jueves, 9 de junio de 2011

Traslado forzoso

Polit Meter la pata es fácil. Meterla tanto, complicado. La Consellería de Educación ha decidido que el que todos conocemos como Instituto Politécnico, el de la calle Armando Durán, deje los ciclos de enseñanzas que no sean propiamente técnicos. Es decir, que los alumnos que estuvieran cursando ESO, BAC o como demonios se llame todo eso tendrán que abandonar ese edificio. La decisión en sí no es mala. Tiene su lógica querer separar la Formación Profesional del resto, y puede que sea el primer paso para dignificar una educación técnica de nivel medio que probablemente crea más empleos que la Universidad.

La cuestión no es el fondo del asunto, que nadie discute, sino las formas. Se ha anunciado esta medida hace dos días, en el momento menos oportuno posible. Hace tres meses hubo un concurso de traslados del profesorado, y hace menos aún un proceso en que se podría solicitar la jubilación anticipada. Si hubieran avisado a la plantilla de lo que se iba a hacer, probablemente muchos docentes habrían podido optar por cambiar de centro para evitarse males mayores. Ahora no pueden hacerlo, y personas que llevan años en su trabajo, que incluso puede que hayan comprado su vivienda cerca para poder ir andando a trabajar, se ven con un traslado forzoso a quién sabe dónde. Porque el problema es que no trasladan al profesorado a un centro concreto, sino que se les desperdiga donde haya plazas libres, que tal y como están las cosas a saber dónde es y si es por un año o por más o menos.

Por otra parte, es previsible un considerable cabreo por parte de alumnos y padres. Ya ha terminado el plazo para matricularse, con lo que si vives, es un decir, en el Parque Rosalía y matriculas a tus niños en el Politécnico porque te queda cerca, ahora te encuentras con que los trasladan, y no al femenino o al masculino, que están al lado, sino a Sanxillao (conocido como el instituto de Carrero Blanco). Vamos, a un paseo. Y claro, ya no tienes la oportunidad de decidir, han decidido por ti.

A veces la administración toma decisiones de difícil comprensión. Esta vez no sólo es eso, sino que suena a que lo han hecho con premeditación y alevosía, para evitarse un problema pre-electoral. Las cosas no se hacen así. Sabiendo qué decisión se iba a tomar, lo suyo habría sido hacerlo con más calma, avisar con un curso de antelación, dar la oportunidad a la gente de recolocarse, y a los alumnos de solicitar otro centro que les resulte más adecuado.

Insisto en que la medida no me parece desacertada en su fondo, pero el fin no justifica los medios.

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