jueves, 10 de noviembre de 2016

Monjas y trabajadores de Lugo que merecen una disculpa que no recibirán


Titular de Interviú. Pues no hubo tal delito a pesar de todo.
El archivo de la operación Bebé por la Audiencia Provincial, confirmando lo que ya había dictaminado el juzgado que llevó la causa, es un alivio para mucha gente. Siete años de tortura legal para varias personas, entre ellas varios trabajadores de la Xunta de Galicia y monjas que solamente buscaron en todo momento el bien de los niños implicados han finalizado.

Pero no son solo religiosas o trabajadores, son personas, ese es el problema. ¿Quién les va a devolver las noches de insomnio, las crisis de llanto, los sinsabores e incluso el desprecio del que fueron víctimas por algunos de los que creen que “presunción de inocencia” es una marca de perfume?

Sé que soy reiterativo con este tema, pero no puedo evitarlo porque también la sociedad insiste en negar a los acusados, imputados, o como les quieran llamar el derecho a ser considerados inocentes hasta que se demuestre lo contrario.

“Algo harían” es un mantra peligrosísimo que demasiada gente tiene como frase/disculpa para autoconvencerse de que sus prejuicios y su mala fe tiene alguna lógica. No es así.

El País tambíen buscó carnaza, aunque su texto es mucho más prudente
y habla de "acusaciones" e "investigaciones", no de hechos
Estamos hablando de psicólogos, expertos, trabajadores y funcionarios de a pie que no tienen el más mínimo interés personal en quitar la custodia de un niño a sus padres. No es que se lo vayan a llevar a su casa ni que lo subasten en la Plaza de España al mejor postor. Ese niño queda a cargo de servicios sociales, y las personas que toman esas decisiones son perfectamente conscientes de que ese no es el mejor ambiente del mundo, pero han de ponderar lo que es mejor para el crío.

En los casos denunciados hablamos de familias destrozadas por comportamientos que vamos a llamar “antisociales” por no liarla más, con problemas incluso de abusos de menores. Ahí toca valorar qué es mejor para el niño, o al menos qué es lo menos perjudicial, y son decisiones que me consta que no se toman a la ligera. 
Al haber una congregación religiosa de por medio al tema legal se une el de esa extraña moralidad que ve con desconfianza a las monjas. Yo no soy partidario de dar carta blanca a una persona que lleva hábito, pero menos aún de sospechar en todo momento un comportamiento ilegítimo por la misma razón. No tengo estadísticas, pero quiero pensar en positivo y creer que la mayoría de las monjas son buenas personas, igual que la mayoría de carteros, conductores de autobús, labradores, notarios, pescadores, trapecistas o barrenderos.

Una cuestión peliaguda y poco correcta es mencionar que no todos los denunciantes dicen la verdad. Hay de todo como en botica. Hay madres que denuncian que les “roban” a sus niños porque le retiran la custodia después de usar al menor para traficar con droga, hay mujeres que denuncian en falso a sus maridos para lograr ventajas en los divorcios, hay niños que denuncian a sus padres por barbaridades como venganza porque no le quisieron comprar la PlayStation, hay víctimas supuestamente terribles de accidentes que salen andando sin muleta ni silla de ruedas después de lograr del seguro la indemnización millonaria... Obviamente no creo que sea lo más habitual, pero lo hay, y nadie puede negarlo, lamentablemente.

Es tremendo que un caso real de esos quede sin castigo, pero es igualmente inconcebible que un inocente se pudra en la cárcel o le destrocen la vida con una acusación falsa que puede tener muchas explicaciones, desde un interés económico a una rabia o un odio visceral, que esto es España y nos conocemos.

Esa maldita manía sensacionalista de buscar la imagen fácil, la “víctima” llorando, el discurso conmovedor o la cara desencajada hace que algunos desalmados se hayan dado cuenta de que esos comportamientos pueden ser reales pero también inventados, y que se les saca provecho si uno es hábil.

Atlático.net titulaba así,
sin posibilidad de error ni presunción de inocencia
No puedo evitar mencionar expresamente el mal trago de algunos de mis compañeros, algunos de los cuales han pasado durante estos siete años los peores días de su vida, y que incluso han perdido durante todo este tiempo la oportunidad de que algunos familiares hoy fallecidos (padres o abuelos) los vieran libres de toda culpa. Eso no hay dinero ni indemnización que lo pague, porque además dudo mucho que haya tal “compensación”, si es que se le puede llamar así.

Denunciar en falso en este país sale muy barato. Tendrían que aplicar al denunciante la misma pena que se habría aplicado al denunciado si se demuestra mala fe.
Hay mucha gente, monjas, trabajadores, funcionarios y demás que han visto su foto en prensa sensacionalista de forma reiterada. Algunos medios de comunicación y particulares les deben, como mínimo, una disculpa que supongo que jamás recibirán. El amarillo es un color muy difícil de tapar una vez que se han echado tantos cubos de pintura sobre inocentes.

2 comentarios:

  1. El tratamiento q la prensa esta haciendo de. Algunas noticias es escandaloso , no hay mas q ver como han avisado al violador q estos dias anda por lugo para q se quite el piercing o para q abandone el pais ya q tienen su ADN
    El desprecio por la intimidad de la victima ha sido aberrante y se han encargado de resaltar q la agresion "fue consumada" .

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  2. La tele basura nos invade por doquier y la mayoría creo a pies juntillas todo lo que dicen, incluso gente que ha ido a la universidad admite como irrefutable lo que esos medios dicen o se inventan sin el más mínimo juicio crítico. Podría aportar muchos casos en los que se ha despellejado sin piedad a personas que después resultaron ser inocentes y nunca pasa nada, ni prensa, ni radio, ni fiscales ni jueces devuelven la honra robada. Todos se lavan las manos.

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