miércoles, 1 de abril de 2015

Proceso que sirve de ejemplo (que no es lo mismo que ejemplar)

Lugonovo ha completado su proceso de primarias abiertas, en las cualquier ciudadano se podía inscribir firmando un manifiesto, además de enviar el DNI por email, y votar a quien más le apeteciera para seleccionar al cabeza de lista de la formación. Todo muy moderno y muy chulo, muy democrático.

Pero la participación ha sido un poco pobre. No llegan a 300 votos válidos (supongo que habría alguno que no contó, siempre pasa), y 289 son los que eligieron el previsible resultado: 225 para el ganador y 64 para el perdedor. Hasta en los partidos que votan por votar, ya que hay listas únicas (lo que es bastante desmoralizador) hay más gente que se levanta de la cama para dejar quedar bien a sus siglas.

Votación reñida
Me cuesta entender también que un grupo que presume de ser democrático e igualitario haga dos procesos, uno para el cabeza de lista y otro para el resto. ¿No sería más lógico, desde el punto de vista del buen rollito, que fuera una elección libre y que el que más votos saque quede de candidato a la alcaldía? Lo digo por seguir aquel viejo principio del "primus inter pares" (primero entre iguales), salvo que la concepción sea otra y sean más "primus" (en otro sentido del término) que "pares ".

Por otro lado, es llamativo ver que el total de la candidatura no llega. Si ni siquiera hay 25 interesados en participar en ese proceso como candidatos va a ser difícil convencer a la ciudadanía para apoyarles, y encima, por si fuera poco, tienen un problemilla legal: verán, en Lugo hay 25 concejales, y los partidos que se presentan en listas tienen que cubrir el total de los puestos a elegir.

En la web de Lugonovo aparecen 22 personas relacionadas por número de votos, lo que si sumamos al cabeza de lista, hacen 23. Hasta mis mediocres matemáticas reflejan que nos faltan dos personas para poder presentar una lista de 25 nombres. ¿De dónde las van a sacar? ¿Van a repetir la votación para legitimar a las dos personas que faltan? ¿Las van a colar al final porque los dos últimos puestos “no son importantes”? Respecto a esto último yo preguntaría al Alcalde de Santiago qué opina sobre lo importante o no de cerrar una lista.

Han tenido suerte, eso sí, con el número de mujeres interesadas en el tema, porque si por casualidad hubiera una reducción significativa de las que hubo, o un aumento, no cumplirían los absurdos requisitos de la ley de paridad. Pero ¡qué suerte!, ha coincidido bien. Ni preparándolo, oiga.

Y este es el proceso que nos presentan como ejemplar. Puede que sea cierto que es digno de servir de ejemplo.

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