lunes, 10 de abril de 2017

Un aplauso para la LUCA (Lugo Camerata)

El cuarteto de la LUCA. No se asusten que la foto es durante el ensayo no en pleno concierto como aparenta.
 

El sábado por la tarde fui a un concierto de los que se organizaron en la antigua cárcel para celebrar su puesta en funcionamiento. Si les soy brutalmente sincero para mí era una “excusa” por la que entrar en el edificio (las comillas son porque no hace falta ningún motivo, ya que se puede entrar a curiosear libremente) y mi intención era escribir sobre las positivas impresiones que me causó el edificio, pero eso lo voy a dejar para mañana porque hoy me gustaría contarles que en Lugo tenemos un nuevo atractivo musical sin duda alguna: la Lugo Camerata o LUCA.

Componentes de la LUCA
Gráfico de su web www.lucaorquesta.es
La LUCA es una agrupación de 19 músicos (según se deduce de la composición que tienen en su web www.lucaorquesta.es) dedicados a formar una orquesta clásica en Lugo. Una iniciativa valiente tal y como están las cosas, que hay que aplaudir sobre todo si te gusta este tipo de música, que es mi caso. 
 
En el repertorio que ofrecieron en el concierto del otro día nos sorprendieron con música de Xoan Montes, compositor lucense cuya obra es bastante desconocida. Tocaron “Rapsodia Galega”, una pieza de tres movimientos. Los dos primeros no me enloquecieron pero el tercero... Era una alborada, que jamás había escuchado adaptada a cuerda, y me pareció una auténtica maravilla, tanto por lo bueno de la partitura como por la perfecta ejecución. El segundo bloque fue la Pequeña Serenata Nocturna de Mozart, lo que siempre asegura el éxito. Tanto gustó al público que les obligamos a hacer un bis, en el que tuvieron el único patinazo que escuché en toda la velada en una nota que se le escapó al primer violín, pero que se disculpa porque son cosas del directo.

La LUCA estuvo perfecta, brillante, y el entorno ayudaba. El concierto no fue en el salón de actos (que por cierto no vi) sino en el patio de la propia cárcel, lo que auguro que será lo habitual en el recinto ya que es muy bonito y un lugar diferente. De hecho creo que han equivocado el diseño del edificio precisamente por eso, pero hablaremos mañana de ese aspecto.

Por seguir con lo relativo al concierto les diré que si bien la música me gustó muchísimo, la cuestión de la organización dejó bastante que desear. Vamos por partes.

Conseguir las entradas fue sencillo. Solo había que ir a la oficina de turismo de la plaza del Campo y pedirlas. El problema es que en la web se nos mostraban inexplicablemente dos “lotes” de 60 entradas cada uno sin que se explicara a qué se debía tal divergencia, y el personal de la oficina tampoco tenía ni idea del asunto, cosa llamativa porque eran los que las despachaban. Cuando las miras con atención ves que en realidad había dos zonas, la “planta primera” y la “planta segunda”, con 60 entradas cada una... y lo que es una tontería porque todos estábamos ubicados en el mismo sitio, a ras de suelo. Totalmente ilógico y bastante confuso.

Captura de unas horas antes del concierto. 4 entradas...
Una vez te imprimían las entradas te advertían que no las doblaras para no estropear los códigos QR que son los que garantizaban el acceso al recinto, aviso totalmente lógico y que respetamos siendo cuidadosos con ellas. Nos molestamos en custodiarlas en una carpeta para que estuvieran perfectamente lisas (es un folio A4) y cuál sería nuestra sorpresa al ver que NO se nos pidieron en ningún momento. Para eso no hacía falta volvernos locos con lo de las entraditas.
 
Por otro lado la promoción, deficiente como todo lo que se organiza en Lugo. De hecho el recinto se llenó gracias a los curiosos que estaban visitando el edificio y a los que la música fue atrayendo a la sala como la miel a las moscas (no me entiendan una crítica en la comparación, la intención es justo la contraria) y solo cuatro personas según la web municipal, nos habíamos molestado antes de esa mañana en sacar las entradas.

Supongo que sería por la novatada, pero hay otros aspectos más que discutibles. Por ejemplo, que mientras duraba el concierto se permitiera a las visitas curiosear por allí y por las plantas superiores. El suelo es de madera y francamente es bastante molesto estar escuchando música al ritmo del taconeo de la gente que, legítimamente, cruzaba por allí y nos hacía fotos como si fuéramos jirafas del zoo. Una sensación no muy agradable.

En cualquier caso, y a pesar de estas pequeñas “pegas”, el concierto fue muy bien. La acústica del patio es buenísima y se escuchaba de maravilla y el sitio es muy bonito. Le auguro un gran futuro a este centro, que dará el contrapunto al semiabandonado MIHL, cuya triste historia probablemente acabará con la pérdida del “semi”.

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