El pasado viernes día 7 falleció Olga Díaz Fouz, a la que ustedes seguramente conocerán por haber estado muchísimos años al frente de la Carnicería Olga de la plaza de abastos. En una de esas terribles e inexplicables injusticias, falleció a los pocos meses de jubilarse y no pudo difrutar de su más que merecido retiro tras una vida de madrugar, trabajar y cuidar de los demás.
El sábado el tanatorio se quedó ridículamente pequeño para albergar a la marea de personas que fueron a dar su último adiós a quien dejó huella en todos los que tuvimos el placer de conocerla. Olga despertaba el cariño y la simpatía en quienes la trataban y no hay mejor legado en esta vida ni mejor consuelo para amigos y familiares.
Hasta el mismísimo día de su jubilación e incluso después de dejar el puesto de la Plaza, Olga siguió aportando su energía y su apoyo a sus compañeros, luchando por el bien común de un espacio que, aunque iba a abandonar profesionalmente, fue toda su vida.
Tuvimos el privilegio de contar con su consejo, su apoyo y su trabajo en Lugo Monumental y hemos perdido a una amiga leal, una compañera generosa y una luchadora incansable.
Muchas gracias por todo, Olga. Descansa en paz.
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