miércoles, 25 de junio de 2025

El PSOE se rompe en la Diputación de Lugo

La ausencia de tres diputados del PSOE en el pleno de ayer hizo perder al gobierno varias votaciones.
Foto: GaliciaPress

Cuando en un partido político las discrepancias internas se hacen públicas es que la cosa está peor de lo que parece, ya que el férreo control que los “líderes” ejercen sobre la estructura del chiringuito es tan duro que nadie se atreve a decir nada que se separe de la línea oficial, no sea que no le metan en las siguientes listas, o lo lleven “de relleno”. Si esas discrepancias implican la ausencia a un Pleno de una institución, cuesta apagar las alarmas porque se transmite una guerra mucho más grave que una pequeña pataleta.

Ayer, en el Pleno de la Diputación Provincial de Lugo, vimos vacías tres sillas correspondientes a tres diputados del PSOE en esa institución. Si tenemos en cuenta que el total de diputados es de 25, y que actualmente el PP tiene 12, el PSOE 10 y el BNG 3, no hace falta tener una capacidad matemática extrema para darse cuenta de que el gobierno quedó en minoría, y perdió votación tras votación. La más llamativa es la relativa a la residencia de Becerreá, como es lógico, al no poder aprobarse la propuesta del gobierno provincial, que disparó los precios de ese centro y, según el portavoz popular, son un 60% superiores al coste de otras residencias provinciales de Lugo.

¿Quiénes son y por qué faltaron estos tres diputados? Pues los protagonistas son Iván Castro, Marisol Morandeira y Xosé María Arias, que formaban parte de una candidatura dentro del PSOE para disputar la presidencia del partido en la provincia a José Tomé. Ganó Tomé, y la suya fue una victoria justa. Quiero decir que ganó con el 58% de los votos frente al 42% de la alternativa, Iván Castro. Es decir, que ganar ganó, pero tampoco es que fuera un paseo militar y que los críticos fueran cuatro gatos mal contados. 

Ante un resultado como ese un demócrata convencido se sentaría a analizar por qué hay ese descontento interno y qué se puede hacer para mejorar. Incluso lo suyo sería hablar con la otra candidatura para, juntos, remar hacia un futuro mejor para sus siglas… pero no se hizo tal cosa. Por ejemplo, Elena Candia le ganó a Raquel Arias la presidencia del PP de Lugo con un 70% de los votos y aún así Raquel encabezó las listas al Parlamento de Galicia por nuestra provincia lo que no parece un gran “castigo”.

En abril de este mismo año, hace dos meses, el PSOE local presumía de “cordialidad” y de “normalidad” tras las elecciones internas, pero, ¡oh sorpresa! era una pose, y la realidad era otra que no ha tardado en verse al sacar los tanques a la calle.

La ruptura del vencedor con los vencidos se vio públicamente por primera vez cuando el señor Tomé cesó a una asesora provincial, Darya Fernández, por “pérdida de confianza”. Su crimen fue apoyar a Iván Castro en las primarias. Puede parecer una medida extrema, pero qué quieren que les diga, yo mismo fui asesor de Joaquín García Díez (y estoy muy orgulloso de ello) y es un puesto que se nombra a dedo y se retira a dedo, y al que no le guste que prepare una oposición o se busque otro trabajo. Te pueden cesar igual que te nombraron, a capricho, y por mucho que se transmita que el espíritu democrático del que te cesa es más bien escaso, no hay duda en que es legítimo. En mi caso no me largaron (tampoco les di pie) y me marché yo solito cuando Joaquín dejó el Ayuntamiento de Lugo ya que entré por él y no tenía sentido quedarme sin él.

Pero a lo que íbamos. Es perfectamente razonable no tener asesores en los que no confías, puesto que son, por definición, “puestos de confianza”. Lo que ya no es tan razonable es marginar a tres diputados de tu gobierno, e incluso de tu partido, y que tengan que pedir una reunión contigo por registro, como si fueran apestados a los que tienes bloqueados en el WhatsApp. Muy normal, sano y democrático todo… y poco práctico.

Es difícil no traer a la memoria el cristo que tienen montado en Santiago los del PSOE... y por supuesto a nadie se le olvida el "Martinazo" que hizo presidenta de la Diputación a Elena Candia por un breve periodo, hasta que los del bipartito pudieron recomprar los votos perdidos.

Tomé tiene un mes para arreglar esto porque como le vuelvan a faltar los tres diputados en el próximo pleno va a perder una iniciativa a la que le han dado un bombo extraordinario: la petición de que Elena Candia dimita de sus cargos por hacer lo que la ley le obliga a hacer (como a todos), que es trasladar a Fiscalía posibles hechos delictivos.

Cuando dieron esa rueda de prensa sonaba a cortina de humo y quizás ahora sabemos qué es lo que se trataba de ocultar... y es más preocupante todavía.

La chulería, la soberbia y el no saber ganar es un síntoma de que quien ejerce así el poder no es un dictador porque las leyes no se lo permiten.

Y luego decían de Cacharro. Era un aprendiz de brujo, comparado con lo que vino después.

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