El carril de la discordia. Foto: La Voz de Galicia |
La respuesta del Gobierno es divertida y acertada desde el
punto de vista político, pero como responsables del gasto de más de 1,5
millones de euros en una infraestructura que no usa ni el tato, es decir, del fondo
del asunto, no han dicho ni mú. Eso es lo grave.
Dejando a un lado la falta de oportunidad del vídeo del PP,
que personalmente me parece ilustrativo pero difícilmente justificable desde el
punto de vista legal (había formas más fáciles y seguras de hacer lo mismo,
como por ejemplo tirar de notario para hacer eso mismo pero sin publicar
imágenes), el tema no está en cómo han demostrado que casi nadie usa ese carril,
sino en si lo han demostrado y la respuesta es obvia: sí.
Dos personas en quince horas, en un día soleado y sin que
caiga una gota de agua, sin que tampoco haga un calor achicharrante… demuestran
que con las mejores condiciones posibles la iniciativa es un rotundo fracaso a
día de hoy.
Los peatones de paseo por el carril hacen ver el poco
tránsito que tiene pero, lo que es peor, observar a las bicis circulando por la
calzada o la acera revela que los ciclistas no se sienten seguros utilizando
esa senda porque a cualquiera que lo haya usado (yo mismo pasé por allí un día
para ver cómo iba la cosa) le da un pánico atroz que alguien abra la portezuela
y te chafes contra ella. Y se lo dice quien cuando vio el diseño inicialmente lo aplaudió, ya que incluso colgué un artículo en este mismo blog alabando su formato... pero oigan, yo no me dedico a eso y quienes lo hicieron deberían saber que esos problemas existen.
Una de las soluciones aparentemente más sencillas es cambiar
el sentido de los carriles, algo que ya he propuesto en otro artículo. Si el
ciclista va en sentido contrario al del vehículo es más fácil ver y ser visto y
evitar así no sólo accidentes sino esa sensación de que estás vendido en
cualquier momento. Habría que ver si encaja con las normativas de tráfico pero
entiendo que estos carriles pueden organizarse a gusto del consumidor.
En todo caso cualquiera que los haya probado y tenga un
mínimo sentido crítico verá que hay muchas cosas absurdas: carriles que son de
un sentido, de repente de dos, otra vez de uno, que aparecen y desaparecen de
la nada… y que no van por las zonas razonables por donde sí harían servicio.
Un eje norte-sur, desde la Medusa hasta la Universidad
atravesando Avenida de la Coruña, casco histórico (otro día hablaremos sobre ese
tema, que tiene su enjundia), Ramón Ferreiro y Avenida de Madrid sí tendría
sentido y sería una forma de vertebrar la comunicación ciclista en Lugo, entre
otras cosas porque desde casi el final de la avenida de la Coruña hasta la
Plaza del Rey la orografía ayuda muchísimo al uso de la bici porque es casi
llano.
En todo caso, el vídeo demuestra lo mismo que parece de
sentido común: la obra ha sido un absurdo. Justificar su falta de uso con el
pueril argumento de que “no está terminada” es una bobada que sólo deja en
evidencia a quien la sostenga.
Quizá publicar un vídeo sobre el asunto no haya sido
acertado, pero cuando nos señalan la luna no es necesario fijarse solamente en
el dedo, sino en lo importante: el carril bici, a día de hoy, es un rotundo
fracaso que nos ha costado más de 1,5 millones de euros y aumentado los
problemas de aparcamiento en varias zonas de la ciudad.
Para ese eje norte-sur yo propondría una linea de metro. Con los 1,5 millones ya les hubiera dado para hacer un buen cacho de boquete. El metro sí tendría uso en Lugo; a cubierto, calentito, ecológico...
ResponderEliminarC.Mali