viernes, 20 de abril de 2018

Adiós al polvete en el coche



El borrador de la ordenanza municipal que pretende prohibir el sexo en los vehículos tiene buenas intenciones, pero siguiendo el tradicional símil del empedrado hacia el infierno, su redacción no es la más acertada. Se plantea como una medida contra la prostitución, pero mete en el mismo saco a todos aquellos que, sin otro sitio a donde ir, dan rienda suelta a su pasión en un vehículo.

Todos hemos sido adolescentes, y quien más y quien menos ha tenido alguna experiencia de este tipo, normalmente por necesidad. Lo de vivir con tus padres complica mucho la logística para echar una canita al aire, y más en esta época en la que hasta bien entrada la treintena mucha gente sigue atada al domicilio familiar, así que si no se puede hacer nada en la vía pública ni en el coche, ya me dirán qué opciones quedan. Quizás el Ayuntamiento apruebe, junto a la ordenanza, una línea de subvenciones para moteles o construya en San Fernando un picadero por horas... o eso o ya puede poner a los adolescentes a hacer deporte para quemar energías.

Es llamativo que un partido que tanto habló contra la “ley mordaza” y que tanto exageró sus efectos pretenda aprobar una normativa tan sumamente restrictiva. Por supuesto el borrador tiene cosas buenas, como la lucha contra la prostitución, los gorrillas o los comportamientos incívicos contra nuestras calles y monumentos, pero en una ciudad donde se multó a la cabalgata de los Reyes Magos hace no demasiados años me preocupa enormemente dar una herramienta como ésta a algún agente del orden con el bolígrafo muy ligero.

Quizás una redacción menos abierta solventaría el problema, pero para eso están los periodos de alegaciones, así que.. aleguemos.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 20 de abril de 2018

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