viernes, 25 de febrero de 2022

La (difícil) peatonalización de lo que queda por hacer del casco histórico

Como es habitual las infografías lo pintan todo muy mono, aunque ya avanzan una vez más otra calle dura, de piedra y desangelada con unos pocos arbustos para hacer ver que es "verde" sin serlo.

Entre los proyectos que el Ayuntamiento de Lugo tiene sobre la mesa está la peatonalización de lo que falta del casco histórico. Supongo que se refieren a una peatonalización “a la lucense” donde incluso en lugares en que antes no pasaban coches (por ejemplo San Marcos) ahora pasan continuamente porque se ha autorizado allí un aparcamiento privado y no se les ha dado otra alternativa para acceder (existiendo físicamente una más que razonable), lo que es chocante como mínimo.

Soy partidario de la peatonalización de la calle Montevideo como el que más, pero no veo claro el resto. Se habla también de la Plaza del Ferrol y de Santo Domingo, pero no entiendo muy bien a qué se refieren ya que en ambas hay aparcamientos subterráneos que seguirán permitiendo el paso a gran cantidad de vehículos y en el primer caso se dejará acceder al gran aparcamiento de la Diputación y en el segundo a los muchos garajes que hay en el casco histórico y, obviamente, al otro subterráneo.

Además, esa peatonalización es compleja a efectos prácticos porque son de los pocos sitios donde los repartidores tienen zonas de carga y descarga que puedan usar (cuando no están ocupadas por particulares, claro está) y si se eliminan va a ser muy difícil que puedan hacer su trabajo.

A día de hoy no hay casi ninguna calle en Lugo realmente peatonal. Se me vienen a la cabeza únicamente San Pedro, Cruz, Conde Pallares y la conocida como Dulcerías. En el resto veo coches que van a sus garajes (algo razonable porque tienen que poder entrar pero horriblemente mal organizado actualmente), o vehículos que pasan por allí para acortar alegremente porque no hay ningún tipo de control.

Por ejemplo, es habitual ver motos de reparto cruzando la Plaza de España por el lado de las terrazas o atravesando de lado a lado San Marcos para reducir distancias, coches entrando por la puerta de Ruanova, vehículos subidos en las aceras “sólo un momentito”, ocupando las cargas y descargas o el carril bus y sus paradas… Es la ciudad sin ley en cuanto a tráfico se refiere, y eso sin entrar en el tema de los patinetes eléctricos o las bicicletas (en esto último hay mucho que hablar, porque personalmente creo que deberían poder transitar por zonas peatonales siempre que cumplan requisitos de velocidad y prudencia).

Peatonalizar no es sólo prohibir el paso de la mayoría de los vehículos, aunque sin controlar que quien se lo quiera saltar se lo salte, que es lo que se entiende en esta ciudad.

El diseño de las calles se hace pensando en algo que no sucederá. Volvemos a los ejemplos y podemos ver que Quiroga Ballesteros, con su espantosa peatonalización dura, fría y desangelada, está llena de manchas de aceite y rodaduras de vehículos porque es más o menos igual de peatonal que la A6 (sí, es una ironía, no se me solivianten los ánimos). Siguen pasando camiones, como es lógico, pero no fue diseñada para eso y en lugar de poner un carril de asfalto para usos horarios razonables se optó por poner una piedra que no hay cristiano que tenga limpia con ese tráfico.

Pero sigamos pidiendo fondos a la Unión Europea, ese pozo aparentemente sin fondo que, como un día le dé por evaluar en qué se ha gastado, nos va a armar una de las que valen por dos.

jueves, 24 de febrero de 2022

Cajeros en los centros sociales: ¿un servicio al mayor o una colaboración con los bancos?

Reunión entre representantes municipales y de la Asociación de Jubilados y Pensionistas
Foto: El Progreso

Tras una reunión mantenida entre representantes municipales, encabezados por la Alcaldesa, y de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Lugo, la regidora anunció que están en conversaciones con entidades bancarias para cederles espacio en los centros sociales e instalar cajeros automáticos en esos lugares.

En este tema hay importantes argumentos tanto a favor como en contra de la idea. Vamos a darles una vuelta a ver qué les parece.

A favor:

Evidentemente todo lo que suponga mejorar servicios a la ciudadanía resulta positivo inicialmente. Que se instalen cajeros automáticos en los centros sociales acercaría, literalmente, estos dispositivos a sus usuarios ya que hay localizaciones que no tienen un banco cerca pero sí uno de estos puntos de reunión.

Además, es lógico pensar que una persona mayor se sentirá más arropada para usar el cajero en un entorno conocido, en que hay personal municipal que, llegado el caso, le puede echar una mano, y en que hay vigilancia.

En contra:

Los mismos argumentos usados para defender esta idea se pueden usar para atacarla: en primer lugar supone una cesión de espacio público a una entidad privada. En un momento en que se hablaba de cobrarles tasas por instalarse en la vía pública se hará justo lo contrario: regalar espacio público a nada menos que un banco, y que habría que ver cómo se decide cuál y en qué condiciones.

La seguridad que se alega como argumento también puede parecer algo pueril, ya que evidentemente en los bancos también la hay y probablemente de mejor calidad, y que el personal municipal ayude a los mayores es algo muy positivo… pero que en la práctica hace que en cierta medida “trabajen para los bancos”, lo que es algo de difícil encaje sobre todo en un gobierno que se dice de izquierdas.

Sin embargo todo lo anterior me parece anecdótico. Lo importante, creo yo, es que en realidad lo que se hace es apoyar la estrategia de los bancos de reducir la atención presencial para sustituirla por chismes que no cobran sueldo. Es la pescadilla que se muerde la cola, pero en este caso de forma interesada: entorpezco todo lo posible que la gente venga a la ventanilla, los encamino a los cajeros automáticos y después hago reducciones de plantilla alegando que no hay público al que atender. En esa táctica es donde se podría entender (de hecho no parece muy difícil hacerlo) que el Ayuntamiento está siendo colaborador con la destrucción de empleos.

Por último, es llamativo que se proponga esta instalación en centros sociales pero que para hacer cualquier gestión municipal que implique el pago de tasas no haya dónde hacerlo en el propio edifico municipal. Lo suyo, me parece a mí, sería que se empezase por poner un punto de cobro, aunque sea automatizado, en el edificio de la Ronda de la Muralla para poder hacer en el mismo momento todos los trámites sin tener que salir a pagar al banco y volver.

De hecho, las demás administraciones también adolecen de este problema. En la Xunta había una oficina bancaria que cerró y ahora ni siquiera hay los cajeros automáticos que sí existían en la entrada para gran comodidad de funcionarios y público.

Así que decidan ustedes qué les parece más adecuado. Yo en este caso no es que no quiera los cajeros en los centros sociales, sino que me parece que es colaborar en una estrategia basada en los mismos principios que las gasolineras autoservicio, los supermercados, Ikea o cualquier otra entidad en que nos ponen a trabajar para la empresa de forma más o menos encubierta.

miércoles, 23 de febrero de 2022

¿Se usa el carril-bici de Lugo? Obviamente no

El carril de la discordia. Foto: La Voz de Galicia

 Hace unos días el PP de Lugo publicó un vídeo en que se “espiaba” el carril bici de la Ronda del Carmen durante 15 horas para demostrar su poco uso. Le ha faltado tiempo al Gobierno Local para aprovecharse del don que tienen en el principal partido de la oposición para poner en bandeja la respuesta facilona y cachondearse del tema aludiendo al presunto espionaje del propio partido a una de sus principales figuras en Madrid.

La respuesta del Gobierno es divertida y acertada desde el punto de vista político, pero como responsables del gasto de más de 1,5 millones de euros en una infraestructura que no usa ni el tato, es decir, del fondo del asunto, no han dicho ni mú. Eso es lo grave.

Dejando a un lado la falta de oportunidad del vídeo del PP, que personalmente me parece ilustrativo pero difícilmente justificable desde el punto de vista legal (había formas más fáciles y seguras de hacer lo mismo, como por ejemplo tirar de notario para hacer eso mismo pero sin publicar imágenes), el tema no está en cómo han demostrado que casi nadie usa ese carril, sino en si lo han demostrado y la respuesta es obvia: sí.

Dos personas en quince horas, en un día soleado y sin que caiga una gota de agua, sin que tampoco haga un calor achicharrante… demuestran que con las mejores condiciones posibles la iniciativa es un rotundo fracaso a día de hoy.

Los peatones de paseo por el carril hacen ver el poco tránsito que tiene pero, lo que es peor, observar a las bicis circulando por la calzada o la acera revela que los ciclistas no se sienten seguros utilizando esa senda porque a cualquiera que lo haya usado (yo mismo pasé por allí un día para ver cómo iba la cosa) le da un pánico atroz que alguien abra la portezuela y te chafes contra ella. Y se lo dice quien cuando vio el diseño inicialmente lo aplaudió, ya que incluso colgué un artículo en este mismo blog alabando su formato... pero oigan, yo no me dedico a eso y quienes lo hicieron deberían saber que esos problemas existen.

Una de las soluciones aparentemente más sencillas es cambiar el sentido de los carriles, algo que ya he propuesto en otro artículo. Si el ciclista va en sentido contrario al del vehículo es más fácil ver y ser visto y evitar así no sólo accidentes sino esa sensación de que estás vendido en cualquier momento. Habría que ver si encaja con las normativas de tráfico pero entiendo que estos carriles pueden organizarse a gusto del consumidor.

En todo caso cualquiera que los haya probado y tenga un mínimo sentido crítico verá que hay muchas cosas absurdas: carriles que son de un sentido, de repente de dos, otra vez de uno, que aparecen y desaparecen de la nada… y que no van por las zonas razonables por donde sí harían servicio.

Un eje norte-sur, desde la Medusa hasta la Universidad atravesando Avenida de la Coruña, casco histórico (otro día hablaremos sobre ese tema, que tiene su enjundia), Ramón Ferreiro y Avenida de Madrid sí tendría sentido y sería una forma de vertebrar la comunicación ciclista en Lugo, entre otras cosas porque desde casi el final de la avenida de la Coruña hasta la Plaza del Rey la orografía ayuda muchísimo al uso de la bici porque es casi llano.

En todo caso, el vídeo demuestra lo mismo que parece de sentido común: la obra ha sido un absurdo. Justificar su falta de uso con el pueril argumento de que “no está terminada” es una bobada que sólo deja en evidencia a quien la sostenga.

Quizá publicar un vídeo sobre el asunto no haya sido acertado, pero cuando nos señalan la luna no es necesario fijarse solamente en el dedo, sino en lo importante: el carril bici, a día de hoy, es un rotundo fracaso que nos ha costado más de 1,5 millones de euros y aumentado los problemas de aparcamiento en varias zonas de la ciudad.

martes, 22 de febrero de 2022

Las islas de contenedores soterradas: un caro fracaso

Cuatro islas de contenedores que llevan incluso años sin uso y que han costado más que lo que se gastarán en dos años en embellecer los barrios de Lugo

No hace falta ser el Presidente de Cantabria, el perspicaz Revilla que tiene la “certeza” de que en el PP hay una lucha interna por el poder (¡un lince!, madre, ¡un lince!) para darse cuenta de que en Lugo tenemos un problema con las islas soterradas de contenedores, unos dispositivos que costaron una auténtica fortuna y que están fuera de uso en muchos puntos del casco histórico tal y como denunciamos ayer desde Lugo Monumental, la asociación que tengo el honor de presidir.

Al menos los de Plaza del Ferrol, Luis Peña Novo, Soledad, Juan Montes y Noreas están encintados, algunos desde hace años, sin que la administración local haga nada al respecto. Incluso alguno de los que funcionan, como es el caso de los de Quiroga Ballesteros, se han demostrado claramente insuficientes para las necesidades de la zona, lo que revela que se dimensionó mal y que no han solventado el problema de la acumulación de basura en vía pública.

Incluso donde no están cerrados se calculó mal la capacidad necesaria...

En Campo Castillo uno está fuera de uso y el resto han sido reparados, lo que demuestra que es posible hacerlo y que se trata de una cuestión de voluntad. También se arregló el de San Marcos, quizá porque está allí la Diputación y no les gustaba el panorama…

Hablamos de instalaciones muy costosas. En el año 2006 se instalaron cuatro de estas islas por importe de 274.047,02 €, tres de ellas en el casco histórico (San Marcos, Quiroga Ballesteros, Campo Castillo) y uno en María Balteira, lo que hace que la unidad se aproxime a los 70.000 euros, una inversión que habría sido razonable si el resultado hubiera sido adecuado, lo que no es el caso.

Si quieren hacer una comparación, el plan de embellecimiento de barrios presentado ayer por la Alcaldesa destina 260.000 euros (es decir, 14.000 menos que lo que costaron tan sólo cuatro de estas islas hoy abandonadas) en DOS años para arreglar barrios de toda la ciudad…

La habitual excusa de que todo lo de la limpieza esté manga por hombro es que el contrato con la empresa Urbaser venció en 2017. Ha venido prorrogándose desde aquel entonces y cinco años después se siguen dando pasos para poder poner en funcionamiento un nuevo contrato, pero mientras tanto el servicio se ha deteriorado a pasos agigantados como es evidente.

Contenedores rotos por todo Lugo que no se reponen e instalaciones fuera de uso como son estas islas, que costaron una auténtica fortuna, son señales de que no se están haciendo las cosas como deberían.

Eso sí, somos súper ecológicos porque nos gastamos más de un millón de euros en un edificio de madera de uso indeterminado…

Permítanme terminar dando las gracias al concejal Miguel Fernández, responsable del área de medio ambiente del Ayuntamiento de Lugo, por su extremada y habitual amabilidad (es, de largo, el más accesible y tratable de los concejales del Gobierno) y por haber dado una respuesta inmediata a lo planteado en esta petición, y estoy seguro que hará todo lo que pueda por solventarlo en el menor plazo posible.

lunes, 21 de febrero de 2022

Un detalle que chirría en una restauración de un millón de euros

 

La restauración de la Iglesia de San Pedro es, al menos en su parte exterior, magnífica. Falta poder acceder al recinto para ver qué han hecho dentro, aunque supongo que estará a la altura del resto del edificio y que no habrán cometido los mismos errores que hace unos años, cuando la reforma hizo más daño que bien y se usaron criterios ochenteros para intentar cubrir las muchas deficiencias que tenía.

Chirría un poco el tema de la torre, que ya estábamos acostumbrados a ver en piedra y que ahora se ha remozado y en la que se ven señales que parecen de humedades y que entiendo que esperarán a que luzca el sol en firme para encalar o rematar, porque si queda como está ahora el resultado es raro. Tampoco quedan demasiado bien las bajantes de aguas, que no sé si en negro resaltarían algo menos.

Pero si algo resulta chocante es que, una vez más, se incumpla el PEPRI y el monumento siga luciendo cables en su fachada lateral. Y no sólo unos que trepan por sus muros, que es algo que a lo mejor se podría disimular, sino otro que groseramente cruza de lado a lado de la calle con esa desidia que caracteriza a nuestra administración y que permite que las compañías eléctricas incumplan flagrantemente un documento con el que se atiza a todo pequeño propietario que pretende, ¡oh inconsciente de él!, dar una mano de pintura a su fachada o barnizar la puerta del portal.

Cuando uno pinta en casa es cuando hay que quitar esa alcayata de un cuadro que se retiró diez años antes o deshacerse de ese mueble desvencijado que nunca sabes dónde meter. Todo se nota más cuando se hace un esfuerzo en tener las cosas en orden, y un millón de euros de reforma de la Iglesia de San Pedro bien valen soterrar un cable que, además, está fuera de ordenación desde hace 25 años… suponiendo que sea el mismo, que es mucho suponer…



viernes, 18 de febrero de 2022

Un discapacitado no es subnormal ni minusválido

¡Cómo hemos cambiado! En este caso para bien

Olga Louzao ha llevado al Pleno del Ayuntamiento una protesta porque las ordenanzas municipales hablan de “minusválidos” lo que, a su juicio, demuestra que los concejales responsables de cada área ni se las han leído porque les debería chocar usar ese término a día de hoy. Personalmente pienso que no se las han leído porque eso da trabajo.

Aunque pueda parecer una cuestión menor cuando hablamos de los dineros municipales, la verdad es que la terminología sí es importante y a día de hoy que un texto legal nos venga con esas es llamativo.

Esto ha evolucionado mucho. Llamar a alguien “subnormal” a día de hoy es un insulto y una grosería. Hacerlo a una persona con una discapacidad es una crueldad intolerable… pero sólo desde hace unos años porque antes era lo más corriente y normal del mundo.

Hasta los años 80 era un término aceptable y aceptado incluso por quienes más trabajaban con discapacitados. Había asociaciones de subnormales y hasta un “Día del Subnormal” e incluso oficialmente existía el “Servicio Social de Asistencia a menores Subnormales”. Estoy totalmente seguro de que había muy buena gente que usaba ese término sin carga peyorativa pero el concepto era terrible: una persona con una discapacidad (“sub”) era menos que otra “normal”.

En los años 80 esa terminología se cambió por la de “minusvalía”. Se intentaba de esta forma camuflar un punto de vista análogo al anterior, ya que se estaba dando a entender que quien la tiene “vale menos” que quien no la tiene, lo que tampoco es aceptable.

Otro cambio conceptual y un esfuerzo de concienciación importante hizo que se optase por el término “discapacidad”, que es más realista y no tiene la carga negativa sobre la persona que tenían los otros términos. Un discapacitado es aquel que tiene carencias en una capacidad, lo cual, siendo picajosos, se nos puede aplicar a todos… pero probablemente exagerando las cosas, lo que ha llevado a hablar de “diversidad funcional” lo que, personalmente, me parece una idiotez.

Vamos a poner un ejemplo. Yo mismo siempre he sido un negado para los deportes y mi pericia se reducía a ser muy bueno jugando a las canicas (tengo un bote lleno que lo demuestra, ganadas en mis años mozos). ¿Me convierte eso en un discapacitado? Podría entenderse que sí, pero es coger el rábano por las hojas.

Como casi en cualquier cosa hablamos de capacidades “estándar”, y creo que aunque eso se puede criticar nos entendemos perfectamente. Si nos comparamos con Paul Gasol casi todos somos bajitos y si es con Alonso todos conducimos despacio. Si el contraste es con Stephen Hawking el ejemplo es perfecto ya que su altura intelectual era inigualable pero su cuerpo no le acompañaba. ¿Eso hace que llamar a Hawking “discapacitado” sea peyorativo o insultante? Evidentemente no, pero también es un poco ridículo hablar de “capacidades diferentes” porque cada persona es un mundo y extendiendo el término pierde toda su validez.

El ejemplo más popular de que una discapacidad no es una "minus valía"

Por lo tanto y lejos de exageraciones, insultos o marginaciones parece que el término “discapacidad” es lógico y aceptado por todas las partes por lo que es el más usado habitualmente. Esperemos que el Gobierno Local sea sensible a este cambio que, aunque anecdótico a fin de cuentas en lo que se refiere al fondo del asunto, es importante.

jueves, 17 de febrero de 2022

Citas telefónicas en urbanismo de Lugo

¿Cita presencial o telefónica para consultas urbanísticas? - Foto: La Voz de Galicia

Lo que son las casualidades. Es la primera vez en mi vida que hago una consulta a Urbanismo del Ayuntamiento de Lugo y ha coincidido con la polémica por el vídeo que el PP publicó en que se ve a un arquitecto, a quien casi todos conocemos, pidiendo por teléfono una cita presencial que se le denegó, ya que se hacen únicamente consultas telefónicas (al menos de entrada).

El problema viene de que el Gobierno local decía que se estaban dando citas presenciales y la grabación desmiente ese extremo, o al menos desmiente que esa posibilidad exista de entrada. Aparentemente lo que se hace es dar a todo el mundo una primera cita por teléfono y, si así no se resuelve el asunto, dar otra presencial. No es mal sistema, pero se retrasa todo mucho.

Sobre la grabación, les diré que no me parece correcta la forma de demostrar la realidad, ya que incluso distorsionando la voz del funcionario que atendió el teléfono es posible saber quién es y, aunque hizo su trabajo y cumplió a rajatabla las instrucciones dadas, no es plato de gusto para nadie verse en esas. Había más formas de hacer lo mismo. Por ejemplo haciendo la llamada con un notario delante y transcribiendo la conversación a texto, que ahí nadie podría saber más, o incluso haciendo una “dramatización” para salvaguardar la identidad de los comunicantes.

En todo caso el medio para demostrar el hecho es lo de menos y sólo es un matiz. Lo preocupante es el fondo del asunto: ¿se dan citas presenciales en el Ayuntamiento o no? ¿Es posible que te atiendan en persona o te tienes que conformar con una conversación telefónica?

Como les decía al inicio quiere la casualidad que yo mismo haya pasado por eso y les puedo contar mi experiencia personal. Presenté el papel en Urbanismo hace un par de semanas aproximadamente y me llamaron para citarme para el jueves 17 de febrero, pero la persona con la que tenía que hablar me llamó ayer 16 y me explicó que le había surgido un inconveniente que le impedía cumplir con esa previsión y me ofreció reprogramar la cita para otro día o atenderme ayer mismo. Opté por lo segundo y con una exquisita amabilidad, un conocimiento enciclopédico del Plan General e incluso con gran simpatía (en el pleno sentido del término) me resolvió mis dudas en un santiamén.

Evidentemente mis dudas eran sencillas, porque yo no soy técnico y no se trataba de nada que requiera aportar planos o algo por el estilo, pero tengo que decir que me sorprendió mucho la pericia de la persona que me atendió, ya que localizó en un periquete mi edificio tanto en fotografías como en los planos del Plan General y resolvió mis preguntas sin aparente esfuerzo.

Sólo hubo una cosa en que tuvo menos clara la respuesta, pero consultó con un compañero que tenía allí cerca (alguien a quien todos conocemos y que es una auténtica autoridad en el urbanismo lucense) que le respondió al momento y dejó el tema zanjado.

No me entiendan mal, tengo claro que no siempre las dudas se pueden resolver telefónicamente, pero no veo mal en absoluto que la primera consulta sea por ese medio y que, si así no se puede responder a las consultas, se cite a la persona presencialmente. Es algo más cómodo y más sencillo para todos, pero no está siendo más rápido y ahí es donde creo que falla el sistema actual.

Evidentemente la cita telefónica es algo que permite agilizar pero si tardan dos semanas en llamarte desde la consulta es que algo está fallando. No sé cuántas solicitudes reciben para este tipo de trámites, pero es complicado entender que tenga que pasar medio mes para hacer esa llamada y, si la cosa es compleja, no sé cuánto más para que te atiendan en persona. Ahí está posiblemente el problema.

Si la consulta se resolviera en el momento o, como mucho, te llamasen en uno o dos días el sistema sería perfecto, porque sería un filtro para evitar citas innecesarias, pero no es el caso y en Lugo ya bastante se retrasa el urbanismo como para andar dando vueltas esperando tanto para una cita telefónica como paso previo necesario para una presencial.

Resuelvan ese punto y ya está.

miércoles, 16 de febrero de 2022

¡Aún dicen que el pescado es caro!

¡Aún dicen que el pescado es caro! - Joaquín Sorolla (1894)

Hace más de 125 años Sorolla presentó un cuadro llamado ¡Aún dicen que el pescado es caro! A pesar de que la pintura no es mi arte favorito, esa imagen caló desde siempre en mi mente y cuando oigo hablar de pesca se me viene a la cabeza por la carga realista que tiene detrás.

Ante una tragedia como la de ayer, que sacude a Galicia, la importancia de todo lo demás palidece. El hundimiento del pesquero Villa de Pitanxo, con base en Marín, en aguas de Terranova arroja por el momento un balance de 10 muertos y 11 desaparecidos. El optimismo es difícil en esas aguas respecto a los pescadores de los que aún no sabemos nada, ojalá tengan suerte.

Un barco diseñado para faenar en las peores condiciones, de una antigüedad relativamente corta (fue construido en 2004) y con una tripulación bajo el mando de un patrón experimentado y que conoce esas aguas perfectamente. Con esos antecedentes no era fácil presagiar que esto acabaría así, pero el mar es el mar y olas de cinco metros y un temporal terrible hacen que casi cualquier construcción humana quede en nada frente a esa fuerza.

Galicia está desmantelando su flota pesquera. En parte porque cada vez es más difícil faenar sin tener grandes problemas, pero también porque no es sencillo encontrar gente que quiera dedicarse al durísimo y arriesgado trabajo que supone la pesca de altura. Y a la vista de estos sucesos es normal que sea un último recurso.

Una vez más hemos de recordar el mérito de los pescadores, su esfuerzo, casi podríamos decir que su heroísmo, y cada vez que vayamos a la Plaza de Abastos y veamos que el pescado tiene un precio debemos tener presente lo que hay detrás.



martes, 15 de febrero de 2022

Negra Sombra: letra de Rosalía de Castro, música de Juan Montes

Luz Casal cantó Negra Sombra en los Goya. Letra de Rosalía de Castro, música de Juan Montes

Lugo ha sido cuna de uno de los más grandes compositores españoles de todos los tiempos, Juan Montes, que si hubiera nacido en Coruña o Barcelona saldría en sellos de Correos y sería conocido por todas partes. Pero nació en esta ciudad tantas veces acomplejada y en ocasiones incluso caníbal que parece mirar con recelo a quien destaca por lo que sea.

Rosalía de Castro es un icono de la cultura gallega, nadie puede ponerlo en duda, pero es curioso que a su nombre como autora de la letra no le acompañe casi nunca el del compositor de una música que pone los pelos como escarpias. Es algo que normalmente no sucede en otros casos ya que todos conocemos a Verdi como autor de La Traviata o a Mozart como el compositor de La Flauta Mágica pero casi nadie sabe quién escribió los textos.

La música tiene una capacidad de transmisión que, en mi opinión, supera ampliamente a la de la palabra escrita. Un texto puede emocionarte, sin duda alguna, pero lo que te lleva a otra esfera es la música, es la que te hace vibrar y cerrar los ojos.

La última vez que escuché Negra Sombra en directo fue en la capilla del cementerio de San Froilán en un concierto que nuestra grandísima Noemi Mazoy dio en conmemoración de los difuntos de esta ciudad, a pocos metros de la lápida bajo la que reposa el mismísimo Juan Montes.

Hace algunos meses se trasladó el busto de Juan Montes, que estaba en la calle San Roque, a la Plaza de España, al lugar de honor que le corresponde. Ojalá eso se convierta en el primer paso de la reivindicación de una figura musical que, no está olvidada, pero sí un poco dejada de lado en la ciudad en la que no sólo nació sino que hizo toda su vida.

Noemi cantó también Negra Sombra en San Froilán de 2017 e hizo llorar a todo el público.
Foto: La Voz de Galicia




lunes, 14 de febrero de 2022

Una mano tendida


NOTA: El siguiente artículo lo publiqué en La Voz de Galicia del domingo firmándolo como Presidente de la Asociación Lugo Monumental tras la victoria judicial por la que el TSXG anuló la ordenanza que gravaba las terrazas de forma abusiva. Aunque, como siempre les indico, este blog es mío y no de ninguna entidad a la que pertenezca, también es cierto que lo uso de "archivo" y tiene lógica que incluya estos artículos, pero tómenselo como lo que es. ¡Gracias!


Lugo Monumental siempre se ha caracterizado por ser una asociación independiente,  reivindicativa y plural, pero si algo nos define es ser una entidad constructiva. Cada vez que hemos criticado o denunciado algo hemos argumentado nuestra postura y propuesto alternativas con lealtad y transparencia. 

Tras la anulación por el TSXG de la ordenanza que regula las tasas de ocupación de vía pública (se anula un sólo artículo, pero sin él la ordenanza no se puede aplicar porque es su piedra angular) a raíz de la demanda presentada por Lugo Monumental, nuestra primera acción fue tender la mano al Gobierno Local para colaborar en la redacción de una nueva normativa que resulte aceptable para todos.

No es normal que en Lugo se exigiera pagar por las terrazas el doble que en Coruña o Santiago y casi 10 veces más que en Vigo, ni que tras la terrible crisis que sufrió el sector se multiplicase el coste hasta por seis veces en algunos casos, y eso es lo que se ha evitado.

Este momento es el de la generosidad, de la negociación, del compromiso, y confiamos en que la administración estará a la altura.

No puedo terminar este breve escrito sin dar las gracias a los hosteleros que nos han apoyado, pero sobre todo a aquellos comerciantes de otros sectores que, en un momento de crisis generalizado, mostraron su solidaridad con los compañeros y aportaron su generosa colaboración para afrontar los gastos de la demanda. No puedo estar más orgulloso de todos ellos. También he de destacar el impecable trabajo de Lucus Lex, el despacho que llevó la demanda y logró esta victoria.

Por último, quisiera animar a los locales del casco histórico del recinto amurallado a asociarse a Lugo Monumental, una entidad modesta pero luchadora y que vela por sus intereses al margen de cualquier otra consideración.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 13 de Febrero de 2021

viernes, 11 de febrero de 2022

El certificado de la marmota

El récord de contagios se alcanzó con el certificado en vigor... lo que da una idea aproximada del éxito de la medida para evitarlos.


El Presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció que por fin la hostelería vuelve a sus horarios normales desde mañana mismo, los que vienen en sus licencias. También contó que la Xunta ampliaría la solicitud del pasaporte Covid un par de semanas más.

La realidad empírica nos dice que el Pasaporte no ha servido absolutamente para nada en lo relativo a evitar contagios y la prueba irrefutable es que el mayor nivel de contagios desde que empezó la pandemia tuvo lugar mientras era obligatoria la mascarilla. No sé qué más pruebas necesitan.

Ya se ha reconocido más o menos públicamente (lo dicen con la boca pequeña) que el certificado es una herramienta para animar a la vacunación. Pues vale, aceptamos pulpo como animal de compañía (aunque para eso podrían haber sorteado móviles entre los vacunados) pero lo que no tiene lógica ninguna es que, si ese es el caso, la responsabilidad sobre la comprobación y las sanciones sean para el hostelero y no para el usuario como ya hemos hablado alguna vez.

Lo lógico, entiendo yo, es que fuera una responsabilidad de cada cual y que si uno entra en un local sin el certificado y lo pillan las autoridades (policía, inspección de sanidad…) le sancionen, pero el del bar bastante tiene con lo suyo para ponerse a mirar los papelitos de la gente.

A mayores de eso, la prórroga que se pide de esa medida en concreto me parece una pura cuestión de cabezonería. No está avalada por las pruebas ni por el sentido común, y parece más un tema de “sostenella y no enmendalla” que de otra cosa, lo que no tiene la menor lógica sobre todo en este momento en que se alivian las restricciones.

Quizás habría que plantearse tomar otro tipo de medidas legales, las que ya tumbaron el certificado en verano, aunque por dos semanas que quedan dudo que nadie se quiera meter en ese fregado otra vez.


jueves, 10 de febrero de 2022

Los bancos sin bancos

Las oficinas bancarias son cada vez más frías y poco acogedoras. Supongo que intencionadamente.


A veces el sentido del humor nos juega malas pasadas, sobre todo si lo ejercemos en momentos poco oportunos. Hace un par de días tuve que ir a la oficina de San Marcos del Banco Santander, y mientras esperaba (bastante) a que me atendieran en una oficina casi desierta, me hacía compañía una señora mayor que también estaba allí para sus gestiones.

Ella iba delante de mí así que la atendieron en primer lugar. Cuando terminó de hacer sus trámites le dijo al cajero algo que no escuché y éste le contestó amablemente que era mejor que se lo plantease a un directivo de la oficina que estaba por allí. La señora reiteró su petición y ahí sí que la escuché. Con toda cortesía le dijo al directivo algo como “deberían poner aquí algunos asientos o bancos para que la gente mayor nos podamos sentar mientras esperamos a que nos atiendan”.

Una petición razonable, lógica y coherente. La respuesta fue tomársela a pitorreo. “No se preocupe, que le deja Fulanito su silla y así no se cansa”. La señora se quedó igual de pegada que los demás y le dijo “mire, que es en serio”, “Sí, sí, y lo que le digo yo también, venga Fulanito, levántate y deja sentar a la señora. Jajaja...”.

Dejando a un lado, si es que es posible, la grosera contestación y la humillante respuesta a una petición más que lógica, sí es cierto que las oficinas bancarias cada vez se parecen más a supermercados donde lo que importa es que la gente circule a toda prisa y no que se sientan mínimamente cómodos.

No digo que los bancos tengan que seguir con muebles torneados de madera y sofás de cuero (aunque la verdad es que tenían un encanto kitsch que se ha perdido) pero de ahí lo de ahora, en que no sabes si vas a ingresar un cheque o a que te hagan un empaste, media un abismo.

Poner máquinas automáticas para que den los turnos (algo que no es tan sencillo para todo el mundo porque te preguntan cuarenta cosas y te tienen ahí dando a botones como si no hubiera un mañana) también hace que se asemeje más a la pescadería del Gadis que a una entidad bancaria, pero lo de no tener dónde esperar sentado, sobre todo cuando cada vez tardan más en atenderte porque del escasísimo personal sólo una fracción está para dignarse hablar con el público. Nunca entenderé por qué no ponen a esa gente a trabajar donde no se les vea, porque es bastante molesto tenerlos allí y que te ignoren olímpicamente.

En fin, que entiendo que el señor directivo de la oficina bancaria pensó que hacía una broma sin importancia, y quizá tuviera razón, pero ni a la señora ni a los demás nos sentó bien sobre todo en un momento en que está sobre la mesa el debate de cómo se trata a la gente mayor en los bancos.

miércoles, 9 de febrero de 2022

Cristos con pistolas

Foto de antes (de El Progreso) y después (propia)

Como siempre les menciono cuando escribo sobre estas cosas, hay gustos para todo. Eso quiere decir que, por definición, si bien todos somos subjetivos en nuestras opiniones en cuestiones de estética son aún más dispares los puntos de vista de cada cual. Por ejemplo, a mí las farolas que han puesto junto al MIHL me parecen un atentado contra el buen gusto y la estética del edificio.

El rimbombantemente llamado Museo Interactivo de Historia de Lugo es un cascarón prácticamente vacío salvo cuatro cosillas que ni de lejos justifican la disparatada inversión y que no ha servido para traer esas mareas de turistas que siempre nos anuncian cada vez que meten nuestros cuartos en una de estas ocurrencias. Sólo ha servido, hasta el momento, para gastar mucho dinero público y como fondo para que unas cuantas empresas de coches hagan fotos allí, lo que, como todos imaginarán, es el mayor objetivo al que un gobierno que se dice de izquierdas aspira. La realidad es tozuda y confirma día a día que este tipo de instalaciones, en una ciudad de las características y el tamaño de Lugo, sólo funciona en una ubicación céntrica.

De las bombas de drenado de aguas que siempre se dice que hay funcionando continuamente en el supuesto museo para que no se convierta en una piscina ultramoderna ya ni hablamos. No sé si es una leyenda urbana o son ciertas, aunque les puedo contar que cuando estaban construyendo el edificio central pasé por allí al lado con mi abuela, y cuando vio que era subterráneo su análisis geológico y urbanístico fue demoledor: “¡pero si ahí hay agua!”. Como cuando les decían a los de Fomento que la A8 no podía ir por O Fiouco porque había nieblas densas días sí y día también.

Pero me estoy desviando del tema, que es el de las farolas. Últimamente les presto más atención y cuando el otro día publiqué el artículo de las farola-abrelatas de Quiroga Ballesteros un lector llamó mi atención sobre las del MIHL. Pues tiene razón, oiga, son otro disparate.

Quiero pensar que no van a mantener esos mástiles blancos que le quedan al entorno como las consabidas pistolas al Cristo de turno, pero aunque las pinten el resultado no va a ser fácil que encaje con el entorno, de la misma manera que las ultramodernas cosas triangulares que metieron junto a la Iglesia de San Pedro hacen cualquier cosa menos mejorar el conjunto.

Frente a un edificio moderno meten farolas con aspecto que imita a las clásicas y frente a una iglesia del siglo XIV unos abrelatas que dan una luz absurda para ese edificio… Pues lo que les decía, es cuestión de gustos, y con el mío no coinciden para nada. 



Aquí la foto más grande de las nuevas farolas frente al MIHL. Opinen ustedes... He intentado que la foto sea bonita para que no me digan que lo pongo feo a propósito pero... no hay manera.






martes, 8 de febrero de 2022

Dios sigue estando en los detalles

Es increíble lo que hace una manita de barniz. Parece que hayan cambiado el banco, y no.

Siempre he escuchado que la labor municipal se centra en el banco y la farola, y aunque es una simplificación de la realidad, parece que la frase no anda desencaminada.

Estos días el Ayuntamiento de Lugo está reparando los bancos de algunas zonas de la ciudad y es increíble lo que hace una mano de barniz (o lo que sea) en el mobiliario urbano. Las fotos que encabezan este artículo tienen un día de diferencia y, a pesar de que cuando el banco estaba más deteriorado hacía sol y en la otra el día estaba gris, luce muchísimo mejor la segunda que la primera y, lo que es más importante, uno se puede sentar sin preocuparse de cargarse el abrigo.

Junto a las farolas y las papeleras los bancos son el mobiliario urbano más importante ya que las primeras nos dan seguridad, las segundas colaboran en la limpieza y los terceros permiten que cualquier viandante descanse, lo que a todos nos viene bien de vez en cuando. Mantener en perfectas condiciones estas tres instalaciones debería ser el primer mandamiento de cualquier administración local y me alegra enormemente ver que en Lugo últimamente se está haciendo esto muy bien.

El mantenimiento imagino que no supone una gran inversión, aunque sí veo que han cambiado de sistema. El año pasado los pintaban con una pistola y este año a brocha lo que, sin duda alguna, lleva más tiempo y necesita más personal pero imagino que si han cambiado de táctica es por algo. En todo caso han quedado muy bien.

Felicidades al Ayuntamiento por estas tareas que a veces pasan desapercibidas o parece que son poco aplaudidas pero que les garantizo que llaman mucho la atención a los usuarios.

lunes, 7 de febrero de 2022

Los huertos urbanos... de la familia Addams

 

Huerto, lo que se dice huerto...

Nunca he visto muy claro el tema de los huertos urbanos en Lugo. Ya sé que son populares y que a la gente le hace gracia tener un terrenito en que plantar unas lechugas, tomates y calabacines, pero si les digo la verdad en una ciudad como la nuestra, rodeada de campo por todas partes a unos minutos en coche o incluso en bus urbano, me cuesta mucho entender la lógica de gastarse una cantidad indecente de dinero en eso.

Como muestra del dineral gastado, en los presupuestos de 2021 había consignados nada menos que 790.000 euros del ala para que nuestros convecinos puedan dar rienda suelta a su vena agricultora. Sinceramente se me ocurren formas mejores de gastar esa pasta.

Pero si además el dinero empleado en hacer parcelitas hay que reinvertirlo cada pocos años, la cosa empeora. Ayer domingo, paseando por el parque de Paradai vi los flamantes huertos urbanos que hay allí (titularidad de la Diputación, según creo) y la verdad es que el aspecto no podía ser más lamentable.

Bien es cierto que estamos en pleno invierno y que en esta época no hay tomates ni pimientos, y que toca hacer un mantenimiento básico… pero es que ni eso se hace. La visión es desoladora y no tengo muy claro si como ciudad es una inversión que realmente merezca la pena. Juzguen ustedes mismos.


Si no fuera por la forma de la valla y los depósitos para el compost, ¿sabrían ustedes qué lado de la foto es "huerto urbano" y cuál simple parque?


viernes, 4 de febrero de 2022

Dios está en los detalles

La iglesia ha quedado preciosa. Las farolas... bueno, eso no tanto...

 

Por fin retiraron el vallado de la iglesia de San Pedro y ha quedado preciosa… salvo por las horrendas farolas que le han puesto delante y que no caben en cabeza humana. Contra todo cuanto criterio se emplea hoy día en los temas de iluminación y de respeto a los monumentos (la idea básica es sencilla: no le metas nada delante) una vez más nuestra santa casa consistorial ha decidido que aquí vamos por libre y que si no gusta ya se cambiará, que total pagamos todos.

Sobre gustos no hay nada escrito, y como sabemos todos, cada cual tiene el suyo. Sin duda alguna el de nuestro Ayuntamiento, sus técnicos, sus concejales de gobierno y todo aquel que haya tenido algo que ver en elegir las farolas (por llamarles algo) de Quiroga Ballesteros no coincide en absoluto con el mío. De hecho, ni siquiera cumplen demasiado bien su función ya que iluminan una tira estrechita a lo largo y ya. Me gustaría ver para qué sirven si apagas todo lo demás.

Pero además es que son horrendas. Esa especie de abrelatas que han metido en una calle que lo tenía todo para convertirse en una de las mejores del casco histórico, no dejan de ser el remate perfecto para una cagada monumental.

Está más bonita que antes”… ¡nos ha jodido! (perdonen la vulgaridad), es que sólo faltaba que estuviera peor. La comparación no hay que hacerla con cómo estaba sino con cómo podría estar. Una calle céntrica, amplia, cómoda, con edificios racionalistas que en algún caso son de los más hermosos de la ciudad… y nos han puesto “eso”: una plaza fría, dura, con dos miserables árboles en todo su trazado, cuatro bancos mal puestos sin respaldo y con el asiento de piedra para congelarse el culo (hoy estoy algo vulgar, por lo que veo) y unos minúsculos jardincillos absurdos cuya única función parece ser evitar que la gente se proteja de la lluvia bajo el voladizo de la Plaza…

Ejemplo de un templo iluminado como Dios manda (perdonen el chascarrillo, no lo he podido evitar)
NO es la iglesia de San Pedro y NO es Lugo, por supuesto...

Pero volviendo al inicio, que es lo que me impulsó a escribir hoy sobre esto, si en algún sitio concreto las farolas abrelatas quedan particularmente mal es justo frente a los ábsides góticos de la preciosa Iglesia de San Pedro. Es como el consabido cristo con pistolas, y aún no me ha coincidido pasar de noche, pero el espectáculo promete ser, una vez más, deprimente.

Y así se hacen las cosas en la ciudad en que uno nunca se aburre.


jueves, 3 de febrero de 2022

¿Habría sido mejor subvencionar 7.500 bicicletas a los lucenses?

A la izquierda el proyecto de carril bici (es una infografía, quizá por eso salen ciclistas usándolo). A la derecha un grupo de usuarios (la foto no es de Lugo)

Aunque debo ser de las pocas personas que vio positivo el diseño del carril bici en la ronda del Carmen, con su extraño diseño dejando el carril entre los coches aparcados y la acera, sí es cierto que eso no implica que esté de acuerdo con dónde se ha llevado a cabo la obra, y ni siquiera con su propia existencia.

Además, una vez lo he probado, he de decirles que le veo un error de bulto en el diseño ya que en mi opinión lo lógico sería que la marcha fuera la contraria a la de los vehículos. El motivo es que cuando vas en la bici tan pegado a los coches te aterroriza la idea de que alguien abra la puerta de uno para bajarse y te lo comas. Eso se solventaría con facilidad si fueras en sentido contrario, ya que es más fácil ver al usuario y que éste te vea. 

Pero al margen de esas cuestiones, es llamativo que justo cuando se reduce la velocidad del tráfico a 30 km/h, con lo que casi cualquier ciclista puede ir a la velocidad máxima permitida, se metan a este berenjenal. Lo suyo sería hacer de toda la ciudad carriles de convivencia de tráfico y que vayan patinetes, bicis, buses y automóviles respetando esas limitaciones y no tendría que haber problema alguno.

El recorrido elegido tampoco parece muy lógico. Aseguraban que se diseñó pensando en criterios como la “rectitud”, que no es la virtud católica, sino que es entendida como la conexión en distancia y tiempo y evitar las pendientes, algo que como todo el mundo sabe no existe en la calle Santiago ni en la Volta da Viña. También aseguran que se tenía en cuenta la cohesión, lo que hace preguntarse qué ventaja tiene conectar Fonte dos Ranchos con la calle Santiago, pero no ejecutar la obra en la Avenida de la Coruña o Ramón Ferreiro. El criterio del “confort” no sé a qué se refiere si les digo la verdad, y el del “atractivo de la ruta” ya ni les cuento. Eso fue lo que anunciaron, aunque se ve que mucho no lo siguieron.

Gastarse 1,2 millones de euros en carriles bici es uno de esos dispendios que cuesta trabajo comprender. Ese mismo dinero se podría invertir en dotar a la ciudad de aparcamientos para bicis e incluso subvencionar su compra. Para que se hagan a la idea, si tomamos el precio medio de las bicicletas para el año 2020, con 1,2 millones se podría subvencionar el 50% de la compra de más de 8.000 bicicletas urbanas, 14.200 infantiles o 900 eléctricas. Eso sí ayudaría a que la gente las use.

Coste medio de las bicicletas vendidas en España en el año 2020

Supongan una línea de ayudas que subvencionase el 50% del coste de las bicicletas urbanas o infantiles o el 20% de las eléctricas (aquí se daría menos porcentaje porque son más caras). Podríamos favorecer la compra simultánea de, por ejemplo, 5.773 bicicletas urbanas, 1.420 infantiles y 453 eléctricas, un total de 7.646 unidades. Casi 8.000 lucenses se podrían pasar a la bici para hacer sus desplazamientos y no sólo esos 1,2 millones de euros revertirían en los ciudadanos directamente, sino que nos ahorraríamos los grandísimos costes de mantenimiento y los problemas de aparcamiento creados con el famoso carril-bici.

Se preguntarán ustedes: “pero si aumentas el parque de bicis en más de 7.500, ¿entonces no sería justo cuando es necesario el carril-bici?” Pues yo creo que no. Con la velocidad máxima fijada a 30, como les dije antes, nada impide que todo el mundo pueda ir por la calzada con normalidad y sería cosa de acostumbrarse. Eso sí sería una revolución.

Si yo fuera la oposición me llevaría una silla y una cámara y me sentaría a registrar cuántos usuarios tiene cada uno de los carriles en un día normal, porque francamente, dudo que haya mucha gente que vaya por la Ronda del Carmen en bici.

miércoles, 2 de febrero de 2022

El negocio de la participación en Lugo

Espera a que sepan lo que cobra la empresa que monta el chiringuito... y a ver si saltan tan contentos

El Ayuntamiento busca la participación de los jóvenes en el diseño de la ciudad del futuro. Es una idea fantástica, preciosa y que ayudará mucho a que la sangre nueva se implique en la vida social, política y administrativa de nuestro Lugo.

De hecho, si son espabilados aprenderán muchísimo de cómo funcionan las cosas. Para ejemplo un botón: los jóvenes participantes no verán un euro, y si entran en el rimbombante “Consello da mocidade” lo harán de forma altruista. Nada que objetar, ya que la participación ciudadana no debe ser necesariamente a sueldo.

Pero sí que hay dinero de por medio, vaya si lo hay. Quien monta el chiringuito no es el Ayuntamiento, que es el pagano, sino una empresa que sí cobrará, y conociendo a la casa, no será poco. ¿Cuánto? No tenemos ni idea porque la plataforma de contratos aún no recoge nada de esto, al menos con ese nombre, y de hacerse mediante un contrato menor no salen en esa plataforma (al menos yo no he sido capaz de encontrarlos). En la web municipal sólo están colgados hasta junio de 2021, con ese oscurantismo ilegal que viola la ley de transparencia y los principios más elementales del sentido común.

Así que los jóvenes participantes ya pueden ir tomando nota de cómo funciona el asunto: como todo en este Ayuntamiento que se dice de izquierdas, de progreso y de vocación de servicio público, se privatiza hasta una iniciativa como la que nos ocupa y en que ellos, a quienes se piden las ideas y el esfuerzo, no percibirán un céntimo ya que el presupuesto se irá a intermediarios que harán las funciones que el concejal de turno o no sabe hacer o está muy atareado para llevar a cabo bailando en fiestas y tomando cafés.

Veremos también si el Consello se llega a constituir o es sólo propaganda, algo que ya ha pasado en varias ocasiones. Por ejemplo, la Comisión de Plazas y Mercados creada en 2011 y que se debería reunir anualmente jamás se ha convocado a pesar de las reiteradas solicitudes por parte de los interesados… Es papel mojado de la peor clase, ya que crea expectativas de participación que quedan en nada.

Sí, sin duda la juventud puede aprender mucho de esto.

NOTA: Leo en redes sociales que Guille Tort, el autor de la tan aplaudida y difundida presentación para la trasera de San Fernando (pueden verla aquí), es el ejemplo de cómo puede salir el tiro por la culata y que una iniciativa en favor de la participación haga que dejen de participar. Ha publicado lo siguiente en la línea que escribo en este artículo (me tomo la libertad de reproducirlo, confío en que al haberlo publicado en una red social no le parezca mal):

El tiro por la culata, oleo sobre lienzo


martes, 1 de febrero de 2022

Sobre la (no tan fácil) adjudicación de la cafetería de la vieja cárcel

La cafetería de la Vieja Cárcel, una buena oportunidad de negocio... ¿o quizá no tanto?

Aunque les contaba el otro día que tenía confianza en que por fin se adjudicase la cafetería de la vieja cárcel hoy, tras leer el pliego de condiciones, ya tengo dudas sobre que se pueda lograr porque hay cláusulas que podríamos entender como abusivas y que el concesionario no sé si podrá o querrá asumir.

Empecemos por lo positivo: Las magníficas vistas y que no se les obliga a hacer ningún tipo de menú ni se meten en la carta e incluso se renuncia a fijar precios máximos por lo que nada impide que cobren cuatro euros por tomar un café en la terraza, algo sorprendente en un gobierno que se dice de izquierdas y que, paradójicamente, abre la mano a crear en este lugar un espacio exclusivo pagado por todos.

Los problemas vienen a la hora de meterse en faena:

  1. No hay salida de humos, que ha de ejecutar el empresario por su cuenta. Tampoco hay instalación de gas, que también debe pagar quien asuma la cafetería, con el consiguiente proyecto y responsabilidades. También deberá firmar un contrato de mantenimiento de la climatización del local.

  2. Tampoco tiene maquinaria, que en el caso de la hostelería es particularmente cara. Las neveras, cocinas, fregadero, lavavajillas y demás no están instalados y no sólo los tiene que poner, sino que cuando termine el contrato quedarán en el local en favor del Ayuntamiento, con lo que supone un evidente encarecimiento del contrato. Se especifica, además, que NO se admite que la maquinaria tenga ningún tipo de publicidad, así que olvídense de las neveras de refrescos o los congeladores de helados puestos por las marcas.

  3. Por supuesto ha de poner también toda la vajilla, cristalería, cubertería… y también revertirá al Ayuntamiento ese material.

  4. Para ejecutar todo lo anterior (es decir, para instalar el gas, la salida de humos y comprar y colocar toda la maquinaria y menaje) se concede tan solo el plazo de un mes desde la firma del contrato, lo que salvo que uno sepa con algo de antelación que le van a adjudicar la concesión es un tiempo tirando a escaso. También van a su costa los gastos de agua, saneamiento y luz, lo que es de puro sentido común, pero es un punto en el que hay confusión porque se habló en su día de que algunas de esas cosas correrían a cargo de la administración (eso decían en 2018). De hecho se decía que luz y calefacción serían a cargo del Ayuntamiento y que el concesionario sólo pagaría el agua. Pues no, han encarecido el contrato notablemente.

  5. La documentación incluye un dossier fotográfico muy bonito (parece un anuncio de una inmobiliaria) pero ni una sola imagen que interese a un profesional para conocer dónde instalará su maquinaria: ni la primera foto de la cocina o el interior de la barra.

  6. No especifican los permisos que habrá para poner paraguas, toldos o elementos que protejan del sol, ya que es más que previsible que en verano esa hermosa cristalera se convierta en un horno por muy climatizado que esté. Y ya nos conocemos, que les gusta mucho imponer sus criterios estéticos en las terrazas así que aquí, que el edificio es público, ni les cuento lo que se les puede pedir después.

Si todo lo dicho hasta ahora hace que sea complicado que aparezcan interesados, hay un punto que es todavía peor y que, en mi modesta opinión, es de dudosa legalidad. Se indica que el mobiliario que aporta el Ayuntamiento (mesas y sillas para los clientes) debe ser devuelto “en las mismas condiciones en que fue recibido”, con lo que no se contempla el desgaste por su normal uso y esto obligará, dependiendo de lo bien que les caiga el concesionario, a reponer todo el material, lo que es una pasta porque como lo han pagado con dinero público se han ido a cosas que no son precisamente baratas.

La cuestión de la renta o canon a pagar es otro tema que chirría. En 2018 salió a concurso con un importe de 1.200 euros, que ahora sube a 1.380 euros al mes (están los tiempos para andar subiendo los costes), y la cifra sale de que el precio del metro cuadrado de la calle en primera categoría está fijado en 84.25 euros. Me pregunto de dónde salió entonces la cifra de 2018 y el motivo de la subida de dicho precio.

El problema es que hay una sentencia que ya advirtió al Ayuntamiento de que ese precio no puede ser por el alquiler, sino que es el de la propiedad del suelo según las propias cuentas municipales, y eso es un 1% del precio de la propiedad. La misma sentencia, que anuló la ordenanza por la que se cobraba la tasa de terrazas hace unos años, se podría aplicar a este espacio así que vuelven a caer en el error de confundir el precio de la propiedad con el del alquiler, lo que abre la puerta a más que obvias reclamaciones.

Por si esto fuera poco, no hay ninguna mención a que se exima o siquiera se reduzca el pago del canon al concesionario en caso de cierres por fuerza mayor, algo que hoy día incluyen casi todos los contratos (exoneraciones o reducciones de renta) desde que en marzo de 2020 la pandemia obligó a echar el cierre a casi todos los negocios de este país. Pues ni mención ni intención.

En definitiva, es un contrato que probablemente podría sonar bien pero que, a la vista de la redacción del pliego, tengo mis dudas de que pueda firmar una entidad con ánimo de lucro salvo que, como ha ocurrido en más ocasiones, sea un concesionario “amigo” al que no se obligue a cumplir todas las condiciones y sólo estén ahí para disuadir a la competencia.