jueves, 17 de noviembre de 2016

Si fuera su familiar seguro que también querría reabrir el caso

En uno de los múltiples canales de televisión dedicados a series de misterio y resolución de asesinatos ponen una que se llama “Caso Abierto”, en que un equipo de investigadores se dedica a resolver procesos que llevan años o incluso décadas pendientes de aclaración. En Lugo se ve que somos más peculiares y se declaran cerrados casos de los que no se sabe nada, en vez de dejarlos ahí por si aparecen nuevas pruebas, o al menos así nos lo pintan, quizá no sea tan exagerado.

Imagen de la reconstrucción policial del accidente.
Foto de El Progreso
El que aparentemente es un homicidio imprudente fue el que acabó con la vida de Don José Antonio Fernández Neira el 5 de enero de 2015, en un atropello ocurrido en plena zona peatonal de nuestra ciudad, en la Plaza del Campo. Supongo que recordarán el asunto porque fue muy sonado.

Lo primero que llama la atención es que justamente en el centro por el que no deberían pasar coches haya sido el escenario de la tragedia. Por supuesto es una barbaridad relacionar un accidente con la dejadez que hay en Lugo para controlar los accesos a la zona peatonal, y más teniendo en cuenta que las principales sospechas recaen sobre un vehículo que sí podría estar ahí haciendo su trabajo por muy cerrada al tráfico que esté el área. Pero llamar llama la atención, sí.

En nuestra ciudad la entrada a zonas peatonales con vehículos se encuentra con un control policial en forma de pivotes en algunas de las opciones… pero no en todas. Por ejemplo, por la Porta Miñá se puede entrar alegremente, y no es la única aunque probablemente sí la más evidente.

Porta Miñá,
uno de los accesos "libres"
para vehículos a la
zona peatonal
No soy especialmente partidario de poner barreras físicas al acceso de vehículos. Una sencilla cámara que grabe los accesos sería más que suficiente, tramitando por supuesto las denuncias oportunas a quien pase sin tener que estar allí. No es tan complicado, y en Pontevedra, siempre Pontevedra, el control de accesos se hace con unos amables agentes que están pendientes de parar al vehículo que pasa por la calle para preguntarle a dónde va y esas cosas. Claro, para eso tiene que haber policía por la calle así que el sistema es de difícil aplicación en nuestra ciudad.

Pero nos desviamos. El 5 de enero atropellaron a Don José Antonio en pleno centro peatonal a primera hora, sobre las ocho y media de la mañana de un lunes de puente (el 6 es Reyes, recuerden) y hasta tres días más tarde no se precintó el camión sobre el que recayeron las sospechas. Tres días dan para mucho.

Yo no me atrevo a juzgar al conductor que atropelló a Don José Antonio, que bastante tendrá que lidiar con su conciencia si es que llegó a darse cuenta de lo que había pasado. Tampoco seré yo quien levante un dedo acusador contra la labor de investigación de la policía, porque desde la barrera todos somos Manolete y es muy fácil decir “es que lo que tenían que haber hecho es…”. Pero me pongo en el lugar de los familiares del fallecido y me hierve la sangre. Ver que matan a un ser querido, accidentalmente, sí, nadie lo niega, pero que te lo arrebatan igualmente y que todo se archiva y se le echa tierra al asunto tiene que ser terrible.

Ahora insisten en reabrir el caso. Me parece lógico. Yo probablemente haría lo mismo y supongo que ustedes también.

1 comentario:

  1. PIDO QUE SE HABRÁ EL CASO Y QUE SE RESUELVA DE UNA VEZ POR TODAS, YA QUE ES LO NORMAL. TODO SE ACABA SOLUCIONANDO Y ESTO TIENE SOLUCIÓN SI SE PONEN LOS MEDIOS. Francisco Penas Pardo.

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