Hay cosas que parece que sólo pasan en Lugo, donde se pueden dar hechos que convierten una iniciativa ridícula en algo aún peor. La iniciativa ridícula de la que les hablo es la del BNG, que lleva a Pleno una proposición para declarar “personas non gratas” en Lugo a los diputados que votaron a favor de una solución para las preferentes que a los nacionalistas no les gusta. Tampoco creo que les guste mucho a los que la votaron, pero es lo que tiene invertir en productos bancarios, que corres un riesgo. Los hechos que ridiculizan más aún la propuesta son el registro que ayer se hizo en el Ayuntamiento a raíz del caso en que se demostró (por propia confesión entre otras cosas) que uno de los “concejales estrella” de Orozco es un delincuente. Pero contra ese no va la declaración de “non grato”.
Es curioso que el grupo de Antón Bao y compañía (bueno, Paz Abraira, que son solamente dos sin contar al nutrido grupo de personal a cuenta del Ayuntamiento del que disponen) hayan optado por una medida tan extrema políticamente hablando por un tema tan puntual. Es decir, que según los señores del BNG lo más grave que ha pasado en los últimos años a los lucenses es la quita en las preferentes.
No pidieron la declaración de “persona non grata” a los diputados que votaron a favor de la caótica política de Zapatero (que, por cierto, ellos apoyaron en el Parlamento), ni con los recortes en sanidad, educación, pensiones o salarios a funcionarios por poner ejemplos de medidas que, según el propio BNG, son una “sangría nacional”. Tampoco piden la declaración de “non grato” para el señor Dorribo, o para el exconcejal Liñares que se sentaba con ellos en el bipartito y que ahora se sienta en el banquillo.
No, piden la declaración para diputados que, como el exalcalde Joaquín García Díez, no sólo han demostrado un amor incondicional a Lugo sino que son tenidos en muy alta estima por los habitantes de esta ciudad. Se me ocurre mucha gente, muchísima, para la que se podría pedir la declaración de “non grato” en este Lugo nuestro, pero Joaquín no estaría jamás en esa lista.
Ya sabemos que los partidos políticos son lo que son: máquinas de ganar elecciones (o intentarlo, en el caso del BNG, que ni se acerca a ganar) que se cepillan lo que encuentren a su paso. Pero debería haber algún límite, algún resquicio de moralidad en que incluso las desalmadas organizaciones de partido se parasen a pensar en qué están haciendo.
“No es nada personal”, dirán. Pues yo creo que sí. Al menos para las personas afectadas. Eso de que te quieran declarar “non grato” en tu propia ciudad, en la que vives, a la que has servido con gran acierto y dedicación durante años es un sapo que sólo alguien que ha hecho algo horroroso debería ser obligado a tragarse. Insisto en el ejemplo de Liñares que me parece más que evidente.
Persona "non grata" para el BNG |
Persona "grata" para el BNG |
Un concejal, mano derecha del Alcalde, que durante años ha estado metiendo mano a la caja, que ha puesto al Ayuntamiento de Lugo en el punto de mira y por el que ayer, que se hablaba de la estúpida propuesta del BNG, volvió a entrar en tromba la policía aduanera a vaciar ordenadores… ese personaje es, para los nacionalistas, “grato”. Un diputado que vota una solución para las preferentes, un problema que se generó durante gobiernos anteriores sustentados entre otros por el Bloque, ese sí, debe ser condenado al ostracismo social.
Pues en este caso les diré que la política nauseabunda que demuestra el BNG, que el propio Himmler se pensaría dos veces antes de aplicar, debería dirigirse hacia quien lo merece. Hay delincuentes que han estado muchos años robando a los lucenses en el Ayuntamiento. ¿No van a por ellos por alguna razón? ¿Quizás su “bipartito” era más íntimo de lo que les gustaría reconocer? Si no, no se explica.
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