martes, 19 de noviembre de 2019

La ley deja claro quién es el responsable de mantener San Fernando

El patio de San Fernando da pena, pero no es lo que está en peor estado, ni mucho menos.
Foto: La Voz de Galicia
Aunque últimamente intento no enzarzarme en esas larguísimas y absurdas discusiones de redes sociales, en que llega un momento en que en lugar de aportar información o hacer un interesante intercambio de opiniones la cosa deriva en una pelea de gallos insufrible, a veces no consigo evitarlo, porque habitualmente la cosa empieza con cierta normalidad y va degenerando poco a poco. Sin embargo, incluso en esos momentos hay un cierto grado de utilidad, ya que sirve para entender que hay gente que tiene muy poco claros ciertos conceptos y que, una vez metida la pata, es muy difícil que admitan su error por mucho que le saques normativas y textos legales, o incluso sus propias frases anteriores.

Tenemos la fea costumbre de opinar sobre algo sin información y después intentar justificar nuestro parecer por absurdo o erróneo que esta sea, y cuidado, no digo que sea equivocado opinar algo, sino hacerlo basándose en cosas falsas. Todos nos podemos equivocar, es la reacción lo que nos define.

Ayer publiqué un artículo sobre lo carísimas que nos salen a todos los lucenses las entradas de las visitas a San Fernando organizadas por el Ayuntamiento, que superan el coste de subir a la Torre Eiffel o entrar a los Museos Vaticanos. También les diré que fui uno de los que acudió a la cita, pero de eso hablaré mañana porque tengo el artículo comprometido y no me quiero adelantar, aunque ya les avanzo que quizá no sea lo que esperan.

Hoy me voy a centrar en la responsabilidad del mantenimiento de San Fernando, que curiosamente no tiene nada que ver con los culpables de que el Museo de la Romanización no esté construido en ese lugar, tal y como llevan lustros prometiéndonos, aunque puede que algunas personas compartan ambos pecados.

La Ley de Patrimonio de Galicia no deja lugar a la menor duda: el Ayuntamiento, propietario del Cuartel de San Fernando, es el único y exclusivo responsable de su conservación, mantenimiento y custodia para “evitar su pérdida, destrucción o deterioro”. No hay matices ni excusas, no hay “peros” que valgan.

Al Ayuntamiento se le entregó hace más de diez años un edificio que, aunque no estaba para tirar bombas, estaba en uso y por lo tanto su estado no tenía nada que ver con la lamentable conservación actual, en que las palomas y el agua han deteriorado mucho el conjunto y no se puede entrar en muchas estancias. De hecho en la visita no nos permitieron acceder más que al patio por motivos de seguridad, cosa que cuando el Ejército abandonó el edificio no ocurría.

Eso no quiere decir que la Xunta esté libre de culpa. Prometió un Museo de la Romanización en ese edificio, nos enseñó los planos, comprometió presupuestos y plazos y dejó morir el proyecto porque no les dio la gana de hacerlo, sin más. Pero no podemos confundir las cosas. Si usted tiene un coche y apalabra su venta con un tercero, por mucho que pueda demostrar tal compromiso si lo sigue teniendo usted en su poder y tiene un accidente quien paga no es el que se lo va a comprar, sino usted. No hay discusión posible.

El Ayuntamiento tiene el deber de salvaguardar el edificio, de impedir su deterioro, cosa que no hizo desde que le dieron las llaves, y ahí no hay duda alguna sobre su responsabilidad. La excusa de “es que para qué íbamos a hacer arreglos si total se iba a reformar para Museo” no cuela, porque aquí nadie está diciendo que tuvieran los suelos pulidos y los radiadores encendidos, sino que simplemente tenían que mantenerlo de forma que no se deteriore, y como fue patente ayer han fracasado miserablemente en ese cometido al que están obligados por ley. Que después le pidieran a la Xunta una compensación por el retraso y los gastos de mantenimiento sería una opción a estudiar (aunque sería algo político o moral, porque legalmente no hay nada que hacer por esa vía), pero no se puede permitir el deterioro extremo de un BIC porque “vamos a hacer algo con él”.

La Xunta de Alberto Núñez Feijoo es culpable a día de hoy de que no tengamos Museo de la Romanización, por supuesto que sí, pero los Ayuntamientos de Orozco y de Lara Méndez lo son de que el edificio esté como está, a un paso de la ruina. No confundamos, porque por mucho que se intente liar la cosa, no es lo mismo. Cada palo que aguante su vela.

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