llevarla a un sitio donde hay que subir una pendiente terrible para la gente mayor, construir un “barrio verde” con 1.200 viviendas nuevas, edificar moles residenciales en lo que sin duda debería ser una zona ajardinada junto al nuevo auditorio… y todo ello en una ciudad con 12.000 viviendas vacías.

Es la política del “aquí y ahora”, del cortoplacismo, del anuncio y de la foto. Es la política que esta ciudad ha elegido. Mi pobre Lugo, qué te están haciendo.